La historia del humedal de la región Sierra de Amula para sanear las aguas negras demuestra el respaldo gubernamental a soluciones que cuestan caras a los municipios
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO
La historia del proyecto del humedal de catorce hectáreas en El Grullo, una solución de bajo costo de operación para las aguas negras de esa cabecera, la segunda más grande de la cuenca del río Ayuquila, demuestra el nivel de los intereses de las grandes empresas que construyen plantas de tratamiento de alta tecnología y financieramente complicadas para municipios medianos y pequeños.
Nunca lo reconoció abiertamente la Comisión Estatal del Agua (CEA) durante el mandato de César Coll Carabias, pero con todo y el aval del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), hubo reiteradas negativas a apoyar la obra que empujaban los presidentes municipales de la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila (JIRA); el argumento central fue la alta inversión que demandaba y que no se garantizaba una operación permanente por la complejidad de mantener 14 ha en estado óptimo, las cuales son un predio ya comprado por el ayuntamiento local.
El humedal artificial tiene como tarea el tratamiento de 60 litros por segundo de aguas residuales urbanas en el municipio de El Grullo. “La descarga aportada por El Grullo al río Ayuquila – Armería, transita por más de 70 kilómetros del afluente dentro [en el lindero nororiente] de la reserva de la biosfera Sierra de Manantlán. Este río constituye el ecosistema con agua dulce más importante del área natural protegida perteneciente a la red Hombre y la biosfera-Unesco, que contiene una importante biodiversidad para el occidente de México y Jalisco”, señala la ficha justificativa del proyecto, que la CEA elaboró desde 2005.
Conforme a lo dispuesto por la NOM-001-ECOL-1996, la fecha límite para que los municipios con población desde 2,500 hasta 20 mil habitantes resuelvan el tratamiento de aguas residuales, vencía el 1 de enero del 2010. “En la cuenca, existen 20 localidades en esta condición, de las cuales seis se ubican en el territorio de los municipios que conforman la JIRA”.
¿Por qué preferir un sistema biológico? “La instalación de sistemas de tratamiento de aguas residuales mecanizados, tiene un alto costo de operación y mantenimiento que la mayoría de los ayuntamientos municipales no pueden sostener, dada la baja cultura de pago y uso racional del agua entre la población. Los humedales artificiales son sistemas de tratamiento que suponen al menos tres ventajas sobre las plantas mecanizadas: costos de operación significativamente más económicos; son una oportunidad para generar empleos y otros ingresos por concepto del uso de agua tratada, y dan un escenario de paisaje más en armonía con la naturaleza que podrá ser hábitat de vida silvestre residente y migratoria”.
La propuesta de financiamiento en ese entonces incluía que el gobierno federal aportara 19 millones 750 mil pesos; el gobierno de Jalisco, 11 millones 850 mil pesos, y los municipios de la JIRA, siete millones 900 mil pesos.
Nunca prosperó, pero la nueva Administración estatal se ha comprometido a sacarlo adelante. “Ya estamos trabajando de forma sostenida y esperamos que fijemos pronto una fecha de arranque de los trabajos”, dijo a este diario la secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, Magdalena Ruiz Mejía.
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Los datos del proyecto
Se trata de uno de los humedales artificiales más grandes de América:
Superficie del humedal: 14 hectáreas.
Población atendida: 21,825 habitantes en la cabecera municipal.
Costo total de la obra: 39.5 millones de pesos (mdp), datos de 2005.
Duración aproximada de la obra completa: 1 año.
Duración de la obra en su primera etapa: 3 meses a partir de contar con los recursos necesarios
Empleos potenciales: “Durante la obra hasta 50 empleos que beneficiarían directamente a más de 250 personas, e indirectamente a la población de la cabecera municipal y las circunvecinas como El Limón y Autlán de La Grana. En la operación del sistema se podrán generar hasta cinco empleos permanentes y otro tanto eventual en diferentes épocas del año”.
Sin embargo, “derivado del tratamiento del agua residual se puede ofrecer agua para riego, producción de floricultura y/o piscicultura, entre otras alternativas”.
Beneficiados de la obra: “Población ribereña y dinámica económica en los municipios de Tuxcacuesco, Tolimán, Zapotitlán de Vadillo en Jalisco, que ascienden a más de 3,500 habitantes de zonas rurales en condiciones de alta marginación y pobreza. Así como a los productores agrícolas de los municipios de Comala, Coquimatlán, Tecomán y Armería en Colima al dejar de recibir más de cinco mil m3 diarios de agua contaminada”.
Fuente: proyecto del Humedal CEA / JIRA
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