sábado, 11 de mayo de 2013

Voltea a la barranca “es un rescate integral”




El consultor Francisco Pérez Arellano destaca que tiene once años en gestación. Dotar a la ciudad, en una de sus zonas más deprimidas, de un parque lineal de más de 40 kilómetros, y reintegrar la relación con los ecosistemas, las metas


Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO

El creador del concepto Voltea a la barranca, Francisco Pérez Arellano, defiende la utilidad pública de un proyecto con once años de gestación y que beneficia a los habitantes más depauperados del municipio de Guadalajara. A la larga, es la recuperación de un espacio natural al que la ciudad le dio la espalda cuando se optó por contaminarlo y alterarlo, hace más de medio siglo.

“Voltea a la barranca originalmente empezó con la idea de generar un parque regional en la barranca, a efecto de protegerla y de recoger las inquietudes de los grupos ecologistas que se oponían al presa de Arcediano […] lo primero que hicimos fue un plan de manejo del área natural protegida; nos dimos cuenta que Guadalajara le había dado la espalda a esta espectacular área natural, y que ahí en ese borde es donde se concentra la mayor parte de la gente de menos recursos, los espacios más contaminados, degradados, y probablemente más peligrosos; nos dijimos: habrá que atender la parte urbana también, para que no siga bajando contaminación a la barranca, entonces ahí hicimos un primer plan maestro de gran visión, de todo el frente metropolitano, que va desde la desembocadura de El Ahogado hasta el Paso de Guadalupe [límite entre Zapopan e Ixtlahuacán del Río]”, dice en entrevista con MILENIO JALISCO.

No salió adelante porque los tiempos cambiaron, Arcediano fue cancelado en 2009 debido a sus altos costos económicos y su autorización de impacto ambiental fue revertida. Otro proyecto palanca que le habría dado posibilidades fue el estadio de atletismo de El Disparate, pero tampoco prosperó. No obstante, la Administración municipal de Ramiro Hernández García reconoció las bondades del planteamiento y lo acaba de recuperar, con un fideicomiso que permite una primera etapa de proyectos en el frente del municipio (ver gráfico anexo).

“Desde el principio hubo un plan de zona norte para Guadalajara que ya planteaba que lugares concretos se pueden mejorar, hacer infraestructura, equipamientos, e incluso tres parquecitos: uno en el mirador de la Academia de Policía; otro en Tetlán Río Verde, y otro en Juan Soriano; el fideicomiso tiene 15 millones de pesos, para hacer el plan maestro y estudios y proyectos ejecutivos para conseguir recursos, y trae un paquetito de cuando menos cinco proyectos para arrancar, pero podría llegar a 15 o 20 proyectos”, pone en relieve el ex director de planeación de la Sedeur (1995-2001).

No obstante, el ámbito geográfico supone territorio de Juanacatlán, El Salto, Tonalá, Zapotlanejo, Ixtlahuacán del Río y Zapopan, además de la capital, lo que significa un frente de unos 70 kilómetros de largo. Una idea central es un gran andador de 40 kilómetros que uniría la franja nororiente de la ciudad desde El Salto de Juanacatlán hasta las inmediaciones de La Experiencia.

“Lo interesante es que Guadalajara es la punta de lanza de todo el proyecto, que en conjunto le cambia la cara a la ciudad, cambia el modelo; realmente tendríamos un proceso de voltear a la naturaleza, a los barrios pobres, a evolucionar hacia una forma diferente de vivir; es un proyecto a largo plazo, con un beneficio que puede ser incalculable”, pondera.

- Sus críticos señalan que el proyecto promueve el desarrollo inmobiliario…
- Hay que desmentirlo; a los que dicen que este proyecto promueve un puente para pasar a Ixtlahuacán del Río y continuar el crecimiento de la ciudad; está fuera de toda lógica […] Guadalajara cada vez crece a menor velocidad, y tan solo llenando los huecos que hay en la urbe, tendríamos reservas suficientes para el crecimiento demográfico de aquí a 20 años, son como nueve mil hectáreas si consideramos todo tipo de lotes; el caso es que en 2050 el crecimiento poblacional va a ser de cero, es decir, nunca va a haber población suficiente para justificar un puente; además, si se le pregunta a los habitantes de Ixtlahuacán del Río ellos no quieren ser una ciudad dormitorio, quieren seguir siendo Ixtlahuacán del Río, para seguir viviendo con una calidad de vida mucho mejor, de los que viven del otro lado de la barranca. Nunca se ha pensado en semejante cosa, y reconocemos que es necesario mejorar la información para disipar falsos temores.


