martes, 27 de octubre de 2015

El Mameycito, aislado; hoy llega maquinaria



Aldea de Cuautitlán incomunicada al paso de Patricia.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La llamada de auxilio de los moradores de El Mameycito, una pequeña aldea nahua enclavada en las cercanías de las instalaciones mineras de Peña Colorada, aislada tras el paso del huracán Patricia, apenas ayer fue escuchada: el Ayuntamiento de Cuautitlán ha mandado las máquinas para abrir el camino de herradura por el cual los moradores se comunicaban con el resto del gran ejido nahua de Ayotitlán.

“Estamos muy preocupados, con hijos enfermos y temerosos porque no para de llover, y no podemos salir para ningún lado; no hay salida por la zona de la mina, ni lo hay por el camino sacacosechas, y sólo tenemos la comunicación del celular que a veces agarra, pero queremos que nos hagan caso”, clamó Aurelio Denis Gerardo. Del problema se dio comunicación al secretario de Desarrollo e Integración Social, Miguel Castro Reinoso, pero había tenido dificultad para comunicarse con los damnificados y participó en la gira de ayer por la región costera. Por la tarde, el presidente municipal de Cuautitlán, José de Jesús Flores Santana, avisó al padre Fernando, cura en Telcruz, que había enviado las máquinas para la reapertura del camino y para atender a los pobladores., lo cual esperaba se lograra el día de hoy.

La falta de atención del caserío también tiene otra explicación: al ubicarse en el extremo occidental de la comunidad, les toca afrontar de forma crónica el conflicto limítrofe entre Jalisco y Colima, más allá de que ambos estados tienen acuerdos de buena voluntad y en el pasado han coordinado acciones para atender a los pobladores de la franja en disputa, como lo determina la recomendación 122/95 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). En el mejor de los casos, no hay ni siquiera claridad del gobierno al que le corresponde atenderlos, aunque como integrantes del ejido nahua, se asumen como miembros del municipio de Cuautitlán.

El resto del ejido presentó algunas casas dañadas, pero una pérdida masiva de las cosechas de maíz, lo que deja en la incertidumbre a los habitantes porque es un alimento indispensable para su propio consumo.

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