jueves, 13 de diciembre de 2018

EL AUTORITARISMO COMO CRISIS Y OPORTUNIDAD


Agustín del Castillo. El Respetable.

Diagnóstico, recetario y guía no exhaustiva para sobrevivir como persona inmerso en estos tiempos alterados

“…acontece con la libertad como con esos alimentos sólidos y suculentos, o esos vinos generosos, aptos para nutrir y fortalecer a los temperamentos robustos a ellos acostumbrados, pero que agobian, estragan y emborrachan a los débiles y delicados no habituados a su consumo. Una vez acostumbrados a los amos, los pueblos no saben ya prescindir de ellos. Si intentan sacudirse el yugo, se alejan tanto más de la libertad cuanto que, confundiéndola con una licencia desenfrenada que nada tiene que ver con ella, sus revoluciones los ponen casi siempre en manos de embaucadores que no hacen más que engrosar sus cadenas…”.

Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, Jean Jacques Rousseau.

Entre los lúcidos, sólo puede errar el diagnóstico el que no quiere ver la realidad, es decir, quien voluntariamente se ciega. Y la realidad indica que a partir de este mes de diciembre;buen parte del destino a corto plazo de los mexicanos ha caído en manos de políticos carismáticos, de marcados tintes hegemonistas y con deslices autoritarios, que tienen un diagnóstico y una receta más o menos precisos para los males sociales -no necesariamente favorable a la institucionalidad democrática liberal, pero tampoco plegada hacia la crítica más radical de esta: los movimientos anarquistas y antisistema-, y que con base en una eficacísima comunicación política centrada en la propaganda en redes sociales y montada sobre el desprestigio de sus adversarios -que en esta narrativa son los “enemigos del pueblo” o de “los ciudadanos libres”-, apelan a las emociones y los mitos primarios: lo más importante, la promesa de retomar el hilo de la historia que la clase política tradicional (neoliberal o no) se ha empeñado en negarnos, una especie de “destino manifiesto” por el cual, ineludiblemente, se arriba a la grandeza, al desarrollo pleno, a la desaparición de los males económicos y de la ignorancia que aqueja a la atribulada patria tantas veces traicionada.

Estos nuevos líderes investidos por procesos electorales completamente legítimos, aprovecharon el hartazgo social por la corrupción, la bien documentada ineficacia gubernamental, la temible violencia que ha sembrado el luto en decenas de miles de hogares en los últimos doce años, la pésima comunicación de los últimos tres gobiernos, y el lamentable nivel educativo del mexicano medio, para crear el relato conveniente.

Más allá de las disímiles características de ambos, los jaliscienses en particular estaremos regidos por dos personajes fuertemente hermanados en la pretensión de encarnar la voluntad general, un estilo que podríamos señalar como schmittiano (del famoso teórico Karl Schmitt), es decir, excluyente de lo que se opone a su monopolio, de lo que niega su homogeneidad y sus sueños de armonía: una ideología antiliberal y racional del Estado, con fuerte prestigio en la Europa de los años 20 del siglo XX, que como realidad tiene larga data en la historia de América Latina, bajo algo más emocional y premoderno que se llama caudillismo: con ustedes; Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la república, y Enrique Alfaro Ramírez

Como liderazgos carismáticos crecidos al calor de la política de calle, no tienen que ajustarse exactamente en el molde de la teoría. Sin duda tienen sus guiños con ciertas luchas por los derechos que se han desplegado por parte de muchos de sus compañeros de viaje, y hay que pensar que algunos aspectos de esta agenda podrán salir fortalecidos para no perder al electorado progresista que les ha apostado, bajo la premisa de que son proyectos de izquierda. Pero la visión idílica a la que apuestan no admiten disidencia, pues en el discurso de ambos personajes queda claro que el que disiente es parte de las mafias del “Prian”

Dirá más de alguno que es exagerado atribuir este marco conceptual a un personaje como Enrique Alfaro, quien además ha iniciado el camino de su gobierno con un enfrentamiento con el mandamás nacional que lo posiciona como defensor del federalismo y de las libertades locales. Pero no hay que hacerse demasiadas ilusiones. Alfaro pretende el monopolio de la verdad y es absolutamente intolerante con sus críticos, a quienes estigmatiza por sus malas intenciones (que en el discurso alfarista jamás son presuntas), que van desde servir al viejo sistema (del que, como es natural, él emana, pero el discurso juzga conveniente no reconocerlo, pues se trata de la refundación, del hombre nuevo, de la tautología “a propósito” del liber civis; y un líder de un proceso espiritual tan ambicioso no puede presumir orígenes espurios), hasta sostener privilegios (las mujeres que le reprocharon el final del Instituto Jalisciense de la Mujer querían mantener
como administradoras del victimismo, intereses inconfesables (la nefanda corrupción y chantajes de los ciudadanos que se amparan contra los planes parciales que buscan una ciudad ordenada e igualitaria…aunque el precio sea negociar espacios comunes con empresas inmobiliarias regidas por el negocio de largo plazo, y de facto, despojar áreas verdes de esos ciudadanos reaccionarios y obtusos) y peor aún, amor por la mentira y el desgobierno (la ralea de prensa basura que seguramente financiada por el enemigo, se atreve a publicar evidencias, siempre inexactas, claro que sí, de la labor de gobierno).

Y ES MÁS QUE EVIDENTE QUE EL MANEJO DE LA AGENDA COTIDIANA DEL GOBERNADOR, COMO LA DE CUALQUIER LÍDER SCHMITTIANO QUE SE RESPETE, ES NORMALMENTE UNA LUCHA, Y TODA LUCHA REQUIERE ENEMIGOS.

Por eso el tono belicoso de tantas de sus intervenciones públicas, y la necesidad de control del discurso en todas sus fases: en este contexto, los periodistas que hacen su trabajo no son sino enemigos; buscan quebrar esa narrativa casi épica donde el bien, la bondad, la belleza y la verdad siempre está en el redentor (al diablo con esa institución liberal, hoy sospechosa ,de la prensa como contrapoder, como vigilante de la transparencia y denunciadora de abusos y componendas). Por agregado, no “invertir” en los medios es un afán de debilitar a las empresas (la crisis del modelo de negocios del periodismo tradicional juega a favor) y abonar en lo posible a su desprestigio como creadoras de anomia social (otro concepto caro a los schmittianos), la versión actual del “no pago para que me peguen” (José López Portillo). Como contrapartida, las empresas de medios al servicio del líder son la versión posmoderna del ministerio de propaganda: la búsqueda de que el mensaje llegue, sin adulteración desde el gobernante hasta el gobernado, sin intermediaciones que lo perviertan. En los proyectos nacional y local, las ONG [organizaciones no gubernamentales], si no se hacen compañeras de viaje y legitimadoras, se vuelven altamente sospechosas (muy ilustrativo el caso del movimiento zapatista: sus raíces comunitarias, su búsqueda utopista de la democracia directa y su desconfianza del poder lo ha convertido en formidable crítico del proceso de concentración de poder y de intereses en la presidencia de la república). Y si se señala la incorporación de numerosos activistas sociales al proyecto de la “refundación de Jalisco” como evidencia en contrario, en nuestro caso local, ¿bastará recordar la habilidad del Estado mexicano, desde los tiempos añorados del porfiriato, de domesticar disidencias con presupuesto y de paso legitimar el proyecto de poder? Como dijo Manuel Gómez Morín, “que no haya ilusos para que no haya desilusionados”.

Nada de esto nos debe llevar a negar que el ineficiente Estado tecnócrata de la transición 2000-2018 quedó lejos de las expectativas. “La dinámica de la pobreza en México durante las décadas de políticas neoliberales es tan insatisfactoria como la desigualdad de ingresos. A diferencia de la tendencia mundial, la pobreza por ingresos en México hasta el año 2016 es tan alta en porcentaje [53 por ciento] como lo fuera hace 24 años, pero equivalente a 20 millones más de personas en esta situación. En particular, desde el 2006 a la fecha, es decir, en los sexenios de Calderón y de Peña, la pobreza por ingresos ha venido en constante aumento”, señala en un documentado artículo el economista de la UdeG, Máximo Ernesto Jaramillo Molina (https://economia.nexos.com.mx/?p=2034).

La violencia galopante se ha enseñoreado de dos tercios del territorio nacional, incluido de forma notoria, el caso de Jalisco, sembrado de cadáveres, de fosas mortales y con una larga lista de desaparecidos. La corrupción es un fenómeno innegable que hace aflorar lo peor del cinismo de la clase política tradicional. Los negocios a la sombra del poder, nota característica del país en los últimos 50 años, exasperan al ciudadano promedio y exaltan la sospecha. La impunidad campea en todos los ámbitos, subrayada en las penosas cifras de denuncias investigadas efectivamente por el Ministerio Público y que derivan en sentencia condenatoria. Un aspecto preocupante que refleja esto es la creciente tendencia de muchas comunidades tradicionales a aplicar justicia a la Fuenteovejuna, ante la inoperancia de los sistemas institucionales. “Un reino sin justicia es una cueva de ladrones” (San Agustín de Hipona), frase que late como eco de la irrelevancia del bien común en esta república abrumadoramente creyente y cristiana.

Es decir, se votó para cambiar un estado de cosas juzgado intolerable por las mayorías, y la realidad objetiva acredita esa percepción. ¿Pero se votó por cancelar las libertades que sustentan el proyecto democrático, y regresarle la iniciativa total a los ejecutivos, y sobre todo, al gran tlatoani, el señor presidente? No se descarte esa posibilidad en muchos de los irritados y justicieros votantes. Muchos mexicanos la firmarían sin el menor sonrojo, ante la abrumadora evidencia del fracaso de la democracia pluralista que se pretendió construir. Han usado las herramientas de la democracia electoral para dar el poder a políticos que no creen en esa filosofía. ¿Se han equivocado, sumidos en la desesperación? El tiempo lo responderá. Por lo pronto, quienes también votaron esos proyectos disruptivos pero bajo la idea de mejorar la democracia, derrumbar la monstruosa simulación y fortalecerla con la participación ciudadana, tienen tareas no menores. A ellos, y a quienes se asumen como oposición no desde la base de la pérdida de privilegios (de paso: desmontar privilegios es una condición absolutamente necesaria en un país tan desigual) sino de la creencia de defender la precaria democracia que heredaron de la transición de hace 20 años, dedico la parte final de este texto.

¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA QUE LA ENORME ENERGÍA SOCIAL QUE GESTIONAN LOS NUEVOS LÍDERES FORMALES NO DESTRUYA LOS LOGROS REALES DEL SISTEMA MEXICANO, ROMPA CON SUS TARAS Y MEJORE SUSTANCIALMENTE LA CALIDAD DE VIDA DE LOS MÁS DESPOSEÍDOS?

Si es un político derrotado, sea usted un buen opositor.Comencemos por denunciar la ingenuidad, quizás buena fe, sin duda irresponsable -no descarte la posible abulia derrotista o convenenciera para ser redimidos por los nuevos caudillos-, manifestada por muchos panistas, perredistas o priistas, que en las redes sociales y en declaraciones públicas, han tratado de salir del paso y se limitan a comentar: “le deseo lo mejor, porque si a Andrés [o a Enrique] le va bien, le va bien al país [o a Jalisco]”.

