lunes, 19 de septiembre de 2016
Trasvases de cuenca son un desastre para las ciudades
Ciudad de México y Los Ángeles gastan entre 35 y 40 por ciento de su energía en llevar agua; “no conozco un solo caso de éxito”, señala, Exequiel Ezcurra y advierte por “encono social”.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
La persistencia de los trasvases de cuencas hidrográficas en las políticas del agua del gobierno mexicano –como es el caso de la entrega de agua del río Verde a la ciudad de León– revelan una profunda contradicción, pues se supone que se trabaja para afrontar el desafío del cambio climático, y eso no abona a ese objetivo, advierte el ecólogo Exequiel Ezcurra, director del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California.
Más absurdo es si se revelan sus cuentas históricas: “no conozco un solo caso exitoso, las ciudades que se han supuestamente beneficiado con estas modalidades de abastecimiento de agua viven profundamente endeudadas, sobre todo por el lado del costo de la energía”.
Entrevistado por MILENIO JALISCO en una reciente visita a esta ciudad, el famoso ecólogo de origen argentino, cuya carrera ha sido fundamentalmente en México –es uno de los padres del modelo mexicano de conservación–, advierte que a nivel nacional, “no estamos preparados ni a nivel teórico para enfrentar esto; si ves las manifestaciones de impacto ambiental que presentan las empresas, sobre todo en ambientes costeros, ninguna toma en cuenta el ascenso en el nivel del mar o la incidencia de fenómenos extremos, como huracanes, con una intensidad mayor a los que ha habido históricamente […] el incremento en las temperaturas promedio, un incremento en las oscilaciones, eso ya está ocurriendo; recibimos datos de la zona norte de México, la variación en las precipitaciones de año a año es mucho si se compara con medio siglo atrás; significativamente, comparamos los datos con todas las pruebas que se te puedan ocurrir, y es robusto, hay años en que llueve muchísimo, son años que se vinieron abajo barrancas enteras en Tijuana, con casas y gente, y luego hay dos o tres años de sequías extraordinarias, donde no hay agua para al consumo humano ni para la agricultura…”.
- California históricamente ha tratado de paliar su problema de agua con trasvases; en México, la Conagua no termina con esa práctica: tenemos los casos de Monterrey y León, en tiempos de cambio climático.
- En mi opinión, independientemente del cambio climático, es una barbaridad lo que quieren hacer; en el caso de acueducto desde el río Pánuco, que es inmenso, es de pánico más bien; o como el acueducto Independencia en Sonora, realmente no tienen idea del tema, son proyectos de ingeniería tomados realmente a la ligera; en California tenemos un problema inmenso, en la Ciudad de México también: cuando en los años 60 se decidió entrarle en serio a los trasvase con el Lerma y el Cutzamala, en aquel tiempo se creía que para el año 2000 la energía eléctrica iba a ser prácticamente gratis, porque había una proyección de que la energía nuclear iba a ser barata y muy disponible – esto demuestra lo mucho que se pueden equivocar los ingenieros en las proyecciones a futuro– , y se creía que para el año 2010 no habría costo eléctrico, entonces se planeó todo un proyecto en vez de hacer lo que dicta el sentido común, la captura de agua in situ, para recragar el acuífero; no, traer el agua desde cada vez más lejos, primero del Lerma y luego de Cutzamala, y han pasado cosas terribles…
- ¿Los pueblos afectados a los que les quitan el agua y las oportunidades de desarrollo?
