viernes, 16 de septiembre de 2016

Industria de El Ahogado, la más dañina de la cuenca



Los vertidos contaminados son generados solo por el sur de la ciudad y las fábricas del corredor.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Una accidentada geografía y la inobjetable Ley de la Gravedad desmienten la percepción de los dirigentes del grupo de empresas instaladas en el corredor industrial de El Salto: para que el agua contaminada de Guanajuato, México y Michoacán pudiera afectar la calidad de lo que se precipita en El Salto de Juanacatlán e incluso penetrar a la presa de El Ahogado, se requeriría no sólo que el flujo fuera en sentido contrario (lo que haría a la cuenca del Ahogado el dren principal del río), sino que el agua subiera, en vez de bajar.

Ciertamente, el recorrido del río Lerma llega al lago de Chapala, como último receptor de contaminantes no tratados de toda la cuenca que nace al pie del Nevado de Toluca, pero ese embalse –el mayor de México- tiene una amplia capacidad de dilución y de retención. Por si fuera poco, para penetrar al río Santiago, que nace en el nororiente del lago, se requiere además vencer la altura de las cortinas de Poncitlán, construidas hace más de un siglo para aumentar la capacidad del lago. Lo cual es infrecuente.

En realidad, el Santiago, que partiendo de Chapala alcanzará su desembocadura cerca de 500 kilómetros al poniente, en la parte sur de las Marismas Nacionales de Nayarit, es un río casi siempre distinto al Lerma. Su fuerte carga contaminante deriva, desde sus orígenes, de la tributación de agua que le hace la cuenca alteña del río Zula –sobre todo, por vinazas de tequileras y granjas porcícolas -, de las descargas directas del complejo industrial de La Barca-Ocotlán-Poncitlán, y de las aportaciones de otros dos de sus tributarios: el arroyo de El Ahogado (el más contaminado con carga tóxica de todos) y el arroyo San Juan de Dios-Atemajac (con 60 por ciento de la carga orgánica de Guadalajara. Otros tributarios menores con pésima calidad del agua son los arroyos San Gaspar, Coyula, Osorio, San Andrés y el río Blanco. Todos estos tributan al río, lo que significa que solo arrastran sus propias aportaciones hacia la corriente principal de la cuenca, y nunca son afectados por la acumulación de contaminantes de otras regiones.

Lo cierto es que los resultados de diversos monitoreos demuestran que la presa El Ahogado y el Salto de Juanacatlán son la zona más contaminada de todo el río Santiago, incluidos todos sus afluentes. Las estaciones que mes con mes reportan datos a la Comisión Estatal del Agua (CEA) desde 2009 lo reflejan tanto en el tema de carga orgánica como el de metales pesados. El Estudio de la contaminación en la cuenca del río Santiago y la salud pública en la región, realizado por Omar Arellano-Aguilar, Laura Ortega Elorza y Pablo Gesundheit Montero, de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), con el apoyo de Greenpeace, confirma los datos.

La contaminación, "además de afectar a la biota, reduce la disponibilidad del agua para distintos usos y se asocia con el incremento en la incidencia de enfermedades en las poblaciones humanas, por exposición a sustancias, contaminación de alimentos por riego o por su capacidad como reservorio de vectores [...] en la zona de la presa El Ahogado y en la cascada El Salto ha persistido durante años la contaminación, lo que supone un factor de riesgo local a la salud humana".

Respecto a las fuentes fijas de contaminación en el área, obtenidas a partir del Registro de Emisión y Transferencia de Contaminantes (RETC) "durante el periodo 2004-2009 se reportaron en la zona de estudio descargas al agua de níquel, cromo, plomo, arsénico, cadmio, mercurio y cianuro de forma sostenida, y de manera muy esporádica tricloroetileno, dibutilftalato, formaldehído, cloruro de metileno, fenol, piridina y cloroformo. El número de industrias en la zona que reportaron como mínimo una sustancia en al menos uno de los años fue de entre 208 y 233 en el periodo 2004-2009 [...] la información da cuenta de la intensa actividad industrial en la zona, particularmente en los municipios de Ocotlán, El Salto y la ciudad de Guadalajara", señala el estudio de UCCS.


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