viernes, 28 de abril de 2023

Incendios forestales: historias de vidas, muertes y resurrecciones




* En 2023, Jalisco encabeza la lista nacional de bosques y pastizales quemados, muy por encima de Guanajuato y Michoacán 

* El cambio climático pone la perspectiva muy compleja, asegura Alfredo Nolasco Morales, ex director nacional de incendios 

* Los ecosistemas de pino que predominan en el eje Neovolcánico y las sierras madres del Sur y Occidental, sestán adaptados al fuego 

* El problema serio es que muchos ecosistemas han sido alterados, y no evolucionaron en esas condiciones, lo que complica su restauración 

 Agustín del Castillo / Brunoticias 

28 de abril de 2023. Tapalpa es a Jalisco lo que Mariposa en Yosemite, a California. Los fraccionamientos urbanos de lujo han invadido al bosque, generando negocios fabulosos y la consolidación del destino turístico, pero a cambio de la fragmentación de los corredores, la extinción local de muchas especies, la alteración de los ciclos naturales básicos, por medio de la invasión de ruido, de bardas y mallas, de autos de motos, de contaminación y basura… más de alguno encontrará una irresistible justicia poética en que las casonas de madera se expongan cada año a la temporada de fuego, pues las florestas de pino están entre las mejor adaptadas a la presencia de la magnífica y temible “flor roja” de que hablaban los animales de Kipling (El libro de la selva). 

Hoy, corre por el bosque antiguo y por las hipermodernas redes sociales una noticia amarga. El joven Manuel Alejandro Justo Hernández, jefe de cuadrilla de la brigada Mazati, con apenas 22 años, cayó víctima de los azares y la incertidumbre inherentes a combatir fuego en contextos cada vez más desafiantes. Es la sequía extrema, es la presencia abundante de combustible por el bajo manejo, es el viento cambiante de la primavera, es todo lo que pueda llamarse cambio climático. Pero los brigadistas reconocen cambios complejos, a veces dramáticos, en la dificultad de enfrentar incendios en bosques y selvas. 
 
El teatro de la desgracia fue un paraje llamado El Carrizal, que este día era atendido por 45 combatientes. El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, aclaró en sus redes sociales que no había daños en zonas habitaciones o cabañas. Muchos propietarios vigilaban al anochecer, con angustia, el comportamiento de la deflagración. 

La muerte no interrumpió la furia indiferente de la naturaleza: al día siguiente, después de mediodía, había ya 262 bomberos forestales. La extinción del fuego todavía se prolongaría otro día más. Los días finales de abril y los comienzos de mayo suelen tener los peores registros de incendios para Jalisco. Y hablando de muertes infaustas, son los pueblos contiguos a la Sierra de Quila -la única área protegida de esta región- a los que le ha tocado poner más vidas -nunca fue más preciso ese cliché de “ofrenda”- durante los últimos 40 años de combate de incendios. 

Corría 1986. El fuego brotó en Tenamaxtlán, y penetró en la Sierra de Quila el 12 de mayo. El reporte que entregó al gobierno del estado el alcalde de Tecolotlán, Manuel Rosas, señaló que tras 18 horas de combate, la combustión había alcanzado 8 mil hectáreas, más de la mitad de la superficie protegida por el decreto de 1982. Incluso había entrado en combate un helicóptero de la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Al final, el pago por la inexperiencia de los brigadistas, casi todos originarios de Quila el Grande, es el más elevado de que se tenga registro en vidas humanas en Jalisco por estos eventos: nueve muertos. 

Sus nombres permanecen en una placa conmemorativa en Tecolotlán: Alejandro Jiménez Luquín, de 14 años, José Luis Sandoval Sánchez, quien recién cumplía 18 años de edad; además de siete adultos más: Juan Sedano Sánchez, José Hernández Pérez, Javier Núñez Barbosa, Maximiliano Sánchez Soltero, Ventura Aquino Rivera, Antonio López Espinoza y Agustín Becerra Bustos. Desde entonces, el 12 de mayo es día estatal del combatiente de incendios, en conmemoración de esta tragedia. 


Este 28 de abril de 2023, el joven Manuel Alejandro Justo Hernández se ha unido a la nómina trágica de los muertos de Quila. 




EL DRAGÓN QUE RESUELLA EN LA NOCHE 
Junio del año 2004. Entre la apretada oscuridad nocturna de la sierra de Cuale, al oeste de Jalisco, los viajeros primero percibieron el inconfundible aroma de la combustión, mientras columnas de humo opacaban un cielo apenas un momento atrás tapizado de estrellas. 
 
Luego, cuando libraron un puerto del camino que va a Talpa a bordo de la desvencijada Toyota “chocolate”, sus ojos recuperaron una visión primitiva, tejida de asombro y temor: el fuego, cual espléndido y terrible dios primordial, devoraba furioso el bosque. Los troncos de pinos y encinos, inermes ante la ofensiva de la lengua roja, ardían como espíritus atormentados, y su castigo dotaba de una extraña belleza a la noche. El viento soplaba y expandía las llamas. Entonces, Toribio y Manuel observaron el raudo y accidentado ascenso de un jeep con grandes luces incandescentes, por la brecha: reconocieron a bordo a un cazador del pueblo, Armando Amaral. ¿Simple oportunista o invocador voluntario del desastre? Una duda que nunca sería contestada...Las luces cegadoras tenían el propósito de sorprender venados durante su huida. El sospechoso no se detuvo a saludar, en persecución de la probable presa, y el fuego siguió su marcha en medio de súbitas explosiones sobre las copas de los árboles, cuya orgullosa y paciente longevidad quedó a prueba. 

Lupe Ochoa les recordó que ese predio tenía un conflicto añejo de posesión y que es usual resolver por la vía de un incendio lo que los tribunales y la justicia demora en aclarar. Segunda hipótesis. Qué decir de los siniestros provocados para abrir la siembra de enervantes: en estas montañas, aún remotas, pero cercanas al mar, la marihuana y la amapola son algo común desde hace más de dos décadas, cuando el legendario Rafael Caro Quintero arribó y dio trabajo a decenas de habitantes pobres de El Bramador y Desmoronado, aldeas mineras aisladas desde los aciagos años de la revolución de Pedro Zamora (1920). 
 
La reflexión se interrumpió al aparecer la cuarta posibilidad, unos minutos después: el pesado descenso de un camión maderero con gruesos troncos que tal vez contaba con la guía para acreditar su procedencia legal, pero que, en caso de que faltara, la compleja red de caminos rurales pondría lejos del brazo de la ley. Además, se puede pensar, cavilaron los testigos, en el fuego encendido por paseantes, esos peregrinos que visitan a la Virgen tras un periplo por la sierra, en extenuantes jornadas en las que el sol, la lluvia y el frío los ponen a prueba. Aunque junio no es la temporada alta para ese fervor. 

Tampoco se podría descartar la apertura de pastizales o de terrenos agrícolas, costumbres inmemoriales de los moradores de esta región. 19 años después de esta estampa, la destrucción de los bosques en esta región de la Sierra Madre del Sur se ha hecho exponencial: las mafias territoriales controlan completamente el mercado de la madera, y son las que deciden los árboles que se cortan y los volúmenes que se extraen. El escenario más pesimista se ha cumplido. De hecho, Jalisco sobresale en este renglón de infortunios por encima de sus vecinos Michoacán, Guanajuato o Nayarit. Por ejemplo, cerrando cifras en abril de 2023, mientras el reporte de lo que va del año de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), apunta más de 25 mil hectáreas quemadas para Jalisco, Guanajuato sólo ha visto pasar el fuego por poco más de 1,500 hectáreas: Michoacán, por casi tres mil hectáreas, y Nayarit, 5,681 hectáreas. Todos muy lejos de las cifras de la tierra del tequila. 

El desorden en la gestión del territorio, detonado por a dinámica de las fuerzas económicas, en candiladas por el éxito económico e monocultivos como el aguacate, el agave y los invernaderos con frutas y legumbres de exportación, o por el poder de la ganadería (la entidad es la segunda del país en número de cabezas, solo por detrás de Veracruz), sumado a la ausencia de Estado de derecho y el poder de las plazas criminales ligadas al Cártel Jalisco Nueva Generación, son sin duda parte de la explicación. 

La Sierra de Cuale vive en 2023 estás condiciones extremas. Pero nada de eso se sospechaba esa noche de la primavera de 2004. El fuego redobló su furia en la alta noche, y Toribio, Manuel y Lupe se retiraron camino abajo, apesadumbrados y sin respuestas, hasta la quietud luminosa de Talpa. Al día siguiente, aquella danza fantástica de color y vapores de la víspera, bajo la luz del sol se había reducido a ruinas grises. Algunos tocones conservaban un mortecino ardor, árboles fantásticos lucían pelones, retorcidos y ennegrecidos; algunos supervivientes con ramas aún verdes se erguían heroicos en medio de la desolación. 

El daño fue grande, aunque puntual: alrededor de 25 hectáreas quemadas. Pero en derredor, un magnífico bosque de miles de hectáreas sobrevivió a sus verdugos. Por algún tiempo. 




LAS DOS CARAS DEL FUEGO 
No siempre tienen que acabar estos asuntos así. La investigación científica desarrollada en México en los últimos años demuestra que aunque el fuego puede originar grandes desastres, sobre todo si crece a través de las copas de los árboles, también cumple una función ecológica esencial en muchos ecosistemas, en particular en los bosques templados (justamente, los de pino y encino) y en los matorrales. Un incendio superficial es a menudo benigno, pues propicia la regeneración, el rebrote de semillas y la presencia de ciertos animales adaptados a ese entorno cambiante. En cambio, puede destruir cosas valiosas en otros ecosistemas, como la selva húmeda o el bosque de niebla (o mesófilo de montaña). 

Lo que se necesita es adoptar visiones y sistemas múltiples para su manejo, advierte el investigador del Instituto Manantlán de Ecología y Conservación de la Biodiversidad (Imecbio-UdeG), Enrique Jardel Peláez. “Se trata de fortalecer capacidades contra los incendios; esto evolucionó a un enfoque de manejo del fuego, partiendo de la idea derivada de estudios ecológicos de largo plazo: el fuego es parte de la dinámica de los bosques de pino”, explica Jardel. “[El fuego] tiene una serie de usos, además, en silvicultura para preparar el terreno, en regeneración natural o plantaciones, o manejo de hábitat pensando en las especies adaptadas a las condiciones que crean los incendios, tanto plantas como aves; también se usa en manejo de agostaderos para la ganadería, y es una de las herramientas más baratas para preparar terrenos para cultivo”. 

Así, se procura estimular “esta idea de que el fuego se maneje, se use para algo benéfico”, lo que lleva a “mantener el régimen de incendios en aquellos ecosistemas que dependen del fuego”, sin descuidar el aspecto de la protección. 

