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Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO.Edición del 18 de junio de 2011
Más de 231 hectáreas de 43 huertas aguacateras, es el dato aproximado de la creciente presión que este cultivo exitoso con proyección internacional está ocasionando en las faldas de los volcanes de Colima, según un estudio que realizó la dirección del parque nacional, con base en las fotos satelitales proporcionadas por el programa Google Earth, donde se pueden apreciar con seguridad los cambios de uso de suelo que se generan en el bosque y el aprovechamiento de parcelas que ya tenían uso agropecuario.
Las huertas, cuyos detalles geográficos fueron entregados a este diario, están debidamente geoposicionadas con las correspondientes coordenadas. En algunos casos, se trata de pequeños espacios de un quinto o media hectárea, pero hay algunos huertos que rebasan 45 ha, como uno enclavado en los alrededores de Los Mazos, de 45.2 ha; otra huerta de 43 ha enclavada cerca de Tuxpan y otro de 29.8 ha cerca de esa misma cabecera municipal.
En cifras apretadas, 59.22 ha de diez huertas en Los Mazos, delegación de Tuxpan; 90.5 ha de 18 huertos en el área de El Fresnito, municipio de Zapotlán el Grande, y cinco huertos con 81.8 ha en las cercanías de la cabecera municipal de Tuxpan.
Si bien, no es una superficie importante contra el cambio de uso de suelo ocasionado por otras actividades como la ganadería, el impacto de estos negocios es elevado por la gran cantidad de agua que demanda el mantenimiento de una plantación.
En los últimos cinco años, la delegación Jalisco de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha autorizado sólo diez proyectos con cambio de uso de suelo para establecer huertos de aguacate, que representan un total de 660 hectáreas, concepto por el cual se ha depositado al Fondo Forestal Mexicano la cantidad de 21’197,615 pesos, equivalente a una superficie de conservación de 2,316.49 hectáreas.
Este dato, actualizado a finales de 2010, demuestra que buena parte del boom aguacatero es ilegal y no representa algún trabajo de compensación, como sí lo hace un huerto con cambio de uso de suelo autorizado.
Los problemas que acarrea la expansión de estas plantaciones sobre muchas cuencas del sur de Jalisco ya han generado denuncias de autoridades municipales y ciudadanos, caso de Mazamitla y San Gabriel.
Los gobiernos locales, tiene en sus manos detener la realización de los huertos si se les niega la licencia de operación, pero esto obligaría a no permanecer impasibles ante el clandestinaje.
El territorio está formado básicamente por municipios. La suma de los municipios hace los estados y el país.
Los problemas detectados con este nuevo agronegocio: daños hidrológicos por ubicarse en zonas de captación de agua o sobreutilizar el agua del área; efectos negativos para la biodiversidad; erosión de suelos y contaminación por el uso de agroquímicos, además de que los monocultivos son una amenaza para los suelos y los ecosistemas en general.
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