lunes, 12 de septiembre de 2016

Metales pesados, los asesinos silenciosos en el río Santiago



Investigación de grupo de la UdeG en células y ADN de cuatro localidades prueba daño grave a habitantes de El Salto-Juanacatlán y de Paso de Guadalupe, y serio en La Barca y Ocotlán.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La exposición permanente de los pobladores de la ribera del río Santiago a metales pesados, generados por casi 300 industrias de los corredores enclavados entre Ocotlán y el área metropolitana de Guadalajara, está provocando alteraciones en los sistemas celulares y genéticos de sus organismos que pueden ser causa de la prevalencia de daño renal, hepático y diversos tipos de cáncer, señala el Premio Jalisco de las Ciencias 2002, y actual director del Instituto de Biología Molecular en Medicina y Terapia Génica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, Juan Armendáriz Borunda.

El experto da a conocer a MILENIO JALISCO una investigación pionera, pues hasta ahora, se habían hecho sólo levantamientos epidemiológicos en la zona afectada; en este caso, se trata de un estudio citotóxico/genotóxico (células y ADN) en cuatro sitios distintos de la corriente pluvial que apenas hace unos días una misión de ONU calificó como “la más contaminada del país”, y con una muestra “de control” con personas  que no viven en el área.

El trabajo demuestra que los sitios donde el mayor número de anormalidades nucleares son encontradas y con mayores efectos adversos en la salud de los pobladores son El Salto-Juanacatlán (cuenca baja del arroyo El Ahogado) y Paso de Guadalupe (justo donde el río Santiago ya ha recibido la carga completa de contaminantes de toda la ciudad). También destaca que no es necesario estar en contacto directo con el agua para estar expuesto a la absorción de metales. Un tercer aspecto es que la operación de dos enormes plantas de tratamiento no ha significado un cambio en la toxicidad del agua porque éstas solamente remueven carga orgánica.

“Nosotros estamos encontrando la causa de lo que puede estar sucediendo con la exposición a metales pesados, daño genotóxico y citotóxico, que puede evolucionar a cáncer, a insuficiencia renal, a cáncer hepático, que es más grave”, subraya el también investigador nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

El estudio se llama Evaluación del daño genotóxico y citotóxico en población de los márgenes del río Santiago con exposición crónica a metales pesados; la investigación la realizaron Armendáriz Borunda y María Guadalupe Sánchez Parada, con el apoyo de otros cuatro especialistas del propio instituto, y uno del Instituto de Investigación en Odontología. Por sus hallazgos, ganó el primer lugar en la XXVI Semana de Investigación Científica en la IX Feria Universitaria de Educación para la Salud, en noviembre de 2015.

Armendáriz Borunda señala que pronto saldrá en una publicación científica internacional, y lo más importante, es que es apenas una primera fase de un proyecto de más largo aliento: se busca profundizar en el tema con un muestreo hemático (este primer ejercicio fue con muestras de células de mucosa bucal). A su juicio, esta tendría que ser la base de políticas públicas de verdad estrictas para el control de la contaminación. El valor de este primer acercamiento es que ya permite certidumbre respecto al mal al que están expuestos decenas de miles de moradores de la metrópolis y sus áreas circunvecinas, por un río envenenado desde al menos cuatro décadas.

EL TRABAJO
La presencia de metales pesados está ampliamente acreditada por los monitoreos que de forma periódica realiza la Comisión Estatal del Agua (CEA) desde 2009 en la zona; el científico muestra un informe del organismo con fecha 12 de junio de 2013; ellos encontraron, en metales pesados concentraciones de aluminio, litio, bario, fierro, mercurio y zinc, que exceden los límites de la Ley Federal de Derechos”; como el río Santiago fue clasificado para calidad tipo C, “para protección de vida acuática”, los parámetros a que obliga son los más estrictos.

Así, añade Armendáriz Borunda, los datos de la CEA demuestran que “en río Santiago existe concentración fuera de los límites permitidos, metales tóxicos potencialmente cancerígenos,  capaces de inducir daño celular por diferentes mecanismos de acción y la formación de radicales libres, y algo muy importante, estrés oxidativo  que anda en el medio ambiente, para las personas que están expuestas al aluminio, al asbesto…”.

- ¿Entonces no es necesario tocar el agua para estar expuesto?