- ¿Hay un mito muy grande en torno al fuego destructor? 
- Bueno, es necesario ser claros: los incendios sí pueden tener efectos destructivos; se deben tener capacidades para prevenir y combatir incendios […] pero en muchos ecosistemas ha estado presente por millones de años de forma natural, y luego miles por la presencia humana; no es algo que puedas eliminar nomás así, generarías cambios en características de bosques y su dinámica natural. Entonces, eliminar el fuego no es del todo correcto, por eso la necesidad de manejarlo. Los ecosistemas que normalmente no se queman más que en años muy secos, como el bosque mesófilo o las selvas húmedas, deben estar en condiciones extremas para que los incendios sean naturales, años secos y caída de rayos, o quemas intencionales […] el problema es que cada vez más gente vive en contacto con los bosques… avanza la frontera agropecuaria, la extracción de recursos como la madera, y esto puede modificar las condiciones de estas selvas y hacerlas más susceptibles a un incendio. La selva se fragmenta, se abren claros en ella, se seca combustible, se enciende y propaga un incendio. Si a esto le añadimos las condiciones de cambio climático, con eventos de sequía extrema u ondas de calor, eso sí podría generar un desastre. Pero en otros casos, el fuego es parte del sistema y se debe manejar. 

De hecho, añade Jardel Peláez, los desastres periódicos que se padecen en bosques de Estados Unidos, o recientemente en Australia, son consecuencia de políticas que, en lugar de manejar el fuego, lo han marginado. Esto propicia la acumulación de materiales combustibles y potenciales desastres, incluso a costa de vidas humanas. 

“Los aborígenes de Australia lo usaron por miles de años; provocaron incluso incendios para reducir el peligro de forma severa […] el caso de la acumulación de combustibles es un problema serio pues ahora hay casas metidas en el bosque, e incluso ciudades que crecen sobre estas áreas. Ése es el caso de Canberra [capital de Australia], ciudad en medio de ecosistemas que se pueden quemar; o de varios fraccionamientos de poblaciones al sur de California; en México está el caso de la sierra de Arteaga en el estado de Coahuila, que se llenó de cabañas y residencias de personas de Monterrey, o el bosque de La Primavera, en Guadalajara”. 

Este investigador explica que el problema es que no sólo se quema el bosque o el ecosistema, sino que se ponen en riesgo viviendas e infraestructura, por lo que los combatientes tienen que arriesgarse más: “En Estados Unidos ya ha habido protestas de las agencias de combate de incendios llamando a que se controle la urbanización en áreas de riesgo, se arriesga a la gente y al combatiente”. 

En México y América Latina, la gente vive en los bosques desde hace siglos, pero se trata de algo completamente distinto: “Allí derivan prácticas inmemoriales de manejo de fuego que se hacen en el momento apropiado cuando es menos riesgoso, para reducir la acumulación de combustibles […] en lugares con población asociada a bosques, donde se aprovecha la madera y se manejan bien los recursos, lo normal es que se apliquen medidas de prevención, como quemas prescritas, que haya vigilancia y personal de combate”. 

Jardel Peláez habla de dos temporadas de incendios difíciles en el país: 1998 y 2003. “Se comparaba que mientras en lugares de bosques bajo manejo hubo poca incidencia de incendios o se controlaron pronto, en las áreas más remotas hubo muchos incendios, pues no había condiciones de organización para prevenir y combatir”. Estas experiencias dejaron enseñanzas. Surgió de allí una norma oficial mexicana para manejo de fuego (NOM 015), pero se debe caminar hacia la generación de programas específicos y adaptados a cada realidad del heterogéneo mundo natural mexicano. Es decir: predio por predio. 

NO SABEMOS LO QUE SE VIENE 
El cambio climático ha venido a complicar la de por sí difícil historia del combate de incendios forestales en México “y no estamos preparados”, advierte el consultor en el tema y ex director del programa en la Comisión Nacional Forestal (Conafor) Alfredo Nolasco Morales, entrevistado en Zapopan en diciembre de 2022. 

“La temporada 2021 apoyé en Zapopan y vi incendios con remolinos de fuego que antes no se presentaban. Particularmente, no olvido cómo en 5 minutos se produjo uno con 12 remolinos de fuego; son los incendios que vienen y no estamos preparados”, porque los políticos y la sociedad se empeñan en no comprender. El experto hace a la par un recuento de la precariedad que enfrentan los combatientes del fuego, profesión incomprendida por la sociedad: 

“1998 fue el peor año, tuvimos 73 muertos, un solo evento de 19 en Puebla; desde 1966 se acumulan 266 combatientes fallecidos, de los cuales 75 a 80 por ciento son voluntarios rurales. La lección era y sigue siendo que, si no están profesionalizados, el riesgo crece: debemos poner los ojos en la protección del personal y se logra mejorando el entrenamiento”. 

-¿Cómo hacer entender esto a los políticos, a los tomadores de decisiones, a la sociedad? 
- Pienso que este programa de incendios no genera votos. Estoy seguro, a lo largo de 36 años he visto pasar diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores y presidentes de la República, y es eso, desinterés, porque es inversión a fondo perdido, no hay ganancia política, financiera, social. Se apaga y nos olvidamos (…) Pasó en 2011 y en Monterrey el año pasado; se contrató un DC10 esa última vez y un Boeing 747 en 2011; cada descarga que hacen esos aviones vale lo que cuatro camionetas nuevas, pero prefieren eso en lugar de darnos ese dinero para equipar brigadas, porque eso no genera fotos impactantes como un avión. 

De manera, añade, que se tiene “que educar a la sociedad; la sociedad urbana en particular es un juez muy severo, pero solamente se critica; se necesita que haga también”. Una parte es llevar un modo de vida responsable en lo ambiental y la otra es elevar el costo político de no tomar decisiones, como es invertir dinero público en la prevención de incendios. 

Advierte que Estados Unidos hace quemas preventivas sobre 2.5 millones de hectáreas, pero México solamente lo hace en 100 hectáreas, “apenas para prácticas, no hay recursos para trabajarlo con seriedad”. En el caso de La Primavera y los bosques que rodean el Área Metropolitana de Guadalajara, por ejemplo, la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente prohíbe expresamente las quemas agrícolas en las estaciones frías y secas (otoño-invierno), lo que es contradictorio y explica por qué esta temporada 2023 ha significado un riesgo mayor para los combatientes. 

“El fuego es herramienta benéfica y dañina; vamos a tratar de hacerla benéfica, pero necesitamos tu comprensión (…) reeducar legisladores, políticos, medios de comunicación, porque además, quieren que los incendios se apaguen rápido, pero no es así: los incendios no se apagan por instrucciones, se apagan cuando hay una desalineación entre la topografía, el tiempo atmosférico y los combustibles, cuando la temperatura y la humedad relativa sean bajas, allí tenemos una oportunidad, pero si queremos meter al personal cuando tengamos topografía abrupta, alta cantidad de combustible y tiempo atmosférico adverso con temperaturas de 30 a 40 grados, y unidades de combustible de menos de 10, lo que estamos haciendo es aumentar el riesgo para el personal y ninguna vida vale menos que una hectárea, 10 ó 100 quemadas”. 

La crítica de Nolasco Morales no se detiene allí: debería haber una sola campaña de incendios porque “somos un solo país”, pero cada gobierno quiere meter mano; además, son simplemente reactivos. “No hacemos prevención porque cuesta: poner gasolina, alimentación, agua y como son cosas que no se ven, pues eso lo explica (…) En incendios damos recursos, pero pasan las lluvias y ya no llega nada. Luego pedimos vehículos de ocho cilindros y 4x4, pero los tomadores de decisiones dicen ‘están gastando mucho combustible’ y no, así es el vehículo y es un costo inherente a la protección… de manera que nuestro programa mexicano está a la altura de los mejores programas, pese a tener pocos recursos…”. 

Y para muestra, el botón: el año de incendios se lleva 2 mil millones de dólares en Estados Unidos, 850 millones de dólares en Canadá, entre 500 y 600 millones de dólares en Australia y Nueva Zelanda, 400 millones en Corea del Sur… y 20 millones de dólares en México. “Es un abismo; hacemos mucho más con menos, y muchos nos reprochan que salimos caros...”. 

EN 1 DE CADA 4 HECTÁREAS, EL FUEGO NO DEBERÍA ESTAR 
En Jalisco, durante 2023, , la Conafor reporta que una de cada cuatro hectáreas quemadas, lo hacen en sistemas naturales no adaptados a su influencia Es decir, si los incendios sólo se dieran donde es natural que se den: las diversas agrupaciones de bosques de pino-encino de sus ecosistemas templados, el impacto sería de poca consideración en términos biológicos, porque son ecosistemas que evolucionaron con el fuego, como sucede con el bosque La Primavera. 

Pero no pasa con otros ecosistemas que antes no se quemaban, y que ahora padecen fuego porque fueron fragmentados y degradados, y eso se suma a la fenomenología climática con los calores al alza. “Los ecosistemas sensibles al fuego, son los que no se han desarrollado con el fuego como un proceso importante y recurrente. Las especies de estas áreas carecen de adaptaciones para responder a los incendios y la mortalidad es tan alta incluso cuando la intensidad del fuego es muy baja. Es decir, no son muy inflamables. La estructura y la composición de la vegetación tienden a inhibir la ignición y la propagación del fuego. A medida que los incendios se vuelven frecuentes y extendidos, el ecosistema se desplaza hacia una vegetación más propensa al fuego. Como ejemplos podemos incluir una amplia variedad de bosque y selvas latifoliadas tropicales y subtropicales, así como bosques latifoliados y de coníferas de zonas en el extremo más húmedo del gradiente de humedad. Los bosques tropicales se convierten en sabanas de pastos inducidos y los pastizales semiáridos se ven invadidos por pastos no nativos que crean un combustible continuo”, explica el investigador Andrés Nájera Díaz, de la Universidad Agraria Antonio Narro, de Coahuila (https://sma.gob.mx/wp-content/uploads/2021/09/2_El-fuego.pdf). 

Conforme a los datos de la Conafor, 120 de los 445 incendios en Jalisco de esta temporada han sido en ecosistemas sensibles, lo que también marca una cuarta parte del total. En cuanto a número de eventos de estas características, el estado también encabeza la lista nacional. En cuanto a superficie de esta fragilidad sometida a la destrucción del fuego, Jalisco ocupa el tercer lugar. La norteña Sonora (7,668 hectáreas) y el sureño Guerrero (5,683 ha) son primero y segundo lugar. 

El sistema de combate de fuego de Jalisco es de los mejores del país, lo cual se refleja en la superficie más moderada promedio por incendio, en comparación con otras entidades. Sin embargo, los excesivos brotes de fuego reflejan un mal control del territorio y de sus actividades productivas. 

“Actualmente, un mayor número de ecólogos y conservacionistas consideran que los regímenes alterado del fuego, es decir, demasiado, muy poco o el tipo de fuego equivocado, son una gran amenaza para la conservación de la biodiversidad. Ellos sostienen que si no se les presta atención debida y se les integra a otros esfuerzos, los incendios o la falta de fuego tiene el potencial de deshacer el progreso logrado en décadas de esfuerzo de conservación y desarrollo sostenible”, agrega el académico citado. 
 




