domingo, 22 de agosto de 2010

Inversionistas “se comen” playas públicas en la costa de Jalisco


Apenas una docena de importantes permanecen abiertas a la población. Sin más presión que la de algunos presidentes municipales, la costa de Jalisco se convierte poco a poco en un gran enclave privado donde los desarrolladores violan la Constitución y cierran el acceso al público. En la foto, policías estatales la hacen de guardia privada en Tenacatita

Costa de Jalisco. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 16 de agosto de 2010


El proceso de privatización de los terrenos adyacentes al mar en la costa de Jalisco avanza a pasos agigantados. Y con él, la apropiación, de facto, de las playas a favor de particulares, en especial, por desarrolladores turísticos, vulnerando así su calidad de “propiedad de la nación” y en consecuencia, su carácter público.

Según las estadísticas más recientes de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), 82 por ciento del litoral enclavado entre boca de Tomates, al norte, y río Marabasco, al sur, está concesionado en manos privadas, lo que de jure no significa que se pueda impedir el acceso las playas, pero en los hechos, es lo que aplica.

La tendencia es que esa apropiación aumente, pues los inversionistas están cambiando aceleradamente el perfil social de la región: en esa dinámica están metidos todos los ejidos y comunidades indígenas que están adoptando el “dominio pleno” —la propiedad privada— como régimen para vender sus parcelas lindantes con la zona federal al mejor postor, lo que se está dando de forma abrumadora en Cabo Corrientes y Tomatlán. En otros casos —Tenacatita, El Palmito, Chalacatepec— hay conflictos agrarios que se han ido resolviendo a favor de pequeños propietarios que regresan tras años de posesión de ejidatarios; otros más son terrenos de pequeña propiedad que no impidieron en el pasado el libre acceso a las playas, pero ahora lo hacen con la llegada de compradores cuyas reglas en relación con el resto de la sociedad son distintas.

¿Cuáles son las principales playas públicas que quedan en la costa de Jalisco? Considerando la exclusión, hace doce días, de la popular playa de Tenacatita, en La Huerta, donde un amplio desalojo no exento de violencia, respaldado por la Dirección Estatal de Seguridad Pública, borró medio siglo de ocupación del asentamiento a la orilla de la playa; los datos, municipio por municipio en la entidad, recabados entre distintos actores, son, de sur a norte, como sigue:

Cihuatlán conserva libre la mayor parte de la playa de la bahía de Navidad-Melaque y de Cuastecomates; se han privatizado las playas de la península de La Culebra —en conflicto con Colima—, y El Tamarindo, mientras está en disputa El Palmito entre la comunidad agraria de Emiliano Zapata e intereses ligados al megadesarrollo de Roberto Hernández, ex dueño de Banamex.

En La Huerta, la principal playa todavía libre es La Manzanilla, una vez clausurada Tenacatita; también permanecen El Tecuán y de forma parcial Chamela y Punta Pérula. El resto ya está privatizado: Boca de Iguanas, Piratas, Cuixmala, Careyes, Careyitos, Teopa, Tepeixtes y San Andrés, entre ellas. Tanto Chamela como Punta Pérula en este momento viven el proceso y pronto se sumarán a los espacios de playa restringidos al público como ya sucede en otros lugares.

En Tomatlán, la privatización avanza en los ejidos Morelos y Campo Acosta (megadesarrollo Chalacatepec), la comunidad indígena de Tomatlán (venta a Sierra Vallarta con desalojo violento de ejidatarios en la zona de Peñitas, en 2008), La Gloria (vendió a inversionistas españoles), El Hotelito Desconocido, Agua Dulce y San Carlos, éste último, en conflicto con un presunto comprador estadunidense. Como playas públicas se mantiene el extenso pero poco idóneo para el turismo playón de Mismaloya —excepto El Hotelito Desconocido— y algunos sistemas de esteros como majahuas y una parte de Agua Dulce, además de la pequeña propiedad de Ángela Castillo y el ejido El Portezuelo.