- Así es, la gente del Cutzamala está enfadada, porque ellos están sufriendo las consecuencias de la falta de agua, les están robando el agua en comunidades que la necesitan, para abastecer a la Ciudad de México; ahí las consecuencias sociales no se previeron. Pero también las consecuencias energéticas […] las cuentas del agua las manejan como secreto, yo muchas veces pregunté cuánto costaba traer el agua a la Ciudad de México y nunca me lo proporcionaron; afortunadamente no es difícil de calcular: si sabes más o menos que el Cutzamala está a mil metros sobre el nivel del mar, y la llevas a 2,200 msnm librando una montaña de casi 3,000 metros, multiplicas eso, eso es pura física, son las leyes de Newton, y puedes calcular cuando trabajo se necesita para mover esa agua; la estimación que hicimos con Marisa Mazari, que es una gran investigadora de la UNAM, revela que es de un tercio a 40 por ciento de toda la energía eléctrica utilizada en el Valle de México, es utilizada para traer agua a la Ciudad de México, eso es brutal; en California, donde sí hay información transparente al respecto, se calcula que 35 por ciento de la energía que se usa es para traer agua; se dice que si tomara medidas extremas para que cada ciudad tuviera agua sin moverla de otras regiones, podría cumplir con sus metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en 50 años.
-¿Hay trasvases para proyectos agrícolas igualmente con enormes impactos?
- Claro, si nos vamos a otras partes del mundo, tenemos la historia del mar Aral, donde se desvió agua de las cuencas que lo alimentaban para abastecer zonas agrícolas y ahora es un mar completo que se murió, sobrecogedor, catastrófico, un costo increíble […] y si uno ve una y otra vez los intentos por trasvasar agua de las cuencas, y el esclavismo de la Ciudad de México, que tiene que pagar energía eléctrica todos los meses para mantenerse en su sitio, es una inversión para toda la vida, yo no sé cómo hay estados que de manera seria quieren repetir ese error.
- El caso de Los Altos, la cuenca más productiva de Jalisco, que puede perder agua de su río porque la Conagua la entregará a León…
- No conozco los datos del proyecto, pero a priori yo no conozco ningún proyecto de trasvase de agua que haya sido ambientalmente sostenible; todos han tenido costos inmensos, han tenido costos sociales, la gente de la Conagua debe saberlo, sus funcionarios no se pueden parar en la parte baja del Cutzamala porque la gente los quiere linchar, hay un encono social inmenso.
Exequiel Ezcurra señala que en otras áreas de la economía hay esas contradicciones: se aprueban proyectos turísticos en línea de costa sin consideraciones ambientales; se construyen carreteras y obras de infraestructuras con alto impacto ambiental; se sigue favoreciendo a la industria del automóvil y la expansión desordenada de las ciudades, ambos con un costo energético descomunal.
“A la larga la sociedad va a pagar por estos errores”, sostiene.
¿Qué tanto depende de agua de fuera la capital del país?
“69 por ciento se obtiene dentro de la cuenca y 31 por ciento de externas. Esto tiene un impacto considerable sobre las cuencas del Lerma y Cutzamala, donde el agua también es muy escasa. La cuenca del Lerma alimenta al lago de Chapala en Jalisco. Los niveles del lago de Chapala han decrecido [...] y este fenómeno es parcialmente atribuible al bombeo de agua hacia la cuenca de México” (Fuente: ¿Son viables las megaciudades? Las enseñanzas de la Ciudad de México, Exequiel Ezcurra y Marisa Mazari Hiriart)
¿Cuánto cuesta llevar el agua a la capital?
“Uno de los grandes consumidores de electricidad de la Ciudad de México es el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), el cual requiere hasta 1.32 kWh por cada metro cúbico de agua suministrada, drenada, tratada y expulsada de la cuenca […] la principal razón por la que el SACM constituye un alto consumo energético es la importación de agua de otras cuencas. El costo anual que representa el bombeo del Sistema Cutzamala es de 367 millones de pesos, 5% del presupuesto total ejercido por la Conagua para 2012.” (Fuente: Energía y medio ambiente en la Zona Metropolitana del Valle de México: hacia una política integral para la sustentabilidad.
Tres costos a pagar
Mover agua de una cuenca a otra provoca colapso económico en la cuenca exportadora, pues pierde agua para su desarrollo
La zona receptora se ve comprometida “para siempre” con gastos descomunales de energía para llevar el agua, de 35 por ciento a 40 por ciento de sus costos totales
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