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CLAVES

Los detalles

Un gran parque lineal con “malecón” y corredores de 40 a 70 kilómetros de longitud y unas cuatro mil hectáreas de superficie, es la apuesta del proyecto, que pretende contener la especulación y garantizar el espacio público en los bordes de la barranca del río Santiago, entre la presa El Ahogado y Paso de Guadalupe, lo que permitiría quintuplicar la superficie de áreas verdes por habitante, que ahora sólo rebasa mil hectáreas en la ciudad

El eje de ese esquema de apropiación del borde de la ciudad lo formaría el predio El Disparate, propiedad del estado, que se constituiría en parque público con todos los servicios, asociado a otros predios públicos contiguos que permitan, en una primera fase, rescatar la zona

La estrategia tiene “cinco puntos en general: uno es constituir el parque en la barranca, con acceso para toda la población; otro es que ese acceso sea a través de una vialidad única entre la ciudad y la zona protegida, un camino escénico que ocupe el borde de la ciudad; una tercera línea es que los barrios marginados de la zona se mejoren; una cuarta es que dónde aún hay reservas, como Tonalá, se urbanicen de forma adecuada, hasta un límite tal que no invadan la barranca, siempre con la idea de que la barranca tenga ese acceso público; finalmente, que esta inercia de mejoramiento ambiental se interne en la ciudad con el rescate de los cuerpos de agua, y que en lugar de seguir bajando la contaminación a la barranca, que suba la regeneración ambiental a la ciudad”

El malecón propuesto se deberá adaptar, pues es muy irregular el frente de la barranca; “hay lugares con superficie y lugares donde está todo muy estrangulado, y para que quepa una buena avenida de cuatro carriles, ciclovía y demás, con un buen malecón, será una franja como de cien metros; pero donde no quepa más que una callecita, será una callecita; donde no quepa más que un andador, será un andador; en las áreas planas harás parques”, sin descontar un trabajo de recuperación de viejas construcciones emblemáticas, como las fábricas de El Salto o La Experiencia, los baños de Oblatos y la presa de Colimilla”

FUENTE: Proyecto Voltea a la barranca

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Respetar la cota 1,500, la
otra prioridad del proyecto

El Plan de la Zona Conurbada de Guadalajara de 1982 planteaba que la ciudad no debía crecer ni por debajo de la cota de 1,500 metros sobre el nivel del mar, hacia el abismo de la barranca, ni por arriba de los 1,650 msnm, en sus cerros del sur. El proyecto de Voltea la barranca tiene previsto hacer respetar ese lindero.

“Así como no plantea hacer un puente para urbanizar el otro lado de la ciudad, no plantea urbanizar debajo de la cota 1500, pues no es un proyecto inmobiliario, es un proyecto de mejoramiento urbano para más de 200 mil personas que habitan en el borde; de espacios públicos y mejoramiento ambiental; lo que aquí sucede es que nos está pegando el talón de aquiles de todos los proyectos, que es la mala comunicación y la mala información”, observa el consultor Francisco Pérez Arellano.

Este proyecto en particular, agrega, “necesita informar bien a la gente, hay que reconocer que quizás nosotros no estemos dado la información necesaria, pero darla es esencial para que se emitan opiniones informadas sobre el tema.
Existen instrumentos para llevarlo a la realidad: El financiamiento público, los planes parciales de desarrollo urbano y la zonificación del área natural protegida de la barranca, que iría en camino de retomarse en estos meses; todo eso obliga a los gobiernos municipales, el estatal y el federal, a garantizar su aplicación.

Pérez Arellano ya lo destacaba en la época de la primera promoción del proyecto, en 2009: “todos los asentamientos que están en la barranca en general no tienen equipamiento urbano, no tienen áreas verdes, es verdaderamente deplorable, cuando podría ser una maravilla si le pusieran un poco de interés y de trabajo, incluso canalizando los programas de asistencia social del gobierno federal, o internacionales, no sólo para cuestiones urbanas, también para el combate a la pobreza, cuestiones de integración familiar, de género […] puedes canalizar el servicio social de los muchachos de las universidades, y que los desarrolladores que pinten su raya desde el principio, en lugar de ir avanzando sobre la barranca, ir al revés, pintar su raya hasta donde pueden llegar y ahí pintar una vía publica: señores, dejan las áreas de cesión junto a la barranca para que yo ponga mis equipamientos públicos con vista al río, y ustedes de ahí para atrás van desarrollándose”.

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