Esto solamente podría ser verdadero si lo que buscaran ambos fuera el fortalecimiento de los derechos humanos, de la división de poderes, de la libertad de expresión y de prensa, de la legalidad y la equidad en las relaciones entre los gobernantes y gobernados, del funcionamiento justo de la economía (subsidios focalizados, para los pobres y marginados, y no cruzados y amplios para mayor beneficio de los ricos y poderosos), con un sistema fiscal justo que establezca impuestos universales y progresivos, que elimine los “regímenes especiales” salvo en caso de real necesidad (por ejemplo, detonar algún sector que más delante será beneficioso para el país), que simplifique las cosas para los pequeños y medianos empresarios (los principales empleadores de este país) y que tienda a poner en el eje del desarrollo al territorio y sus bienes (el aire, el agua, el suelo, la biodiversidad: ese complejo entramado que llamamos naturaleza, de la cual provenimos; si usted quiere decirlo más asépticamente: el medio ambiente).

Pero me temo que esa es una lectura simplista. La oposición no debe claudicar jamás de su función crítica (obligadamente bien informada) ante los gobiernos, y paradójicamente, eso ayuda a que los gobiernos mejoren. Quizás los proyectos de poder deban ser ralentizados y reformados, porque el costo de no hacerlo puede repercutir en descrédito o la pérdida de poder. Y esa es la función de los contrapesos que hace que la democracia sea “el peor de los sistemas políticos, a excepción de todos los demás” (Winston Churchill).

No crea que discutir en las redes sociales basta, aunque estas fundamenten y vehiculen la propaganda de los neopolíticos en México y el mundo y cuenten, como todo político postmoderno, con ejércitos agresivos de boots, trolls y haters (neologismos a los que ya nos hemos familiarizado) desde cibernéticos hasta voluntarios, como sucede con todos los ministerios de propaganda. Participe en su cuadra, en su colonia, y no deje que otros decidan por usted, aunque se haya documentado que los nuevos grupos en el poder, como los usos y costumbres del pasado, buscan secuestrar la representación vecinal para desplazar la oposición a grandes proyectos, por ejemplo, la redensificación de Guadalajara, una de las grandes apuestas del alfarismo (nadie discute su pertinencia, pero sí los modos). No participe en ejercicios de simulación, como las pretendidas “ratificaciones de mandato” cocinadas para legitimar un proyecto sin un árbitro confiable, lo mismo que las consultas ciudadanas diseñadas para no derribar decisiones tomadas de antemano. La simulación democrática es uno de los mayores enemigos de la verdadera democracia.  Si se van a hacer consultas, hay que exigir que se hagan bien. Sólo a nivel local, con ciudadanos participativos y demandantes, se puede construir lo que llaman los sociólogos el “tejido social”, fundamental para borrar la presencia ominosa de las empresas criminales o los delincuentes espontáneos que aprovechan la ausencia del estado y la apatía y el miedo ciudadanos.

Pague sus impuestos, no viole las normas de tránsito, denuncie los delitos, presione para que sus derechos sean respetados, demande ante la autoridad jurisdiccional y busque el cobijo del poder judicial. La búsqueda de justicia y la ampliación de los derechos son el eje de una verdadera democracia. Es fundamental este ejercicio de derechos y no debe agotarse en la manifestación ciudadana callejera. Judicializarlo es elevar el costo y esa es una premisa básica para ser tomado en cuenta.

Presione para que la educación básica mejore en calidad.El alma de la democracia a futuro son esos niños que hoy pasan por primaria y secundaria. Permitir que egresen sin saber lectura de comprensión y operaciones aritméticas básicas es condenarnos a ser siempre un país de súbditos, sometidos a los cantos de sirena de políticos y proyectos de poder inescrupulosos. Por eso es tan importante cuestionar el regreso del sindicato a la cima del poder del sistema, y tan necesario involucrar a los padres en la tarea de educar con ejemplo al interior de las familias. Esto es, de lejos, más fundamental que hacer decenas de universidades para que todos quepan: el material que se les provee proviene de un sistema educativo básico de pésima calidad. Allí están los cimientos de todo.

Ejerza sus derechos.El más fundamental es la libertad de expresión. Exija información debidamente fundamentada para que los debates públicos no sean manipulados por los intereses de los políticos. Defienda la existencia del periodismo como herramienta de crítica social y presione a los periodistas a que cumplan de forma ética su deber de informar, lo que implica participar de las redacciones, intercambiar correspondencia con reporteros y editorialistas, señalar errores y exigir su corrección -siempre que el planteamiento esté debidamente fundamentado- y sugerir nuevas líneas de investigación. El vilipendiado periodismo es, después de todo, el “perro guardián de la democracia” y eso explica el afán de los poderosos en derrotarlo por las vías del desprestigio y la generalización de sus innegables taras. Como ciudadano, su tarea también pasa por exigir cuentas a los empresarios de cadenas periodísticas sobre “decisiones empresariales” que afectan la calidad editorial; los empresarios son dueños de empresas privadas, pero en el caso del periodismo tutelan y gestionan bienes públicos intangibles, y no pueden escudarse en sus propios intereses para evitarlo. No se calle, manifiéstese libremente. La autocensura es el comienzo de la derrota de las libertades civiles.

Defienda instituciones.De la amplitud y la calidad de estas se pueden establecer las bases de una sociedad democrática e igualitaria. Las instituciones públicas importan porque son de todos, porque viven de nuestros impuestos, porque representan intereses generales y legítimos. Se deben fortalecer los tres poderes y la defensa también pasa por la crítica (los salarios de miedo de los diputados o los magistrados, la opacidad de las licitaciones del ejecutivo, la arbitrariedad en decisiones que afectan el ambiente o los derechos de comunidades, por ejemplo). Las instituciones intermedias, las a últimas fechas vilipendiadas ONG, son parte de la ecuación de libertades que debemos defender. No hay democracia sin “intermediación” y el conocimiento y la legitimidad de esos organismos serán necesarios para restablecer la confianza, que es la base del desarrollo.

Privilegie siempre los hechos a las ideas preconcebidas, a los “relatos alternativos” o a las interpretaciones interesadas. La poderosa energía social y política que mueven estos nuevos líderes, debidamente encauzada, puede llevar a los grandes cambios que conducen a una sociedad más igualitaria y justa. Y los hechos acreditan o derrumban cualquier supuesto: si hay menos muertos, menos asaltos y menos intimidación: las personas salen a las calles, es síntoma de que la seguridad ha mejorado; si los políticos moderan su discurso, se recupera el respeto y la ecuanimidad social, y desciende el discurso beligerante que busca la lucha maniquea entre buenos y malos (es delicadísimo el tema del respeto, a pretexto de la presunta y sobrevalorada sinceridad, estos liderazgos barren con las normas sociales de convivencia); si el ingreso en los hogares mejora, aumenta el consumo y la inversión en bienes materiales e intangibles. No es posible engañar a los sentidos despiertos, mucho menos al “menos común” de ellos: el sentido común.

Lo más importante, no pierda su alma, su vida personal, su privacidad. No sacrifique lo mejor de su tiempo y talento en las redes sociales, donde se vuelca el lado irritado e intolerante de los mexicanos. Deje pasar lo que no es importante. Olvídese de evangelizar paganos. Juegue su deporte favorito, departa persona a persona con los amigos, pasee con sus hijos, tómese ese café, disfrute esa lectura, vea esa película de ficción que tanto deseo le provoca. Todo demanda tiempo de calidad. Hacer política también. Y política es tarea de hombres libres, de ciudadanos. En manos propias está el no dejarse manipular y llevar por la marea engañosa de los cambios…

miércoles, 21 de noviembre de 2018

LA RAÍZ PROFUNDA DE NUESTRA INTOLERANCIA


LA RAÍZ PROFUNDA DE NUESTRA INTOLERANCIA

Agustín del Castillo / El Respetable

Decir que los mexicanos somos abiertos y tolerantes sería equivalente a asegurar que estamos en la tierra de la innovación, de la valoración del conocimiento y de la aceptación del pluralismo religioso o político. Los debates cotidianos en las redes sociales nos quitan cualquier pálida y parpadeante esperanza que abriguemos sobre la posibilidad de que esta afirmación sea cierta. Allí están las evidencias: la pésima calidad de los argumentos en el “debate” político, las trampas verbales que apenas maquillan el prejuicio y el ataque ad hominem, el afán descarado de hacer propaganda -cuyo anverso es satanizar al contrario-, y la defensa de la causa propia con aferramiento pueril, reacia a depurarse en las aguas saludables y desacralizadoras de la realidad. Y no son de ahora. Por eso me sorprende tanto que sorprenda.

Así, la saturación de sarcasmos, descalificaciones o condenas emitidas en la web sobre la presencia de la caravana hondureña que atraviesa el país en busca de su American dream, donde se generalizan actitudes individuales de algunos miembros de ésta, para aplicarlas al conjunto (una falacia denominada secundum quid), o se asegura que atender a siete mil, diez mil centroamericanos le quita el alimento y oportunidades a las decenas de millones de pobres locales -como si se fuera dar a la diáspora miserable el tratamiento que se autoasignan “la ralea de políticos juntos” (Jonathan Swift dixit)-, es algo que fluye con toda naturalidad. Sin necesidad de volver a los muy famosos dicterios de un exasperado Umberto Eco sobre Facebook o twitter como el reino triunfante de los idiotas (remember to Mr Trump, pero hay que precavernos de caer en otro secundum quid… aunque la evidencia sea abrumadora), debemos comenzar por admitir que el prejuicio del mexicano tiene raíces.

¿Ha usted hablado a cierta profundidad con algunos mexicanos? En su abrumadora mayoría se dicen orgullosos de sus “raíces indígenas”; también se asumen víctimas del malvado imperialismo español, que barrió con las arcadias aborígenes más inocentes y bondadosas que el paraíso de Eva y Adán antes de la inoportuna irrupción de la manzana; además, desprecian a los indígenas contemporáneos (sea por la vía de la abierta crítica hacia las supuestas pasividad e ignorancia culpables, sea con el velo de superioridad del paternalismo hacia los “pobrecitos indios”), hablan español, rezan por lo general al Dios que vino con los conquistadores… y odian, off course, “el oscurantismo” de España, a la par que la arrogancia materialista de los vecinos yanquis, la otra encarnación del mal, la despreciable meca del capitalismo sin alma (a la que millones de paisanos se han arrojado en busca del progreso material. Otra lección de la realidad).

Es un modelo de pensamiento y sociedad de raigambre religiosa y moralista que se forjó, paradójicamente, durante el periodo colonial, el tiempo que los mexicanos menos estudian (aunque abarca 60 por ciento de la existencia de nuestro estado-nación) por la negación que carga en el sistema educativo heredado de la reforma y la revolución, negadoras por ideología de la poderosa huella hispánica inherente a esta cultura. En todos estos juicios facilones -que no derivados de un examen honrado y a conciencia- se termina asumiendo la singularidad de lo mexicano, la profundidad de su ensimismamiento, la tragedia festiva de su historia (se ha explotado hasta el cansancio el cliché de la actitud mexicana hacia los muertos como diferente al resto del mundo; como si no fuera argamasa conformada de fatalismo indígena y doctrina católica de la muy europea contrarreforma), y por obvia consecuencia, la necesidad de una salvación, noción ajena a la política moderna y el pluralismo democrático. Esa visión identitaria, autocomplaciente, no puede sino fundamentar complejos de superioridad (que siempre son de inferioridad, dicen los psicólogos) hacia los extraños, los extranjeros y los diferentes.

