martes, 14 de mayo de 2013

El Zapotillo amenaza a la región más productiva del país



Si se consuma la megaobra de El Zapotillo, no habrá disposición del recurso para miles de productores, advierte el presidente de la asociación civil Conredes, Juan Guillermo Márquez

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

Los saldos de El Zapotillo van más allá del desplazamiento de cientos de moradores de los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo; amenazan a toda una región, Los Altos de Jalisco, que tiene los registros de producción primaria más elevados del país, advierte el presidente del Consejo Regional para el Desarrollo Sustentable (Conredes), Juan Guillermo Márquez.

“La presa es creada para el trasvase —llevar agua de una cuenca a otra— y éste para la privatización del agua. El trasvase y la privatización del agua, cada uno presenta sus propios problemas. Los impactos negativos —sociales, económicos, medioambientales, etc.— de la presa no sólo abarcan poblaciones y terrenos inundados y los costos de la infraestructura —presa, acueducto—; van a afectar a la región del país que genera 20 por ciento de la proteína de origen animal”, advierte en entrevista con MILENIO JALISCO.

Respecto al trasvase a la ciudad de León, “la cuenca que pretenden provea el agua, es deficitaria. Para poder cumplir con los volúmenes de agua que CNA promete al concesionario se debe dejar sin disposición de agua a Los Altos. Pero Los Altos es la principal región productora de alimentos de origen animal en el país. Sólo se asignan 400 litros por segundo para uso pecuario, muy escasa para satisfacer las necesidades de producción. La reducción de la producción de alimentos y su consiguiente encarecimiento a nivel nacional es la primera y más obvia consecuencia, junto con el incremento del desempleo y la delincuencia”, destaca.

“Bajo las condiciones actuales todos los costos son para Jalisco. El proyecto no considera un escenario de cambio climático, en caso de escasez León se queda con toda el agua. Guanajuato tiene más agua que Jalisco, pero sólo comparten agua a Jalisco —Chapala— cuando sus presas rebasan 80 por ciento de su capacidad —convenio que aún dadas las condiciones, se incumplió en 2011 y 2012—. El agua que pretenden regresar a Chapala con este proyecto está contaminada con metales pesados, en Guanajuato no están equipados para removerlos”, advierte. Se refiere al retorno de aguas por el río Turbio hacia el lago de Chapala.

Además, “se desconoce la conformación hidrogeológica real de los acuíferos de la región, lo que imposibilita su recarga. Es falso que la presa recargue los acuíferos de la región. Es necesario cotejar los cálculos de escritorio de la CNA con mediciones físicas de los acuíferos. Esta dependencia afirma que no hay agua en Los Altos, pero en la mayoría de la región se sigue encontrando sin necesidad de hacer los pozos más profundos. Se desconocen las afectaciones humanas, sociales, culturales, geográficas, económicas, medioambientales, climatológicas, derivadas del proyecto”.

El desequilibrio hídrico “acelera la desertificación de la cuenca cedente, empobreciéndola. Se fomenta la sobreexplotación de los acuíferos en la cuenca receptora, desaparece el incentivo para eficientar el uso del recurso hídrico. En Guanajuato los agricultores riegan por inundación y la mayoría no paga su consumo de energía eléctrica”.

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MENSAJES CLAROS, EXIGE TEMACA

No basta con declaraciones ambiguas para pensar que el diálogo derivará en la salvación de tres pueblos, señalan los defensores de Temacapulín. Han decidido regresar a la mesa con el gobierno del estado, pero piden señales claras porque el tiempo se acaba y la justicia mexicana suele ser lenta y llegar post mórtem.

“Yo esperaría que el compromiso fuera serio, que no fuera demagogia, ardid para entretenernos; que hubiera una voluntad real, […] hasta ahorita lo que no han ofrecido es diálogo, nada más”, dijo a MILENIO RADIO Guadalupe Espinoza Sauceda, de Coa, agrupación de abogados al servicio de la causa.

“Nos urge a nosotros solucionar, por la vía política, este asunto de El Zapotillo, porque sabemos que aquí en México la justicia es tardada, es lenta, no es pronta ni expedita como dice la Constitución […] cuando los pueblos ganan sentencias es muy difícil que se cumplan, por los intereses involucrados y por el tiempo transcurrido; eso queremos evitar aquí”.

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