Cabo Corrientes está inmerso en los cambios de tenencia de la tierra y la fuerte presión de desarrolladores y corredores de bienes raíces. En el primer tramo del municipio, de sur a norte, se tienen los ejidos La Boquita, Vistahermosa e Ipala, donde las transmisiones de parcelas han sido a nivel interno. Luego se llega a Villa del Mar y López Mateos, donde la corredora Golden ha adquirido decenas de derechos ejidales y hay ventas a diversos desarrolladores. Allí unas cuantas caletas concentran la visitación pública, pues predomina el mar abierto.

“En Villa del Mar ha habido fuerte tráfico de propiedades, desde lotes frente al mar hasta parcelas completas; el ejido distribuyó parcelas a lo largo de litoral para que todos los ejidatarios tuvieran frente de playa […] en Tehuamixtle y Maito, se da el tráfico irregular; parece que la Golden les ofrece algo de entrada y les paga en abonos a los ejidatarios, con apoyo en capitales españoles”, señala un conocedor del proceso.

En el caso del ejido Aquiles Serdán, se acaba de acordar por asamblea la venta de todas sus tierras, hacia lo cual también caminan los ejidos Morelos y Naranjitos.

Así se llega a las comunidades indígenas. La del Refugio de Suchitlán tiene quince kilómetros de litoral ya al interior de la bahía de Banderas: Punta Corrales, Tabo, Tabito, Tecomata. Hay actualmente un proceso de desincorporación en la comunidad, están divididos por las ofertas de inversionistas y de Golden. Finalmente, la comunidad de Chacala, que más que privatización, enfrenta el fenómeno del rentismo en las playas de Pizota, Yelapa, Malagüitas, Quimixto, Las Ánimas, La Troza… así se llega a Boca de Tomatlán y Mismaloya, playas parcialmente públicas en medio de decenas de construcciones que se apropiaron del litoral, fenómeno muy común en Puerto Vallarta, con algunas playas abiertas como Los Muertos y Boca de Tomates, hasta el límite del estado con Nayarit.

Según información pública de la delegación Jalisco de la Semarnat, 1,238 usuarios tienen el control sobre 280 kilómetros del litoral (Público, 7 de septiembre de 2009), lo que significa que prácticamente 82 por ciento del espacio de las playas tiene “dueños” de facto, aunque la dependencia insiste en que se trata de terrenos sólo susceptibles de aprovechamientos, a condición de que se respete el carácter público y no se restrinja por tierra ni por mar el libre acceso de las personas. Eso no sucede en la inmensa mayoría de los casos.

--------------------------

Si usted va a la costa…

Y no tiene una membresía en algún desarrollo de lujo como El Tamarindo o los Ángeles Locos de Tenacatita, ni grandes recursos qué gastar para hospedarse en Grand Bay o El Hotelito Desconocido, puede intentar ejercer su derecho constitucional en más de 30 playas existentes en la región, a riesgo de que no haya una autoridad dispuesta a garantizárselo. La otra opción es visitar las siguientes playas “libres”:

En Cihualtán, la bahía de Navidad-Melaque, aunque hay espacios de los que se han apropiado algunos hoteles y restaurantes, o la pequeña bahía de Cuastecomates, al norte.

En La Huerta, La Manzanilla garantiza una buena visita sin restricciones, pero ya no puede ingresar a Tenacatita, la playa más popular. Algunas playas “privatizadas” se pueden alcanzar por medio de lanchas desde los esteros, como es el caso de Boca de Iguanas. Puede ir a El Tecuán o visitar todavía diversos puntos de la alargada bahía de Chamela, que está en proceso de privatización, así como en Punta Pérula.

En Tomatlán, el extensísimo playón de Mismaloya, de casi 70 kilómetros, aunque es mar abierto y embravecido, es ideal para apreciar las arribazones de tortugas.

En Cabo Corrientes, requiere de más tiempo y paciencia, pero alcanzará por tierra algunas caletas todavía abiertas al público en general, como Tehuamixtle o Punta Corrales; en el caso de bahía de Banderas, las hermosas playas comunales sólo son accesibles por lancha o yate.

En Puerto Vallarta es posible visitar Boca de Tomatlán y Mismaloya, si bien, hay espacios privatizados en toda la parte sur, donde el paisaje es espectacular por la convergencia de la sierra y el mar. Otra opción es la popular playa de los Muertos y la misma Boca de Tomates, al límite municipal con Nayarit.

No hay comentarios: