Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 26 de mayo de 2011
Un incendio de grandes proporciones se abate sobre el Cerro Viejo, la prominencia no volcánica más elevada de Jalisco, y que actualmente está propuesta para área natural protegida. Ayer al anochecer, 84 combatientes de diversas instituciones se empeñaban en controlar el fuego extendido sobre cientos de hectáreas, con ya casi 48 horas de evolución.
Según Fernando Reyes, vocero de la delegación Jalisco de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), se habría logrado detener en 50 por ciento la expansión de la lumbre, pero declinó ofrecer alguna superficie estimativa del daño, pues la evaluación se hará hasta que el siniestro esté completamente controlado.
No obstante, la notable expansión del humo en los registros de las estaciones de monitoreo atmosférico de la zona metropolitana no reaccionaron a la alza, pues los vientos no han traído a la capital del estado la gran humareda que se levantaba sobre la parte norte del lago de Chapala. Los encargados de la red, de la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades), advirtieron que todo dependerá del comportamiento del viento esta mañana. Sin embargo, ayer había reportes por molestias con el humo en Santa Anita, San Agustín, San Miguel Cuyutlán y El Palomar.
Según datos extraoficiales, más de mil hectáreas de pastizales y arbolado —encinares— se han quemado en esta montaña de 3,050 metros sobre el nivel del mar, que forma la parte alta de la sierra de El Travesaño, entre Jocotepec, Chapala, Tlajomulco e Ixtlahuacán de los Membrillos.
No existen aún datos sobre las causas del siniestro, pero lo normal es que sean provocados por todo un abanico de causas: quemas agropecuarias, colillas de cigarros, fogatas mal acabadas, hasta asuntos de índole penal como siembra de enervantes o venganzas.
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