Continúa el operativo para controlar los derrumbes de la presa de jales de la mina de plata de Bolaños, en la región Norte de Jalisco, que ha ocasionado el vertido de más de 150 mil toneladas de material cuya composición química no se ha definido aún, pero que ya ocasionó la muerte de peces en la ribera y una alerta ambiental general entre los moradores de los poblados de la cuenca del Bolaños, de los estados de Jalisco y Nayarit.
“El trabajo sigue en la zona porque la lluvia intensa de los días previos ha ocasionado que los vertidos se mantengan; los técnicos explican que el agua saturó la presa y la colapsó, pero han seguido derrumbes y se debe tratar de contener el problema”, señaló el vocero de la Comisión Nacional del Agua (CNA) Eugenio García Barajas.
También aclaró que ya están en proceso de análisis las muestras levantadas en el río, pero que aún es prematuro afirmar si hay o no cianuro, un elemento altamente tóxico que se utiliza para el beneficio o aprovechamiento de metales, saber su cantidad y si eventualmente ocasionó los envenenamientos.
Las dependencias participantes desde el lunes son la propia CNA, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Unidad Estatal de Protección Civil.
Además de la vigilancia al agua y evitar más vertidos al río, se busca también dejar a los humanos que habitan la ribera lejos del acceso al agua, lo que lleva a prohibir baños y cualquier consumo del líquido, situación que también se recomienda para el ganado. Según el alcalde de Bolaños, Luis Gutmaro López, hay plena comunicación con las presidencias de Chimaltitán y San Martín de Bolaños, sus vecinos.
El optimismo del alcalde, quien descarta la presencia de cianuro en la corriente, se fundamenta en que esa sustancia no se usa en los procesos de la mina de Bolaños, pues en realidad éstos se limitan al aprovechamiento de la presa de jales, que es un almacenamiento que tal vez tenga más de 20 años, pero contiene importantes residuos de plata, cuyo aprovechamiento es más barato que penetrar a la veta.
Es la mina El Alacrán, una de las más famosas del país pero que tiene dos décadas sin aprovecharse, tanto por la caída del precio de la plata como por los conflictos legales en que está entrampado este aprovechamiento, que ahora ha sido entregado a Grupo México pero cuyos anteriores dueños, la familia Dávila, reclaman haber sido despojados.
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