¿Por qué está tan arraigado este pensamiento mítico? Por el sistema educativo básico, sobre todo del sector público, que forma a ocho de cada diez futuros ciudadanos. Nuestra “historia oficial” (una aberración como noción: solo hay historias oficiales en los regímenes autoritarios y las culturas cerradas, es decir, sistemas con dogmas y verdades incontrovertibles) es en realidad una construcción ideológica, legitimizadora. Llevarle la contra es herejía, como buena religión política. Eso explica las enconadas descalificaciones a las repentinas iniciativas para rehabilitar “villanos” de la estatura de Agustín de Iturbide (la finca donde este firmó el acta de independencia, en 1821, en Córdoba, Veracruz, sólo tiene una placa conmemorativa: reconocer el hecho es “darle armas a la reacción”), o los rasgos luminosos del fallido imperio de Maximiliano o de la larga dictadura de Porfirio Díaz (una especie de padre abusador: todo se niega del segundo indio oaxaqueño que gobernó México, aunque el nacionalismo revolucionario lo reprodujo en todo, excepto en los temas de la reelección y de la reforma agraria). La historia es campo de batalla y la clase política generalmente así lo asume.

En el caso de esta sociedad, lo que parecería un exabrupto digno de los revisionistas del fascismo, es una verdad que se pesa por muchos kilogramos. Si bien hay una gran tradición de historiadores que buscan la verdad en la mejor tradición de Tucídides, Tito Livio o Suetonio, y basta con leer sus libros para enterarnos de los matices y las complejidades que el discurso oficial nos niega, éste ha secuestrado el simplismo del mexicano, a través de una educación básica rudimentaria y deleznable, que tiene el costo agregado de formar malos educandos para las tareas de la vida, no se diga para el acceso a niveles medios o superiores de educación. La inquietante estrechez de los valores con que el mexicano ve al mundo está forjada en ese sistema público lleno de politiquería y de ignorancia culpable, intencionada. Bajo este argumento, la persistencia de liderazgos caciquiles tipo Elba Esther Gordillo pierde cualquier velo de inocencia. Su presencia es políticamente esencial para un sistema que se perpetúa bajo el peso de los mitos fundacionales.

“Entre los estados de la América hispánica que se emanciparon de la metrópolis a partir de 1810, solo México de manera continua se construyó contra el antiguo colonizador, y más generalmente, contra el extranjero; antes de la independencia, minimizando el rol y el aporte de la ‘madre patria’; después, excluyendo radicalmente el pasado español de la constitución de la nación […] la invención de México es, ante todo, una fuente de energía política y de cohesión defensiva…” (México, un estado norteamericano, Alain Rouquié, 2015). Habrá que entender esto, también, como la forma en que se generó un estado fuerte para poder resistir el formidable desafío de la vecindad con los Estados Unidos y su expansionismo, que se llevó más de la mitad del territorio heredado de la Nueva España. Pero a la luz de la modernidad, parece un pretexto muy cómodo para mantener el aferramiento a valores excluyentes del resto del mundo. Una especie de espejo de Narciso.

La lección que nos ofrece la intolerancia de la red debe recordarnos que cuando el país recibió notables diásporas por causas políticas o económicas: la libanesa de los años dieces y veintes del siglo XX, la española de la Guerra Civil, la argentina y chilena de los setentas, lo que salía en los periódicos no era necesariamente lo que pensaban el común de las personas -porque un impreso no es ni de lejos el equivalente a lo que ha sido la explosión de la internet, que es la democratización radical: caben literalmente todas las opiniones y destacan las más estridentes; esto desnuda mejor que nunca la prevalencia de los prejuicios-. Y que la humanidad promedio, no digamos la mexicana, ha sido y es recelosa, casi como segunda naturaleza, si la educación y las familias no hacen su parte para desmontar los prejuicios.

Quitémonos el velo: a diferencia de México, Estados Unidos sí solía ser esa tierra de apertura al diferente, de valoración del conocimiento y de las habilidades ajenas, de aceptación del pluralismo y de las oportunidades para todos… y ya ven el muladar que han dejado los estropicios de Mr. Trump, una total pérdida en la decencia y moderación del uso del lenguaje, no como nostalgia de la falsa máscara de la corrección política, sino como expresión civilizada mínima para lidiar con el otro, ese eterno desafío de las comunidades que se piensan ideales y homogéneas. El prejuicio es humano, hay que reconocerlo. La intolerancia, el recelo a lo distinto, la desconfianza, son la historia. Que el susto de la irrupción de los odios sea útil a las buenas conciencias: la respuesta está en otra parte. No somos tan diferentes como país, no somos mejores ni peores, y estamos ligados a los otros -no se diga a los vecinos geográficos- por lazos que debidamente potenciados, pueden ser la respuesta a los desafíos sociales que hoy se amontonan en todas las fronteras políticas.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

EL MIEDO Y LOS RIESGOS EN LA DEMOCRACIA: DE PERICLES AL POPULISMO


EL MIEDO Y LOS RIESGOS EN LA DEMOCRACIA: DE PERICLES AL POPULISMO

Agustín del Castillo / El Respetable.

Dos premisas útiles para no sobresaltarse de más en estos tiempos azarosos para Jalisco, México y el mundo: una, vivir en democracia siempre es incertidumbre e inestabilidad. La civilización helénica, inventora de esa forma de gobierno, como nos lo narra Jacob Burckhardt en su monumental Historia de la cultura griega, revela que aquello estaba muy lejos de ser Jauja; que las bajas pasiones, la demagogia, la envidia de clases, los odios de casta y la desconfianza al extranjero (“bárbaro”, les dijeron por primera vez) eran pan de cada día; que el pueblo demandaba de tiempo en tiempo la incautación de las fortunas de los notables o la expulsión de los más talentosos, sin ninguna causa real (no digamos judicial) que lo avalara, más allá del tesoro de la ciudad exhausto por el gasto en guerras y en celebraciones, o el temor, no del todo infundado, de que los personajes carismáticos pudieran verse tentados a la tiranía.


La incomparable interioridad griega, esto es, su reflexión sobre el mundo y los hombres, dato que nos demuestran la humanidad de su arte dramático y de sus poemas fundacionales, sus portentosas ciudades diseñadas en torno a la plaza pública, sus descubrimientos y sus inventos, son así frutos de una cultura agonista, sobre la definición de ‘agon’ como lucha, competencia, disputa, afán de sobresalir y de perfeccionarse. El hombre interior se ve obligado a abrirse paso entre las protectoras pero frecuentemente temibles fuerzas de la ciudad-estado, pero tiene la muy democrática posibilidad de acceder a la inmortalidad con sus propios méritos. El hombre self-made, tan valorado en las democracias liberales modernas, aquí nació, entre estertores violentos.

“Este Estado, no sólo cometió, cegado por la pasión, los más fatales disparates y las violencias más contraproducentes, sino que consumió rápidamente a sus hombres más capaces o los espantó. Pero la mirada de la posterioridad no se ha preocupado por el Estado ateniense, sino por la potencia cultural de primer orden que fue Atenas, como fuente del espíritu…”.


También reconozcamos que esa primera democracia debe luchar de forma cotidiana contra flagelos como la demagogia (no es casualidad que Aristóteles nos haya dejado el catálogo de formas de gobierno más completo que existe… y de sus taras correspondientes), la corrupción y el tráfico de influencias (“los atenienses tuvieron que escuchar desde muy temprano -y no solamente de boca de sus autores cómicos-  que había muchos que trataban de enriquecerse con  excusa de los negocios públicos”) y con el tiempo, con uno de los más graves problemas: “la profunda desconfianza, que se manifiesta  en las incesantes acusaciones, es una verdadera enfermedad, aunque en casos aislados esté justificada; enfermedad tanto más grave cuanto que es considerada como signo de salud”, añade el historiador alemán.

La calumnia convertida en un arte ante el cual, “la probidad no servía de escudo”, pues nadie era inocente mientras no se demostrara lo contrario. Demasiado moderno, ¿no cree el lector?

“Para el funcionamiento de este sistema fue necesario todo el tropel movible de los sicofantes, lo que quiere decir que reconoció la soplonería como oficio digno (¿precursores de los comisarios ideológicos que hoy pululan en las redes sociales?) […] la Polis, como la realeza absoluta, estaba divinizada; se había convertido en religión, que apela a los medios más extremados contra toda desviación. Pronto los sicofantes serán imprescindibles para el gobierno; sin el miedo a los sicofantes, muchos habrían huido de la ciudad, o se habrían substraído a los deberes más penosos, o hubieses explotado el interés público con más desvergüenza todavía. Pero si algo nos puede demostrar que en Atenas la idea del Estado había traspasado los límites soportables por la naturaleza humana normal, es el reconocimiento público de semejante peste social, este terrorismo legal que se mantiene a los 400 años de la guerra del Peloponeso con la misma fuerza que antes de ella…”. La víctima más ilustre de ese sistema de denuncia y calumnia será, sin sombra de duda, el filósofo Sócrates.

La segundo premisa que no debemos olvidar: no hay democracia sin institucionalidad, sin formalismo. Incluso en su mejor momento como religión cívica, la institucionalidad subyace: “no sabemos que la democracia haya sacado adelante a otros que los atenienses; estos excedían a los demás helenos en inteligencia natural y fueron menos rebeldes a las leyes vigentes”, cita Burckhardt a Pausanias. Justamente cuando decae la democracia, decae ese espíritu de la ley cristalizado en el respeto a la formalidad institucional. Con el paso de los siglos, si algo nos demuestran los regímenes no democráticos modernos es que lo primero que hacen volar por lo aires es la institucionalidad, ahora llamada “burguesa” y por ende, “simuladora”. Que la institucionalidad es esencial para mantener libertades y derechos lo comprobaron con su vida millones de judíos bajo el régimen Nazi:

“En toda Europa, pero en diferentes grados según el lugar, la ocupación alemana destruyó las instituciones que permitían que las ideas de reciprocidad parecieran verosímiles. En los lugares donde los alemanes borraron los Estados convencionales, o aniquilaron las instituciones soviéticas que a su vez acababan de destruir los Estados convencionales, crearon un abismo donde el racismo y la política aunaban sus esfuerzos hacia la nada; en este agujero negro, fueron asesinados los judíos. Cuando alguno se salvaba, solía ser gracias a personas que podían actuar en nombre de un Estado o de instituciones que funcionasen como un Estado. En ausencia de la iluminación moral de las instituciones, la bondad era todo lo que quedaba, y la tenue luz de los salvadores individuales salía a relucir”

Nadie piensa en que estemos por llegar a esos extremos, al menos en los ámbitos más locales, pero aun en versiones mesuradas, la destrucción de la institucionalidad incrementa el azar y puede hundir el goce de derechos. Ese es el riesgo agregado a que nos somete el populismo de nuestra época a quienes vivimos la cotidiana lucha de las democracias imperfectas. Supongo que por eso es sensato reformar las instituciones, criticarlas creativamente, fortalecerlas para que cumplan su mandato… para no abrirnos al abismo de la arbitrariedad.

lunes, 22 de octubre de 2018

CHAPALA, EL SUEÑO DE LA ABUNDANCIA


Chapala, el lago de la abundancia.


