miércoles, 13 de julio de 2011

Detonan en Jalisco programa contra su alta deforestación


El litoral de la entidad es parte de plan piloto con recursos nacionales e internacionales, junto con península de Yucatán y Chiapas; se trata de la estrategia de acción temprana de REDD+, esquema mundial que busca detener las emisiones de gases de invernadero causadas por la pérdida de bosques y selvas.

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO.  Edición del 20 de junio de 2011

Jalisco, el segundo estado del país en pérdida neta de bosques y selvas, comienza este año a aplicar una estrategia multisectorial para frenar las causas de la deforestación en sus regiones más presionadas, la costa y el sur de la entidad, en busca de recuperar la frontera forestal y en particular, los dos ecosistemas más amenazados con la extinción: las selvas bajas y los encinares.

Ante las evidencias arrojadas por las mediciones 2002-2007 de la deforestación en México, que revelan un incremento de 37 por ciento en la tasa vigente para Jalisco, con 158,223 hectáreas boscosas perdidas en el periodo, de las cuales 101,175 hectáreas son selvas bajas o secas (Milenio Jalisco, 6 de junio de 2011), la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y el gobierno del estado diseñaron de forma conjunta, en el marco de las acciones tempranas del mecanismo internacional REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques, más el componente social) una estrategia a cinco años con un presupuesto de al menos 320 millones de pesos (faltan de contabilizar las aportaciones de la Sagarpa), para detener el proceso de pérdida y deterioro.

El litoral jalisciense es, de este modo, una de las tres demarcaciones del país con acciones tempranas de REDD+, explica el coordinador general de Producción y Productividad Forestal de la Conafor, Sergio Graf Montero: “Hicimos un revisión de dónde están los principales problemas de deforestación neta en el país y encontramos que entre Chiapas, Jalisco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán teníamos casi 70 por ciento del problema; entonces decidimos establecer un plan de acción temprana en esos sitios, Jalisco obviamente tiene zonas con degradación, pero considerando la importancia en biodiversidad, en recursos forestales, muy importantes para el desarrollo económico, se seleccionaron las cuencas costeras en coordinación con el gobierno de Jalisco, hicimos un acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Rural y la de Medio Ambiente […] realmente empezamos con los procesos de gestión, de articulación, desde el año pasado, pero apenas estamos empezando a operar”.

La estrategia pasa por la creación de mecanismos institucionales de gestión similares a la Junta Intermunicipal del río Ayuquila (JIRA), una experiencia pionera en México basada en la alianza de los gobiernos municipales y los actores locales de desarrollo económico y social, pero que recibe, acuerda y canaliza los recursos de los gobiernos estatal y federal, de entidades nacionales e internacionales, gobiernos u organismos civiles, para que se apliquen de acuerdo a las potencialidades y las fragilidades ambientales del territorio gestionado, en este caso, diez municipios de la cuenca media del río Ayuquila-Armería.

Es el propio ámbito territorial de la JIRA, más otras cuatro zonas de Jalisco, las que forman parte de la estrategia de acciones tempranas de REDD+; las juntas intermunicipales deberán recibir información, y en su caso, discutir y acordar líneas de aplicación de diversos proyectos que forman parte de la estrategia.

Una de las gestiones que se hicieron “fue conseguir un recurso con la Agencia Francesa de Desarrollo, para el proyecto que se llama Implementación de acciones tempranas REDD+ en cuencas prioritarias de México a través de la construcción de mecanismos de gobernanza a nivel local, y esto se va a aplicar en las costas de Jalisco, y en la península de Yucatán; en el caso de Jalisco lo vamos a aplicar en las cuencas costeras que son en total el Coahuayana, Ayuquila Media —donde opera la JIRA— Ayuquila Alta, Costa Norte y Costa Media [ver gráfico]”.


Los cambios de uso de suelo descontrolados, uno de los grandes problemas en Jalisco. Foto: Milenio

Esto ha obligado a realizar reuniones de trabajo con las autoridades municipales, pues generar juntas intermunicipales lleva tiempo —la JIRA remonta su historia 20 años antes de su consolidación, en 2007—, pero se aprovecha la experiencia previa para detonar con más rapidez y agilidad los procesos. Son cerca de 40 municipios jaliscienses involucrados en la conformación de las nuevas instituciones que operan como agente técnico generador de los cambios esperados.

“Se trata de crear un modelo que nos ayude a integrar políticas públicas; ya acordamos con el estado detonar dos asociaciones que son Coahuayana [sur de Jalisco] y Costa Norte, para lo cual el gobierno de Jalisco va a invertir, al igual que con la junta del Ayuquila, dos millones de pesos en cada una, ya dentro del presupuesto de este año, como medida para articular estas acciones conjuntas […] pero REDD+ no es un programa, es una estrategia. Porque la deforestación no es un problema forestal, no podemos crear un programa específico que nos lleve a detener la deforestación sólo con nuestros instrumentos, por eso estamos trabajando intensamente con la Sagarpa, y aquí el acuerdo es actuar conjuntamente las dependencias federales y estatales, en una acción coordinada con los gobiernos locales, para impulsar las asociaciones de municipios e ir generando una capacidad local”.