2017, EL AÑO EN QUE MUCHOS ESTUVIERON EN PELIGRO 
Faustino Ibarra Guerrero, adscrito la brigada Puma 1 que combate incendios en La Primavera y su zona de influencia, ya contaba con años de experiencia y habilidades que sólo se adquieren con el bregar constante entre fuego, cañadas, viento y humo. El 26 de abril de 2017 le tocó afrontar su cita definitiva con el destino. Hay testigos. 

“Fue extraño; primero vimos a un grupo de desconocidos y después nos topamos con el incendio; como fue en una zona muy accidentada, de repente el fuego brinco por una cañada por una ráfaga de viento, y Faustino trató de regresarse, pero cayó de muy alto […] Luis Alberto Armenta Hernández, otro combatiente, quiso auxiliarlo, y además de que aspiró mucho humo, también se lesionó…”. Al anochecer se completó el rescate. Faustino había muerto. Luis Alberto debió ser hospitalizado. Semanas después también falleció. No fue, aparentemente, un caso aislado. Este combate fatal se dio en la Sierra de Ahuisculco, una de las estribaciones que rodean al valle Tala-Ameca, al poniente del área metropolitana de Guadalajara. Apenas una semana después, el 2 de mayo, otro siniestro ubicado unos 120 kilómetros al poniente, en el paraje La Virgencita, entre Mascota y San Sebstián del Oeste, ocasionó una tercera víctima: Gildardo de Jesús Fregoso Dueñas, de la brigada Semadet-Occidental 1. 

Y la cuarta muerte se acumuló apenas en las montañas del norte del valle de Ameca, en el área protegida Sierra del Águila, el 8 de mayo: Matías Aguayo Villagrana, de la brigada municipal de Ameca. 

No hay explicaciones oficiales sobre por qué, experimentados combatientes pudieron cometer errores que les costaron la vida. Pero extraoficialmente, se señala el inquietante hecho de que los combates a bandas criminales de robo de gasolina en los valles de Tlajomulco y Ameca empujaron a gavillas enteras a la parte alta. 

Tierra de nadie: agazapados ante la ofensiva del ejército mexicano, buscaron refugio en el monte, como los bandidos de las viejas historias. Y para un criminal a la defensiva, cualquier hombre es sospechoso. “Eso tuvo que ver con las muertes, y es algo que ni la fiscalía ni la secretaría de Gobierno le dejaron claro al gobernador cuando se criticaron los casos en el gabinete; no fue un tema de mala planeación ni de falta de equipos, fue evidentemente que se menospreció el factor de la presencia de grupos criminales, que cada vez condicionan más las posibilidades de un combate efectivo del fuego en las montañas de Jalisco”, advierte un alto funcionario del ejecutivo estatal. La descomunal cifra acumulada de hectáreas afectadas por fuego en Jalisco, 189,900 hectáreas hasta el 31 de diciembre de 2017, la mayor cifra histórica en la historia de la entidad y segunda en la del país (la excepción es 1998, con Oaxaca), da veracidad al diagnóstico. 

Manantlán se quemó como no había ocurrido en muchos años. La gran reserva de la biosfera, una de las joyas de la conservación en México, posiblemente rebasó quince mil hectáreas siniestradas. Los combatientes han debido lidiar desde que se constituyó la reserva, hace casi 31 años, con la fantasmal presencia de los sembradores de mariguana y amapola, que han cobrado vidas en algunos liderazgos indígenas de Ayotitlán y Cuzalapa; hoy la cosa es peor, porque el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ejerce un control de territorio que va desde las zonas remotas hasta las cabeceras municipales regionales, y sobre todo tipo de actividades económicas. 

“Y hay muy pocos que estén dispuestos a enfrentar sus intereses; las siembras requieren a veces que se abran claros y el fuego les sirve de herramienta”, sostiene un veterano combatiente de fuego. 

No solamente el elemento de la criminalidad ha hecho desastroso el año 2017 para los bosques. La entonces titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, Magdalena Ruiz Mejía, señala la extrema sequedad y las altas temperaturas que se alcanzaron durante los meses de primavera y el comienzo del verano. También, la existencia de abundante material combustible-restos de plantas y árboles derribados- como efecto de fenómenos extremos, en especial, el violentísimo huracán 'Patricia', que no cobró vidas humanas pero sí arrasó con selvas y bosques del litoral y de la Sierra Madre del Sur. 
 
El aspecto “cultural” terminó de cuadrar la crisis: en Jalisco, como “campeón agropecuario”, los productores parecen tener “cheque en blanco” cuando de aumentar su productividad, con riqueza y empleos, se trata. Muchos activistas ambientales denunciaron cómo las florestas derribadas resultaron una tentación irresistible para muchos agricultores o ganaderos “expansionistas”, que buscaban ampliar sus superficies productivas. Incluso en el caso de que no fuera así, la actividad agropecuaria es responsable de al menos una cuarta parte de los incidentes con fuego, pues se usa como herramienta para preparar la tierra o desbrozar agostaderos. La NOM 015-SEMARNAT / SAGARPA obliga a notificar a las autoridades de esas “quemas controladas”, pero es una de los preceptos más violados en todo el país. Y la “cultura” también se apunta una clara responsabilidad con los paseantes ocasionales, descuidados, y a la postre, destructivos, de los bosques. 

El siniestro que más impacto tuvo en la opinión pública tapatía se liquidó en la misma jornada en que Gildardo de Jesús Fregoso Dueñas murió accidentado en Mascota. Un grupo de visitantes, en las inmediaciones del fraccionamiento Pinar de la Venta, habían dejado una fogata mortecina tres días antes. Esas brasas fueron realimentadas por el viento y se transformaron en un colosal incendio que alcanzo casi mil hectáreas, llevó toneladas de humo al área metropolitana de Guadalajara y ocasionó que se visibilizara por unos días la tragedia estadística de los bosques jaliscienses. 

No todo fue tan malo. 95 por ciento de las arboledas ya se han recuperado, pues fueron incendios superficiales que además dan nuevas oportunidades a especies adormecidas a la espera de su momento. Pero el humo se ha ido a acumular en la gran capa atmosférica de gases opacos que causan el creciente calentamiento de la tierra. En algunos casos, es el remate de un proceso de degradación de décadas. En otros, apenas lo detona. Muchos organismos parásitos, que cuando se salen de control se llaman plagas (normalmente, por causas humanas) también esperan aumentar sus conquistas a costa de árboles y ecosistemas debilitados. Hace falta más ciencia y tecnología para medir con precisión hasta dónde el fuego beneficia, y a partir de qué momento perjudica la historia de un bosque. 

Lo cierto es que en 2017, dos de cada siete hectáreas quemadas en el país fueron en el estado de Jalisco, que se apuntó un hito histórico: 189,814.5 hectáreas quemadas en 759 incidentes. La cifra más elevada desde 1970. Cuatro muertos reclaman que esa pesadilla no se vuelva a repetir. 

CRÍMENES SIN CASTIGO 
Abril de 2005. El fuego se propagó con rapidez y violencia debido a la fuerza de los vientos. Lo que más dificultó su combate fue que nació en dos puntos diversos del área de protección forestal y de fauna La Primavera, a las puertas de Guadalajara. Después, las dos líneas de fuego se encontraron sin anularse. La devastación demoró cinco días en ser contenida por cientos de brigadistas. 

La investigación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) acreditó que fue un siniestro provocado, pero no encontró a los responsables. Semanas después se encontraron contenedores y sustancias flamables en la zona de El Cráter, donde comenzó uno de los focos del devastador suceso. Además, entre el 23 y el 25 de abril hubo siete focos de fuego en distintas zonas del área protegida, lo que demostraría un patrón de acciones para generar el desastre. El 4 de diciembre de 2005, el delegado de la dependencia, Trinidad Muñoz Pérez, dijo a la prensa: “No hubo quién diera indicios serios de los responsables. Las dependencias gubernamentales no aportaron mucha información y las fotos tampoco sirvieron de mucho”. 

Muñoz Pérez agregó: “Ninguna autoridad —y quiero ser muy enfático— dio los suficientes elementos para poderle fincar un procedimiento a un particular […] va a quedarse como una investigación, va a quedarse con una recomendación, pero definitivamente en ninguno de los niveles de denuncia que hicieron se nos dijo claramente de dónde salió el incendio”. 

El saldo final: 11,148.7 hectáreas quemadas. Dato alarmante de no advertirse los matices: se estima que la zona con daños severos abarcó de 600 a 900 hectáreas (entre 5% y 8% del área afectada), que es donde se ha debido hacer una labor de “reconstrucción” de los ecosistemas. 

En el resto, el fuego fue un motor de cambios que benefició a muchas especies: semillas de pino despertaron de su letargo con el calor; varias especies oportunistas de herbáceas ocuparon espacios abiertos por la devastación y a su vez dieron alimento a fitófagos (comedores de hierba) como los venados cola blanca y aves como los colibríes. Los pumas han regresado y tienen, aparentemente, condiciones espaciales y disposición de alimento, como para pensar que prosperarán largo tiempo en el bosque sitiado. Hoy, la ciudad sigue creciendo en las orillas, incesante, y la mayor deflagración registrada en su historia ha sido olvidada, mientras nuevos fuegos alumbran brumosas noches sin estrellas de su larga sequía primaveral.

lunes, 13 de marzo de 2023

"No estamos preparados para lo que viene en incendios con el cambio climático": Alfredo Nolasco


Agustín del Castillo. El Diario NTR Guadalajara

El cambio climático ha venido a complicar la de por sí difícil historia del combate de incendios forestales en México “y no estamos preparados”, advirtió el consultor en el tema y ex director del programa en la Comisión Nacional Forestal (Conafor) Alfredo Nolasco Morales. 

“La temporada 2021 apoyé en Zapopan y vi incendios con remolinos de fuego que antes no se presentaban. Particularmente, no olvido cómo en 5 minutos se produjo uno con 12 remolinos de fuego; son los incendios que vienen y no estamos preparados”, porque los políticos y la sociedad se empeñan en no comprender. 

En entrevista, el experto hizo a la par un recuento de la precariedad que enfrentan los combatientes del fuego, profesión incomprendida por la sociedad: “1998 fue el peor año, tuvimos 73 muertos, un solo evento de 19 en Puebla; desde 1966 se acumulan 266 combatientes fallecidos, de los cuales 75 a 80 por ciento son voluntarios rurales. La lección era y sigue siendo que, si no están profesionalizados, el riesgo crece: debemos poner los ojos en la protección del personal y se logra mejorando el entrenamiento”. 

 ¿Cómo hacer entender esto a los políticos, a los tomadores de decisiones, a la sociedad? El experto respondió: “Pienso que este programa de incendios no genera votos. Estoy seguro, a lo largo de 36 años he visto pasar diputados, senadores, presidentes municipales, gobernadores y presidentes de la República, y es eso, desinterés, porque es inversión a fondo perdido, no hay ganancia política, financiera, social. Se apaga y nos olvidamos (…) Pasó en 2011 y en Monterrey el año pasado; se contrató un DC10 esa última vez y un Boeing 747 en 2011; cada descarga que hacen esos aviones vale lo que cuatro camionetas nuevas, pero prefieren eso en lugar de darnos ese dinero para equipar brigadas, porque eso no genera fotos impactantes como un avión”. 