Agustín del Castillo / El Respetable.


El lago de Chapala ha rebasado 80 por ciento de su capacidad, y eso significa que contiene casi 6,400 millones de metros cúbicos, un volumen que solamente ha sido superior en una ocasión en diez años, justamente en octubre de 2010. El ascenso del agua este temporal es de 2.12 metros hasta el pasado viernes 19 de octubre, lo que en volumen significa 2,317 millones de m³. Para que el lector se dé una idea de lo que significa esa enorme cantidad de agua, le puedo decir que equivale a casi trece años del líquido que le extrae al mayor lago del país el área metropolitana de Guadalajara, de lejos, su usuario más importante. Sin exagerar, esa dependencia de la capital de Jalisco ha sido clave en la conservación de un embalse natural que antes de 1955 parecía condenado a ser recortado.

No se necesita más que hacer un poco de memoria:  el desarrollismo imperante durante el periodo porfirista, retomado agresivamente por los gobiernos de la revolución, dictaba la conveniencia de que los grandes cuerpos de agua fueran desecados para incorporar sus ricos limos a la producción agrícola. Fue el destino, por ejemplo, de la laguna de Magdalena, que desapareció en los años 40, y con ella, el ritual anual de los aborígenes huicholes que descendían de la sierra a realizar ceremonias por considerarlo uno de los linderos del mundo. El pragmatismo de los wixaritari trasladó la marca sagrada a un embalse que pareciera que nunca se iba a secar: justamente Chapala. Por eso, la isla de los Alacranes, a pocos kilómetros de la cabecera del municipio que recibe el nombre del vaso lacustre, es el nuevo sitial de la misteriosa frontera del pueblo del peyote y el venado… hasta nuevo aviso.

Chapala no parece que se vaya a secar, aunque es la parte final de una cuenca de más de 50 mil kilómetros cuadrados, densamente habitada y con 11 por ciento del producto interno bruto nacional, lo que permite entrever la enorme presión que se ejerce sobre el agua, en un espacio geográfico donde llueve poco más de 730 milímetros de agua anual, es decir, mucho menos que en Guadalajara o la Ciudad de México.

De hecho, recibió su dentellada en la primera década del siglo XX: el empresario Manuel Cuesta Gallardo, a la postre último gobernador jalisciense del porfiriato, se benefició de una concesión federal para desecar lo que es hoy la llamada Ciénega de Chapala, una superficie de 45 mil hectáreas que se incorporó a la producción y redujo al lago en más de 30 por ciento de su extensión histórica.

Fue el año 1955 importante, porque en las secas, entre abril y mayo, el lago alcanzó su mínimo histórico de agua, por abajo de 900 millones de m³. También, porque es el año en que se abrió el acueducto viejo, de Atequiza, que mueve aun hoy millones de m³ a la ciudad en una ruta de 90 kilómetros en que se evapora la mitad del agua.

Desde entonces, la ciudad y el embalse natural unieron sus destinos. Habrá quien señale como una relación desventajosa en que se pierde un recurso natural mientras la ciudad sobregira su cuenta para crecer a proporciones delirantes (en 1955, Guadalajara había rebasado 800 mil habitantes, pero desde entonces, se multiplicó por más de 6: hoy rebasa cinco millones de moradores).

Fue el mejor aliado posible frente a la enorme extracción agrícola, que cada año es de diez a quince tantos el volumen servido a la ciudad, en la cuenca del Lerma, agua que, como el lector supondrá, es en detrimento del flujo natural que llevaría el líquido desde los puntos altos de la cuenca (Nevado de Toluca, Sierra Chincua, Meseta Purépecha o Sierra de los Lobos) a la parte más baja, que es precisamente Chapala.

No podemos olvidar que en esos años de “que solos los caminos queden sin sembrar”, la resistencia del ecologismo político no pintaba. Con el tiempo, fue esa relación con Guadalajara una verdadera simbiosis, pues el usuario, la segunda ciudad más populosa del país, empleó su influencia política creciente para forzar a acuerdos de distribución que si bien, no son suficientes, han permitido mejorar los flujos a Chapala, como se puede reflejar en este copioso temporal.

Conviene tenerlo presente, pues en el siguiente gobierno, se mantendrá el áspero debate sobre el destino del río Verde, de Los Altos de Jalisco, como fuente de Guadalajara, pero también, se deberá debatir la conveniencia de modernizar el acueducto construido parcialmente, en los años 80 para sustituir a Atequiza. Ese proyecto, mucho más eficiente que el original, nunca se terminó. Se ha deteriorado con los años y cada vez entrega menos agua (la capacidad original, de 7,500 litros por segundo, ha bajado a apenas 5,500 litros), lo que obliga a seguir en el uso de Atequiza y su pésimo rendimiento, y hace que los meses de abril y mayo, cuando la sed aprieta, sean los ambientalmente más costosos para el lago en su servicio a la ciudad.<

No olvidemos: los destinos de Guadalajara y Chapala están unidos en un matrimonio por conveniencia. Esa sociedad es la única que puede dar viabilidad al mayor vaso lacustre del país, siempre que el compromiso sea más fuerte en temas como el saneamiento, la medición del agua, la restauración de la cuenca y la optimación de usos agrícolas dispendiosos. Será indispensable verlo con esa lucidez y exigirlo. Es el desafío constructivo que tienen los defensores del lago para que la antigua Mar Chapalica que sorprendió a los conquistadores en el siglo XVI, recupere viejas glorias.

lunes, 8 de octubre de 2018

LA POLIS VERDE Y LA AUTOCRACIA QUE VIENE


LA POLIS VERDE Y LA AUTOCRACIA QUE VIENE

Agustín del Castillo / El Respetable.

La crisis ambiental es la crisis de nuestros tiempos, pero en más de un sentido, es la crisis de todos los tiempos, si del predominio del Homo (que muchas veces es solo supuestamente) sapiens sapiens sobre el planeta llamado Tierra, se trata. En buena medida la gestión de los modelos de civilización que han alojado amplios espacios de nuestro mundo en los últimos diez mil años, habían devenido en problemas políticos, económicos, sociales, fruto del mal manejo del territorio y sus recursos (es decir, del ambiente en que vivían), lo que dio ruta en ocasiones a un proceso catastrófico del que ya no se pudieron reponer. Es lo que el famoso historiador y divulgador científico Jared Diamond, premio Pulitzer,  tituló, en uno de sus libros más conocidos, como “Colapso”.

Los colapsos, entonces, no se dan por generación espontánea, por maldad de un dios o por mala suerte, aunque el azar tiene su concurso. Se cultivan con paciencia y requieren sobre todo del esmero y la prolijidad del autoengaño a nuestra la inteligencia colectiva, que como se demuestra en cada etapa de la historia humana, está sujeta con frecuencia a caer presa de los espejismos imaginativos. La creación de los imaginarios, es decir, de las grandes ideas comunes de pasado y futuro –sigo al gran filósofo Cornelius Castoriadis-, es lo que ha hecho posible el dominio del mundo por los hombres (Homo es una especie, no un sexo) , pues incentiva la cooperación entre miles, millones de desconocidos, y da forma a gigantescas estructuras políticas que no podrían acometer alguna otra de las maravillosas formas de vida planetaria, desprovistas de ese don que a últimas fechas ha resultado ser nuestra manzana envenenada.

La diferencia de los colapsos anteriores, al del presente, es la globalización. Y es esencial entenderlo, pues los fenómenos de desastre humano se habían restringido a ámbitos territoriales específicos, y con el cambio climático, eso ya no es posible. Diamond ilustra el caso de islas y de zonas con civilizaciones aisladas del resto, como la maya de nuestro país. La relación entre la “capacidad de carga” de los ecosistemas (es decir, de absorber impactos de un modelo económico y social de aprovechar los recursos disponibles y su consecuente deterioro, y restaurarse; a lo que hoy se llama “resiliencia”) y la salud política es clara. Cuando se pierde la primera, surgen las crisis, aunque casi nunca la clase política ha tenido el talento de entenderlo.< Entonces, los mayas o los moradores de la isla de Pascua buscaron desesperadamente apelar a los imaginarios integradores con ritos políticos y manifestaciones que vemos reflejados prístinamente en la arquitectura o la escultura: pirámides más amplias y grandiosas,  cabezas de piedra cada vez más colosales. Pero el cielo no escuchó. El agua se agotó. Las sequías arribaron y las cosechas se perdieron. Surgieron las rebeliones y las guerras intestinas, los homicidios se hicieron más comunes y más cruentos, los líderes simplistas y redentores tuvieron su hora, al optimismo de la participación colectiva sucedió el miedo, entregar el destino en manos del dirigente providencial, el salvador.

¿NO PODEMOS LEER EN ESTA CLAVE LO QUE HOY NOS SUCEDE EN MÉXICO Y MUCHOS RINCONES DEL MUNDO?

Por eso, la crisis ambiental es crisis social, económica, política, cultural; es hoy además crisis de la democracia (un sistema creado por los griegos como un modelo muy restrictivo y que fue ampliado por las luchas de los siglos XVIII al XX hasta abarcar, por primera vez, a todos los hombres como sujetos de la política, y que tras la caída dela Unión Soviética ha dominado en el mundo) que se debate entre su incapacidad de dar soluciones y el secuestro de sus beneficios por las élites poco generosas, dadas a la rapiña, dominadas también por el miedo y la ignorancia. Recuerdo una famosa frase de Willy Brandt, el famoso canciller socialdemócrata alemán de la postguerra, que hizo popular en México el Maquío (Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, candidato panista a la presidencia en 1988), “los problemas de democracia se curan con más democracia”.

Pero en el pesimismo actual, muchísimos se han convencido de que es receta equivocada. Por eso tocan su hora, en países de tradición democrática o de tradición autocrática (dos ejemplos inmediatos de ambas tendencias: Estados Unidos y México), a los dirigentes populistas, los de recetas fáciles, los denostadores de la política entendida como  el modo en que los muchos nos ponemos de acuerdo y donde nadie posee el monopolio de la verdad. Es la hora de los López Obrador y los Alfaro (no obstante su aparente contraposición, el segundo es claramente un populista: ataca a los partidos, ataca a los que no piensan como él, se asume como líder providencial y como “la última esperanza”, usa gestos religiosos y emociones primitivas para hacer guiños al hambre de estabilidad de quienes conformamos esa entelequia simplona llamada pueblo, ataca al periodismo de investigación pero usa tecnología de redes sociales como vehículo de propaganda, en la mejor tradición autocrática del siglo XX, para consolidar su posición: sabe que gobernar es comunicar, aunque sea con medias verdades), y es el mayor riesgo que el sistema democrático ha tenido desde que fue universalizado con el eje de los derechos del hombre y del ciudadano en las jornadas de 1789, y en el caso mexicano, desde la debacle del presidencialismo entre 1988 y 2000.

sábado, 29 de septiembre de 2018

Vecinos de San Rafael reclaman salvar loros


La Semadet alega no tener competencia; entregan cinco peticiones para salvar psitácidos en peligro de extinción.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

No se ha cumplido la orden judicial de julio pasado, en que el Quinto Tribunal Colegiado de Distrito del Tercer Circuito ordenó al juez 1 de distrito acordar la suspensión favorable a los vecinos del parque San Rafael (queja 232/2018, amparo 198/2018), pues señala explícitamente como causa de la medida cautelar, que comprobada presencia en la arboleda del sector Reforma, de un psitácido en peligro de extinción, el loro cabeza lila (Amazona finschi), especie que se está extrayendo sin permiso y que es afectada por la destrucción de los árboles y la sobreelevación de los edificios contiguos como fruto del nuevo plan parcial de la zona, denuncian los vecinos del colectivo.

