jueves, 29 de septiembre de 2016

Presenta Semadet manual para certificar “eventos sustentables”



Los costos ambientales de conciertos, partidos de futbol o encuentros académicos multiplican por tres consumos de agua, por cuatro producción de basura y hasta por 25 la generación de CO2

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

“Evento”, originalmente “hecho imprevisto”, es un vocablo de aplicación equívoca que tuvo tal éxito en su errada acepción de “suceso importante y programado” en el español, que ha sido aceptada por el diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Y esto quizás se debe a lo importante de un “evento” como hecho económico y social, al grado que hoy la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) de Jalisco dio a conocer un manual para reducir los impactos ambientales que generan “eventos” como presentaciones de bandas de rock, partidos de futbol, procesiones religiosas y encuentros académicos o políticos más selectos.

El documento destaca que un asistente a un congreso de tres días, por ejemplo, gasta el triple de agua que en su vida cotidiana, genera casi cinco tantos más basura y residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo por el transporte, pueden multiplicarse por 25. Esto demuestra que más allá de la controversia lingüística, lo ambiental es un asunto tan relevante que es fundamental tratar de regularlo.

“Uno de los campos donde se denota una fuerte ausencia de sostenibilidad, es dentro de los eventos y reuniones de cualquier índole (sociales, de negocio, familiares, deportivo, culturales), los cuales, son grandes fuentes de despilfarro de energía, agua, residuos y combustibles […] un evento verde es aquél que está diseñado, organizado y montado de acuerdo con los principios de sostenibilidad, centrándose especialmente en las cuestiones medioambientales, sanitarias y sociales, con el objetivo de reducir el consumo de recursos naturales al mínimo; además, se asegura de que todos los aspectos (sede, servicios alimenticios, transportación y provisión de materiales) sean adquiridos con la finalidad de reducir su impacto ambiental”.

A partir de lo anterior, “se ha identificado la oportunidad de rediseño del concepto y forma en que este tipo de eventos sociales se entiende, planifica, ejecuta y verifica dentro de las esferas sociales preestablecidas. Uno de los obstáculos que se ha observado, es que los eventos en México siguen una tendencia hacia la derrama económica, cosa que integra un gran número de sectores económicos, no tomando en cuenta enfoques en aspectos ecológicos. Ante este panorama, es importante destacarle a la industria de los eventos, los motivos por los cuales les es conveniente incorporarse a la tendencia internacional en este rubro”, pues con ello se otorga mejor imagen pública, se ajusta el marketing para adopción de una tendencia mundial, hay responsabilidad ambiental y social y ahorros económicos.

El manual identifica áreas de oportunidad identificadas en “la industria de los eventos”: ahorro de energía eléctrica (iluminación natural y minimizar el aire acondicionado), mejor gestión de residuos (uso de productos desechables biodegradables y reutilización de los materiales usados, disminuyendo al máximo posible el uso de plástico desechable); uso de material reciclado para la distribución de publicidad (papel y lonas recicladas); reducción del uso del agua y utilizar detergentes biodegradables; minimizar la contaminación atmosférica y las emisiones de gases de efecto invernadero (al utilizar transporte colectivo y autos compartidos); consumo de productos y servicios sustentables, preferentemente regionales y locales; “culturización ambiental” en los asistentes y todos los involucrados; motivar y respetar los hoteles con políticas y programas sustentables (para eventos de dos o más días), dándolos a conocer como opción.

El “Manual para la certificación de eventos sustentables” no resuelve la querella de la invasión de un anglicismo a una lengua que tiene muchos equivalentes (suceso programado, encuentro, cita, concierto, espectáculo), pero en la vida real, la gente difícilmente visualiza la imagen de un huracán o una inesperada helada como parte de los significados de “evento”. Pero abre una posibilidad de reducir su costo ambiental e internalizarlo en los organizadores, que normalmente pasan a la atmósfera los saldos de sus ganancias. Se puede consultar en http://semadet.jalisco.gob.mx/sites/semadet.jalisco.gob.mx/files/tr_eventos_sustentables.pdf.

MC

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