De manera, añadió, que se tiene “que educar a la sociedad; la sociedad urbana en particular es un juez muy severo, pero solamente se critica; se necesita que haga también”. Una parte es llevar un modo de vida responsable en lo ambiental y la otra es elevar el costo político de no tomar decisiones, como es invertir dinero público en la prevención de incendios. Advirtió que Estados Unidos hace quemas preventivas sobre 2.5 millones de hectáreas, pero México solamente lo hace en 100 hectáreas, “apenas para prácticas, no hay recursos para trabajarlo con seriedad”. 

En el caso de La Primavera y los bosques que rodean el Área Metropolitana de Guadalajara, por ejemplo, la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente prohíbe expresamente las quemas agrícolas en las estaciones frías y secas (otoño-invierno), lo que es contradictorio y explica por qué esta temporada 2023 ha significado un riesgo mayor para los combatientes (ver NTR, 27 de febrero de 2023). 

“El fuego es herramienta benéfica y dañina; vamos a tratar de hacerla benéfica, pero necesitamos tu comprensión (…) reeducar legisladores, políticos, medios de comunicación, porque además, quieren que los incendios se apaguen rápido, pero no es así: los incendios no se apagan por instrucciones, se apagan cuando hay una desalineación entre la topografía, el tiempo atmosférico y los combustibles, cuando la temperatura y la humedad relativa sean bajas, allí tenemos una oportunidad, pero si queremos meter al personal cuando tengamos topografía abrupta, alta cantidad de combustible y tiempo atmosférico adverso con temperaturas de 30 a 40 grados, y unidades de combustible de menos de 10, lo que estamos haciendo es aumentar el riesgo para el personal y ninguna vida vale menos que una hectárea, 10 ó 100 quemadas”. 

La crítica de Nolasco Morales no se detiene allí: debería haber una sola campaña de incendios porque “somos un solo país”, pero cada gobierno quiere meter mano; además, son simplemente reactivos. “No hacemos prevención porque cuesta: poner gasolina, alimentación, agua y como son cosas que no se ven, pues eso lo explica (…) En incendios damos recursos, pero pasan las lluvias y ya no llega nada. Luego pedimos vehículos de ocho cilindros y 4x4, pero los tomadores de decisiones dicen ‘están gastando mucho combustible’ y no, así es el vehículo y es un costo inherente a la protección… de manera que nuestro programa mexicano está a la altura de los mejores programas, pese a tener pocos recursos…”. 

Y para muestra, el botón: el año de incendios se lleva 2 mil millones de dólares en Estados Unidos, 850 millones de dólares en Canadá, entre 500 y 600 millones de dólares en Australia y Nueva Zelanda, 400 millones en Corea del Sur… y 20 millones de dólares en México. “Es un abismo; hacemos mucho más con menos, y muchos nos reprochan que salimos caros”. 

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Ya son cuatro los vinculados por ecocidio en área aledaña 

La Fiscalía del Estado informó que procesó a un cuarto hombre por un ecocidio en un área aledaña al bosque La Primavera. Al igual que a los otros tres señalados, un juez le impuso la medida cautelar de no acercarse a la zona afectada. El sujeto recién vinculado a proceso, identificado como Luis Servando M., se suma a Germán G., Joel H. y Emilio L., a quienes se acusa de excavaciones y extracciones ilícitas de material geológico como arena, jal y tepetate en 25 hectáreas ubicadas en los límites del área natural protegida de La Primavera, en las inmediaciones del paraje Volcanes, en Tala. En las actividades se usó maquinaria pesada, góndolas y camiones de volteo, y también se realizaron descargas de residuos de manejo especial, como escombro y basura. Como dichas acciones no contaban con una evaluación de impacto ambiental, medidas de mitigación, ni plan de reparación del lugar, además de que carecían de permiso o autorización de la autoridad competente, a Luis Servando se le configuraron los delitos contra el ambiente y ecocidio, “por lo que al considerar fundados los elementos presentados, el juez de control lo vinculó a proceso con las medidas cautelares diversas a la prisión de no aproximarse al lugar de hechos ni a testigos, entre otras, durante un plazo de seis meses”. Redacción LOS NÚMEROS

Fuego externo, gran amenaza del bosque La Primavera


incendio en La Primavera, por Jorge Alberto Mendoza


Agustín del Castillo. El diario NTR Guadalajara

La creciente incidencia de las actividades humanas periféricas sobre la salud del bosque La Primavera se puede ilustrar con una cifra simple: la base de datos de 20 años de incendios sobre el área natural protegida (ANP) –de 2001 a 2021– acumula mil 912 eventos de fuego, de los que 776 nacieron dentro del polígono protegido, mientras que mil 136 (61 por ciento) brotaron en la zona contigua, la llamada “área de amortiguamiento” que no tiene existencia legal. 

Por su ausencia, esa área urbana-rural en la que los derechos de desarrollo no han sido cancelados demuestra la importancia que pudo tener si se le hubiera creado. 

 Recientemente se le ha comenzado a proteger con dos decretos parciales de área de recuperación ambiental emitidos en 2018 y 2019, los del cerro del Tajo, entre Zapopan y Tlajomulco, y El Bajío del Arenal, en Zapopan; sin embargo, ambos polígonos reúnen territorialmente apenas poco más de 24 por ciento de las áreas contiguas cuyas dinámicas económicas y sociales están alterando al bosque. Además, no son los que históricamente más efectos negativos traen en el tema de incendios. 

En contraste, hay cinco áreas sin protección, que sumarían cerca de 7 mil hectáreas, por las que suelen penetrar incendios devastadores. Son la zona de Santa Ana Tepetitlán-El Colli, en Zapopan (que formó parte del polígono protegido hasta 2009), al oriente del polígono; la franja norte, entre San Juan de Ocotán y el ejido La Primavera; la zona norponiente, correspondiente a El Arenal; los amplios bosques y pastizales ubicados entre San Isidro Mazatepec y Tala, al poniente, y la interfaz Santa Anita-San Agustín, en Tlajomulco, al sureste. 

Es un hecho que los incendios no siempre nacerán fuera del polígono protegido, pero sus detonadores son agentes humanos provenientes de esos espacios que no tienen información o incentivos para suprimir el uso de fuego en tiempos de mayor riesgo. 




MITAD DE SINIESTROS, EN TIERRAS EJIDALES 
La amplia base de datos sobre el fuego en La Primavera arroja más información útil: de mil 912 incendios del periodo, 969, es decir, 50.68 por ciento, ocurrió en tierras ejidales; 913, o 47.75 por ciento, en territorios de tenencia privada, y apenas 30, o 1.57 por ciento, en superficie pública propiedad del gobierno del estado. 

En La Primavera la pequeña propiedad representa 53.88 por ciento; la ejidal, 27.39 por ciento (el dato es con 552 hectáreas excluidas de Santa Ana Tepetitlán), y la estatal, 18.72 por ciento. Por lo tanto, la superficie mejor gestionada para este problema es la pública. 

La base de datos también permite un análisis por municipio: El Arenal concentra 6.47 por ciento de los inicios de fuego afuera del área natural protegida y 7.46 por ciento de los que ocurren adentro para totalizar 126 eventos; Tala registra 47.67 por ciento de los externos y 21.28 por ciento de los internos con 713 eventos; Tlajomulco, apenas 5.86 por ciento de los nacidos afuera y 2.39 por ciento de los que se suscitaron al interior del área natural protegida para sumar 86 deflagraciones, y Zapopan reúne 40 por ciento de los incendios nacidos afuera del lindero protegido y casi 68 por ciento de los que nacieron adentro para totalizar 986 incendios. 

Según el diagnóstico del programa de manejo vigente, Zapopan posee 54 por ciento de la superficie del bosque y Tala, 35 por ciento; sin embargo, el mapa más reciente del ANP, producido por el Instituto de Información Estadísticas y Geográfica (IIEG), tiene los límites del segundo mucho más adentro del bosque. Tlajomulco ronda 11 por ciento y El Arenal apenas “mordería” el área natural, aunque sus actividades agrícolas y urbanas afectan de forma creciente a su salud.



LOS NÚMEROS 

969 de los incendios ocurridos de 2001 a 2021 en torno a La Primavera se registraron en tierras ejidales 
 
913 en territorios de tenencia privada 

30 en superficie pública propiedad del gobierno del estado

lunes, 19 de septiembre de 2022

Las cuentas alegres del plan para regresar sus tierras a los wixaritari




 “La presencia de lo indio en muros, museos, esculturas y zonas arqueológicas abiertas al público se maneja, esencialmente, como la presencia de un mundo muerto. Un mundo singular, extraordinario en muchos de sus logros; pero muerto. El discurso oficial traducido en lenguaje plástico o museográfico, exalta ese mundo muerto como la semilla de origen del México de hoy. Es el pasado glorioso del que debemos sentirnos orgullosos, el que nos asegura un alto destino histórico como nación, aunque nunca quede clara la lógica y la razón de tal certeza. El indio vivo, lo indio vivo, queda relegado a un segundo plano, cuando no ignorado o negado; ocupan, como en el Museo Nacional de Antropología, un espacio segregado, desligado tanto del pasado glorioso como del presente que no es suyo: un espacio prescindible”. Guillermo Bonfil Batalla, México profundo. Una civilización negada 



Agustín del Castillo. EL RESPETABLE

El México indio siempre está ahí: plural, heterogéneo, ubicuo, intensamente vivo en sus conflictos y sus demandas, que van desde obras materiales y justicia agraria, pasando por una evidente integración a las culturas urbanas, hasta una especie de “déjennos en paz” en sus santuarios remotos que contrasta con la paz sepulcral de las viejas culturas de los museos de antropología y las ruinas arqueológicas. Su persistencia es sumamente útil para subrayar la alteridad y el principio de contradicción que subyacen a cualquiera de los proyecto nacionales, por naturaleza, arbitrarios, falsificadores, mitómanos, monopolizadores, artificiales y abusivos. 

Una sana inmersión en lo real inabarcable e incomprensible. Pero eso no evita que los grandes temas del desarrollo le apremien. Hay un común denominador aplicable a todas las comunidades mexicanas, sean hablantes del más de medio centenar de lenguas heredadas de quienes llegaron al país primero, hace 12 mil o trece mil años, desde las profundidades de Siberia, y que de acuerdo a los datos del INEGI y del Consejo Nacional de Población, son al menos 15 millones, o sean de esa mayoría de cultura occidental mestiza que se conformó a partir de las invasiones europeas del siglo XVI. 
 
