sábado, 21 de septiembre de 2019

Chamela, el pueblo sobre un arroyo que se inundó



Estragos produce Lorena a su paso por la costa de Jalisco; se reportan hasta 5 mil ha de cultivos, dañadas

Agustín del Castillo / Guadalajara. El Diario NTR Guadalajara

“No quedó un solo mueble, una sola cama, nada para comer”, señaló el delegado municipal de Chamela, municipio de La Huerta, Eloy Cárdenas, tras el regreso de los moradores de las 58 casas apenas entregadas en 2016, y que reprobaron la primera prueba de un evento meteorológico extremo.

Lorena no se alineó a la “buena voluntad” con que los gobiernos reconstruyeron el pequeño poblado en el lecho del arroyo del mismo nombre, una de las salidas naturales del agua hacia la bahía más grande de la Costa Sur de Jalisco. Tampoco acreditó la conciliación de los empresarios inmobiliarios que permitieron permanecer a los pobladores de la aldea aunque reclamaban la propiedad de las tierras. La naturaleza fue justiciera, a su modo: nadie que habite en el lecho de un arroyo puede pasarla sin mojarse.

Y de qué modo. Las investigadoras de la estación de biología de Chamela, de la UNAM, Esther Aguilar, Frida Güiza y Alicia Castillo, quienes han trabajado el tema del riesgo con la comunidad, apuntaron en un resumen de la situación enviado a El Diario NTR:

“Es importante mencionar que la comunidad de Chamela ha enfrentado en la última década dos huracanes, Jova en 2011 y Patricia en 2015; en este último evento, la comunidad fue gravemente afectada, la mayoría de las casas quedaron completamente destruidas. Unos meses después el gobierno federal y estatal se comprometieron a reconstruir la comunidad por completo. En febrero de 2017 se entregaron oficialmente alrededor de 45 casas con una superficie de 50 metros cuadrados. Las casas fueron reconstruidas en terrenos inundables, como medida de mitigación se rellenó la superficie y se construyó un muro para evitar futuras inundaciones. Los materiales con los que se construyeron las casas son de muy baja calidad y los propios pobladores reconocen que seguían existiendo riesgos con éstas, principalmente cuando suceden eventos como los ocurridos en estos días”.

Eloy lo confirma, en entrevista telefónica. Ante el arribo de Lorena al litoral de Jalisco, el pasado jueves 19 de septiembre, los moradores debieron abandonar el caserío. Unos se fueron con parientes a las partes altas de la misma zona, y otros más debieron ser movilizados a los albergues. La mañana de ayer llegó la tregua. Incluso el sol salió. Pero el espectáculo de daños era completo. No había un solo electrodoméstico, un solo mueble que fuera utilizable. Pero más preocupación genera si la cimentación y la calidad precaria de los materiales con que fue edificada la moderna aldea, servirán para algo. La incertidumbre es completa.

Alicia Castillo apunta: “el huracán Patricia les afectó de manera terrible, se perdieron 95 por ciento de las casas, y después de esto, el gobierno federal y en conjunto o con el desarrollo turístico Zafiro, que les queda al lado, construyeron una comunidad tipo urbano cercada por un muro”.

La investigación sobre vulnerabilidad y riesgo en la comunidad de Chamela, de las investigadoras citadas, “es el resultado del trabajo realizado con los habitantes de la comunidad de Chamela, Jalisco quienes han sido afectados por diferentes eventos hidrometeorológicos, como fuertes lluvias y huracanes, además de enfrentar las presiones sobre el ecosistema marino y grandes cambios debido al crecimiento del turismo. Las comunidades rurales, particularmente aquellas que dependen de la pesca, como le es Chamela, se están volviendo más vulnerables debido a que sus medios de vida están amenazados por eventos climáticos extremos y por el desarrollo turístico específicamente relacionado a la privatización de las playas”, señalan en un texto enviado a este diario.