- No es necesario tocar el agua, porque es una exposición al ambiente [viento y humedad mueven elementos del agua al aire y los ponen en contacto con los habitantes de las riberas]; pero si se meten es peor, y si la beben no se diga…

Los parámetros obtenidos demuestran riesgo estadísticamente muy superior al normal para las personas en tres de siete tipos de daño a células en El Salto de Juanacatlán y en Paso de Guadalupe, y en uno de siete en La Barca y Ocotlán. La información, pondera, debería ocasionar un viraje en las políticas públicas de saneamiento en las zonas industriales.

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CLAVES

La investigación

La base de la investigación es “una técnica una experimentación internacionalmente registrada, que se llama ensayo de micronúcleos  y otras anormalidades nucleares, con la que es posible evaluar el efecto de la exposición crónica a metales pesados”, la muestra es sencilla de obtener, “ se raspa con un hisopo en la mucosa bucal, y de ahí se toman células que son representativas de lo que está sucediendo en el resto del cuerpo; uno hace el conteo de cuántas células están dañadas, que tienen daño genotóxico o daño citotóxico; esta metodología se viene usando desde 1980, pero continuamente ha venido evolucionando, y es un método rápido para identificar el daño, tanto en el ADN [la base genética, el ácido desoxirribonucleico] como el daño a la célula; así se relacionan los dos, esta es la evidencia fundamental…”.

¿Cómo se puede apreciar daño?

“Usted observa una célula normal que tiene su núcleo normal, que puede tener micronúcleos o puede tener nbuds o brotes del núcleo, o puede estar binucleada, o puede tener picnosis o cromatina condensada - la cromatina es el ADN que forma los cromosomas dentro del núcleo- que se está destruyendo, o careirrexis, en que el núcleo en proceso de degradarse, o cariolisis, donde ya no hay núcleo, la célula está destruida y las que sobreviven pudieron tener un daño genotóxico…”.

Con estos esquemas metodológicos, el equipo de investigación acudió a los cuatro sitios, El Salto-Juanacatlán, Paso de Guadalupe, Ocotlán y La Barca;  “tomamos 120 muestras de mucosa oral, en niños y adultos de diferentes edades, y 30 más, como muestra de control a individuos no expuestos […] eso nos da un parámetro porque también existe cierto daño genotóxico y citotóxico en la vida común y corriente que tiene la muestra de control, pero se incrementa  muchísimo cuando esta uno expuesto de modo directo”, refiere.

Entonces, “los resultados son contundentes: comparamos los 30 sujetos de control contra la población expuesta de cada uno de los cuatro puntos”; se analizan siete anormalidades nucleares, denominadas: micronúcleo, nbud, binucleada, núcleo picnótico, cariorrexis, cariolisis y cromatina condensada. Los parámetros obtenidos son mayores en tres de siete casos en El Salto de Juanacatlán y en Paso de Guadalupe, y en uno de siete en La Barca y Ocotlán.

“Por ejemplo, mientras en la población no expuesta encuentra 0 a 2.5, acá encuentras de 0 a 7 células micronucleadas por cada mil células, y ya en síntesis, concluimos que en Juanacatlán hay tres anormalidades genéticas: células en yema, por decir así, cariolisis  y cromatina condensada, lo cual es muy peligroso; por ejemplo, la cromatina condensada se eleva hasta 18.5, comparada con 5 de la muestra de control;  en La Barca encuentra cariolisis, incrementado, que va de 0 a 2 celulas en la muestra de control, y que aquí va de 0 a 11.5, o sea que se incrementa casi 11 veces el riesgo de daño citotóxico; en Paso de Guadalupe, poblado que ya recibe la totalidad de las aguas contaminadas de la ciudad, tenemos tres diferentes anormalidades, en micronúcleos, en células en yema y en cromatina condensada” (ver detalles en gráfico anexo).

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Las siete anomalías celulares
(REFERENTE A LA IMAGEN QUE SE MUESTRA ABAJO)


1 Micronúcleo (MN). Por encima del promedio de “población no expuesta” en Paso de Guadalupe.
2 Nbud (Nb). Por encima del promedio en Juanacatlán, Ocotlán y Paso de Guadalupe.
3 Binucleada (Bn).
4 Núcleo picnótico (PN).
5 Cariorrexis (CX).
6 Cariolisis (CL). Por encima del promedio en Juanacatlán y La Barca.
7 Cromatina condensada (CC). Por encima del promedio en Juanacatlán y Paso de Guadalupe.

Fuente: "Evaluación del daño genotóxico y citotóxico en población de los márgenes del río Santiago con exposición crónica a metales pesados", UdeG.

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