domingo, 25 de septiembre de 2011

Sin controles, la justicia en Jalisco



Leyenda negra, alimentada de verdades y acrecentada por malos litigantes. La Procuraduría aprehende sin investigar; los abogados piden “para mordidas” con cualquier pretexto; los jueces son opacos en la rendición de sus cuentas, advierte barra de abogados


Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 24 de septiembre de 2011

El nudo de la desconfianza de los ciudadanos en la prevención, procuración y administración de la justicia pasa por los problemas de control de estas profesiones: desde abogados hasta jueces necesitan instancias que los puedan vigilar, califiquen su actuación ética y en su caso, los sancionen con todas las de la ley, advierte Jorge Rafael Alarcón Álvarez, presidente de la Barra Jalisciense de Abogados Ignacio L. Vallarta.

El profesional del derecho señala que la fama pública de este sector de la sociedad está mezclada de datos reales con exageraciones y mentiras que a veces propalan los propios abogados, por ejemplo, “muchos dicen que hay que sacar dinero para darle al juez, se meten a su despacho, aseguran que se lo dieron, pero el juez no recibió nada y ellos manejan esa idea con los clientes, que no pueden pensar sino que la justicia está al mejor postor”.

Es un “problema de una estructura fallida, sobre todo en la procuración de justicia [...],todos vemos que a las personas las agarran con las cámaras, que las filman y todo, y no pasa nada, las dejan ir; los fracasos de la PGR han sido de antología, lo de Hank, lo del michoacanazo”; esa inconsistencia en el trabajo del Ministerio Público deriva de que las procuradurías “están muy centralizadas, el agente del MP ha dejado de ser el abogado del pueblo [...], están concentrados en la Calle 14 [de Guadalajara], que es una fortaleza en la zona industrial; la gente tiene dificultades hasta para el acceso, y para presentar una denuncia es un trámite terrible”, señala en entrevista con MILENIO JALISCO.

El agente del MP es hoy “un burócrata, el ejercicio de su facultad de investigador es prácticamente nulo; se limita a citar personas, a recibir denuncias, y cuando no van, ‘pues tráiganmelo’; la policía ministerial es hoy una policía aprehensora, son buenos para aprehender pero no hay investigación”; la relación con el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses tampoco es la adecuada, entonces, la ciencia no ayuda a fortalecer las averiguaciones. La consecuencia es que dejan a los jueces sin armas para mantener en la cárcel a un delincuente.

Cambio de naturaleza
“Los procesos de averiguación previa parecen ya más procesos civiles o laborales, porque es el abogado el que va y lleva todo; luego, se limita mucho al MP respecto a la información, debería tener acceso a todos los movimientos bancarios para investigar, desde luego con la autorización de un juez, la policía debería tener facultades de investigación e inclusive la policía estatal, no solo la policía ministerial, de tal manera que se entrecruzaran para integrar mejores averiguaciones”.

En el caso de las policías preventivas, al ser municipales están desarticuladas y debería regresarse a esquemas de coordinación, además de la urgencia de recuperar la moral de los cuerpos policiales con mejores sueldos y una sólida reputación que haga al policía sentir aprobación social y hacer carrera en ese difícil servicio público.

Los fracasos
Del fracaso en la prevención y la procuración de justicia, “la consecuencia es lo que estamos viendo diariamente: estuvo tres meses en la cárcel pero luego salió, y volvió a delinquir; en donde sí hacen carrera es en el mundo criminal, ahí sí hay carrera, tienen sueldos y los protegen, yo creo que ahorita el crimen organizado tiene una mejor estructura que la policía”, añade sin ironía.

—Entre la gente existe la impresión de que la impartición de justicia está al mejor postor...

—Hay muchos casos, no siempre documentados; el abogado le dice al cliente, ‘necesito darle tanto al juez’, y entra al despacho del juez y según el ya se lo dio y el juez nunca se enteró; hay más casos de esos, hay que cuidarse de los abogados también [...] yo confío más en los jueces que en los MP por una sencilla razón: son de carrera, y un juez después de que es reelecto ya es definitivo, es inamovible; eso les da una ventaja [...]”.

Sin embargo, “ el problema más grande que se ha presentado para la independencia de los jueces es que el Consejo de la Judicatura los cambia muy fácilmente, porque no hay un reglamento para la permanencia o cambio de los jueces, sino que se hace a voluntad y se encierra el consejo y pone a temblar a todos los jueces porque a las tres de la tarde les puede llegar un oficio de que se presenten en Colotlán, en Vallarta, en Cihuatlán, a las nueve de la mañana del día siguiente, entonces no hay respeto.

No obstante, la corrupción existe; “para mi, ni jueces ni magistrados deberían tener derecho al secreto bancario, y los exámenes de confianza deberían de aplicarse ahí también, entre ellos, esa es la manera de tenerlos mas controlados, para que sea transparente su vida, pero no para el acceso publico, sino ante los organismos de control y para la policía, bajo otros mecanismos”.

Los litigantes también deberían ser calificados y sancionados. “En muchas partes del mundo existen los comités de honor y justicia; el cliente va y se queja, y se investiga, hay que legislar, hay abogados suficientes, mas allá de toda sospecha, como para integrar esos comités, que vigilen el ejercicio de la profesión”.

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