sábado, 4 de mayo de 2013
La periferia, fuente de incendios del bosque
Los 54 principales incidentes del año revelan un patrón de causas donde el origen siempre es una actividad económica o un descuido humano
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO
La cosecha de caña de azúcar al poniente, los asentamientos humanos al norte y oriente, los bancos de materiales al sur, son puntos de origen de los incendios en el bosque La Primavera, según la estadística que se ha levantado desde el 1 de enero de este año en el área natural protegida.
Los 54 principales incidentes con fuego revelan con claridad el patrón que se ha observado en todos los años anteriores: es el ser humano el causante de las deflagraciones.
Si se empieza el mapa de siniestros con un reloj imaginario que marca las nueve, el diagnóstico es el siguiente: Es la región de Tala, al poniente del bosque, donde se localiza el ingenio José María Martínez, el segundo más grande del país; son cañaverales que año con año se extienden sobre más de 90 mil hectáreas, tres tantos la superficie protegida de La Primavera. El método de zafra no ha cambiado pese a que también se puede cosechar sin combustión. Existe en México una norma oficial de manejo de fuego NOM 015 Semarnat / Sagarpa 2007. La estadística de estos fuegos revela que de esos cañaverales han surgido 15 eventos.
“Un alto porcentaje de los incendios forestales tienen su origen en el desarrollo de actividades agropecuarias, considerando que el uso del fuego como herramienta para la producción, tiene una larga tradición cultural que no es privativa de nuestro país, pero que por la dinámica económica y social actuales, se ha visto alterada en sus formas de uso tradicionales, por lo que es necesario atenuar o disminuir ese riesgo”, destaca en sus considerandos el texto de la norma.
Esta legislación, obligatoria, señala que en cualquier caso en que se utilice el fuego, se deberá notificar a la autoridad por medio de un formato, pero eso raramente ocurre.
El efecto de los incendios de los cañaverales no solamente invade los bosques; la masa vegetal en combustión genera nubes de partículas suspendidas que llegan a la zona metropolitana de Guadalajara si es el caso por los vientos dominantes. Ayer, se mantuvo en contingencia ambiental en los municipios de Tlajomulco, Tlaquepaque y El Salto, al sur de la zona metropolitana de Guadalajara, según reporte de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet). No obstante, en este caso influyeron también los incendios de los macizos boscosos de Cerro Viejo y Toltepec, también nacidos de la imprudencia humana.
“Tenemos una brigada en Ahuisculco, pero ha debido salir a apagar fuegos en todos los alrededores porque han brotados muchos incendios desde la zona de la caña, es un problema severo”, revela un combatiente.
39 incendios más han tenido su origen en asentamientos humanos o por paseantes que provienen de caseríos contiguos al bosque. Cuatro incendios corresponden a la zona de El Arenal, (el reloj a las 10:30) donde confluyen las carreteras a Puerto Vallarta y a Ameca. Cinco en la zona que domina el ejido La Primavera; y 13 más en la de La Venta del Astillero (el reloj a las 12:00). Fue en esta área donde unos paseantes provocaron el siniestro de mayor consideración, de 132 hectáreas, que fue combatido con gran dificultad el pasado fin de semana, y que ocasionó daños aparentemente superficiales, pero se llevó también algunas reforestaciones.
La manecilla a las dos. Y son dos incendios los que han nacido en la zona de El Bajío, donde se ubican la Villa Panamericana y el estadio Omnilife, y la urbanización presuntamente “ordenada” sigue en crecimiento.
A las tres, la ruta del terror sigue al otro lado del cerro de El Colli, en los terrenos urbanizados del ejido Santa Ana Tepetitlán. Siete fuegos pegados a la zona forestal, y seis más en la zona agrícola que le resta a ese valle densamente poblado. En este polígono es donde comenzó el megaincendio de abril de 2012, por lo que se mantiene como uno de los principales focos rojos.
Los incendios se cierran con dos eventos más en la parte sur, en Tlajomulco de Zúñiga, con el reloj que marca las cinco. Nuevamente la actividad humana tiene que ver. La noche del jueves 25 de abril, tras una inspección por las extracciones clandestinas de arena en el ejido San Agustín, “surgió” un fuego que cubrió 36 hectáreas. Todo esto es humano, demasiado humano.
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CLAVES
Diagnósticos
-“Tanto las quemas agropecuarias, como los incendios no deseados en los ecosistemas, están afectando los reservorios de carbono. Al mismo tiempo, el cambio climático afecta la duración e intensidad de las estaciones secas que influyen en la ocurrencia y severidad de los incendios”
-“Es evidente que uno de los agentes de cambio de la biodiversidad es la alteración del régimen de fuego. Algunos estudios han demostrado que mientras los bosques intactos tienen una susceptibilidad al fuego de sólo 5% [principalmente debido a los claros de bosque]. En aquellos bosques que se han incendiado con anterioridad, la susceptibilidad se eleva a 50% después de 16 días sin lluvia. Los bosques que se han quemado dos veces son 90% más susceptibles al fuego durante el mismo período”
-“Cuando los intervalos entre incendios son más cortos o prolongados del régimen normal, puede generarse la pérdida de especies vegetales y reducción de la biodiversidad, como resultado de la pérdida del hábitat. Adicionalmente, la invasión de los ecosistemas por plantas no nativas puede llevar un cambio importante en los regímenes del fuego”
(Fuente: Conanp, Estrategia y lineamiento de manejo de fuego en áreas protegidas)
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3 bancos de materiales, clandestinos
Los bancos de materiales en la zona de La Cuchilla, en el ejido de San Agustín, han sido intervenidos por el Ayuntamiento de Tlajomulco, lo que ha derivado en tres clausuras por explotación clandestinas, dos de las cuales ya están sometidas a un proceso judicial, y en un caso más, no se ha podido encontrar en flagrancia a los explotadores, señala el presidente municipal, Ismael del Toro.
En un análisis de las ocho explotaciones detectadas por la Dirección Ejecutiva del Bosque La Primavera en la parte sur del macizo forestal, tres son clasificadas como clandestinas, una se trata de un banco abandonado, dos están en restauración, uno en rehabilitación, y solamente una, la parcela de la zona de uso común del ejido, se explota comercialmente, según los datos del municipio.
En el caso de los predios clausurados, en el caso de la parcela 31 se ha interpuesto una denuncia penal ante la Procuraduría General de la República (PGR), y la parcela 23, también con extracción clandestina, ameritó un arresto administrativo. Las parcelas en restauración y rehabilitación tienen labores tendientes a rehabilitar taludes y reimplantar suelo para que tengan un abandono
ecológicamente sostenible.
Por su parte, la Dirección del bosque tiene en integración una denuncia ante las procuradurías ambientales estatal (Proepa) y federal (Profepa), por las evidencias encontradas en La Cuchilla: ocho bancos de materiales que están en extracción a diversos niveles, y uno más que tiene pozos de muestreo, totalmente al interior del polígono. La superficie de los frentes de extracción va de 0.24 a 2.40 hectáreas (ha), para sumar 9.37 ha con extracciones y 1.54 ha con los pozos de muestreo, para una futura explotación, según los datos recabados (MILENIO JALISCO, 28 de abril de 2013).
La sucesión de estos bancos de materiales no suele ser una recuperación de los ecosistemas originales. Lo que sucede es que después se implantan fraccionamientos que hacen permanente la presión sobre la zona protegida, además de los problemas de diseño urbanístico, pues aunque son establecimientos formales, se sacrifica la hidrografía de la zona y se gestan futuros problemas con el agua.
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