lunes, 19 de septiembre de 2016
La alerta es generosa, pero hay obstáculos: Érika Loyo
La funcionaria destaca la importancia que deberían asumir las comisarías municipales y la propia fiscalía del estado; “el mecanismo requiere cero conflicto político”, dice.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Ha faltado colaboración interinstitucional para generar efectos más positivos con la alerta de género, sostiene la presidente del Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM), Érika Loyo Beristáin, quien destaca la importancia que deberían asumir las comisarías municipales y la propia fiscalía del estado, “lo he dicho ante el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la pureza del mecanismo requiere cero conflicto político”.
Lo cierto es que “los ayuntamientos no se meten de lleno en el tema, las comisarías no atienden los temas de patrullaje, los mapas delictivos han sido ocultados y son una método de disputa entre muchas y muchos”; las cifras publicadas en la edición de ayer de MILENIO JALISCO, con fuente en el Sistema Estadístico sobre Autopsias del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) le parecen interesantes, pero aconseja cautela “sobre todo porque Ciencias Forenses nunca tipifica delitos”.
Defiende el mecanismo de alerta, “creo que es noble y preventivo, ha permitido hacer más conciencia porque hay más denuncias y se han incrementado las atenciones, pero eso no minimiza el delito”, la explicación es que “no hay precedente de los mecanismos de alerta, es decir, nadie tiene un método o una receta; lo he dicho delante de Osorio Chong incluso, la pureza del mecanismo requiere de cero conflicto político”, insiste.
La violencia contra las mujeres es de diverso origen. “Muchos de los delitos están relacionados con el crimen organizado, algunos otros con misoginia como tal […] también debemos de estudiar la correlación de las fechas y de los tiempos, por ejemplo, yo siempre recibo más gente en atención los fines de semana y más los fines de semana largos, pero estas últimas dos semanas, lo que pudo bajar va subiendo, jamás como Estado de México o Guerrero, pero sí subiendo”, apunta.
La titular del instituto lamenta cómo “los municipios se lavan las manos literalmente, y en medio de ello, hay disputas entre los comisarios y las titulares de Inmujeres, y de ellos con la fiscalía”.
- ¿Hasta qué punto este fenómeno es parte de la ‘normalización democrática’ de la violencia, es decir, la factura a pagar por la integración de la mujer a la vida pública y económica, una suerte de desacralización de la figura femenina que tutelaba el viejo paternalismo?
- Yo opino que la desacralización, bien nombrada, tiene correlación con la no dependencia y la tutela de sí misma sin necesidad del paternalismo, esto es, del empoderamiento a la mujer.
Los datos del IJCF revelan que tras siete meses de haberse activado la alerta, los índices se mantienen idénticos a 2015, con un mayor número de mujeres asesinadas con armas de fuego. “La tendencia de violencia que se disparó durante los últimos seis años, con un conteo de alrededor de 58 asesinatos contra mujeres al año antes de 2009, contra un promedio de 160 en 2015 y 2014, llevó al gobierno de Jalisco a decretar alerta de género en los municipios de Guadalajara, Zapopan, San Pedro Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Puerto Vallarta y Ameca. El gobierno del estado dispuso de un presupuesto de 25 millones de pesos” para afrontarlo (ver MILENIO JALISCO, 18 de septiembre de 2016).
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