Se analiza el estudio de caso de la comunidad de Chamela “por estar ubicada desde hace décadas en el lecho del arroyo Chamela (esto debido a que nunca pudieron comprar tierras para establecerse y vivieron en terrenos prestados por mucho tiempo). La investigación buscó comprender las causas de fondo de la vulnerabilidad y las perspectivas de los pobladores de la comunidad de Chamela al respecto. A través de entrevistas a los habitantes y por medio de un taller realizado en octubre 2017, los resultados muestran que una mayor apertura a las políticas económicas neoliberales impulsó un modelo de desarrollo turístico en la zona costera de México que excluye a las comunidades y genera vulnerabilidad”.

Las reformas agrarias “que favorecen las formas de tenencia de la tierra privada sobre las comunitarias, políticas ambientales formuladas e implementadas de acuerdo a los intereses de grupos con gran poder económico como son los empresarios de la industria turística, además de las deficiencias en la gestión del riesgo por parte de las autoridades, legitiman, posibilitan y/o limitan las posibilidades de las comunidades locales para enfrentar riesgos asociados a fenómenos como fuertes lluvias y huracanes”, añaden.

En el trabajo, “los pobladores de Chamela expusieron sus puntos de vista relacionados a los procesos de construcción de vulnerabilidad, principalmente la participación del sector turístico en la reconstrucción de las comunidades afectadas por los huracanes, la degradación del ecosistema y el acaparamiento de recursos como el agua, y el bosque. Al mismo tiempo los pobladores de Chamela se reconocen a ellos mismos como sujetos activos en la construcción de la vulnerabilidad con menor capacidad de acceso a los recursos y poder, pero con conocimientos y prácticas para gestionar el riesgo relacionado principalmente a la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos”.
El pasado 19 de septiembre, con Lorena, la comunidad se anegó. El agua pasó de metro y medio e incluso hubo casas a las que el agua les llegó al techo.

“Ni siquiera nos podemos quedar ahora que no hay agua, porque no hay manera de comer y dormir”, apuntó el delegado municipal. Urgió por el arribo de apoyos, porque piensa que los han borrado del mapa del desastre. De hecho, la Secretaría de la Defensa Nacional apuntaba ayer dos municipios especialmente afectados: Cihuatlán y Tomatlán. La Huerta, en medio de ambos y con unos 70 km de litoral, pareciera que no tiene problemas, “y en muchos poblados pegó el huracán”, advirtió el representante de la comunidad de pescadores.

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Lorena dejó a campesinos sin cultivo


Más de 5 mil hectáreas de plantación de plátano y otros cultivos de Jalisco fueron afectados por el paso del Huracán Lorena en la región de la Costa, municipios de Cuautitlán de García Barragán, La Huerta, Casimiro Castillo y Villa Purificación, dijo el dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Ismael Hernández Deras.

Aunque el conteo aún no termina, porque también hubo destrucción en las zonas de mango y otros productos, hasta ayer el número de hectáreas afectadas superó la cifra de 5 mil.

“En esta región, en la región Costa que se le denomina aquí; verdaderamente sentimos que la solidaridad y la reacción del gobierno Federal no ha sido del tamaño de la pérdida que se está provocando en esta parte del estado de Jalisco”, apuntó. Explicó que el seguro catastrófico que tiene contratado el gobierno estatal para atender apoyo a los campesinos en estos casos, tiene una reacción burocrática, demasiado lenta.

“El proyecto de presupuesto no contempla los fenómenos climatológicos que estamos viviendo. Lo acabamos de ver en una parte de Jalisco; se requiere que haya un fondo que permita que reaccionen de inmediato el gobierno Federal o gobiernos estatales, de tal manera que efectivamente ese fondo no sea un seguro que se pierde en la burocracia y que muchas de las veces cuando atiende la necesidad de un fenómeno climatológico ya es verdaderamente tarde”, señaló.

Por su parte, el coordinador estatal de la CNC en Jalisco, Eliazer Ayala, aseguró que una vez concluido el proceso de contabilidad de las hectáreas y regiones afectadas podrán tener mayor certeza del nivel de apoyo que se requiere; sin embargo, también destacó que las cifras con las que se tiene asegurada la producción campesina está muy debajo de las necesidades reales del sector. Los dirigentes se comprometieron a gestionar y apresurar las reuniones que sean necesarias para conseguir el apoyo eficiente y ágil para el sector campesino que hoy padece la pérdida de su fuente de trabajo.

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