Los derrumbes en la presa de jales de la mina de Bolaños han depositado desde el domingo 150 mil toneladas de materiales en el río del mismo nombre, causa de una alerta ambiental extendida por los vecinos municipios de Chimaltitán y San Martín de Bolaños. Sin embargo, “no hay cianuro”, aseguró ayer por la noche el presidente municipal de Bolaños, Luis Gutmaro López Raygoza.
“Se debe reconocer que el daño ecológico sí es grave; afortunadamente este material no tiene cianuro, que sí es mortal […] hay más riesgo de que se venga más parte de tierra de la presa, y es probable que la empresa ponga algo de explosivo para remover lo que está en riesgo de colapsarse, pues puede darse un accidente”, explicó vía telefónica a Público.
El primer edil dijo que están a la espera de los resultados de los análisis de las muestras que levantó la Comisión Nacional del Agua (CNA) para que se determine la gravedad del daño. “Hemos visto peces muertos; no podemos decir que no sea por los minerales, pero nos dicen que más que nada se debe a la falta de oxigenación, pues en la misma empresa calculan al menos 150 mil toneladas vertidas […] muchísimo, un mundo”.
El material que se colapsó tenía 20 años almacenado. “La empresa actualmente le da tratamiento para aprovechar plata que todavía tiene; nos informan que hay allí solubles y químicos que son base para fabricación de fertilizantes […] el derrame llegó aguas abajo de San Martín de Bolaños, pues ha seguido lloviendo; lo bueno es que desde el domingo yo informé a mis vecinos que tomaran precauciones, que las personas no se metieran al río para evitar daño en la piel y que sacaran las vacas; no nos reportan muertes de ganado, sólo peces, y no en gran cantidad”.
López Raygoza reconoció la preocupación por que siga operando la factoría: “Es cierto, es una de las principales fuentes de empleo de la región; queremos que se hagan cumplir las leyes respecto al daño ambiental, pero, también, ojalá continúe laborando, porque no sé qué haríamos con tanta gente sin empleo: da 200 empleos directos”, enfatizó.
Esta mina la tiene concesionada Grupo México, propiedad del millonario mexicano Germán Larrea, el mismo consorcio que opera la mina de carbón en Pasta de Conchos, donde ocurrió un accidente desastroso que costó la vida a 65 mineros en febrero de 2006.
En realidad, el trabajo en Bolaños se reanudó apenas hace cuatro años, y tiene cuatro meses de forma intensiva, pues es un aprovechamiento que ha estado en conflicto entre Grupo México y sus detentadores originales, la familia Dávila, desde 1993.
Don Pancho Casas, uno de los ex trabajadores, quien todavía deambula por la delegación de Tepec, del mismo municipio, recuerda la vida sin minas: “No había trabajo en ningún lado y había que irse a otros sitios; por ejemplo, yo me fui a Estados Unidos en la última contratación de braceros, allá por los [años] cincuenta [del siglo pasado]; también podíamos ir a la pizca de algodón hacia Tlaltenango, pero salía poco dinero y hacíamos muchas horas para llegar, pues no teníamos carretera; otra cosa era irse a la pizca del tabaco, a Tepic... hemos sido un pueblo muy sufrido”.
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