Agustín del Castillo, 6 de Septiembre de 2019, el Diario NTR Guadalajara
El hecho de ser la parte plana y baja de una cuenca endorreica (sin salida para el agua) y montañosa que se extiende sobre apenas 24 kilómetros cuadrados de superficie, hace que el área de El Bajío del Arenal, cuenca de los arroyos Arena Chica y Boca de Arena, sea más proclive a problemas de inundación.
Con la urbanización que a la fecha existe —según el gobernador Enrique Alfaro, ya se urbanizaron 315 hectáreas de las 980 de la zona—, ya se ha detonado una transformación que ocasiona encharcamientos; si el proceso continúa, el crecimiento del riesgo será exponencial.
Esto lo advierte un documento elaborado en el contexto de la revisión del plan de ordenamiento ecológico local de zapopan (POELZ): Estudio hidrológico detallado del municipio de Zapopan (2017), análisis que forma parte del trabajo que desplegó el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Occidente) bajo el liderazgo del investigador Luis Gabriel Torres González.
“La cuenca de los arroyos Arena Chica y Boca de Arena forma parte de la región hidrológica RH12-E y se encuentra localizada en la parte Centro-Sur de Zapopan. Esta cuenca es de tipo endorreica, ya que no vierte sus aguas de manera superficial a ningún arroyo o río (…) El valor superficial de esta cuenca es típico de las cuencas pequeñas, con alta probabilidad de ser cubierta en su totalidad por las eventuales tormentas y susceptible a provocar inundaciones repentinas, debido, entre otras cosas, a su corto tiempo de recorrido del flujo recurrente”, señala el extenso texto de 478 páginas en el que se revisan todas las subcuencas del municipio maicero.
Debido al proceso de urbanización que se ha dado a últimos años en esta cuenca, su proceso natural está alterado. ¿Cómo funcionaba?: “En total, esta cuenca produce en su estado natural y en respuesta ante una tormenta de 43.83 milímetros de altura y una duración de una hora, un volumen total escurrido de 160 mil 115.7 metros cúbicos, lo que equivale a una capacidad de generar escorrentía del orden de 44.4 metros cúbicos por segundo”.
LA INTERVENCIÓN HUMANA
Pero la condición hidrológica actual es otra. “Se han diversificado los tipos de cobertura de acuerdo al criterio racional debido a la intervención antrópica en la superficie de esta, particularmente en la parte del valle de esta cuenca, conocido como el Bajío, donde aparecen desarrollos de tipo industrial, comercial y habitacional”.
Aunque el estudio resalta que “las superficies con vegetación, en sus diferentes cantidades de cubierta vegetal y tipo de pendiente del terreno, ocupan todavía 88.5 por ciento del área total de esta cuenca, los tipos de cobertura característicos del proceso de urbanización ocupan ya en total 9.78 por ciento, donde las calles representan 3 por ciento y las áreas comerciales 2.4 por ciento, mientras que a su vez la superficie destinada para casa-habitación ocupa ya en total 2.3 por ciento del total de la superficie de la cuenca.
También se observa un 1.6 por ciento de la superficie de la cuenca en proceso de desarrollo o desmonte, donde se espera aparezcan nuevos desarrollos”.
Estos efectos han producido un descenso en la superficie con vegetación, particularmente en el área del valle, la cual ha disminuido en 18.8 por ciento de acuerdo al análisis.
Además, los cambios en la zona han generado ya modificaciones significativas en los aportes de escurrimientos directos, ya que las coberturas de los procesos urbanos aportan 39.8 por ciento del volumen total que esta cuenca es capaz de generar ante una tormenta determinada, con solo 9.78 por ciento de la superficie total de la misma, “donde las calles aportan por si solas 13.6 por ciento del volumen total y los distritos comerciales (entre ellos el estadio), aportan 11.06 por ciento, mientras que la superficie destinada para las casas-habitación ya sean totalmente edificadas o con espacios verdes (jardines y baldíos) aportan 6.7 por ciento respecto al volumen de escurrimiento directo que esta cuenca es capaz de producir durante las eventuales tormentas”.
De esta manera, “actualmente y en total, esta cuenca es capaz de generar 67.5 metros cúbicos por segundo en repuesta a una tormenta de 43.83 milímetros de altura y duración de una hora, lo que se traduce a 242 mil 998.4 (m3) durante toda la tormenta”, alrededor de 83 mil m3 más que en estado natural, es decir, 50 por ciento más agua, que en el pasado se infiltraba durante la tormenta.
La conclusión es inevitable: para el desarrollo futuro, “habrá que considerar que la superficie ha sido revestida por una gran diversidad de materiales, modificando con ello la respuesta que las cuencas daban de forma natural (…) y generando aumentos en los volúmenes de escurrimiento directo que van desde el 18 hasta el 51.8 por ciento en las cuencas en las que el desarrollo urbano empieza a hacerse notar”.
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Los datos
Superficie de la cuenca Arena Chica y Boca de Arena: 26.218 kilómetros cuadrados (km2)
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Superficie de El Bajío en relación con la cuenca: 12.9 km2 (48% de la cuenca)
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Superficie urbanizada: 2.6 km2 (9.78% de la cuenca, 20% de El Bajío)
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Incremento de volumen de agua en tormentas sobre superficie: 51.3% en relación a lo que fluía en condiciones naturales
Fuente: Estudio hidrológico de Zapopan, CIESAS, 2017
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