Pero tampoco se ha respetado la recomendación que emitió en abril la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (expediente 19/2018) al Ayuntamiento de Guadalajara, el SIAPA y el Comude Guadalajara, en la que se documentaban dos especies protegidas más, además de los riesgos de la remoción de arbolado que hipotéticamente no se tocarían, de acuerdo al expediente entregado a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) para pedir la exención de la manifestación de impacto ambiental, que esta dependencia concedió.

Los vecinos claman por la intervención de la Semadet para corregir los problemas, pero la titular de la dependencia, Magdalena Ruiz Mejía, fue clara: “se nos señaló la construcción de un contenedor de agua subterráneo para la regulación hidrológica, pero nunca se nos señaló que se movería un solo árbol, por eso se concedió la exención de la MIA”, aseguró ayer a MILENIO JALISCO. Dijo que en lo particular, la dependencia a su cargo no tiene competencia en las dos grandes denuncias planteadas: captura de especies en peligro, que es competencia del gobierno federal a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, y la corta de árboles, para lo cual debe intervenir la Dirección de Medio Ambiente del municipio.

La presencia de tres especies de psitácidos está acreditada, aseguran los quejosos. “se hizo una investigación técnica exhaustiva, en donde se desprenden varios puntos a tratar referentes a las condiciones que guarda el parque san Rafael y sus zonas aledañas entre ellas se destaca, una visita de inspección donde se da fe de la existencia de flora y fauna dentro de las instalaciones del parque en donde con especialistas se realizan observaciones de campo y se da fe de la presencia de al menos tres aves nativas de México, que se encuentran en el catalogo de aves en peligro de extinción o protegidas ya sea por la NOM-ECOL-059-2010 o por tratados internacionales como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de fauna y flora Silvestres [CITES]”.

De este modo, el 18 de noviembre de 2017, “se realizó un recorrido de observación donde se avistaron 23 especies de aves que habitan en el parque san Rafael y de las cuales tres de ellas se encuentran dentro del catálogo de aves en peligro de extinción de las cuales se avistaron los siguientes: loro Amazona Finschi (cabeza lila), loro Amazona oratrix (cabeza amarilla) y loro Amazona autumnalis (mejilla amarilla)”.

Agregan: “A partir de que nos percatamos de que esa especie que habita el parque desde haces décadas esta en peligro de extinción los vecinos del colectivo unido por jardines de la paz y colonias aledañas iniciamos una campaña de concientización sobre el cuidado que se debe de tener con estas aves y la protección que se debe dar al parque y sus áreas aledañas para proteger el hábitat y ecosistema de estas aves que encuentran refugio, comida y arbolado necesario para su anidación y reproducción. Se le informo en su momento al ayuntamiento de Guadalajara de la presencia de dichas especies, a través de una medida cautelar emitida por la comisión de derechos humanos Jalisco, la cual se negó aceptar en todo momento, refriéndose que no tenía ningún inventario de esa especie en su catálogo de las familias botánicas del parque san Rafael”.

Lo que sí sucedió fue “el incremento de la sustracción de aves dentro del parque san Rafael, en donde en varias ocasiones retiramos redes que estaban colocadas en distintos puntos dentro del parque y después se colocaron diferentes mantas alusivas al delito de sustraer o comerciar aves en peligro de extinción como lo son los loros que habitan en el parque, sin embargo el señor Fernando Arroyo administrador del parque san Rafael, ha sido omiso y complaciente con quienes realizan la sustracción de loros dentro el parque san Rafael”.

Desde mayo de 2018 “hemos detectado varias trampas para atrapar a los loros dentro del parque y denunciado la sustracción de los mismos, sin embargo, ha quedado en oídos sordos por partes de las autoridades, tanto municipales como estatales. En el mes de agosto llegó una camioneta al punto donde realizamos labores del colectivo a ofrecer la venta de dichos loros y mostró varios de los loros que habían sustraído, por lo cual se procedió hacer el reporte correspondiente”.

En este mismo mes “sostuvimos una reunión con la secretaria de Medio Ambiente y desarrollo Territorial, para tratar temas relativos a la recomendación emitida por la misma comisión, y entre los temas que se le comento fue el de la sustracción de los loros a lo cual respondió que no había problema, argumentando que eran especies migratorias y que podían sustraerlos del parque para llevarlos a otros lugares, y al comentarle de la tala de árboles también nos contestó que no había problema ya que estos son reemplazables. Sin embargo, después de la reunión nos metimos a investigar más en lo referente a lo que ella nos argumentó y nos encontramos que se considera necesario que para esta localidad se elaboren manifestaciones de impacto ambiental cuando una obra o intervención afecte el arbolado y la vegetación que es hábitat para las aves o si se realizan actividades que puedan afectar negativamente las poblaciones de las especies en peligro de extinción, ya que la presencia de dichas aves nos indica que los espacios arbolados de la ciudad tienen lo necesario para brindarles zonas de refugio, descanso, alimentación, zonas de reproducción y anidamiento”.

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Claves 

5 peticiones 

Los colonos de San Rafael entregaron esta semana cinco peticiones a las autoridades de los tres órdenes de gobierno:

1 “Hacer un estudio a fondo sobre el bosque urbano en la zona de San Rafael, y colonias aledañas para determinar si hay un déficit de áreas verdes”

2 “Ese estudio debe determinar qué especies de árboles hay, que tamaño tienen y si le sirven a los pericos y otras aves para reproducirse y alimentarse”

3 “Hacer un estudio sobre las especies, el tamaño de poblaciones, la comida y la reproducción de pericos, y qué se debe hacer para protegerlos”

4 “Investigar quienes están viniendo el parque a capturar, robar y vender pericos”

5 “La organización de los vecinos nos hemos expandido para ayudarnos mutuamente en aspectos de seguridad para reducir la criminalidad en nuestra colonia [...] solicitamos que La policía nos deje de seguir cuando realizamos labores dentro del parque para el cuidado del mismo, o para la supervisión de que no se sustraigan aves de esta zona, que nos deje de tratar como si fuéramos nosotros los delincuentes; pedimos que la policía nos ayude y que nos proteja a todos los ciudadanos...”

viernes, 28 de septiembre de 2018

A los mega fraccionamientos de Tlajomulco les urge cirugía mayor



Bernd Pfannenstein, asesor del gobierno municipal, destaca la importancia de construir desde la gente la integración de las “ciudades perdidas” del valle.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Desde finales de los años 90, pero sobre todo, en la primera década del siglo XXI, Tlajomulco fue el teatro de una experimentación social colosal: la construcción de enormes fraccionamientos propiciados por la política del gobierno federal de financiar vivienda masiva para clases populares, es decir, entregar miles de créditos de vivienda a las grandes desarrolladoras para que estos pudieran construir vivienda de bajo costo. Terrenos con baja calidad urbana (inundables o sin agua, con tendencia a derrumbes, embarrancados o de vocación forestal), pero también de bajo precio, alimentaron el modelo de negocios.

De este modo, el municipio, que tenía poco más de 100 mil habitantes en 1995, albergó en 2015, prácticamente cuatro y medio tantos más: 549,442 personas. El grueso de esa explosión demográfica se da entre 2000 y 2010, en que se incorporan más de 100 nuevos fraccionamientos. Significa que en 20 años se construyó una nueva ciudad del tamaño de Puerto Vallarta, Ciudad Guzmán y Autlán, de data varias veces centenaria, juntas. El resultado, bastante previsible, es que el proceso haya colapsado y decenas de estos asentamientos sean lo que el investigador Bernd Pfannenstein llama “ciudades perdidas”.

Es justamente este académico de origen alemán el que está encabezando un esfuerzo para que se afronte el desafío de integrar a cientos de miles de habitantes pobres a la conurbación tapatía. Esfuerzo que ya se había intentado, sin éxito, en gobiernos pasados, al menos en el caso del emblemático fraccionamiento de Los Silos o Silos, que tiene todos los elementos distópicos que han hecho que casi un tercio de su población original lo haya abandonado.


“Tlajomulco tiene el potencial para tomar el liderazgo y ser un referente en dar resultados y soluciones, para los problemas existentes […] hay una genuina preocupación de la gente afectada, por ejemplo, en Silos, hicimos la reunión de información [el pasado 26 de septiembre] porque dos señoras, que nos buscaron después del levantamiento de campo que hicimos con los alumnos en el marco del proyecto, se acercaron con una pregunta muy simple: ¿qué están haciendo aquí? Y es un estudio técnico que no nos sirve de nada sino estamos brindando soluciones a cada problema que vamos encontrando; esa va a ser la clave, las necesidades, y dentro de dos semanas regresaremos y se les va a dar al voz para lo del programa piloto aplicado, para ver si puede brindar estas necesidades, con una perspectiva técnica, pero también que los tomadores de decisiones tengan una lista de necesidades, de cada fraccionamiento [son 17 en este ejercicio], para hacer algo eficaz para la siguiente administración.

- También hay un problema de concepción, originaria, pues fueron diseñados estos enormes fraccionamientos para estar separados de la ciudad…

- Por eso es oportuno, porque debemos replantearlo todo; la estrategia de Tlajomulco puede ser referente para la ciudad; yo no veo una estrategia de vivienda en en el Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano [POTmet], no se está considerando el tema de la vivienda de interés social, y eso le puede brindar a Tlajomulco su propia solución, y a partir de allí, generar un debate metropolitano e incorporarlo también a la actualización de los instrumentos a escala metropolitana […] necesitamos adaptar y pensar en la reingeniería de la planeación urbana, en los tres órdenes de gobierno, y que esos tres niveles estén enfocados en una sola meta, la solución de los problemas de los fraccionamiento de interés social.

- Porque lo típico es que los gobernantes digan: meto pavimentos, meto luz, meto módulos de seguridad y ya resolví el problema.

- Necesitamos un cambio de paradigma, necesitamos planeación para tener ciudades más seguras, y repensar el desarrollo urbano a largo plazo; lo más importante va a ser darle soluciones a la gente, porque la cantidad de viviendas abandonadas nos da riesgos sociales […] necesitamos entender que nuestro sistema urbano es disfuncional, el tema de la movilidad es un susbsistema, necesitamos quitarnos estas visiones sectoriales y trabajar de manera transversal; por eso me da mucho gusto que la Dirección de Ordenamiento Territorial de Tlajomulco esté colaborando con la Fiscalía Ambiental del municipio, para generar soluciones; lo más importante, aprender a escuchar a la gente, saber sus necesidades, articular todo en un estudio técnico, para dar ahí las recomendaciones correspondientes para una solución a tres órdenes de gobierno y con un fuerte trabajo transversal: lo ambiental, lo territorial, lo social y lo económico, quedan alineados.


