Al menos 45 mil litros de diésel y 5 mil litros de aceite se encuentran en el buque encallado entre la punta y la bahía de Navidad tras el paso del huracán Patricia; tiene fracturas y se puede partir.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Marina (SeMar) se presentaron el pasado lunes 26 de octubre en la embarcación Los Llanitos, encallada frente a punta Graham o Navidad, como efecto del violento paso de Patricia. Pero ayer había ausencia incluso de vigilancia mínima, y los habitantes de la zona se acercaban a tomar fotografías de las tres fracturas que podrían provocar que el barco, literalmente, se parta.
"No hemos visto que se lleven a efecto los protocolos que demanda una situación de ésta, no está ni de lejos resuelto el problema; la Profepa de Colima tomó a su cargo el caso, la información que ellos manejaron es que hay dentro del barco 45 mil litros de diésel y cinco mil de aceites, aunque otras fuentes manejan diez tantos más, como sea, hay preocupación de que el barco se rompa y salga al mar esa contaminación y llegue eventualmente a la playa y al sitio Ramsar", destacó el director del Departamento de Zonas Costeras de la Universidad de Guadalajara (UdeG), con sede en Melaque, Francisco de Asís Silva Bátiz.
De acuerdo a opiniones técnicas recabadas, la extracción cuidada de combustible es posible y no requiere de tecnología demasiado compleja; se envían embarcaciones con mangueras y bombas para extraer y depositar en contenedores especiales, hasta que se logra extraer la totalidad del material peligroso.
La casa de estudios levantó muestras del agua que se analizará en los laboratorios del Instituto Politécnico Nacional para determinar si los derrames previos han ocasionado algún problema serio. La zona es abundante en pesca ribereña y una eventual contaminación podría ocasionar daños económicos serios a los pescadores.
El capitán marino del puerto, Miguel Ángel Ramón Gómez Gómez, envió un oficio a sus superiores notificando las preocupaciones de que la embarcación de gran calado se averiara aún más, e incluso se instauró una denuncia contra los presuntos responsables en caso de siniestro. "El riesgo existe y no podemos garantizar al 100 por ciento que el problema se resolverá bien, cualquier baja presión que nos llegue, estamos en la época, puede alterar las cosas, pero estamos trabajando en la resolución adecuada del problema", dijo el capitán de puerto, en entrevista telefónica, a MILENIO JALISCO.
No obstante, el trabajo avanza, aseguró. Ayer hubo una reunión en la cual se determinaron acciones diversas para evitar la eventual contaminación: una de las primeras será el arribo del buque ecológico Humboldt, de la Armada de México, el cual hoy llevará barreras de 500 metros de longitud para sustituir las que puso la capitanía para mantener la nave y evitar derrames.
La empresa responsable del barco se llama Representaciones Marítimas de Manzanillo, la cual ya ha contratado a dos empresas internacionales que harán las dos tareas: extraer el combustible y posteriormente, retirar el barco encallado. Estas empresas hoy deben presentar los proyectos para hacer ambas tareas, y posteriormente, una vez que se aprueben, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) los aprobaría para ejecutarlos con celeridad.
El capitán detalló lo trabajado hasta ayer: el sábado se rescató a 19 tripulantes que venían en la embarcación, y se les trasladó vía aérea, mientras ocho más se quedaron a resguardar el barco. Posteriormente, la capitanía de Barra instaló barreras para evitar una incipiente fuga de combustible por rotura de tubería, "lo cual afortunadamente no ocurre ya"; la rotura se da entre la bodega cinco y seis, y los depósitos de combustibles están, "afortunadamente" fuera de esa área.
La responsabilidad de hacer frente a este problema está en tres secretarías: Marina, Comunicaciones y Transportes, y Medio Ambiente y Recursos Naturales, las que encabezaron los trabajos en Manzanillo, a donde asistieron los capitanes de puerto de Barra de Navidad y Manzanillo, dependientes de SCT, y la delegación de la Profepa del estado vecino, así como la empresa responsable, que notificó que el contratista experto en barcos con hidrocarburos es Bran Salves.
"No hemos dejado de trabajar, quiero ser muy claro en esto, pero reconocemos que el riesgo de desastre siempre está presente, lamentablemente no podemos controlar eso", puntualizó.
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Efecto del paso de 'Patricia' en la zona de Huescalapa
El paso de Patricia por la mayor montaña del occidente mexicano, el Nevado de Colima, no sólo fue la buena nota de que la mole montañosa de 4,260 metros sobre el nivel del mar captara lluvias por alrededor de 390 milímetros, de acuerdo a la estación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). También tuvo sus desastres.
Activistas de la región entregaron a MILENIO JALISCO evidencias de que los bosques de Huescalapa, donde se ha dado una apertura del dosel por actividades de aprovechamiento maderero autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), fueron arrasados literalmente por el meteoro. Imágenes demuestran que el suelo fue arrastrado, se abrieron cárcavas y un alud bajó desde la alta montaña hacia el valle de Zapotlán, como no ocurría en los últimos 23 años.
"Los sitios de tala del bosque mesófilo de montaña son hoy un desastre tras el paso de Patricia. La avalancha de suelo forestal bajo lodo llegó al Tecnológico de Ciudad Guzmán, quienes suspendieron clases toda la semana por esta causa, y las propias aguacateras, que han estado destruyendo el bosque con cambios de uso de suelo, enfrentan un problema serio debido a esto", señaló un informe entregado a este diario.
El alud provino "100 por ciento de la zona de Huescalapa, donde siempre nos dicen que somos unos exagerados ecologistas y que frenamos el desarrollo forestal de Jalisco; la realidad es que las denuncias a la Profepa fueron bien sustentadas en su momento, que la suspensión del permiso fue correcta, pero por otro lado, al no exigirse labores de restauración, el predio quedó tirado y sin protección para la erosión del huracán. Los bosques mesófilos o de niebla no se deben talar por sus características hidrológicas, topográficas, edáficas, biológicas e incluso jurídicas; la evidencia es irrefutable", agrega.
Huescalapa tiene un permiso de aprovechamiento desde 2012, pero en el caso de los bosques mesófilos y de oyamel, la controversia con los ecologistas ha sido fuerte desde al menos 15 años, cuando fue suspendido un permiso similar. Apenas en julio pasado, de forma casi paralela, un juez de distrito y la Profepa suspendieron el aprovechamiento, pero no se hizo algún plan de abandono, y Patricia tocó la zona el pasado 23 de octubre, con las consecuencias que las fotografías evidencian.
Numeralia
4,261 metros sobre el nivel del mar es la altura del Nevado de Colima, un volcán extinto enclavado en la región Sur de Jalisco
7,200 hectáreas es la superficie protegida de bosques mesófilos de montaña en esa zona, por un decreto estatal; la comunidad de Huescalapa liberó del decreto sus bosques por un amparo concedido en 2012
390 milímetros de lluvia como efecto del paso de Patricia, recibió la región de esta montaña el 23 y 24 de octubre pasados
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