Nunca arrancó la campaña de multas para millones de autos no verificados, pues los agentes de Movilidad les preocupaba la fluidez de la circulación y los carros mal estacionados.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Si alguien tuviera la curiosidad de buscar pruebas sobre la presunta abulia gubernamental para proteger el ambiente, en relación con otros temas como la economía, la movilidad urbana o la política de corto plazo, estos dos días de aplicación de la campaña a favor de la verificación de autos le habría prodigado demostraciones palpables: ningún agente de Movilidad tenía en mente sancionar a los miles, cientos de miles; de hecho, millones de dueños de autos que no han afinado y verificado en 2015 en Jalisco
“No tenemos ninguna orden, estamos concentrados en dar fluidez a la circulación en esta zona, usted sabe que hay una importante reunión internacional de economía”, dijo el jueves un agente motociclista, severo, en la zona de la Expo Guadalajara, donde los sesudos genios de la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE) buscaban las claves de la prosperidad mundial.
“Nada de eso amigo… estamos levantando todos los autos estacionados en lugar prohibido, es un abuso de los particulares que aprovechan las obras para quedarse en lugares públicos para la circulación”, dijo otro agente, mientras levantaba el folio y verificaba que la grúa levantara un jetta –esos que todo mundo tiene en la cabeza, aunque el prestigio de la Volkswagen ande a la baja- ante la angustiada vista del propietario, que trataba inútilmente de disuadirlo.
Los numerosos puntos de taponamiento del tránsito citadino estaban poblados de agentes a pie, cuya labor era apresurar automovilistas; ni siquiera un chevy blanco cuyo escape se había caído, con abundante emisión de humo y ruido, llamó la atención del “agilizador” de tráfico en el cruce de Federalismo e Hidalgo.
Este diario, sorprendido ante la ligereza con que se tomaba una misión con tanta antelación anunciada, y que había ocupado espacio estelar en sus páginas el mero 15 de octubre, acudió a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) en busca de la explicación que todo lo aclarara.
Y en efecto, no era necesario entrar en la perorata de que lo ambiental es de relevancia secundaria en este país. La amable respuesta de la dependencia consistió en dos cosas: uno, no hubo operativo para verificación, los agentes aún están en capacitación. Dos, ahora sí, en serio, el lunes 19 de octubre, todas las lacras callejeras que destruyen la atmósfera de la ciudad, deberán temblar. No exactamente con esas palabras, pero se prestan mejor a la épica que se avecina en dos días: el rescate del aire que respiramos en una ciudad que está en el “top five” (perdonando el inglés) de las más contaminadas de América Latina. ¡Rufianes contaminadores, temblad!
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