domingo, 25 de septiembre de 2011
Jalisco retrocede en saneamiento
El estado dejó de limpiar el agua negra que producen unos 220 mil habitantes. 66 plantas tratadoras construidas no operan por falta de recursos, pero entre enero y agosto se pararon alrededor de 35, muchas de ellas de construcción reciente, señala la Comisión Estatal del Agua
Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 20 de septiembre de 2011
Entre enero y agosto de 2011, alrededor de 35 plantas de tratamiento de aguas dejaron de operar en Jalisco, lo que ha significado un retroceso de 3.3 puntos porcentuales en la cobertura del servicio, según información de la Comisión Estatal del Agua (CEA).
Así, de 21.9 por ciento de saneamiento del total de aguas a tratar, que se registraba en enero de este año, al corte de agosto y con las 66 plantas sin operar (ver gráfico anexo), ese porcentaje se ve seriamente afectado. Actualmente se está saneando 18.6 por ciento en todo Jalisco, lo que regresa al organismo a su planteamiento sobre la necesidad de generar un nuevo esquema para garantizar la operación de las plantas, como lo propuso la pasada semana.
De hecho, la CEA no es pesimista en el tema, pues si bien destaca que el porcentaje de saneamiento en la zona conurbada de Guadalajara es apenas de 3 por ciento, una vez que entre en funciones la planta de El Ahogado, que está a punto de terminarse, se rebasará 20 por ciento de cumplimiento, y con la entrada en operación de Aguaprieta, que se espera sea durante 2013, se alcanzará más de 90 por ciento en la capital de Jalisco.
Las estadísticas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales revelan que en la entidad se generan 15,487 litros por segundo de aguas residuales municipales. Si en 2007 se reportaba un cumplimiento de 22 por ciento, sostenido hasta comienzos de 2011, en siete meses se desplomó a 18.6 por ciento.
3.3 por ciento es en volumen alrededor de 511 litros por segundo, cantidad de agua negra que produce una población de 225 mil habitantes. El dato más preocupante es que se trata de inversiones que ya fueron realizadas en el pasado por el sector público. Las causas de que 66 plantas de tratamiento no operan hoy (35 en los últimos siete meses) son diversas, pero según el organismo estatal, se tienen primordialmente razones económicas: los ayuntamientos, responsables según el artículo 115 constitucional de financiar su operación, no tienen recursos porque sus presupuestos son bajos y no se suele cobrar a la población una tarifa que permita la sostenibilidad económica del servicio.
Algunos costos de inversiones recientes de plantas de tratamiento hoy sin operar: dos millones de pesos para la de la cabecera municipal de Bolaños, con “sistema primario” de saneamiento; cuatro millones 620 mil pesos para la de la cabecera de Jilotlán de los Dolores, con “reactor anaerobio de flujo ascendente”; 500 mil pesos para la fosa séptica de Mixtlán y seis millones 436 mil pesos para la planta de humedales artificiales en Copala, municipio de Tolimán.
Para enfrentar el problema, la CEA ha planteado la necesidad de un aumento presupuestal para poder subsidiar las plantas que no operan, de manera temporal, sujeto a convenios con municipios y siempre que estos se comprometan en un plazo a generar condiciones para la sostenibilidad financiera de los proyectos (ver nota contigua).
Según el investigador Adalberto Noyola, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, esto podría resolverse más rápido si se atiende el tema de la tecnología; señala que si bien, “las tecnologías para el tratamiento de agua más utilizadas en México corresponden a las lagunas aerobias y los lodos activados […] se podrían introducir nuevas tecnologías, como el tratamiento anaerobio, cuyos costo de operación y mantenimiento son más bajos que los sistemas aerobios”, lo que contribuiría a la ansiada sostenibilidad.
Un caso documentado de este problema son las diferencias entre la CEA y el Ayuntamiento de El Grullo (apoyado por la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila) por el tipo de proyecto de tratamiento. Las autoridades municipales promovían un sistema de lagunas de oxidación que en su momento fue respaldado por un consultor contratado por la misma CEA: AyMA Ingeniería y Consultoría SA de CV (en el proyecto ejecutivo dice: “Los requerimientos mínimos de energía, la gran confiabilidad del proceso debido a que está poco expuesto a fallas de operación, y los mínimos requerimientos de mano de obra calificada la convierten en una operación con alto índice costo-beneficio”). Pero la CEA consideró que la gran extensión de los humedales haría onerosa la operación del sistema. El debate no termina.
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Buscan reactivar a 44 plantas
El agua sin tratar es uno de los problemas más severos que padecen las comunidades humanas y silvestres.
Entre los impactos más importantes, está la disminución de fuentes de agua potable, que reduce la calidad de vida de los seres humanos; la afección a la salud humana, por enfermedades gastrointestinales principalmente en niños; la eutrofización (ingreso de materia orgánica) de cuerpos de agua matando la vida acuática; la disminución en la calidad de cultivos; los daños a la salud animal y la proliferación de fauna y flora nocivas.
Por ello, la CEA planteó la semana pasada invertir 40 millones de pesos adicionales —lo que obliga a una ampliación presupuestal— para operar al menos 44 de 66 plantas que están sin operar.
Los esquemas financieros fueron presentados a los municipios en el marco de Modelo Agua Jalisco en noviembre de 2010: “En él se seleccionaron 22 municipios que presentaron a esta instancia su carta de intención de los cuales quince ya cuentan con un organismos operador de agua”.
La propuesta es que el estado, a través de la CEA, opere la infraestructura de manera temporal y otorgue un subsidio según la capacidad de saneamiento. En plantas de uno a 11.9 litros/segundo, el estado ofrece un subsidio de 70 por ciento; en las de 12 a 22.9, la oferta es de 50 por ciento, mientras que en la infraestructura de más de 23 litros, la CEA aportaría 30 por ciento.
El listado de plantas y municipios a beneficiar es el siguiente: Tomatlán, siete plantas; Zapotlanejo, Jocotepec y San Miguel el Alto, cuatro plantas cada uno; Ameca y Cuquío, tres plantas cada uno; Tepatitlán, Villa Hidalgo y Zapotlán el Grande, dos plantas cada uno; y con una planta, los siguientes municipios: Ayutla, Magdalena, Etzatlán, San Juanito de Escobedo, Mazamitla, Tapalpa, Amacueca, Encarnación de Díaz, Lagos de Moreno, San Julián, San Ignacio Cerro Gordo, Tototlán y Talpa de Allende.
Dependerá del Congreso del Estado que estos recursos se asignen a la Comisión Estatal del Agua para lograr el propósito de operar estos “elefantes blancos”.
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