miércoles, 22 de julio de 2015

Profepa inspeccionó con seis meses de retraso residuos peligrosos enterrados en Aguaprieta



La denuncia popular interpuesta desde enero no había sido investigada hasta ahora, pese a las evidencias fotográficas que le fueron aportadas al organismo federal.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Una inspección sobre residuos peligrosos enterrados en el terreno de la planta de tratamiento de Aguaprieta, realizada con seis meses de retraso, derivó en un comunicado emitido ayer por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en el que se notifica que “no existen” dichos residuos.

Sin dar la menor explicación sobre la demora –salvo el dato “extraoficial” revelado por inspectores del organismo, de que habrían acudido semanas después de que se abrió el expediente de la denuncia, pero no se les permitió entrar-, ni sobre la posibilidad de que en ese largo tiempo de espera se hubiera “arreglado” el problema denunciado por trabajadores encargados de la construcción, tanto la Profepa como el propio gobierno de Jalisco -que replicó la información desde sus plataformas institucionales- concluyen que la denuncia popular del 29 de enero de este año, que derivó en expediente el 9 de febrero siguiente, no tiene materia (MILENIO JALISCO, 14 de julio de 2015) .

“…no existen pruebas de contaminación de suelo por el entierro de residuos peligrosos en la planta de tratamiento […] tras verificar que no se encontraron  rastros o evidencias de los hechos manifestados por una denuncia popular”, según “el resultado de un estudio realizado por especialistas de la Subprocuraduría de Inspección Industrial y de la Delegación Federal de la Profepa, en coordinación con la Comisión Estatal del Agua, donde se constató también que dicha planta cumple con la normatividad ambiental”, señala el comunicado.

Los sitios de excavación fueron determinados desde el 15 de julio pero el procesom se realizó apenas el 20 de julio. “El uso de maquinaria especial permitió excavar los sitios donde presuntamente había sido sepultado residuos peligrosos y con ello descubrir un posible caso de contaminación de suelos. Sin embargo, el resultado final de estas operaciones resultó negativo al no hallarse rastro o evidencia alguna del supuesto. El objeto de las acciones de excavación permitió además determinar y constatar posibles infracciones a la normatividad ambiental federal vigente, tanto en materia de residuos peligrosos, como de contaminación de suelo, lo cual también quedó desvirtuado por el estudio de los especialistas”, explica el texto.

“Se procedió a excavar en los nueve puntos inicialmente señalados, debido a que en uno de ellos se encontró una gran cantidad de roca; se optó por señalar uno más, para mayor seguridad, siendo un total de 10 puntos excavados. Durante las excavaciones realizadas únicamente se observó tierra con cierto grado de humedad, color café, así como presencia de rocas de distintos tamaños; no se encontró ningún tipo de residuo en el material, ni en las paredes de las excavaciones, tampoco se encontró la presencia de residuos peligrosos y/o contaminación de suelo”, agrega.

En las excavaciones concurrió personal de la Profepa, de la CEA y de un laboratorio acreditado, pero no hubo necesidad de recabar pruebas y analizarlas, puntualiza la entidad federal.

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