miércoles, 8 de mayo de 2013

La ZMG necesita norma propia de contaminación



Pocas inversiones para una red que cumple 20 años en operación, pero el problema fundamental es la metodología vigente, que no refleja los problemas cotidianos ni permite decisiones adecuadas, señalan investigadores. La red tiene trunco su proceso de modernización

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

A 20 años de haber entrado en operación, la red de monitoreo atmosférico de la zona metropolitana de Guadalajara enfrenta dos problemas fundamentales: la falta de inversión para modernizar sus equipos y expandirse a las zonas a donde ha crecido la ciudad, y una metodología de publicación de datos que no permite reaccionar de forma puntual y pertinente al desafío que la contaminación del aire significa para la salud humana.

Es decir, para detonar alguna fase de contingencia atmosférica, que significa que el aire respirable es de malo a pésimo y pone en riesgo a la población, se requiere que los promedios de la presencia en la atmósfera de cuatro de los cinco “contaminantes criterio” sean superiores a 150 puntos del índice metropolitano de la calidad del aire (imeca), lo que es complicado porque solamente en el caso de ozono y de bióxido de nitrógeno se ofrece el valor horario (es decir, el de la hora inmediata anterior), mientras que los otros tres se presentan con promedios de ocho horas (en el caso del monóxido de carbono) o de 24 horas (las partículas suspendidas –PM- y el bióxido de azufre).

Arturo Curiel Ballesteros, director del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas de la Universidad de Guadalajara, y Mario Silva Rodríguez, miembro del Colectivo Ecologista de Jalisco, coinciden además en que la laxitud de los parámetros de las normas oficiales mexicanas aumentan el riesgo para la población civil; la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene límites más exigentes en el tema, pues lo que busca es evitar enfermedades y muertes, y no “la administración del riesgo” del sistema mexicano, como lo señala Silva Rodríguez.

Curiel Ballesteros destaca la importancia “de utilizar los datos de monitoreo y los datos asociados por enfermedades, sobre todo de los grupos más vulnerables, como son los niños o ancianos del sur de la ciudad, y eso debería ser la base para ajustar la norma […] se requiere que los imecas ya no estén apostados a los niveles originales, ya sabemos en qué momento empiezan a causar daño en la población vulnerable; tampoco se han atendido las recomendaciones de la OMS para ajustar el nivel para definir un aire de buena o mala calidad; nosotros hemos pedido que en el promedio de las PM10, que desde que existe la red estableció el valor de 50 miligramos por metro cúbico para diferenciar la buena de la mala calidad del aire, sea revisada, porque hace tres años la OMS recomendó que el valor de exposición anual promedio debía ser de 20 miligramos por m3, es decir menos de la mitad de lo que sigue la norma…”.

Es decir, se trata de un conocimiento dinámico que debería generar actualizaciones constantes cuando el objetivo es la salud humana.

Silva Rodríguez secunda: “No es un problema exclusivo de Guadalajara; es una política a nivel federal que administra un riesgo en lugar de garantizar la salud; el problema es que con los promedios que se sacan en el caso de los contaminantes criterio, la salud se ve afectada […] necesitamos tener información puntual que nos permita conocer a qué hora se producen los picos de contaminación para poder emitir alertas para esos momentos; las normas mexicanas en la materia son bastante laxas, y si hubiéramos aplicado las de la OMS en estos años, estas normas hubieran podido evitar las más de dos mil muertes ligadas a la mala calidad del aire; son indicadores que se sacaron de los propios registros que la Secretaría de Salud tiene de las semanas epidemiológicas, y esto lo comento porque la consecuencia de estar dando información promediada es que no se están diseñando políticas de salud y de prevención de riesgo ambiental, para que la población pueda reaccionar frente a esto”.

Al problema del método en la medición y publicación de contaminantes, se agrega la red obsoleta, que demanda en 2013 casi 20 millones de pesos para actualizarse y ampliar su cobertura, dice por su parte la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, Magdalena Ruiz Mejía. En 2012 se aplicaron más de 17 millones de pesos, pero no se han podido cambiar todos los equipos obsoletos. No obstante, una nueva estación, la de Tlajomulco, está por entrar en operación.

