martes, 13 de octubre de 2015

UdeG, 90 años: de certezas a una "modernidad líquida"



Reconocieron a maestros de 35, 40, 45 y 50 años de servicio en la casa de estudios; el rector señala que la institución seguirá sólida para beneficiar a Jalisco.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Los maestros José Dorazco Valdez, Yvette Ortiz Minique, Andrés López Díaz y Alfredo Gómez Vidrio ya trabajaban en la Universidad de Guadalajara en 1970; años del auge del pistolerismo fegista, de un país desestabilizado tras la represión estudiantil de Tlatelolco, y en un Jalisco donde los grupos fácticos como los liderados por los hermanos Zuno Arce, los poderosos cuñados del presidente priista Luis Echeverría, comenzaban una suerte de “feudalización” regional, enfrentados a otros antagonismos políticos de gran calado, como los Ramírez Ladewig, los García Paniagua o los González Gortázar.

No obstante, era muy distinguible la frontera entre lo correcto y lo incorrecto ante la prevalencia de una ideología verbalmente a la izquierda; estos profesores crecieron con la claridad que el enemigo ideológico en la ciudad eran los Tecos, la organización de la institución académica rival, la Universidad Autónoma de Guadalajara;  y en el mundo, la Guerra Fría era un escenario claro entre los experimentos socialistas y el capitalismo voraz del norte del río Bravo.

45 años después, con linderos ideológicos difusos y una globalización que pone a prueba a todos los nacionalismos, estos universitarios de entre 50 y 40 años han recibido ayer por la tarde, en el paraninfo de la universidad, de manos del rector Tonatiuh Bravo Padilla y del gobernador Aristóteles Sandoval Díaz, los reconocimientos por una larga trayectoria de servicio, junto con 45 académicos más de su misma generación, en el momento culminante de los festejos de la segunda universidad pública del país, la que tiene más de 256 mil estudiantes y un cuerpo de académicos y administrativos que ronda los 25 mil.

Todo un músculo que sin duda tiene influencia política relevante, pese a los reiterados fracasos de la franquicia partidista en la que sus dirigentes juegan –el PRD Jalisco-, pues permanece como formador de cuadros de todos los partidos, mientras que a la verborrea socialista del pasado ahora sucede un lenguaje oficial pragmático, tecnocrático y pluralista que seguro confunde a los maestros de ayer. Tampoco tendrían que estar más cómodos los 168 académicos de 35 años que recibieron de su rector un testimonio análogo en la mañana, en el interior del Teatro Degollado.


José Luis Carvajal Esteban, Agustín Navarro Hernández, Norma Patricia Rico Valtierra y Javier Soto Grillo ya laboraban en 1980, año en que la revolución sandinista apenas había tomado el poder y generado una ferviente procesión “revolucionaria” de los hombres aventureros y de conciencia política de la casa de estudios. En las montañas de Nicaragua se maldecía la maldad imperial de Reagan mientras las pantallas de cine transmitían en Dunas la imagen de un bondadoso Brezhnev –el jerarca soviético- como referente de la oposición a los yanquis; en contraste, la esquina anticomunista de la ciudad también veía con claridad una verdad en la frase célebre del presidente estadounidense respecto a la Rusia que acababa de invadir Afganistán: “el imperio del Mal”.


Pero las claridades se les borraron una década después. Fue cuando la casa de estudios también asumió una tarea de transformación, con la red universitaria. El entonces rector Raúl Padilla, ausente ayer, pero presente en la mente de tantos como último referente de sentido de un mundo trastornado, aparece en video hablando con el presidente Salinas en los convulsos años 90. Tiempos de cambio, cocina de alternancia. El grupo político padillista sobrevivió. El PRI regresó al poder. La casa de estudios se prepara para los retos mayores de la alta competencia, pero mira brevemente hacia su pasado.

Ayer se cumplieron 90 años de la agitada refundación de la UdeG. El filósofo Zygmunt Bauman definió estos tiempos como “líquidos” e inciertos, nostalgia de una claridad perdida. Los universitarios –dijo el líder sindical Enrique Velázquez en su alocución de la mañana- apuestan por una universidad fuerte, aunque la época sea gelatinosa.

NÚMEROS

1925 es el año de la refundación de la UdeG, patrocinada por el gobernador José Guadalupe Zuno Hernández y cuyo primer rector fue Enrique Díaz de León

2,700 alumnos inscritos constan la primera matrícula de la casa de estudios, en contraste con 256 mil de la actualidad

109 municipios de Jalisco tienen presencia de la casa de estudios, a través de seis campi temáticos, nueve regionales y 66 preparatorias

3 estatuas se develaron ayer: los ex rectores Enrique Díaz de León y Constancio Allende, y el ex gobernador José Guadalupe Zuno Hernández

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