miércoles, 13 de julio de 2011

Nevado, sin agua para la naturaleza


Los usos económicos se quedan con todo el recurso. Una modesta concesión de mil m3 por año no pudo ser ejercida por oposición de ejidatarios; la presión creció con el boom aguacatero.

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 18 de junio de 2011

El Nevado de Colima, la mayor montaña de Jalisco y del occidente de México, y cuyos bosques captan agua para más de 300 mil habitantes de las ciudades y poblados vecinos de Jalisco y Colima, enfrenta la paradoja de no tener una gota disponible para la conservación de sus ecosistemas.

Esto se debe a que nunca se previó que fuera necesario un “uso ecológico” del recurso y es un gran vacío que se tiene en la Ley de Aguas Nacionales. Así, la Comisión Nacional del Agua ha concesionado a usos público-urbano, pecuario y agrícola, casi todo el recurso que brota de los manantiales de la parte alta, donde se ubica el parque nacional desde el decreto presidencial de 1936. Existe apenas una concesión reciente de mil metros cúbicos anuales a favor del parque, pero los ejidatarios de El Fresnito y Huescalapa impidieron con intimidación física que fuera tomada, refiere el director del área protegida, José Villa Castillo.

“Los manantiales del parque nacional no pueden ser usados para la conservación del mismo parque, derivado del largo proceso de abandono que fue objeto el área protegida y por la falta de legislación del agua que dé el privilegio del uso para la conservación de la naturaleza. Hoy, toda el agua del parque se encuentra concesionada al municipio de Zapotlán el Grande, mismo que es utilizada para abastecimiento del sector primario de las comunidades del Fresnito, Los Mazos, Las Canoas y Los Depósitos”, señala el funcionario.

Buena parte la presión reciente se explica por la existencia de 43 huertas de aguacate en las faldas de la montaña, cultivo que vive un boom en la región sur de Jalisco, y que además de competir con el bosque —varias de esas plantaciones están rodeados por pinares o encinares— demandan ingentes cantidades de agua, a diferencia de otras actividades productivas (ver recuadro). “No podemos asegurar que toda el agua se use en ese proceso desde la parte alta, hay evidentemente otros usos, sobre todo el ganadero y el público urbano, pero no hay duda de que esas huertas han venido a aumentar la competencia por el líquido”, añade el director del parque.

De cualquier modo, el agua del parque es solamente una parte de la que capta la zona: los manantiales de esa parte alta, arriba de 3,350 metros sobre el nivel del mar, proveen poco más de 440 mil metros cúbicos anuales, agua suficiente para abastecer un poblado de siete mil habitantes. Sin embargo, los bosques de la montaña, y en consecuencia, los sitios de recarga, se dispersan por casi 80 mil hectáreas de barrancas, la mayor parte fuera del parque nacional, donde se ubican bosques mesófilos de montaña, bosques de pino y encino, bosques de oyamel, y selvas bajas y medianas, hacia las partes inferiores del macizo volcánico. El agua captada en toda la zona puede ser de 40 a 50 tantos más de la que se aflora en los manantiales de la parte alta (ver Programa de conservación y manejo parque nacional Volcán Nevado de Colima, en www.conanp.gob.mx).

En ese sentido, el crecimiento aguacatero es a costa de un recurso que ya era previamente empleado en otros usos económicos y sociales, pero además, que está disfrazado en las concesiones que ha otorgado en los diferentes momentos la CNA.

Lo legal y lo real
La Ley de Aguas Nacionales, en su título sexto, relativo a los usos del agua, señala que la explotación, usos o aprovechamientos de aguas nacionales únicamente se pueden efectuar para uso público urbano, doméstico, agrícola y sus diferentes modalidades, generación de energía eléctrica o en otras actividades productivas, pero no está previsto el uso de conservación y manejo de áreas naturales protegidas.

Las concesiones en el área de manantiales de La Joya abarcan 440,903 m3 de agua por año, de los cuales, 196,189 m3 son para El Fresnito, 3,632 m3 son del manantial para Los Depósitos y 241,082 m3 para el ejido Huescalapa (éste último está geoposicionado en el cerro del Águila, donde no hay agua). La concesión que se otorgó al parque es a nombre del Ayuntamiento de Zapotlán el Grande (lo mismo que las de El Fresnito y Los Depósitos), apenas por mil m3 al año, que es el consumo comedido de 20 habitantes en un año (150 litros diarios por persona), pero no se ha podido ejercer ante la resistencia de los ejidatarios.

“Resulta absurdo que la totalidad del agua de los manantiales del parque nacional se encuentre concesionada para uso doméstico, agrícola y pecuario a los ejidatarios y comunidades aguas abajo de la montaña sin que exista la remota posibilidad de hacer un uso de esta agua para la conservación de los bosques del parque nacional, porque no existe en la ley el privilegio de uso del agua para la conservación de los bosques y el manejo de áreas naturales protegidas”, insiste Villa Castillo.

La imposibilidad material de extraer esa agua mínima han hecho que en el parque se busquen otras posibilidades: un sistema de presas pequeñas de almacenamiento de agua de lluvia, lo cual no elimina las fricciones y resalta “la injusticia que el modelo actual de aprovechamiento de agua deja en el abandono a las áreas naturales protegidas”.

Pero en el ámbito de las mismas concesiones hay más irregularidades: según el Registro Público de Derechos de la CNA, los usos para El Fresnito y Los Depósitos son “público-urbano”, y se están desviando a usos agropecuarios, lo que significaría una violación de la concesión otorgada.

Por lo pronto, en el Nevado luchan porque la concesión vencida de “Agua de la Calle” por 1,825 m3 al año no se permita más para la ganadería —que está prohibida en el parque— y se otorgue para áreas comunes y viveros del área protegida federal. Pero a futuro, se busca que los afloramientos de la alta montaña sean libres y se haga realidad el decreto protector de 1936, dedicado “a la conservación perpetua de sus recursos forestales y de la fauna comarcana”.

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Uno por uno

Los manantiales

Cruz del Gallo
3,439 metros sobre el nivel del mar (msnm); esta concesión se asignó al Parque nacional, 1,000 m3 al año, pero no se ha podido aprovechar

Presas de Abajo (La Joya)
3,380 msnm, y Vivero La Joya, 3,384 msnm. Estos manantiales no están asignados pero los usan ejidatarios de Huescalapa y El Fresnito

La Joya
3,384 msnm, asignado a La Mesa o El Fresnito (concesión 08JAL110857/12HOGR99), con 59,314 m3 al año

Barranca de Cristo
3,360 msnm. Las coordenadas de la concesión 08JAL110859/12HOGR99 no corresponden al sitio del manantial, se supone que es la asignación a Los Depósitos: 3,632 m3 al año

Code Abajo (La Joya)
3,363 msnm; El Fresnito de Arriba tiene la concesión 08JAL123400/12HMGR99 con 136,875 m3 al año

Manantial ejido Huescalapa (cerro del Águila)
En este punto geográfico no existe ningún manantial, es una de las mayores irregularidades detectadas

Fuente: Dirección Parque Nacional Nevado de Colima

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