sábado, 17 de septiembre de 2016

La lucha mundial por las selvas



Protagonistas narran tres de las más desafiantes experiencias en Brasil, Nigeria e Indonesia, joyas mundiales de la conservación. México también vive en retos. La foto ilustra cómo se deforesta la selva media en la Reserva biocultural Puuc, en los límites de Campeche y Yucatán

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

En los bosques tropicales de Indonesia fueron el petróleo, el carbón y la palma de aceite; en Nigeria, las maderas preciosas; en México, la expansión agrícola y ganadera; en Brasil, ingentes volúmenes de madera y biodiversidad. Cada filón de selva que le queda al planeta enfrenta desafíos ineludibles ante la presión económica que los destruye por el valor coyuntural de ciertos recursos o bienes para la economía y el estilo de vida globales.

Paradójicamente, esos bosques desmontados constituyen no sólo una pérdida permanente para la calidad de vida local, sino además, al disminuir la capacidad de capturar carbono de la atmósfera, el principal de los "gases opacos" que han acentuado el "efecto invernadero" de la Tierra, generan un perjuicio a la humanidad completa: las ganancias de corto plazo de la economía han hecho, en promedio, un mundo más caliente y peligroso.

Las selvas tropicales –húmedas o secas- se extienden hoy sobre más de 15 por ciento de las tierras emergidas, pero albergan entre la mitad y 70 por ciento de las formas de vida terrestres, lo que los hace esenciales para mantener los procesos evolutivos.

31 gobiernos locales de siete países de América, África y Asia, integrados en el Grupo de trabajo de los Gobernadores sobre Clima y Bosques, y que poseen la cuarta parte de esos ecosistemas megadiversos del planeta, despliegan un trabajo, apoyado por sus socios no tropicales pero económicamente poderosos (dos de Estados Unidos, California e Illinois, y uno de España, Cataluña), para encontrar las respuestas urgentes.



Hace tres semanas, en Guadalajara, se reunieron para discutir alternativas de desarrollo que no desplacen los biomas. De actores de Brasil, Nigeria e Indonesia, ejes de ese patrimonio mundial, MILENIO JALISCO pudo recabar experiencias locales.

"En la Amazonia estamos haciendo un diálogo con los pueblos indígenas para que los esfuerzos que ya se hacen para conservar los bosques tengan una compensación [...]partimos de una idea de gobernanza en el que se incluyen el gobierno, la sociedad civil y distintos líderes con los cuales tenemos una agenda común", señala Magaly Medeiros, directora-presidente del Instituto de Cambio Climático y Regulación de los Servicios Ambientales del estado de Acre, en Brasil.

El camino es generar una nueva economía donde los productos obtenidos de procesos sostenibles sean promovidos y se castigue la ilegalidad. "Un ejemplo es la producción de zapatos encauchados (caucho, un látex que se obtiene de diversas plantas selváticas); trabajan con una empresa que ya tiene un mercado internacional, y está doblando su producción; se beneficia del trabajo de colecta por las comunidades, que lo hacen mediante procesos que evitan la deforestación; así la comunidad tiene empleos, conserva su biodiversidad y beneficia a una empresa que "hace un mercado con justicia social y responsabilidad ambiental, entonces es un proceso donde todos ganan".

- ¿Qué tan fuerte permanece el sector ilegal, es decir, el que saquea los recursos sin permisos ni regulaciones?

- Ya tenemos en Brasil una regulación muy fuerte; tanto el gobierno federal como el estatal trabajan para que todo sector legal tenga un incentivo y una certificación, y se camine a un mercado muy importante, tanto a nivel local, nacional e internacional [...] hacemos una articulación con las comunidades, para que actúen como agentes de este proceso; un caso claro son los agentes agroforestales de comunidades indígenas, habilitados para recuperar áreas muy degradadas, y también para la vigilancia de los territorios; en cuanto a las instituciones, cada una hace su papel y compartimos las informaciones para hacer un combate eficaz.

- Pero no tienen el poder de fuego de las mafias ilegales, ¿cómo enfrentar un conflicto severo?

- No, no queremos que haya un conflicto de este tipo; los agentes de las comunidades no actúan para fiscalización sino de información, y con base en eso, las instituciones accionan la fiscalización cuando es necesario [...] es un enorme desafío.



Al otro lado del mundo, los últimos bosques tropicales perennifolios bien conservados del África ecuatorial se ubican en Cross River State, "nuestro estado tiene 50 por ciento de los bosques que le quedan a Nigeria; tenemos muchos bosques primarios, es un estado pequeño con una competencia por los intereses de la tierra, y se ha hecho necesario poner un esfuerzo extra, para conciliar conservación y desarrollo", explica la doctora Edu Effiom, coordinadora estatal del programa del Ministerio de Cambio Climático y Bosques.

"Cross River no está en el mapade muchos conservacionistas, pero está situado entre los 25 lugares de mayor biodiversidad del mundo, y eso ha sido posible por el esfuerzo histórico que se ha tenido para conservar las selvas, hay trabajos comunitarios muy fuertes; muchas comunidades se dedican a proteger sus bosques y no permiten la tala".

De la presión de la tala ilegal, refiere que "es un tema muy importante, porque cuando iniciamos con el programa de REDD plus [Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación, de Naciones Unidas] con una política de prohibición, dimos con que es difícil administrar una prohibición total, porque cualquier producto que está bajo demanda, como la madera para hacer casas, si no pones una alternativas, provocas actividades ilegales y mercados negros [...] ahora justo estamos revisando esta política para impulsar un uso sustentable de los bosques".

Indonesia, en el sudeste de Asia, es otro de los enclaves selváticos del planeta; en la isla de Borneo, la tercera del mundo por superficie, se ubica el estado de Kalimantan Oriental (East Kalimantan), uno de los últimos reservorios de jungla subtropical, donde la percepción del problema crece y con ello se reducen las presiones enormes que la explotación petrolera, las minas de carbón y las plantaciones de palmera de aceite han generado sobre las masas forestales.

"Hasta 1972 todo era selva virgen, después llegó la explotación, y en solo diez años, la mayoría de las selvas fueron destruidas. Luego una década de incendios muy graves, en los años 80, y una enorme tala ilegal que afortunadamente hemos comenzado a controlar", señala Daddy Ruhiyat, quien coordina el consejo regional de Cambio Climático.

"La deforestación en 1998 fue de 890 mil hectáreas; en 2012 ya la habíamos bajado a 100 mil ha [...] el gobierno de Kalimantan Oriental está cambiando hacia una economía verde, la actividad agrícola se está convirtiendo en la principal, una actividad renovable, pero toma tiempo llevar un buen desarrollo [...] con la palma de aceite se ha determinado no permitir que se corte la selva, sino sólo en terrenos degradados, y es una lucha en la cual las comunidades son el motor de cambio...".

HISTORIAS DEL HOMBRE
"La Ley de la Selva prohíbe a toda fiera comer carne humana [...] matar a un hombre trae como consecuencia segura que, tarde o temprano, hombres blancos invadan la Selva armados de fusiles, acompañados por hombres de color equipados con todos los instrumentos capaces de producir el mayor ruido. En la Selva todo es entonces dolor y sufrimiento...". Rudyard Kipling, El libro de la selva.


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CLAVES

Cifras

23% del territorio de Jalisco es conformado por selvas tropicales secas y subhúmedas

3 países conservan las más íntegras selvas tropicales de sus respectivos continentes: Brasil, Nigeria e Indonesia

7% es aproximadamente la superficie mundial de selva lluviosa o perennifolia; otro tanto el de la selva seca

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