- ¿Cómo hacer que esto no se muera con el cambio de administración, como ya ha sucedido antes?

- Exigir requiere también trabajo de parte de la sociedad, y ahí veo un papel clave en los medios de comunicación; lo que hicimos con el gobierno de Tlajomulco se va presentar dentro de tres semanas, en el foro de planificadores, de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe, con Naciones Unidas; se trata de dar visibilidad los trabajos para construir herramientas innovadoras, yo como académico pienso que hay ya que construir los siguientes pasos, para dar una solución. Buscar que este esfuerzo se vaya a todos los fraccionamientos, que la gente participe. Así: no basta con mejorar infraestructura, con abrir hospitales y escuelas, con construir módulos de seguridad y hacer recurrentes los servicios de limpia, de agua potable, de saneamiento y desagüe, de vigilancia, de alumbrado público. Los pobladores, que hoy son víctimas de un modelo de negocios de corto plazo donde fueron inescrupulosamente traficados con sus necesidades, hoy deben erguirse en actores de su propio desarrollo, y eso no se logra si no se construye comunidad: la fortaleza del débil suele estar en el número.

Fiscalía ambiental, un  proyecto de largo plazo 

Los problemas acumulados por Tlajomulco de Zúñiga en 20 años, en que sostuvo la tasa de crecimiento poblacional más alta de Jalisco y una de las cinco más elevadas del país, son enormes, y como la realidad no sectoriza, todo incide en el territorio, en el ambiente, y consecuentemente, en la salud y la calidad de vida de sus moradores. Por eso la primera Fiscalía Ambiental municipal del país, creada por la administración saliente, es un proyecto que exige continuidad, señala su titular, Gilberto Villalpando Piña.


“La fiscalía tiene un compromiso con el medio ambiente, que es todo lo que nos rodea; este proyecto de fraccionamientos de interés social demuestra que problemas como la inseguridad, la falta de agua y los servicios, impacta al medio ambiental y a la sociedad; por esto la fiscalía se ha comprometido con este proyecto, para acompañarlo, y poder generar un diagnóstico territorial, para poder generar acciones en el ámbito ambiental; por eso hemos pedido que en la segunda etapa, la parte territorial y social también incluya el factor ambiental.

- ¿Qué es lo que más se les denuncia en estos fraccionamientos?

- Pues el tema principal aquí en Silos es el agua; es preocupante que se les da agua en dos periodos, vespertino y matutino, una hora o 40 minutos, y además de esa precariedad, tenemos la inconciencia de un vecino que deja su llave abierta, corre el agua por las calles y es cuando empezamos a actuar de manera oportuna […] el tema de residuos es también un factor importante, se trabaja con Aseo Público para atender todas las denuncias que nos llegan, tenemos un servicio contratado, se paga a 100 por ciento y no nos puede dejar de atender los fraccionamientos.

- Hay materias que no son competencia municipal, calidad del aire, calidad del agua, residuos peligrosos, ¿cómo se aborda?

- Tlajomulco está dentro del polígono de alta fragilidad ambiental, bajo este esquema nos coordinamos, por ejemplo, para contingencias de calidad del aire con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial [Semadet]; esa es una zona muy problemática, y se debe respetar aspectos como reducir la operación de ladrilleras o el uso de autos en momentos de contingencia; esta fiscalía trae un inventario de fuentes de emisión que estamos trabajando, y nos coordinamos con la industria, con la Proepa [procuraduría ambiental estatal], con la Profepa [de orden federal], para trabajar de manera coordinada.

- ¿El polígono es el instrumento adecuado para una zona con estas grandes limitaciones, escasa de agua de calidad, fácil de contaminar?

- La fiscalía tiene un diagnóstico completo de todo el territorio, y sabemos que hay temas en que hay sumar, como el tema de infraestructura; necesitamos que nuestras plantas de tratamiento de agua trabajen adecuadamente, pero también los colectores, buscar buenas vialidades, tener un trasporte público eficiente, mitigar las emisiones de las industrias, y poder sancionarlas estamos trabajando en ellos con la federación y el estado, y son acciones que nos están ayudando a frenar estas emisiones […] estos fraccionamientos cumplieron normas como el Código Urbano, el Reglamento de Zonificación en cuanto a áreas verdes, pero ha quedo evidenciado que es insuficiente; necesitamos tener mayores sumideros de carbono, mayor calidad para infiltrar el agua hacia el acuífero, y por eso vale la pena establecer normas que respondan a esa necesidad.

- ¿Sirvió la veda inmobiliaria, y sobre todo, hacia dónde se debe seguir?

- Por ejemplo, con la veda inmobiliaria se planteó que se debe poner cuatro árboles por cada casa habitación que se construye […] creo que el diagnóstico que hoy tenemos está dando indicadores importantes para darle una continuidad: en Tlajomulco tenemos un déficit de agua, tenemos que ampliar las áreas verdes para recargar acuífero, se han comprado incluso represas para mejorar la infiltración, en busca de ser un Tlajomulco resiliente, y empiece a cumplir estándares internacionales.

Esto no es trabajo de un solo periodo administrativo. Por eso, la vigencia administrativa de la misma dependencia municipal difiere al término de las administraciones, en busca de que se garantice continuidad, sostiene.

Zapopan, mejor administración, pero con pasivos ambientales y violencia


Destaca el director de Jalisco Cómo Vamos, Augusto Chacón disposición al diálogo, no exenta de roces y debates

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.

Al cierre de su primera administración como alcalde de Zapopan, los logros comprometidos por Pablo Lemus Navarro ofrecen claroscuros; los mayores pasivos remiten al tema de la calidad ambiental y la seguridad pública, mientras lo logros importantes están en el tema administrativo, según la presentación ofrecida ayer por el director de Jalisco cómo vamos, Augusto Chacón Benavides.

El académico alabó la apertura crítica del equipo de trabajo zapopano. “A lo largo de dos años, con el alcalde y con su equipo, el único duelo que sostuvimos, si alguno, fue para decidir si nos reuníamos en sus oficinas o en las nuestras, lo demás fue compartir, aprender y, eso sí, discutir […] el único tema en el que nos costó trabajo intercambiar impresiones fue en el de la percepción medida por nuestra encuesta de calidad de vida: la levantamos hacia el cierre de 2016 y el gobierno de Zapopan eligió, incluso lo asentó en su plan municipal, datos de los que arroja nuestro estudio para mesurar algunos avances en su gestión, por ejemplo: percepción de inseguridad; en la encuesta de 2014, 40 por ciento de los zapopanos dijeron sentirse algo o muy inseguros, en 2016 el porcentaje llegó a 59. Previsiblemente, el número causó asombro, también sospecha, en el gobierno y lo comentamos intensamente, junto con otros que también salieron de nuestra encuesta, digamos servicios y espacios públicos, por mencionar dos. Al cabo, salvo secuelas menores, no pasó a mayores y Qué Has Hecho Alcalde se mantuvo, me parece con una estupenda salud, pero sobre todo: como herramienta confiable; y esto, ya lo dije, sí que estaba en nuestras expectativas”, dijo al presentar el último resultado.

Es la séptima actualización de ¿Qué Has Hecho, Alcalde?, y da a conocer los resultados del cierre del ciclo 2015 – 2018. Durante el proceso electoral, se llevaron a cabo la quinta y sexta actualización de la plataforma. En la quinta actualización (febrero 2018), la plataforma se actualizó con 22 indicadores y una evidencia. “Se cumplió la meta en el ahorro presupuestal (429 millones de pesos) y hubo un avance en el porcentaje de recaudación de impuestos sobre el ingreso total (32.7 por ciento). Entre los indicadores evaluados negativamente están ‘la tasa de delitos del fuero común’ (14.77) y ‘homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes’ (20.5), que tuvieron un retroceso importante”.

En la sexta actualización (mayo 2018) se modificaron 15 indicadores y una evidencia. “El número de ciudadanos que recibieron capacitación en el proceso de incubar un negocio rebasó su meta de 12,400 (alcanzó 15,096). Hubo un avance en la tasa de desocupación (3.05 desde la línea base 3.38) y se triplicó el porcentaje de incremento en la recaudación del impuesto predial de la meta inicial (con 32 por ciento). Sin embargo, en cuanto al número de personas contratadas en unidades deportivas, no se alcanzó la meta, y la cobertura de alumbrado público creció 8 por ciento desde el 2015 pero no logró cumplir con la meta fijada de 80 por ciento (la cobertura actual es de un 68%)”.

En la séptima actualización, con datos a agosto de 2018, se evaluaron 17 indicadores. “Destaca la cantidad de kilómetros de infraestructura ciclista que el ayuntamiento se propuso: ahora se cuenta con 41.95km. Sin embargo, el promedio anual de concentración de partículas suspendidas PM10 [calidad del aire] actualmente se encuentra en 40 mgc/m³ cuando se propuso reducir la cantidad a 28”.

Al cierre, de los 91 indicadores y evidencias, solo 67 son “evaluables”, señaló Chacón Benavides. “Los ejes de Desarrollo Urbano, Servicios Públicos, Construcción de Comunidad y Medio Ambiente tienen tres indicadores que sí llegaron a la meta. El eje con más indicadores que no llegaron a la meta es Medio Ambiente y Seguridad es el eje con más indicadores con tendencia variable. La cantidad de indicadores ‘no evaluables da cuenta de la elección de muchos indicadores que no se pudieron actualizar”. La información completa en http://quehashechoalcalde.org/zapopan/.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Los Silos, por el rescate de una distopía urbana


Los vecinos viven cotidianamente bajo la bota de la delincuencia y en la carencia de servicios básicos; proyecto diseña una respuesta al desafío

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El fraccionamiento Los Silos, de Tlajomulco, se pobló hace menos de diez años, y ahora está en franca regresión demográfica. Si en plenitud, a un promedio de cinco habitantes por vivienda, pudo alojar unas 15,300 personas, ahora contiene 11,150, que contra el enorme peso del conglomerado urbano metropolitano, de 5 millones de personas, es mínimo, pero vale la pena señalar que 47 de los 125 municipios de Jalisco no alcanzan esa población.

Y si fuera un municipio, sus vecinos considerarían sin duda que es un experimento fallido. Sin agua potable constante, con servicios públicos de limpia y de saneamiento deficientes, calles destrozadas, espacios públicos vandalizados, una red de torres de alta tensión que atraviesa el predio por la mitad sin que nadie se haya preocupado por los posibles efectos sobre la salud de los moradores, 833 viviendas vacías y cientos más que nunca se terminaron o ni siquiera arrancaron cimientos, en un enclave urbano semiaislado pese a su cercanía a la carretera a Chapala, a donde no entra el transporte público y el servicio de los “mototaxis” sirve para cubrir las distancias considerables que de otro modo hay que recorrer a pie, bajo la ominosa presencia de lo que los lugareños estiman la mayor amenaza: la delincuencia, organizada o espontánea, que pesca con frecuente éxito en este río revuelto en los páramos del oriente donde la gran ciudad se acerca a sus linderos, por ahora.

