lunes, 6 de julio de 2015

La del Cambio climático, una ley “tímida” ante el tamaño del reto


Enrique Jardel Peláez, experto forestal de la UdeG, señala que la propuesta estatal peca de tibieza y de pocas ambiciones.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

La Ley estatal de Cambio climático parece “un catálogo de buenas intenciones, no un instrumento operativo para atender un asunto de la mayor urgencia”, advierte el investigador del Centro Universitario de la Costa Sur (Cucsur) de la UdeG, Enrique Jardel Peláez.

De este modo, duda de que sea el instrumento pertinente para poder establecer las estrategias y políticas públicas que necesita la sociedad para dar un viraje en su forma de producir riqueza, modelo que en el fondo es el responsable de la crisis ambiental moderna, por la gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que tiene como costo.

“Urgente porque hace décadas que se conoce el problema […] urgente también porque con el cambio climático no estamos hablando del futuro, sino de un problema que ya estamos viviendo”, señala en una opinión que entregó a MILENIO JALISCO.

La iniciativa de ley parte de un diagnóstico insuficiente, apunta: 1. “Existen suficientes evidencias científicas de que está ocurriendo un cambio climático a escala global y que este es antropogénico y tiene su origen en la liberación de gases con efectos de invernadero derivados principalmente del consumo de combustibles fósiles en la industria, el comercio y el transporte, la agricultura, la deforestación y la quema de biomasa y, en general, las actividades humanas de consumo intensivo de energía y materiales. El cambio climático global antropogénico es consecuencia del desarrollo de un sistema económico basado en la producción y consumo intensivo de mercancías y es iluso pensar que el problema se va a resolver solamente a través de remedios tecnológicos sin una transformación radical del sistema económico, que sigue aferrado a la ilusión de un crecimiento económico infinito en un mundo finito”.

2. “Aunque existen las evidencias científicas y modelos predictivos del cambio climático que funcionan relativamente bien a escala global, es importante considerar que se trata de modelos que, como cualquier modelo científico, tienen un componente de incertidumbre. Por eso […] presenta siempre varios escenarios probables. Cuando se baja uno a la escala regional, la incertidumbre aumenta: no se sabe con suficiente certeza lo que va a ocurrir con el clima a esta escala”, pero esa incertidumbre “no debe ser algo que justifique aplazar las acciones”, y por otro lado, “no admite soluciones simples”.

3.   “…generalmente se asume que el cambio climático es un fenómeno gradual de aumento de la temperatura promedio y de disminución de la precipitación. La cuestión es que el fenómeno es mucho más complejo que esto y que debemos de poner atención no solo en promedios, sino en variación espacial y temporal de las variables como la precipitación y la temperatura […]como ocurre en sistemas complejos (y el clima lo es), pueden haber tanto cambios graduales como abruptos”.

4.    “Estamos acostumbrados a pensar en explicaciones simples de causa-efecto y en soluciones técnicas y burocráticas, únicas, de comando y control. Esto no funciona frente a problemas o fenómenos complejos que implican variación, imprevisibilidad e incertidumbre, por lo cual en la gestión ambiental y el manejo de ecosistemas y recursos naturales se ha propuesto un enfoque de ‘manejo adaptativo’, esto es, una forma de manejo o gestión basada en el mejor conocimiento y entendimiento disponible acerca del problema o fenómenos sobre el que se pretende actuar, pero en la cual las actuaciones o intervenciones se abordan como experimentos basados en hipótesis, experimentos que deben ser monitoreados y evaluados para corregirlos, ajustarlos o adaptarlos conforme se aprenden nuevas cosas u ocurren cambios. Es un proceso de adaptación continua para el cual se requiere un diseño diferente de las instituciones y de su forma de trabajar, algo a lo cual las instituciones tecno-burocráticas -como son las dependencias gubernamentales y las empresas- se resisten”.

Es decir, puede aprobarse la nueva ley, pero la duda es si de verdad incidirá al nivel que exige la realidad de Jalisco.

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