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Nueve estaciones de Monitoreo



Estación Las Águilas. Avenida López Mateos 5250. Zona residencial y comercial, con alto número de autos. Avenidas López Mateos, Mariano Otero, Cruz del Sur y Periférico Sur. El contaminante principal es el ozono

Estación Atemajac. Calle Hidalgo 1, entre Cuauhtémoc y Ramón Corona, en Atemajac del Valle, Zapopan. Zona residencial con comercios en avenidas Federalismo, Patria, Enrique Díaz de León, Alcalde y Periférico Norte, y circulación intensa de automotores. El contaminante principal es el ozono

Estación Centro. Calle Churubusco 143, entre Dionisio Rodríguez y Javier Mina, sector Libertad. Vialidades importantes con alto flujo vehicular y poca fluidez como Juárez, calzada Independencia y Federalismo. Comercios de giros variados y microindustrias (tenerías, talleres mecánicos) con emisiones. La tendencia revela dos contaminantes principales: el ozono y partículas suspendidas (PM10)

Estación Loma Dorada. Calle Loma Plana Norte esquina Loma Plana Sur, en Tonalá. Industrias, ladrilleras y automóviles; avenidas Río Nilo, carretera a Zapotlanejo, Periférico Oriente y calles menores con alto flujo de vehículos, domina el PM10

Estación Las Pintas. Calle López Santos 6544, entre Brígido Pérez y Dionisio Salazar. Automotores, industrias, amplias extensiones de terrenos sin pavimentar. Vialidades: la antigua carretera a Chapala, carretera a Chapala y Periférico. El contaminante más representativo es el PM10

Estación Miravalle. Avenida Gobernador Curiel cruce con La Pintura. Autos, comercios e industrias. Las vialidades principales son las avenidas Gobernador Curiel y Lázaro Cárdenas, con alto flujo vehicular. Tres grandes industrias: una procesadora de alimentos para animales, la cementera Cemex y la Siderúrgica Guadalajara. La cuenca atmosférica tiende a “estacionar” contaminantes por largas horas; allí convergen vientos dominantes de la ciudad. Domina el PM10

Estación Oblatos. Calle Avelino M. Presa 1685, Colonia Oblatos. Autos, comercios e industrias, entre las avenidas Juan Pablo II (calzada del Obrero), Belisario Domínguez, Circunvalación y Periférico Norte. El Panteón Guadalajara es fuente erosiva. Ozono y PM10 dominan

Estación Tlaquepaque. Calle Constitución 159, esquina con Prisciliano Sánchez. Autos, industria pequeña y comercios. Avenidas Río Nilo, bulevar Tlaquepaque, Revolución y Lázaro Cárdenas. Domina PM10, pero va al alza el ozono

Estación Vallarta. Calle Coras, entre Lacandones y Rincón del Nardo, residencial Juan Manuel. Zona residencial con alto índice de autos. Avenidas Naciones Unidas, Vallarta y López Mateos. Domina el ozono

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Glosario

¿Qué es imeca?
El índice metropolitano de la calidad del aire (imeca) fue creado expresamente para la Ciudad de México, en los años 70, para definir con base en puntos los niveles de polución y las políticas de contingencia que procedieran. Ha sido adaptado por todas las ciudades mexicanas con la siguiente escala: 0-50 puntos imeca, calidad del aire buena; 50-100 puntos, calidad no buena; 100-150 puntos, calidad mala; calidad muy mala a pésima, 150 puntos en delante

¿Qué es una contingencia?
Conforme con los valores en puntos imeca, se determina si se está en contingencia y las acciones para enfrentarla. La fase de precontingencia se establece al marcarse 150 puntos imeca durante dos horas y se desactiva con 140 puntos o menos por dos horas; la fase I es con 150 a 200 puntos imeca; fase II, de 200 a 250 puntos, y fase III, con más de 250 (más datos, en http://siga.jalisco.gob.mx/aire/PlanCont.html)

¿Qué son los contaminantes criterio?
Se han definido cinco contaminantes criterio, es decir, cuya presencia en sí misma significa graves riesgos a la salud humana, pero además, trae aparejados otros contaminantes también altamente dañinos para la salud humana. Los cinco contaminantes son las partículas suspendidas menores a diez y 2.5 micrómetros (PM10 y PM2.5); el ozono (O3), el monóxido de carbono (CO), el bióxido de azufre (SO2) y el bióxido de nitrógeno (NO2). En Guadalajara dominan las PM y el ozono

¿Qué son las PM 10 y 2.5?
Las partículas suspendidas pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, dispersas en la atmósfera, y cuyo diámetro es menor que 10 micrómetros (1 micrómetro corresponde a la milésima parte de 1 milímetro), o bien, a 2.5 micrómetros. Mientras más pequeñas son más dañinas a la salud, porque penetran más profundamente en el sistema respiratorio, sobre todo en el caso de metales

¿Qué es el ozono (O3)?
Es un gas que se forma a partir de precursores que emiten los automóviles y en general las máquinas que queman deficientemente hidrocarburos, los cuales, con la luz solar, tienen reacción fotoquímica. Es el contaminante que más tiende a aumentar en las ciudades modernas, y es típico de la época seca con alta radiación solar. Su daño a la salud es tan potencialmente elevado, que es el único contaminante criterio que se mide “horario”, es decir, el valor máximo de la hora previa

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