Este experimento distópico (simplemente Silos, sin el artículo "los", según la nomenclatura oficial) tiene una caracterización para Bernd Pfannenstein, el urbanista de origen alemán que ha propuesto a Tlajomulco alcanzar un rescate social en este y otros 16 fraccionamientos de interés social de la demarcación: “ciudad perdida”. Son 17 muestras del desastre de la expansión urbana y la creación de ciudad confinada, amurallada, de los últimos 20 años, a costa de tierra barata y bienes ambientales que nadie protegió.



“Yo compré hace diez años mi casa; la compré porque me ofrecían muchísimas cosas que hasta el momento no he visto: tenemos la problemática del agua, de la inseguridad, no entran las patrullas, no hay trasporte público, el agua nomás nos la dan dos horas al día; para podernos trasportar de aquí a la carretera hay que pagar mototaxi, y hay veces en que la gente no tiene para el transporte; ahora con las lluvias las calles están bombardeadas, es un lodazal, ya no se puede caminar ni pasar en carro, y no olvidemos las muchas casas abandonadas, yo no tengo hijos chicos pero conozco a personas que sí tienen, a parejas que trabajan todo el día, y los niños se vienen de la escuela; unos van a la de Rancho Alegre, un fraccionamiento contiguo, y hay una avenida, la avenida del Lago, y toda la gente camina por ahí, pero ya ha habido casos de violación, han jalado a niñas, y de asaltos no se diga, son de día, noche y a deshoras…”.

Habla Adriana Arriaga, una de las amas de casa más combativas en un entorno social bastante inconsistente, quizás por su origen heterogéneo, lo que permitió que la empresa fraccionadora no diera nunca cuentas, no se diga a los vecinos, ni siquiera al ayuntamiento.

“Hace poco hubo dos balaceados, a una persona la mataron […] cuando nosotros compramos aquí, la compañía se llama Arco, cuando venimos a ver, las maquetas estaban muy bonitas; se supone que por aquí –señala un canal construido de concreto que funciona como calle principal- era donde por donde iba a pasar el transporte público, y que iba a haber puentes, y que en cada uno de ellos habría paradas; pero resulta que no tenemos ni camiones, entraba la ruta de El Salto y ahora queremos la ruta de camiones de Chapala; hemos querido también pedir la de transporte de River, que es un poco más cara, pero si lo tuviéramos lo pagaríamos”, continúa.

Como las calles están llenas de charcos y pozos, ya ni el tianguis de los domingos se pone. “Aquí ya no se ocupa carro, se ocupa lancha”. No obstante, la vecina reconoce logros recientes: “gracias a Dios ya han puesto mucho alumbrado público, por ese lado está bien; la escuela también está bien, hay jardín de niños, ya pusieron la secundaria, y al lado hay un edificio de color verde que se supone que va a ser un centro de salud”, enumera.

Adriana destaca que el fraccionamiento nunca fue “recibido” (procedimiento administrativo por el que la constructora entrega la responsabilidad a la autoridad municipal), y esa es una constante en la explicación que dan los burócratas de la atención intermitente que padece.

“Nosotros como dueños exigimos, seguimos trabajando, para pagar el Infonavit, el predial, hay que pagar todo, allí sí se nos exige […] queremos que nos escuchen, que vean cómo vivimos, que en realidad nos dieron gato por liebre”, señala con desazón.

Justamente, la mañana de ayer, el responsable del proyecto de rescate urbano, social y ambiental de Los Silos y otros 16 fraccionamientos de interés social de Tlajomulco, se presentó ante un grupo de colonos, para proponerles trabajar por remediar los desastres cotidianos del dilatado conglomerado. Te recomendamos: Silos, la promesa de vivienda que jamás les fue cumplida

“Estamos trabajando en la primera etapa del proyecto de gestión social y territorial; hicimos un levantamiento de campo de los 17 fraccionamientos y una consulta social, con una muestra representativa de las viviendas; en el caso particular de Silos, la cifras nos brindan que unas 2,230 viviendas están en uso, y otras 833 no, que es 27 por ciento de la cantidad total lo que está en abandono; esto implica que ya vemos todos los temas del desarrollo urbano, y yo insisto como académico en que no debemos politizar los asuntos, sino trabajar con estudios técnicos que nos permitan diagnosticar la realidad; Silos es un caso emblemático y ante la buena respuesta de la gente, pasaremos a una segunda etapa y se están estructurando soluciones, en vez de enfocarnos nomás en los problemas mejor dar soluciones creativas, en hacer algo para tener una ciudad funcional”, refiere Pfannenstein.


Resume datos de las encuestas: “muchas personas no tienen acceso a la salud básica, 56 por ciento de las personas consultadas dicen que se sienten inseguros, hay una percepción fuerte, y todo esto nos da un diagnóstico; a partir de allí, necesitamos una estrategia multiescala, verlo con una visión municipal, metropolitana, estatal, federal; además necesitamos tener una visión urbanística, una adaptación de la legislación urbana para construir mejores comunidades y mejores ciudades […] si queremos construir ciudades más segura debemos construir primero comunidad, y la idea es que Tlajomulco cree proceso innovadores para la participación ciudadana, necesitamos un cambio de paradigma, necesitamos de planeación, repensar el desarrollo urbano a largo plazo, y lo más importante: darle soluciones a la gente, porque al cantidad de viviendas abandonadas nos da riesgos sociales, una casa abandonada implica una ciudad perdida, una ciudad distante de los lugares de trabajo, e implica una generación perdida por carecer de acceso a educación y salud; necesitamos poner el factor social en la toma de decisiones”.

Gabriel Navarro Vargas llegó a Silos hace nueve años. “Cuando yo llegué no estaba construido todo, estaba la primera etapa; en la segunda etapa es donde vivo, y no teníamos agua; me dijeron que iban a construir un pozo profundo, que íbamos a tener trasporte, todos los servicios, o sea que todo muy bien; fue por eso que me animé a usar mi crédito, pero resulta que no hay nada, por eso mucha casa abandonada…”.

-¿Por qué se fue la gente?

- Estuvo dos o tres años, pero nunca había agua; tampoco había secundaria ni primaria, las que ahora ya tenemos, pero sigue mucha delincuencia, a mi forma de ver, no son de aquí, vienen de otros lados, y se posesionan de las casas abandonadas, aunque no todos los paracaidistas son malos; a mí me parece bien que las usen las que están deshabitadas, es mejor que se vuelvan a habitar, pero llegaron de los bancos y los sacaron… entonces esos parajes dejaron de ser seguros, podías ahorrarte seis pesos del mototaxi.

- ¿Cree que tenga futuro Silos?

- Es que van y vienen presidentes municipales y es lo mismo, nos prometen y luego nos olvidan. Don Gabriel ya está jubilado y está a dos meses de terminar de pagar su casa, su patrimonio. Por eso piensa dar la lucha por mejorar la salud de su fraccionamiento, una esperanza de que las promesas violadas por los fraccionadores puedan ser realidad.

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Claves 

Los 17 fraccionamientos 

1 Puesta del Sol, 583 viviendas ocupadas (94.34%), 35 viviendas desocupadas (5.66%)

2 Casa Blanca, 497 viviendas ocupadas (82%), 109 viviendas desocupadas (18 %)

3 Cima del Sol, 1,344 viviendas ocupadas (81%), 318 viviendas desocupadas (19%)

4 Hacienda Eucaliptos, 5,095 viviendas ocupadas (88%), 672 viviendas desocupadas (12%)

5 Hacienda Santa Fe, 1,080 viviendas ocupadas (93%), 78 viviendas desocupadas (7%)

6 Lomas San Agustín, 3,569 viviendas ocupadas (95%), 194 viviendas desocupadas (5%)

7 Los Abedules, 3,538 viviendas ocupadas (86%), 562 viviendas desocupadas (14%)

8 Puerta Real, 1,457 viviendas ocupadas (81%), 346 viviendas desocupadas (19%)

9 Renaceres, 892 viviendas ocupadas (69%), 406 viviendas desocupadas (31%)

10 Silos, 2,230 viviendas ocupadas (73%), 833 viviendas desocupadas (27%)

11 Los Cantaros, 4,164 viviendas ocupadas (88%), 542 viviendas ocupadas (12%)

12 Mirador del Valle, 201 viviendas ocupadas (87%), 29 viviendas desocupadas (13%)

13 Colinas Desarrollo, 383 viviendas ocupadas (77%), 115 viviendas desocupadas (23%)

14 Lomas de Tejeda, 470 viviendas ocupadas (74%), 167 viviendas desocupadas (26%)

15 Villas Terranova, 2,233 viviendas ocupadas (85%), 398 viviendas desocupadas (15%)

16 Los Encinos, 3,004 viviendas ocupadas (90%), 325 viviendas desocupadas (10%)

17 Novaterra, 1,027 viviendas ocupadas (86%), 168 viviendas desocupadas (14%)

Totales: vivienda ocupada: 29,062; vivienda desocupada: 4,861

320 millones de pesos, costo de desazolvar Zula y Santiago


No es una solución definitiva, dado que la alteración artificial de la cuenca sirve para garantizar agua extra a la AMG

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha entregado a los legisladores federales su receta para resolver las inundaciones periódicas de miles de hectáreas de cultivos en la Ciénega de Chapala, debido a la alteración artificial de las cuencas de los ríos Zula y Santiago, con el afán de proveer agua extra para Guadalajara: el costo ronda 320 millones de pesos. Pero no se trata de una solución definitiva.

Es decir, sería necesario que el Zula volviera a desembocar en el lago de Chapala, y que el Santiago naciera en el embalse natural, para que se recuperara el funcionamiento hidrológico natural. Pero esto se enfrenta a dos grandes intereses: el de las zonas de riego de Poncitlán-Ixtlahuacán, que tienen concesión vigente de aguas nacionales, y sobre todo, el de la concesión a favor del área metropolitana de Guadalajara (AMG), que cada año puede extraer hasta 240 millones de metros cúbicos del mayor lago de México, pero se ve imposibilitada de hacerlo porque la única línea existente del acueducto Chapala-Guadalajara provee solamente alrededor de 175 millones de m3 ante su mantenimiento insuficiente.

El resto del volumen extraído se lleva justamente por ese canal conocido como Atequiza, que es la infraestructura “vieja”, es decir, la que entró en operaciones en 1955, y que en la actualidad es usado por el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) para paliar la escasez en los puntos de demanda más altos, en los meses de abril y mayo de cada año.

Si las cifras de extracción reportadas por el organismo a la Conagua son reales, esa “ruta vieja” del agua provee entre 15 y 20 millones de m3 más a Guadalajara, aunque a una eficiencia considerablemente mejor, pues no es un acueducto revestido, sino un canal a cielo abierto que se contamina con más facilidad, que compite con los usos de riego y que a la intemperie a lo largo de 90 kilómetros, pierde la mitad del volumen en evaporación.  Te recomendamos: Más de 2,500 ha siniestradas por las inundaciones en Zula y Lerma

El diputado federal por la Ciénega, ex alcalde panista de Ocotlán, Absalón García Ochoa, entregó a MILENIO JALISCO los presupuestos preliminares de los trabajos de desazolve. El costo global calculado es de 320 millones de pesos, con impuestos incluidos. El asunto es que no se ha podido financiar desde el presupuesto de egresos de la federación y presentó un punto de acuerdo en busca de empujarlo para el gasto 2019.

En el caso de los trabajos de “limpieza, desazolve y formación de bordos con material producto del desazolve del río Santiago, en una longitud de 18.2 kilómetros”, se requieren 182 millones 376,900 pesos, para hacer lo siguiente: limpieza de árboles y maleza acuática, despalme de material no apto para cimentación, desazolve del cauce hasta la roca, acarreos de material y la formación de bordos que permitan que el río mantenga su cauce con la capacidad suficiente para contener grandes avenidas de agua.

En relación al río Zula, la obra de características similares, es sobre 29 kilómetros, y demanda 137 millones 665,941 pesos. De este modo, rectificar y reencauzar 47.2 km de ambos ríos se lleva 320 millones de pesos de presupuesto.

Por lo pronto, la negociación urgente es que los cultivos afectados con las excedencias del temporal de este año, sean resarcidos a los agricultores bajo la premisa de que tanto la Conagua como el SIAPA habrían sido presuntamente negligentes, y sin duda responsables, de los daños ocasionados por no operar con eficiencia las compuertas de represas y diques ubicados en las cuencas. Los afectados, de los municipios de Tototlán, Ocotlán y La Barca, estiman los daños en más de 60 millones de pesos, sin considerar las pérdidas de comercialización, que ascienden a más de 40 millones de pesos extra.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Un mes de lluvias arrasa maizales de la ciénega


Pérdidas millonarias, estimadas en más de 60 millones de pesos, son provocadas por la obstrucción al agua en ríos azolvados con diques que operan Conagua y el SIAPA.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Si el arca de Noé demoró 40 días para posarse en un lugar seco y atestiguar el final de la vida terrestre, en los ranchos de Tototlán y Ocotlán, en la región Ciénega, en un mes de inundaciones, ya vieron la pérdida irreparable de más de 2,500 hectáreas de cultivos de maíz, esos que han dado a la región fama nacional tanto por las cosechas récords de hasta 16 toneladas, como por la buena calidad del grano. 

El caso es que estos diluvios ni abarcan toda la faz de la tierra, ni obedecen a un Dios cuya ira pueda ser saciada con sacrificios; su origen es mundano: el mal manejo histórico de la cuenca del río Zula y de la parte alta del río Santiago, al norte de la Ciénega del lago de Chapala, donde la prioridad del uso del agua para el abastecimiento del área metropolitana de Guadalajara, condiciona la operación de compuertas y diques a ese propósito, además de que el cambio de uso de suelo, la deforestación y la pérdida de suelo fértil ha ocasionado que la red hidrográfica se azolve, se estreche y pierda capacidad de conducción.

Por eso, los anegamientos se suceden año con año. “Yo sembré 32 hectáreas de maíz, y las perdí ya todas; son muchos días bajo el agua, no voy a recuperar nada. Estamos hablando de semanas, puedo decir que basta con tres o cuatro días de que no se retire el agua para que un maizal quede ya como ruina; y es mucha inversión, le metemos de a 25 mil pesos por hectárea en semilla, en jornales, en el paquete tecnológico, y si hablamos de que esperamos diez, doce toneladas por hectárea, pues podrá calcular usted de lo que le hablo”, señala Gerardo Bermudez Cardona, morador de la localidad de Zula.


Los agricultores de toda el área se han citado antes del mediodía en el poblado de La Tiricia, municipio de Tototlán, donde convergen integrantes de tres ejidos especialmente golpeados por las inclemencias del agua: Las Heras, San Francisco de la Cal (La Laja) y Morales de Ochoa. El propósito es integrar una lista de afectados y presentar testimonios que acrediten que ya es tradición pasar algunas semanas del temporal con potreros anegados. Unos refieren cómo la milpa se ahogó literalmente entre la marisma; otros, narran historias de reses y borregos que se llevó la corriente; unos más señalan cómo han debido abandonar sus casas por la falta de una buena chalupa para entrar y salir entre los estanques en que se convirtieron las calles de tierra de sus caseríos.

Como se trata de daños que se acumulan en cada ciclo, muchos agricultores ya están al borde de la insolvencia y apenas sobreviven entre las deudas con los peones y con los proveedores, refiere el convocante de la cita, don Trino Saldaña.

A últimas fechas no se vive muy bien en esta planicie que colinda con el lago por el norte. Apenas hace un mes, un gran operativo de la Marina Mexicana “liberó” los ranchos de la opresiva presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que se había apostado en el predio de El Refugio tras requisar propiedades a un competidor “desleal”. La presencia de gendarmes se aprecia en muchas brechas y en carreteras secundarias, lo que permitió un respiro en la zozobra cotidiana de los lugareños por la normalización de la violencia… hasta que llegaron las lluvias.

“Hace quince años, un soldado vino a mi casa y me obligó a salir, había mucha agua, el gobierno declaró zona de desastre toda la región”, explica un vecino de El Dique, donde las inundaciones son cosa recurrente. Al lado derecho de la brecha, si el viajero va hacia Zula, se aprecia un establo con dos decenas de bovinos que se aferran a la escasa área seca, mientras cuatro vacas desbalagadas flotan sobre el campo donde el agua tiene semanas y los manchones de zacate apenas emergen del espejo acuoso. Del lado contrario, continúa la mancha de agua y emergen cañas de maíz totalmente amarillas y muchas dobladas, para dar un aspecto tortuoso al paisaje.


Los autos compactos no podrán pasar, pero si las pick up, que deberán esperar a que una pala mecánica abra uno de los diques que fueron obstruidos por ramas, troncos y piedras, tras una de las crecidas del río, que se engrosa por la cercana unión de su afluente más nutrido, el río Morales, que menos de un kilómetro atrás atraviesa debajo de un puente, con corriente al tope.

“De pérdidas han sido varios; el año pasado también, no se perdieron en su totalidad, pero sí se perdieron muchas hectáreas, y muchos compañeros perdieron también, pero hoy está terrible, y ustedes lo pueden ver, no hay respuestas, el gobierno no sé qué hace, tenemos familias, tenemos niños, qué vamos a hacer con esto; no hay la economía para darles de comer, o qué pasa con ellos, para comprarles ropa, para comprarles útiles de la escuela, los zapatos, ¿quién nos va ayudar? Hasta ahora no hay nada de ayuda, y la necesitamos”, agrega don Gerardo.

Él es un ejemplo del modo que los agricultores han debido establecer para salir con los gastos: migrar a Estados Unidos, trabajar unos meses, regresar al rancho para financiar las siembras, y si hay sobrantes, apoyar a los vecinos que no se van.

El campesino de ojos claros destaca que al acercarse el final de las administraciones presidencial y estatal, la preocupación es mayor, pues “parece que quieren pasar el problema a los siguientes gobiernos”, y eso no sería prudente, pues quedan más de dos meses y pasarán los tiempos de cosecha y venta del grano.


Andrés García de la Torre, de san Martín de Zula, cuenta que las lluvias de hace un mes malograron una buena parte de la superficie, pero “ ahorita esta réplica fue porque el río rompió bordos, reventó todo y las afectaciones están creciendo; yo empecé con diez hectáreas siniestradas, y ahorita ya estoy llegando a las 20 ha, y es pérdida total; este problema es responsabilidad del SIAPA y de la Comisión Nacional del Agua [Conagua], porque no dan mantenimiento de los cauces ni un correcto uso de la operación de las compuertas; viene mucha agua desde Atotonilco, Arandas, ellos tienen que abrir compuertas, pero abajo se topa con el interés de dar prioridad al abastecimiento de agua a la ciudad, y usan el Santiago como canal […] las compuertas son para que el Zula no desemboque en Chapala, como es su flujo natural, sino que caiga en el Santiago; si hace un mes las compuertas hubieran estado abiertas, quizás esto no hubiera pasado, no al menos a este nivel…”.

Los afectados señalan que ya se reunieron con el secretario general de Gobierno, Roberto López, quien prometió apoyos; pero luego, al abordar el caso con el secretario de Desarrollo Rural, Héctor Padilla, les reveló que lo que aportaría el “seguro catastrófico” es de apenas 1,500 pesos. Los agricultores también contratan seguros, pero solamente amparan 18 mil pesos que una vez que se pagan deducibles, quedan en máximo trece mil pesos.


Agrega Andrés: “esto es totalmente irrisorio, cuando un agricultor invierte 25 mil pesos por hectárea, y espera su ganancia; te pongo un ejemplo, diez hectáreas, si nos vamos bajito, con un rendimiento de diez toneladas por cada ha, da 100 toneladas a 4 pesos el kilogramo son 400 mil pesos, y el gobierno del estado te quiere dar 1,500 pesos; por no decirlo, una mentada de madre…”.

Crece la irritación campesina, pero no como respuesta a las iras divinas, sino por la vieja historia de la desmesura humana: esa que arrasa bosques, edifica infraestructura, erosiona la tierra, contamina y azolva los ríos. Hoy urgen a que se tomen decisiones “de fondo” para que una zona agrícola de alto valor, no se quede sin la población que la hace prosperar.

Llega el tema al Congreso de la Unión 

El diputado federal por el distrito de la Ciénega de Chapala y ex alcalde de Ocotlán, Absalón García Ochoa, propuso un punto de acuerdo que se analizará en la cámara “por el que se exhorta respetuosamente a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a través de la Conagua, al gobernador de Jalisco y al responsable del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado [SIAPA], así como a los municipios de Arandas, Atotonilco el Alto, Tototlán y Ocotlán, a que se realicen trabajos de limpieza, desazolve y saneamiento de los ríos Santiago y Zula en el estado de Jalisco, además de atender a la población afectada por los desbordamientos de dichos ríos”.

El legislador expuso que “los ríos Zula y Santiago corren a través de los municipios de Arandas, Atotonilco el Alto, Tototlán y Ocotlán, forman parte de la cuenca Lerma-Chapala- Santiago […] desde 2015 se presentan inundaciones y serias afectaciones a la población y al sector agrícola, por lo que cada año se pide sanear la cuenca del río Lerma-Santiago por la descarga de aguas residuales provenientes de retornos agrícolas, de procesos industriales y de asentamientos humanos, y cada año se echan se echan la bolita las autoridades para no realizar de forma coordinada y con una solución de largo plazo los trabajos de limpieza, desazolve y saneamiento”.

El problema de las inundaciones que ha causado daños a diversas colonias del municipio de Ocotlán “tales como El Porvenir, Residencial La Primavera, El Duque, Rincón de la Arboleda, las delegaciones municipales como Santa Clara de Zula, San Martín de Zula, el paso de la comunidad y San Juan Chico, así como las colonias Teodosio R Guevara, El Tajo y Linda Vista, además las comunidades de Las Heras, San Ramón, La Tiricia, Ríos de Ruiz y El Dique del municipio de Tototlán, se originan también en gran medida por la acumulación de algas en los ríos y en su desemboque a los cuerpos de agua”. El punto fue propuesto el pasado 18 de septiembre, y se pasará al pleno en octubre.