A partir de allí, “establecer una estrategia para reducir la deforestación y la degradación a nivel local con los dos sectores, forestal y agropecuario […] no se trata de detener la pérdida eliminando posibilidades económicas, lo que queremos es generar el desarrollo económico de las zonas forestales más productivas con esquemas que nos lleven a la certificación forestal, que esto te asegura la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de los servicios ambientales; porque si los ejidos y los privados son certificados, significa que están tomando en cuenta la conservación de la biodiversidad”. Igual con actividades no forestales, pues se tiene la certeza de que se puede producir mejor carne y productos del campo con mucho menos estrés para el ambiente y un apoyo tecnológico importante que otorgaría la Sagarpa.

Por ahora, están comprometidos en los diversos programas de la Conafor y con respaldo estatal, más de 300 millones de pesos. Destacan el programa de servicios ambientales (PSA), los diversos esquemas de productividad que apoya el Proárbol, y esquemas nuevos como el programa especial para zonas no elegibles por el PSA. La pretensión será no sólo detener la destrucción de selvas y bosques, sino consolidar los corredores biológicos y detener la degradación severa que ha producido cientos de miles de hectáreas de vegetación secundaria.

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Acciones especiales para “zonas no elegibles"

••• Una de las aportaciones notables de la estrategia de acciones tempranas de REDD+ en Jalisco son sus programas especiales. Hay uno que se focaliza a dos zonas: la Sierra Occidental (Mascota-Talpa) y el alto río Ayuquila (Quila-Tapalpa), y cuenta con 45 millones de pesos para impulsar de forma especial e intensiva la actividad y la cultura forestal comunitaria.

“Van a participar los municipios de San Sebastián del Oeste, Mascota, Talpa y Vallarta, en el primer caso, en busca de atender el tema de la restauración ambiental, pero sin duda, los aspectos de desarrollo forestal comunitario y del programa de servicios ambientales; algo similar se hará en el Ayuquila”, refiere Sergio Graf Montero.

El segundo programa especial, agrega el coordinador de Producción y Productividad de la Conafor, es usar los intereses, a perpetuidad, de un fondo patrimonial de diez millones de dólares formado con donativos internacionales, para aplicarlos en “zonas no elegibles”, enclavadas básicamente en la parte media de la sierra Cacoma, cabeceras de los ríos Purificación, Cuitzmala y San Nicolás y en la parte media del río Ayuquila.

“El problema es la pérdida de selvas secas, que tienen muy poca elegibilidad para el PSA, entonces si lo focalizamos vamos a tener un impacto para seguir y evitar que se sigan perdiendo, restaurar el área […] es una zona que es fundamental en la cuestión de biodiversidad, y ya con todos instrumentos encontramos un vacío muy fuerte, entonces se trata de generar conectividad biológica entre las áreas protegidas de Manantlán, Chamela-Cuixmala y Ameca, con esta demarcación.

“De aquí en adelante vamos a invertir aquí para consolidar el corredor biológico del jaguar, y sitios de gran importancia para la conservación de aves migratorias”, subraya.

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Claves


La REDD+

• ¿Que es REDD+?

La estrategia de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques es un “mecanismo para la reducción de emisiones globales de gases causantes de efecto invernadero”, como es el carbono que se libera en un bosque cuando es talada y procesada la madera, o cuando hay un incendio. La idea es lograr una compensación para impedir que se pierda esa reserva de carbono. El signo + implica su ampliación “para incluir la conservación del bosque y el aumento de las reservas o almacenes de carbono en los bosques que tienen potencial de generar significativos cobeneficios sociales y ambientales”.

• ¿Qué son las acciones tempranas acordadas en REDD+ en México?

Son las acciones que han sido acordadas por el gobierno mexicano para atender sus tres zonas con mayor deforestación neta del país: la costa y sur de Jalisco, el centro y sur de la península de Yucatán, y la región Lacandona, de Chiapas. Son “acciones en regiones prioritarias que implican integralidad de políticas públicas, establecimiento de agentes técnicos locales, fortalecimiento de la gobernanza local y competitividad de las economías rurales asociadas al proceso”.

• ¿Por qué se da la deforestación?

En Jalisco, por la expansión de la ganadería extensiva, estimulada por una estructura institucional que va desde los estímulos a la apertura de pastizales y la degradación conceptual de las selvas a nivel de “agostaderos”; también, a la bajísima valoración de los ecosistemas forestales; a la aún titubeante cultura de la valoración económica de los servicios ambientales y al poco peso económico que aún tiene la gran biodiversidad del estado.

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