Guadalajara. Agustín del Castillo. Público-Milenio, edición del 18 de abril de 2011
La operación de la Villa Panamericana, además de los severos daños que ocasiona al área de protección de flora y fauna La Primavera y a la zona de recarga del acuífero metropolitano más importante que hay, significará un dispendio de agua para mantener siempre verdes sus jardines, con una alta tasa de evaporación que contradice las políticas públicas de ahorro del líquido, advirtió el presidente de la Parlamento de Colonias, Alejandro Cárdenas Ochoa.
“Además de la destrucción de la biodiversidad del bosque, la colocación de pasto atenta contra la capacidad de recarga del acuífero, ya que mantener verde un metro cuadrado de pasto requiere de cinco litros diarios de agua, y para regar las tres hectárea de bosque que transformaron en parque urbano se requerirán 150 mil litros diarios, además hay otras tres hectáreas que son las áreas de cesión en las que se gastarán otros 150 mil litros de agua al día; o sea, 300 mil litros al día que realmente se evaporarán por la transpiración del pasto”, dijo el ambientalista a Público-Milenio.
“El dispendio y la incongruencia contrastan con lo que dicen y hacen las autoridades federales, estatales y municipales que manejan el agua. Ya que por un lado quieren traer agua afectando a comunidades distantes (Temacapulín, Chapala y otros) y dejan sin agua a muchas colonias que les suministran el líquido en tandeos y por el otro permiten que en el bosque se siembre pasto que para su mantenimiento consume grandes cantidades de agua y se destruya la biodiversidad a un alto costo para los habitantes actuales y futuros de la zona metropolitana”.
El activista recordó que “la conservación de los bosques y los acuíferos son temas de interés público y seguridad nacional”, y lo trajo a colación tras una visita a la zona donde se edifica la Villa, el pasado 23 de marzo, en que “se constató que en las tres hectáreas del proyecto que se encuentra dentro del área natural protegida, se están construyendo andadores de concreto, un puente de estructura metálica y sistemas de riego de pasto. Además se está quitando con maquinaria la vegetación nativa del bosque y sustituyéndola por pasto, con lo cual, se destruye la biodiversidad y se transforma un área natural protegida en un parque urbano”.
Cárdenas Ochoa destacó que “los desarrolladores del proyecto privado Villa Panamericana, pretendieron justificar que dichos andadores van a ser senderos interpretativos y que la Semades [secretaría ambiental de Jalisco] los había autorizado. Justificación que es totalmente contraria a la definición y requerimientos de construcción de un sendero interpretativo, según el Manual para la Modificación de Senderos Interpretativos en Ecoturismo emitido por la Secretaría de Turismo”. Este documento los define como: “Una herramienta educativa cuya principal finalidad es la de comunicar sobre el valor de la conservación del patrimonio cultural y la biodiversidad de nuestras comunidades”, cuya construcción deberá ser con “una capa de suelo arenoso, y una capa de virutas de madera, hojas, gravilla —de menos de dos centímetros—; todo esto evitará que el suelo sea resbaloso y evitará accidentes. Para evitar la destrucción de las orillas de los senderos se pueden colocar troncos u otro elemento como piedras, etcétera”. En ningún momento dice “que deban de ser de concreto y se destruya la flora y fauna nativa, y mucho menos se siembre pasto”, como sucede con la Villa, añade.
Finalmente, “quien debe autorizar una intervención en el área protegida es la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente federal] siempre y cuando se demuestre en la manifestación de impacto ambiental que el área protegida en cuestión no se verá impactada, por tanto la Semades no puede ni debe autorizar ningún tipo de intervención”.
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