Si asumimos que cada lengua es un mundo distinto -pero con vasos comunicantes para propiciar entendimientos con los otros -, la riqueza cultural de este país no puede ser mejor descrita. Y todos demandan agua limpia, electricidad, vías de comunicación, productos y satisfactores que provee el comercio, educación, salud, libertades, respeto a las formas de propiedad, aplicación de la ley y seguridad. Todos demandan, en consecuencia, respeto a sus derechos como personas iguales y también como personas distintas. El principio de la igualdad de todos los hombres (nuestro género: Homo, remite a humus, tierra o limo, y nuestra especie, sapiens, “sabio”, aplica igual para los masculus -macho – o femina -hembra -, como pasa en todo el reino animal), la gran premisa conflictiva que sustenta al mundo moderno y globalizado, frente al derecho de mantener las propias expresiones culturales y modificarlas a ritmo y conveniencia de la “autodeterminación”. 
 
Una de las regiones indias que mejor representan este conflicto y esta constante contradicción es la que la burocracia de los tiempos de Echeverría llamó Huicot (huicholes, coras y tepehuanos), es decir, las culturas que se denominan a sí mismas wixárika, náyeri y o’dam, dispersas en las regiones más remotas de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas, donde en estos momentos, sus miembros ejercen de testigos forzados de la violenta disputa territorial entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, a la cual han debido ofrendar no pocas víctimas, además de seguir inmersas en el conflicto de largo aliento del empuje de límites entre los estados, que alientan invasiones mestizas que han generado, en más de un siglo, diferendos territoriales que no terminan de resolverse pese a las restituciones por los gobiernos postrevolucionarios de cientos de miles de hectáreas de los llamados “pueblos originarios”, tierras reconocidas y tituladas -uno de esos odiosos matices contra el discurso victimista de muchos multiculturalistas y del gobierno mexicano en funciones – por los reyes de las dinastías Habsburgo y Borbón durante los tres siglo del reino de la Nueva España. 
 
El conflicto ha sido, pues, fomentado activa o pasivamente por los gobiernos estatales que hoy pretenden que no existe tal problema. Pero la indefinición de límites es un serio problema que violenta los derechos humanos de decenas de miles de aborígenes, sean mestizos o indios, y debe ser resuelto, quizás no para volver al pasado, pero sí para darle un sentido jurídico pleno a las responsabilidades omitidas, o que se ofrecen casi como beneficencia, de parte de cada gobernante en turno. Pero además, esas pretensiones de crecer a costa del vecino son las que han soportado la lucha de los particulares contra las comunidades indias. 

Es la misma historia en dos planos. Los casos de las comunidades wixárika de Tatei-kie (San Andrés Cohamiata) y Wuaut+a (San Sebastián Teponahuaxtlán) son los que mejor ilustran el punto. Los despojos documentados a ambos núcleos indígenas permiten ver cómo sus invasores fueron alentados por los sucesivos gobiernos de Nayarit, al comienzo mismo de la historia de ese estado, creado en la constitución de 1917 (como una escisión de Jalisco, precisamente, algo que sus elites persiguieron al financiar al Tigre de Álica desde mediados del siglo XIX). 

Si se revisan los mapas oficiales de ambos estados, daremos con que en este momento no encajan bien. Ello se debe a que Nayarit no ha dejado de mover sus fronteras al oriente, y en algún punto entre Apozolco (La Yesca) y Florencia (Zacatecas), borra totalmente la continuidad territorial de Jalisco. De acuerdo a trabajos realizados por comisiones de límites de Jalisco, en los gobiernos de Guillermo Cosío Vidaurri (1989-1992) y Alberto Cárdenas Jiménez (1995-2000), casi 3 mil kilómetros cuadrados han sido despojados a esta estado. 

La irrelevancia concedida al tema por sus sucesores, Francisco Ramírez Acuña, Emilio González Márquez, Aristóteles Sandoval Díaz y el actual, Enrique Alfaro Ramírez, demuestra de forma clara el punto de lo que el propio gobernador en funciones destacó el pasado 10 de septiembre en la cabecera comunal de Tuapurie (Santa Catarina Cuexcomatitlán, la tercera gran comunidad wixárika de Jalisco) ante el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Y decirle, presidente, que esta lucha que han dado nuestros pueblos originarios desde siempre, una lucha por justicia, una lucha que ha sido producto del abandono de muchos años, no es ni será sencillo revertir la realidad en la que viven estas comunidades […] todos los municipios de esta región requieren de una inversión muy, muy importante para poder recuperar todo este tiempo en el que la región norte de Jalisco estuvo olvidada”. Seguirá olvidada mientras no se tome ese expediente espinoso de derechos territoriales que el jalisciense ignora. 

Y es que los despojos a las comunidades coinciden con los recorrimientos de las fronteras. Es decir, lo que fue el antiguo cantón de Colotlán se ha hecho más pequeño, al menos en tres mil kilómetros cuadrados, en buena medida a costa de los territorios indios. Hechos que resultan incómodos para los gobiernos nayaritas: el nombre de ese estado deriva, como bien se sabe, del nombre que se dan en su lengua los coras: náyeris, que habitan al norte de la entidad, en el Gran Nayar. El catón de Tepic, que debería coincidir con el territorio del actual Nayarit, no incluía comunidades huicholas o wixárika, que siempre habitaron el cantón de Colotlán. Historiadores y sociólogos han documentado cómo se dieron los despojos. 

En el caso de Tatei-kie, por ejemplo, la comunidad de wixaritaris (así se denominan “las gentes” de cultura wixárika) más afectada por esos procesos, fueron mestizos nayaritas quienes se infiltraron como comuneros e impulsaron los afanes autónomos del anexo Xatsitsarie (Guadalupe Ocotán) y lograron separarlo de su cabecera. 25 mil hectáreas quedaron cercenadas y se conformó una comunidad que sigue reconociendo una primacía espiritual a Tatei-kie, pero no agraria ni política. Ese territorio se sumó al municipio de La Yesca, que también había crecido sobre pueblos como Huajimic y Puente de Camotlán a costa de Jalisco, en este caso, con despojos a la comunidad de Wuaut+a y su anexo Kurixi Manuwe (Tuxpan de Bolaños) por unas 20 mil hectáreas, de las que se restituyó una parte durante el gobierno de Vicente Fox (Puente de Camotlán), y queda pendiente el tema de Huajimic, con casi 10,500 hectáreas en posesión de ganaderos nayaritas que tienen escrituras y actos de posesión alentados por los gobernantes de Nayarit. 
 
Tatei-kie no solamente padeció la escisión nayarita. Por causas no explicadas, al promover su reconocimiento y titulación que derivó en el decreto presidencial de 1965, omitió la reivindicación sobre las tierras del norte, Bancos de Calitique o san Hipólito (Uweni Mu Yewe), que habían sido ocupadas por el estado de Durango e incorporadas al municipio de Mezquital. Pero los wixaritari norteños no se dejaron y libraron una larga lucha jurídica con el ejido San Lucas de Jalpa, que había recibido sus tierras en dotación. Hoy han ganado la restitución legal con base en esos títulos virreinales de Tatei-kie que han derivado entre comunidades agrarias distintas en tres estados. Por si fuera poco, San Andrés ha vivido desde hace pocos años otra embestida nayarita: el 18 de abril de 2018, ese estado, a través del Congreso local, pretendió “legalizar” la separación de casi 30 mil hectáreas (casi 40 por ciento de su superficie), con 12 poblados, al decretar su inclusión dentro del mapa oficial de esa entidad, pese a que constitucionalmente no tiene facultades para hacerlo. 
 
Claudio Montellano de la Cruz, quien era presidente del comisariado de bienes comunales, acudió ocho días después, a las sedes del gobierno de Jalisco y del Congreso de este estado, a reclamar atención a su demanda de no padecer el abuso de los intereses del vecino. Me dijo que el trasfondo era un interés presuntamente minero que surgió en 2004 y que provocó la ambición de un grupo de comuneros, alrededor de 200 de una asamblea de 1,600, a quienes tanto el gobierno nayarita como los empresarios les habrían hecho promesas. “Nosotros en su momento nos negamos a aceptar esa exploración y explotación mineral, y entonces buscaron dividirnos”, señaló. Como con Guadalupe Ocotán, casi 60 años antes. 

“Cuando los wixaritari hacen grupo y acuden a Nayarit, cuando se trata de solicitudes de anexión territorial, ellos [el gobierno nayarita] les hacen caso, mientras que a nosotros nuestro mismo estado [Jalisco] no nos atiende; un grupo de personas que fue allá al congreso nayarita para que les reconocieran ser parte de Nayarit, y aunque los medios de comunicación de allá dicen que son comunidades, en realidad son unos ranchitos, la comunidad única es Tatei-kie; es un grupo de personas el que está promoviendo esto, y nosotros hicimos una investigación, y vimos que sacaron credenciales de Nayarit para fraccionar a la comunidad, pero esto es un pleito interno, es un tema que llevamos con la Procuraduría Agraria, a la que hemos estado acudiendo a una mesa conciliatoria; ya hemos ido dos veces pero no han acudido ellos, nosotros estábamos haciendo eso y el Congreso de Nayarit sale con esa parte, que nos pega a nosotros", señaló. 

- ¿Cuáles son los motivos que aducen para separarse de la comunidad? 
- Dicen que porque nunca han tenido apoyo social, pero es normal que la comunidad no tenga apoyo por lo lejano que estamos, eso nos pasa a todos, no nada más a ellos; los demás compañeros están igual, la verdad es que ellos no asisten a las asambleas, no cumplen con sus obligaciones, por eso se quieren ir a Nayarit [...] fue un abogado que les metió la idea de que se puede fraccionar la comunidad, hacer otro núcleo agrario, y fue que empezaron a hacer los trámites; y en lo que investigamos no se puede fraccionar, si no van a agarrar hasta tierras de tres estados, y es lo que no entienden ellos, y como nuestra comunidad abarca hasta Nayarit ahí quieren fraccionar. Tenemos 74,940 hectáreas, hablamos que nos quieren quitar 40 o 35 por ciento, como 30 mil hectáreas. 
 
Los comuneros vieron en la tentativa del gobierno nayarita, una clara violación del derecho agrario mexicano, de la Constitución Política del país, y del derecho internacional, en particular, el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que en México tiene rango constitucional, y el cual garantiza a los pueblos aborígenes y tradicionales mantener su integridad territorial. El gobierno de Jalisco interpuso, semanas después, controversia por la anexión, pero sigue en suspenso la resolución final. 

Creo que esto es suficiente para ilustrar el tema y explicar el modus operandi de los gestores políticos de Nayarit. Si los gobiernos de López Obrador y Alfaro Ramírez quieren resolver el conflicto más acuciante para la cultura wixárika, deben entender que para los wixaritari, la tierra no se negocia y no admitirán menos tierras que las que les otorgan las restituciones presidenciales de los años 50 y 60 del siglo pasado. Han luchado por 70 años y no se detendrán. Los indios se asumen como parte de Jalisco. Me lo dijo claramente el presidente de bienes comunales de Wuaut+a, Óscar Hernández Hernández , hace apenas un año, cuando recorrí la sierra: “nuestro decreto presidencial dice que se nos reconocen todas nuestras tierras dentro de Mezquitic, Jalisco, no del estado de Nayarit”. 
 
Los gobiernos nayaritas también se ven como parte, y no árbitros de un conflicto entre particulares. “Nayarit castrado sin poderse defender, tener dentro del territorio casetas fitozoosanitarias de Jalisco […] pero no es posible que en Nayarit existan, óiganlo bien, instituciones públicas de Jalisco haciendo funciones en Nayarit, pues en qué situación quedamos. Son verdaderamente vergonzosas de la debilidad, no de un gobierno, de una sociedad y de los nayaritas. Y no somos débiles, que entiendan bien las autoridades, no la población, que no abusen”, dijo el indignado y desinformado (¿o cínico?) gobernador nayarita, Miguel Ángel Navarro, apenas el pasado 13 de julio de 2022. Ese tono de víctimas ha marcado el discurso nayarita por décadas. Mientras a los gobernadores de Jalisco, con las excepciones señaladas, les importa un comino la suerte de sus pueblos indios (ya lo decía Fernando Benítez en el prólogo del tomo II de Los indios de México: Huicholes, en los lejanos años de Agustín Yáñez al frente de la gubernatura). 
 
Y no se trata de que se regrese al pasado. Parece que buena parte de la invasión nayarita ya se ha consolidado por décadas de inacción de Jalisco. Los habitantes de viejos pueblos jaliscienses, como Apozolco, Huajimic o Puente de Camotlán, ya se asumen plenamente nayaritas y sería incluso contraproducente obligarlos a retornar a sus municipios originales. Pero lo menos que pueden hacer las autoridades de Nayarit es permitir la justicia por la vía de los hechos. Y bajo la premisa de que los derechos agrarios pueden existir al margen de las soberanías territoriales, no estorbar a las restituciones, que, de cualquier modo, los huicholes van a ganar en los juzgados y tribunales porque los primeros en tiempos son primeros en derecho, y sobre todo, porque los derechos agrarios no prescriben. Aquí no hay usucapion (prescripción a favor de los posesionarios) que aplique. 
 
La buena noticia es que, desde los hechos de las primeras restituciones del año 2016, que terminaron en protestas airadas y bloqueos de parte de los posesionarios mestizos, gran parte de los dirigentes de estos y de las autoridades wixaritaris, llegaron al acuerdo de empujar juntos que los gobiernos se hagan responsables de actos y omisiones, y financien indemnizaciones a cambio del regreso del patrimonio de San Sebastián. 

Pero si el gobierno nayarita, inmerso en su regionalismo ramplón (que daña a su propia industria local más importante, el turismo, pues el gobernador Navarro decidió eliminar la marca Vallarta de los desarrollos turísticos del norte de la Bahía de Banderas, pese a que ya es una zona conurbada interestatal y a que esos sitios dependen del aeropuerto del destino jalisciense, que es el que le dio reputación internacional a la región), persiste en alimentar un discurso de víctimas para los posesionarios a los que el estado legalizó tierras de los indígenas de forma espuria, podría no darse una rápida y pacífica transición, como la ha prometido López Obrador. Un signo inquietante es que un grupo radical de posesionarios de Nayarit ya se alineó a ese discurso, e incluso aventura un presunto decreto virreinal de 1610 (anterior en un siglo al de Wuaut+a) como la base de sus escrituras. Huelga señalar que tal documento nadie lo ha podido exhibir: la escritura más vieja de Huajimic data de 1906.
 
EL PLAN DE JUSTICIA 
Andrés Manuel López Obrador estuvo este 10 de septiembre en tierras de la cultura wixárika jalisciense, y muy cerca del centro del mundo de esa cosmovisión: la cabecera comunal de Tuapurie está a pocos kilómetros de Teeka’ta. Es el primer presidente que pisa la comunidad, lo que demuestra que el uso de los símbolos sigue siendo la mayor habilidad de este gobernante de matriz populista. Hubo muchos compromisos de servicios, infraestructura, salud, y de protección de sitios sagrados. Pero el tema agrario fue reconocido como el centro de todo. 

Alejandro Chanes Ortiz, el subprocurador agrario, informó en la reunión de “cinco temas recurrentes” que se presentan en diversas comunidades de la sierra: “La primera, es la invasión y despojo de tierras comunales y ejidales por terceros ajenos. Aquí hemos identificado al menos siete casos. Estos casos se atenderán conjuntamente con el INPI y la Procuraduría Agraria para establecer las acciones jurídicas y sociales correspondientes. El segundo, son las comunidades con inexistente o deficiente ejecución de resoluciones presidenciales. Tenemos seis casos identificados. Este problema se atenderá en base al diagnóstico que rendirán el INPI y la Procuraduría Agraria para detallar las acciones jurídicas correspondientes. El tercero, son los conflictos de límites de comunidades wixárikas con otros núcleos agrarios. Aquí hemos identificado 18 casos al menos. Para atender este problema se implementarán mesas de trabajo entre las comunidades afectadas y sus colindantes para poder establecer acuerdos de solución”. 
 
El cuarto son las comunidades afectadas por la imposición de programas de certificación y titulación “que disminuyeron tierras reconocidas en resoluciones presidenciales”, y el quinto, “la actualización de padrones, este es un tema general de todos los núcleos wixárikas y es que no se encuentran al día en el reconocimiento de sus comuneros”. El subprocurador reconoce como problemática “la falta de servicios por los gobiernos estatales por indefinición de límites entre entidades federativas, para lo cual se requiere un trabajo coordinado de la Secretaría de Gobernación, el INPI, la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México y la Procuraduría Agraria con las entidades federativas, con los gobiernos estatales para que se pueda establecer la línea de tratamiento de abastecimiento de estos servicios que son muy necesarios para las comunidades”. 
 
Allí estuvieron tanto el gobernador nayarita como el gobernador de Jalisco. López Obrador dijo frente a ellos: “Creo que ha sido un buen trabajo de las autoridades tradicionales que se pongan de acuerdo más allá de los límites comunitarios, de los límites de los pueblos y de los límites de municipios y de estados, porque es una región y así debe verse. Vamos a dar cumplimiento al plan que ustedes nos presentan […] vamos a enfrentar el problema agrario y yo siento que en esta región es el principal problema, lleva ya mucho tiempo, ha habido diferencias, hay confrontación, y es muy claro que se trata de una lucha de comunidades indígenas con propietarios privados, pequeños, medianos y grandes. Y es hasta un asunto cultural, hay diferencias que se tienen que resolver mediante el diálogo y lograr que todos nos respetemos y nos veamos como hermanos”. 
 
De esta manera, “independientemente de lo jurídico, tiene que haber un acuerdo para que se resuelva el problema de fondo y en definitiva, en lo jurídico, ya todos lo sabemos, llegar hasta la última instancia es un viacrucis, porque siempre hay un nuevo recurso, ya es el terreno de los leguleyos, que no necesariamente son abogados, ya es la complicación burocrática, las chicanas y la corrupción y todo lo que se padece en los juicios. Por eso lo mejor es llegar a un acuerdo, si ya se tienen avanzados, avanzadas resoluciones en lo agrario ya en ciertas instancias buscar la conciliación, y decirles a ustedes, que son los dueños originarios de las tierras, porque esa es la verdad, decirles que, de todas formas, tenemos que hablar con los propietarios o poseedores actuales, a los particulares y ofrecerles alternativas, esto es compensarlos, se llama indemnización, podemos hacerlo, y todo ese recurso que se requiera está disposición de ustedes”. 
 
López Obrador, quien recibió hace dos meses a una caravana de comuneros de Wuaut+a que tras recorrer más de mil kilómetros a pie, arribaron a palacio nacional, les había prometido que las tierras regresarían a sus dueños originales antes del final de este año. Ahora cambió la versión: “Y yo espero que antes de que termine nuestro gobierno podamos cumplir restituyéndoles sus tierras […] no vamos a usar la fuerza, todo por la razón, nada por la fuerza, decía el presidente Juárez”. Pidió a los dos gobernadores “que nos ayuden en este plan, a Enrique Alfaro, al doctor Miguel Navarro, para que se hable con los propietarios. Y que, desde luego, nos ayude, como lo ha venido haciendo, Adelfo Regino, de nuevo Víctor Martínez, para avalúos, bienes nacionales, y Josefina Elizabeth Bravo, que tiene como encomienda la conciliación de los pueblos originarios […] que se pongan de acuerdo y que se vea cuánta es la tierra en conflicto, que se hagan avalúos y que podamos nosotros hacer un planteamiento a los propietarios”. 

Sin embargo, matizó: “Algunos a lo mejor no van a aceptar, pero otros sí, como ya lo han venido haciendo, porque no les va a ir mal, no es una arbitrariedad, no es despojo, es reconocerles que tienen un derecho de posesión y que por eso van a tener una recompensa, pero que la verdad no hace falta ir a ningún tribunal, es nada más conocer la historia”. Aquí salta una pregunta absolutamente pertinente: ¿las autoridades comunales, que han sido muy pacientes en los temas legales, estarán dispuestas a que no se les entregue todo? Sin dudar: la respuesta es “no”. 
 
LO ESPERAN EN NOVIEMBRE… PERO IRÁ EN FEBRERO DE 2023 
No se pueden evitar vientos de conflicto entre los comuneros de San Sebastián, que recibieron del presidente, a finales de mayo pasado, la promesa -por escrito – de que se les regresarían todas las tierras -no hasta 2024, y no con dudas sobre esa posibilidad - … en diciembre de 2022. “Recibió a la comitiva, y firmó ese acuerdo. La palabra del presidente no solo lo compromete de forma honorable, como persona, sino que es jurídicamente vinculatoria”, me comentó ayer un líder wixaritari de Tuxpan. La clave para esto es que se terminen de desahogar los juicios, que deriven en sentencias y ejecuciones, o que se alcancen por la vía de conciliación, mediante pagos, la entrega de todos los predios, con la cual, los posesionarios renunciarían completamente a cualquier reclamo posterior. “No nos interesa ninguna indemnización para nosotros, exigimos la tierra completa”, fue enfático el dirigente cuando le plantee la idea que nuevamente mueve el gobierno nayarita, de indemnizar a los comuneros a cambio de parte de sus predios. 
 
El subprocurador agrario dio detalles de los avances específicos en la negociación del problema territorial de Wuaut+a: “la comisión presidencial integrada por la Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México y la Procuraduría Agraria el pasado 30 de mayo para la restitución de 10 mil 357 hectáreas demandadas por la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán y su anexo Tuxpan de Bolaños se ha avanzado: En los convenios de conciliación con dos familias de ganaderos para la restitución de tierras se tiene unos acuerdos preliminares con cada uno de ellos y se espera que la última semana de este mes se arribe a los convenios correspondientes en base a avalúos...”. 
 
Otro grupo de ganaderos “se acercó al procurador agrario solicitando tener un nuevo diálogo de ellos con el comisariado de bienes comunales para buscar la ruta de conciliación conjunta”, se realizará en Tepic el 30 de septiembre. El 30 de agosto pasado se programaron 20 audiencias de ejecución de juicios concluidos de restitución en favor de la comunidad. “El 2 se septiembre la Comisión para el Diálogo de los Pueblos Indígenas de México y la Procuraduría Agraria fueron invitadas a participar en la asamblea de comuneros de San Sebastián, en donde solicitaron fundamentalmente el apoyo para impulsar tres juicios agrarios en el Tribunal Unitario Agrario número 16, con sede en Guadalajara, lo que ya se realizó, ya se habló”. 
 
El subprocurador prometió estar al pendiente y dar celeridad “a los acuerdos con los posesionarios con los que se están llevando a cabo negociaciones lo que se tiene programado realizar en este mes”. Por último, “a raíz de una reunión que se llevó a cabo en la Secretaría de Gobernación, y donde estuvo el señor gobernador de Nayarit, se acordó que el 28 de septiembre próximo habrá una reunión entre el señor gobernador de Nayarit, la Comisión Presidencial y los órganos de representación de la comunidad indígena”. 
 
Pese a esto, es digno de atención que Wuaut+a, el pueblo indio más poblado y extenso del mundo wixárika (casi dos tercios de la superficie total reconocida a esta cultura), no haya mandado representación en la gira por la justicia de los antiguos aborígenes del Gran Nayar que encabezó López Obrador el pasado fin de semana, que incluyó presencia en asentamientos coras y tepehuanos. “Para nosotros la justicia consiste en entregar la totalidad de nuestras tierras, no tenemos nada más que decir mientras eso no se cumpla”, me dijo el líder comunal huichol. 
 
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, pidió al presidente no menospreciar el reclamo de San Sebastián ni ralentizar su solución, aunque insistió en negar el evidente problema de límites interestatales en que se traslapa: “quisiera yo insistir, simplemente, en que pudiera usted, como siempre lo ha hecho, poner mucha atención en el tema de San Sebastián, porque lo que hicieron los compañeros de esta comunidad de marchar hasta la Ciudad de México, que usted amablemente los recibió, creo que es una muestra de la lucha que ellos están dando de la manera como quieren defender sus tierras, se lo decía a mi amigo el doctor Navarro, no es un conflicto entre estados vecinos y hermanos, es un asunto de justicia, de que puedan restituirles su tierra”. 

¿Navarro le reclamó al Alfaro la invasión de Jalisco a sus territorios, aunque se traten de tierras arrebatadas a Jalisco y a los wixaritari en las décadas previas? Nada ha trascendido, aunque el mandatario morenista ya ha mostrado sus escasas luces y su regionalismo barato en estos temas. A ver si no se convierte en un obstáculo para alcanzar un proceso pacífico y justo. Concedamos el beneficio de la duda. Pero ya está en curso la octava década desde el decreto presidencial del presidente Ruiz Cortines. Y de promesas cumplidas a medias y a fuego muy lento, los wixaritari de Wuaut+a y de Tatei-kie están llenos.

jueves, 24 de marzo de 2022

Alfaro, los signos de un agotamiento




                                               “Todos los héroes acaban por hacerse muy fastidiosos” 
                                                Ralph Waldo Emerson, Hombres representativos 


Agustín del Castillo, El Respetable

Enrique Alfaro Ramírez, el político habilidoso que supo montarse en el desprestigio de sus rivales y crear un discurso polarizador muy eficaz para convencer a los electores de que era diferente, para bien; que era el hombre necesario, el héroe que iba a sacar a la sociedad jalisciense del marasmo mediocre de muchas décadas, y cuya obstinación en denunciar corrupción de la partidocracia le generó una amplísima adhesión entre amplios sectores contestatarios de la sociedad civil (que se tradujo en su muy mexicana incorporación a la nómina a lo largo de los sucesivos gobiernos que ha encabezado), hoy se encuentra agotado. Su figura ya no concita admiración, respeto ni reconocimiento, sino hostilidad, desprecio, y en algunos casos, muy justificadamente, miedo. 

 ¿Cómo se hundió quien en algún momento fue visto como un formidable zoon politikon (en griego: “animal político”) que pintaba para trascender las fronteras del estado, arribar a las “grandes ligas”, y a una candidatura presidencial, y finalmente regresar a Jalisco el protagonismo en la arena política nacional, perdido, quizás, desde la extraña muerte del general Ramón Corona, el vencedor de Manuel Lozada, El Tigre de Álica en La Mojonera, ex embajador en España y muy popular gobernador que provocaba recelos en don Porfirio Díaz, bajo la oportuna mano asesina de Primitivo Ron, en 1889? 

La política es un oficio complejo porque aborda la “cosa pública”, y eso significa que se enfrentan y negocian los más diversos intereses de todas las clases y grupos de la sociedad. Alfaro Ramírez, nacido a la política en el PRI y después su principal denostador, no era un improvisado. En casa creció entre las conversaciones sobre los desafíos de la administración pública de una entidad tan enorme y compleja como es la Universidad de Guadalajara (UdeG), regida entre 1983 y 1989 por su padre, Enrique Alfaro Anguiano, es decir, uno de los pocos cargos políticos que compiten en relevancia con los del gobernador en turno. 

Luego de estudiar ingeniería en el Iteso (no siguió en la UdeG probablemente por el agravio que significó a su familia el arribo como rector de Raúl Padilla López, sucesor de Alfaro Anguiano, cuyos intereses defenestró, para asumirse como verdadero refundador de la casa de estudios, que se mantiene como su feudo político desde hace más de tres décadas), accedió hacia la política de la mano de su tío César Gabriel (de trato afable y conciliador, a diferencia del impulsivo carácter del hoy gobernador), y sobre todo, de quien ha reconocido como su verdadero padrino político: el empresario y ex senador Raymundo Gómez Flores, que se enriqueció notablemente con desarrollos habitacionales populares en las cercanías de la Central Camionera Nueva, creada por el gobierno de Enrique Álvarez del Castillo a mediados de los años 80 del siglo XX, y quien después, emergió entre los empresarios ricos de México, de la mano de las privatizaciones del gobierno de Carlos Salinas de Gortari (Grupo Dina). 

No se trata de un rumor. El día de su toma de protesta como presidente municipal de Guadalajara, el 30 de septiembre de 2015, me tocó ser testigo de su apoteosis: Alfaro iba a sacar de su “crisis” a Guadalajara y a limpiar la ciudad de los corruptos. Y entre los pocos nombres que se llevaron su reconocimiento, precisamente mencionó el del ya entonces político retirado a su familia, con los negocios inmobiliarios ya como su actividad sustantiva (por cierto, vecinos de business de la familia propia: en la zona de El Nixticuil, Zapopan, los desarrollos de los Gómez Flores y de los Errejón Alfaro, primos del mandatario, han impuesto las políticas de urbanización por más de una década). 

LA CONSTRUCCIÓN DEL PERSONAJE 
Era la fase más alta de la construcción del personaje público. Con la fuerza de sus asesores políticos (yo tengo la teoría de que los politólogos, una carrera relativamente nueva en las universidades del país, como asesores, han sido muy eficientes en la fabricación de políticos cínicos y calculadores, pero es una discusión que dejaremos pendiente) y de “sus” empresas de comunicación (ojo, empresas que han vivido de recursos públicos desde los años del gobierno en Tlajomulco, 2010-2012), Euzen, Covacha e Indatcom, se había convencido a muchos activistas sociales que la respuesta al desencanto partidista era justamente ese hombre enérgico y directo. Qué decir de buena parte de la sociedad tapatía, que votó masivamente por él. Recuerdo que la noche de su toma de protesta como alcalde, en la Plaza Liberación, un parroquiano llevaba un letrero que decía: “Alfaro, contigo se les aparece el chamuco a los corruptos. Expúlsalos”. 

Esa enorme habilidad para vender a un personaje más allá de la medianía democrática (eso es justamente el liderazgo populista: la venta de superhéroes para salvar la república… suprimiéndola) ha pasado factura con el paso de los años. La ira bíblica, los raptos sentimentales, el afán de “comunicación directa” con el pueblo (la admiración de Enrique Alfaro por Andrés Manuel López Obrador no es solo retórica convenenciera), transmiten ahora la imagen de un político inflexible, vulgar en su enfrentamiento con personalidades de la sociedad inferiores a su representación, obsequioso con quienes le superan (al presidente solo lo pelea… cuando está lejos), y enfermo de protagonismo. Un aspirante a influencer que necesita subir tuits y videos para llenar las redes engañado por sus asesores sobre la real forma en que los ciudadanos, hoy desencantados, lo ven. 

Es irremediable que esto lo llevara a relaciones tiránicas con los periodistas, en las cuales prima la hipocresía propia y la de sus asesores, que no vacilan en presionar por la cabeza de comunicadores incómodos, con el poder que dan los recursos públicos que manejan para “convencer” (ninguna evolución en relación a sus antecesores, que al menos eran más discretos), pero que se abre a los periodistas externos a Jalisco (frecuentemente, a punta de chequera). En la construcción de esta simulación, incluso se atrevió incluir en su programa de arte público, un homenaje a "periodistas caídos" (una pluma gigante de dudoso gusto estético) mientras denostaba a periodistas reales y los acusaba de formar parte de una conspiración “de los de siempre”. Los aromas de Tlajomulco…llevan a Macuspana, Tabasco. 

(Acotación: como suele suceder con las críticas a los gremios, siempre hay una parte de razón en las acusaciones: muchos periodistas que han hecho fortuna a la sombra del poder, forman parte de una tradición de taras que viene de la época de predominio del viejo PRI. Sin duda muchos intentaron sacar ventajas de una relación cercana al alfarismo. Lo grave es que esto termina como pretexto para perseguir -por ahora, solo discursivamente – a los periodistas reales, los que reportean en la calle, a los que viven el oficio y sacrifican su tiempo y a veces su vida a dar noticias del modo más profesional posible). 

EL CAMPEÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL 
La hipocresía es inherente a las democracias representativas. Y contra la hipócrita o desinformada crítica de los “sinceros”, de los que sostienen la “congruencia” como máxima virtud (congruencia es a fin de cuentas una relación entre pensamiento y acción: si yo creo que el asesinato es moralmente bueno, y asesino, soy congruente. Si yo creo que la caridad es buena y la práctico, también), creo que no es malo que exista y se le reconozca. La hipocresía a veces permite a la gente no matarse (por ejemplo, las relaciones entre países: el matón Putin, siempre congruente, despedaza Ucrania; el quizás hipócrita Biden denuncia los crímenes de guerra, por conveniencia geopolítica, ¿entonces tú amas a Putin, tan congruente como Hitler?). Dicho esto, podemos aceptar que los movimientos políticos redentoristas, como el de Enrique Alfaro, se ofrecen a la sociedad como una alternativa a los hipócritas “de siempre”. Y son tan eficaces en transmitirlo, que convierten el tema en su talón de aquiles (remember La casa gris de Houston). Y ese es el eje del creciente desprestigio de la figura del gobernador. Es Humano, demasiado humano (Friedrich Nietszche). 

Ya he abordado en otro momento el tema de la captura de la sociedad civil: a los que hizo sus amigos, les dio la justicia de la nómina y la gracia de la fama y los contratos por dar el barniz necesario de civismo a un gobierno que, como todos los del pasado, está conformado con políticos profesionales (http://elrespetable.com/2019/09/05/alfaro-el-asalto-a-la-sociedad-civil/). Es muy grave que en su búsqueda vulgar (AMLO dixit) de poder (esa sí, por disfrazada, muy hipócrita), esta clase de políticos despedacen la institucionalidad política, cuando un verdadero demócrata plantearía la corrección y consolidación de esas instituciones, su efectiva ciudadanización. Pero la propuesta de Alfaro es completamente obradorista (aunque haya emergido de un partido, Movimiento Ciudadano, que como Morena, recibe prerrogativas de ley y financiamiento público): convertirse en el hombre necesario para que la sociedad entera avance. Eso lleva a someterla, por las buenas y por las malas. Enrique Alfaro no fue diferente al presidente de la república, que tiene a sus feministas, sus ecologistas y activistas sociales propios, y ataca a los que no controla. 

La amenazante personalidad que despliega la “sinceridad” alfarista y el uso de recursos públicos contra disidentes (campañas de desprestigio en prensa y redes, verbi gracia) busca someterlos, por la mala. Y por eso hay prensa buena y prensa mala, activistas buenos y activistas malos. Eso tiene además la función de alimentar la fábula del héroe victorioso (para tener éxito es indispensable la debilidad real de esos malvados, que habrán de ser narrativamente, es decir, como ficción, los todopoderosos). 

(Otra acotación: que buena parte de los críticos de Alfaro estén ligados o sean simpatizantes del populismo lopezobradorista, no los descalifica a priori. Este es el pantano de la política y las motivaciones van desde el odio puro y sincero al agresivo y arrogante gobernador hasta la real búsqueda de resultados porque el gobernador “sincero” les dio la espalda: es el caso de movimientos sociales que utilizó en su ascenso al poder. El caso de los activistas de Temacapulín me parece emblemático en el segundo caso. También creo que muchos lopezobradoristas son sinceros en su creencia de que el rezago de Jalisco es efecto del desgobierno de Alfaro y no de los errores kilométricos que todos los días comete su héroe morenista. Es la coartada perfecta para la incapacidad del gobierno federal). 
 
El “frontal” y “sincero” mandatario, durante sus años en Tlajomulco y, sobre todo, Guadalajara, utilizó de forma descarada a sus soldados de la sociedad civil para criticar a quien, a partir de 2013, despacharía en Casa Jalisco, el priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz. Esa clase de críticas con tufillo de desinformación y dolo que ahora, que alcanzó el poder, tanto odia. ¿Buscaba Enrique Alfaro que le fuera mal a Jalisco, como le gusta hoy decir para desacreditar a sus críticos? No, buscaba descarnada y descaradamente el poder (lo que ahora juzga inmoral en sus adversarios, pues tal vez cree que su llegada al cargo, con una interpretación de vulgata marxista-revolucionaria, es el parteaguas que si no llevará a la utópica abolición del estado, al menos si enterrará la política de élites para siempre -¿será posible que eso pase por la mente de los políticos-redentores? Me parece que al menos sí es uno de sus sueños húmedos -). 

La postración de los ciudadanos capturados por la nómina no tendría mejor imagen simbólica que la del pasado 8 de marzo de 2022, Día Internacional de la Mujer, cuando la secretaria de Planeación y Participación Ciudadana, Margarita Sierra, y las principales mujeres de su gabinete (en cuanto a nombres y números, es herético dudar en la vocación feminista del mandatario; lo mismo que pasa con López Obrador con su más de 50 por ciento de mujeres en su primer cuadro de gobierno) le entregaron un reconocimiento por su compromiso con la lucha feminista (ese mismo día, oh odiosas comparaciones, el Pontifex maximus de la república caciquil mexicana, posa en una amplia fotografía con decenas de funcionarias de su gabinete, mientras en la calle, miles de mujeres protestaban contra los feminicidios y la ausencia de derechos). 

Margarita Sierra, prestigiosa activista que encabezó muchos años los destinos de la Feria Internacional del Libro (FIL), ha sido una herramienta muy útil para la agenda ciudadana alfarista. En marzo de 2018, la desaparición en Tonalá de los jóvenes videoastas Javier Salomón Aceves, Marco García y Daniel Díaz, llevó a una potente campaña de medios encabezada por la hoy secretaria, y entonces directora de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV), de donde eran los desaparecidos. “Es una desaparición forzada, porque quienes los levantaron dijeron que eran de la Fiscalía, además tenemos dos semanas de desaparición y ni una palabra, o sea el gobierno ni la Fiscalía no dicen nada”, dijo entonces (https://origenoticias.com/caso-de-estudiantes-del-caav-es-una-desaparicion-forzada-margarita-sierra/). 
 
Evidentemente estaba en todo su derecho y era congruente con lo hecho a lo largo de su vida (https://mobile.twitter.com/lamagasierra/status/977758642148552704?lang=bg ). Las manifestaciones contra el gobierno de Sandoval Díaz subieron de la tono, al grado que se pidió la renuncia del mandatario, quien sugirió que la activista buscaba renta política a favor del alfarismo, lo que arreció la campaña en su contra. Aristóteles reculó a responsabilizarla y enfrentó el problema. “Emplearemos toda la capacidad de fuerza e inteligencia del Estado al tiempo que seremos y tendremos permanente comunicación con los familiares; los estudiantes de Jalisco no deben de tener ninguna duda de que estamos compartiendo la indignación… también compartimos esta rabia e indignación que sienten, y desde luego, a nosotros nos toca hacer justicia”, declaró el entonces gobernador. 
 
Y en su cuenta de Twitter, @AristotelesSD, publicó: “Es absolutamente justificada la indignación que el caso de los tres estudiantes despierta en la sociedad. Como padre estoy dolido y conmocionado; como autoridad cumpliré el compromiso que hice con los familiares de las víctimas de seguir investigando”. 

LA CAÍDA DE BELEROFONTE 
Con la llegada al poder, ese compromiso directo con las causas de la sociedad ha desaparecido, o se ejerce en lo oscurito, como en las cortes monárquicas. El gobernador en funciones no tolera disidencias, no cambia de opinión (corrección, por alguna razón lo hizo recientemente con las madres buscadoras de Sonora, a las que primero calificó de traer “agenda oculta” y luego elogió; pero con Alfaro, las golondrinas no hacen verano) y niega de plano los problemas, en una entidad donde, por citar uno de sus problemas más graves, el crimen tiene tomadas regiones enteras. 

Mientras la propaganda alfarista destaca el descenso estadístico de algunos delitos (“Existen tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras, y las estadísticas”, dijo alguna vez Mark Twain, citando al premier británico Benjamín Disraeli), cuando no hay escapatoria, se va por el recursos de culpar al gobierno federal y su “abrazos no balazos” (y como suele pasar con la mentira política, a veces los rompecabezas de cada mentira arman una verdad: por ejemplo, en este caso, nos demuestra que los omisos son todos). 

Resulta que, como le sucede a López Obrador a nivel nacional, Jalisco tiene más muertos y desaparecidos que nunca en poco más de tres años de administración. No hay realmente un cambio que le indique al ciudadano que las cosas, al menos, se detuvieron. Enrique Alfaro no puede dar, hoy, garantía a sus gobernados de que no serán asaltados, violentados o asesinados. Y tiene lógica, porque los problemas son complejos y requieren instituciones fuertes. Pero el discurso de salvador lo contradice. Las instituciones de seguridad son, en México y Jalisco, más débiles que nunca, y el crimen, más fuerte y ubicuo. 

Esta desoladora verdad deja poco margen a la construcción del hombre providencial. Entonces, en la emulación firme del caudillo de la nación, salen ideas huecas y pretenciosas como las refundaciones y las consultas fiscales, cuya única virtud es recordar al gobernante sus responsabilidades constitucionales… y dar un pequeño aliento a su popularidad, aunque se desvíen recursos valiosos para acciones sustantivas: la consulta ciudadana de 2021 se llevó 29 millones de pesos. Por hablar de un tema popular esta mañana, los incendios del bosque La Primavera: el área natural protegida recibió en 2022, 700 mil pesos menos que en 2021. La prioridad de la propaganda se come todo. 
 
De hecho, la idea de esta columna me la dio ese afán de influencer que el gobernador, ayer (23 de marzo de 2022), exhibió una vez más: su amor por el protagonismo saturó su cuenta de Twitter de mensajes sobre el combate del incendio forestal en el bosque. Su afán de heroísmo lo llevó a mencionar la detención del presunto responsable, ¿un demócrata busca el lucimiento personal o permite a sus funcionarios y servidores públicos trabajar tranquilos? Como está tan deteriorada la figura de Alfaro Ramírez, las crítica no se hace esperar. Pero además, se genera una seria duda sobre si lo que informa es realidad o propaganda. “¿Nadie de los suyos le sugiere que su sobreexposición mediática ya no es recomendable, ante el desgaste de su estilo beligerante y la creciente hostilidad que provoca? No ayuda a sus secretarios queriendo aparecer como experto en todo, siempre sobrado y desafiante. Ya no genera credibilidad. Cosecha lo que sembró su arrogancia”, escribí en mi cuenta de Twitter como a las ocho de la noche. Una hora después, rematé: “Es tal el descrédito de la figura del gobernador, que incluso si dice la verdad la termina convirtiendo en algo sospechoso. Y eso es muy malo para cualquier institución, no se diga un gobierno, que debe vivir del crédito que le dan los ciudadanos”. 

La famosa leyenda griega de Belerofonte (posiblemente, es al que mejor aplica el término antihéroe que a otros brutales hombres poderosos de esa tradición: tras matar a la monstruosa quimera, ebrio de poder, decide ascender al Olimpo en su caballo Pegaso; Zeus manda un tábano que pica al caballo alado y derriba al ensoberbecido desde las alturas celestiales) es una buena metáfora para los políticos redentores de nuestro tiempo de mitos laicos. Y una advertencia.
 
¿Por qué Enrique Alfaro no puede ya seguir el camino del héroe que tan bien le sigue saliendo al presidente López Obrador? Porque es solamente un gobernador, y no tiene todos los recursos para imponer su relato. El hombre más poderoso en el México presidencialista es, lógicamente, el presidente en turno. Nos queda AMLO para rato, polarización exitosa y propaganda potente, pero me temo que estamos asistiendo al declive de Enrique Alfaro Ramírez como personaje. Las encuestas de popularidad nacional son duras con él: su falta de compromiso con el movimiento opositor, su amor-odio con el presidente, su violento estilo de enfrentar a sus adversarios, ya han marcado el camino. Si Alfaro quiere salvar su gobierno y los buenos proyectos que sin duda tiene, deberá renunciar a ser la estrella del concierto. Es curioso: parece que este hombre intolerante que usa la democracia para sus fines, no tiene más camino que hacerse moderado y demócrata… o sumarse a las filas de Morena, en busca de una renta inmediata. Pero es muy dudoso que el presidente de la república quiera apostar por su declinante capital político.