domingo, 28 de abril de 2013

Bancos de arena y fraccionamientos “muerden” a La Primavera





La Primavera enfrenta en la zona sur el desafío de la explotación de materiales y los fraccionamientos formales que amenazan la zona de cerro Planillas

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO


En la parte sur del bosque La Primavera, el problema no son los miles de paracaidistas del lindero oriente, pero sí, ocho aprovechamientos de material geológico que literalmente ya “muerden” los linderos del bosque, así como bancos que fueron abandonados, aplanados, y ahora alojan fraccionamientos “regulares” de la zona de La Cuchilla, del ejido San Agustín, en Tlajomulco.

El Ayuntamiento de Tlajomulco reconoce haber procedido contra algunos de los bancos por carecer de permisos; incluso uno está sujeto a acción penal por haber violado una clausura en Semana Santa, señala el titular de Ecología de la demarcación, José Ángel García Márquez.

No obstante, la presencia de cientos de fincas “regulares” que ha permitido el ayuntamiento ha sido a costa de alterar la hidrografía local, pues los arroyos y las barrancas son rellenados para permitir un ensanchamiento de las construcciones. Un arroyo principal que atraviesa por el centro del terreno ha sido convertido en calle y es el único sitio de paso para los vehículos que atraviesan el tramo de sierra que posee San Agustín en el bosque.

Si la propaganda de los desarrollos inmobiliarios invita a vivir en el bosque, eso es literal, pues los asentamientos están enclavados en el límite de la reserva protegida. Eso ocasiona una presión agregada, pues por el área sube la brecha principal que comunica con el cerro también llamado La Cuchilla, que es el que ha sido más dañado, y contiguo, el de Planillas, que guarda parte del patrimonio natural más rico de La Primavera, y ha sido señalado este año como la zona de mayor riesgo de un incendio, pues salvo un terreno de 180 hectáreas (ha) que se quemó en 2009, por la zona no ha pasado el fuego desde 1998.

“Yo le apuesto a la conciencia de los ciudadanos, y a la autoridad municipal, porque en Planillas se ha incrementado la visitación recientemente y no se ha quemado en varios años; lógicamente, trae acumulación de combustibles, pero no debemos olvidar de que se trata de un área natural protegida y los procesos a preservar deben ser completos, desde los microorganismos del suelo hasta los animales, y debemos aprender a hacerlo como sociedad no agrediendo al bosque”, dice el director ejecutivo de la floresta, José Luis Gámez Valdivia.

La dirección prepara una denuncia ante las procuradurías ambientales estatal (Proepa) y federal (Profepa), por las evidencias encontradas en La Cuchilla: ocho bancos de materiales que están en extracción a diversos niveles, y uno más que tiene pozos de muestreo. La superficie de los frentes de extracción va de 2.40 a 0.24 hectáreas, para sumar 9.37 ha con extracciones y 1.54 ha con los pozos de muestreo, para una futura explotación (ver gráfico contiguo).



En una visita a la zona, se aprecia que los fraccionamientos regulares vienen desde la carretera Guadalajara-Colima, en la zona de Santa Anita, prácticamente como sucesión de los bancos de extracción, actividad con una historia de décadas en la zona y que se ha impulsado fuertemente a raíz del crecimiento urbano hacia el sur de la zona conurbada de Guadalajara. El más grande enclavado hacia el poniente se llama El Origen, pero una vez que se atraviesan las áreas de grandes cotos bardeados por donde los animales silvestres en tránsito difícilmente pueden pasar, se llega a una zona plana donde la maquinaria trabaja en las cimentaciones para nuevas casas, con el cerro de La Cuchilla como borde. Luego vienen los aprovechamientos recientes, que son los ocho mencionados; cuatro de ellos han invadido el polígono protegido de 1980, según se aprecia en el mapa. La zona bajo muestreo para ser explotada está totalmente adentro de la reserva.

La dirección del bosque quiso sumar al ejido al trabajo de conservación. Hace años se aplicó un programa de control de muérdago, “pero los últimos comisariados ejidales lo decidieron suspender”, señala el director de protección y restauración de La Primavera, Alejandro Delgado Morales. Como consecuencia, muchos pinos están infestados. Hay además un sitio de recreación financiado con recursos públicos al interior del bosque, que fue abandonado y saqueado. En la zona, 24 árboles talados, un tiradero clandestino, una caseta de vigilancia dañada y abandonada.

Algunos bancos lucen abandonados, posible consecuencia de las acciones de clausura realizadas por Tlajomulco, pero al final del corredor, los más grandes permanecen activos: grandes góndolas que transitan con arena al tope; las motoconformadoras y las palas proveen a camiones materialistas y las taludes fabricadas por los bancos se levantan como paredes verticales coronadas por los árboles nativos. Este material sale por los caminos del oriente y del poniente, pues el estrecho corredor del área protegida es fácil de librar para regresar a las zonas planas. Al poniente, los bancos abandonados y en proceso de fraccionarse también se desperdigan por el horizonte.

Por la noche del 25 de abril, 36.5 ha del tramo de bosque saqueado e invadido de muérdago recibirán la visita del fuego, el mejor aliado para borrar evidencias.


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Claves

Bosque no protegido

El bosque La Primavera tiene un tamaño original de 36 mil hectáreas (ha), pero el decreto presidencial publicado el 6 de marzo de 1980 en el Diario Oficial de la Federación sólo protegió 30,500 ha, y dejó sin ese esquema alrededor de 5,500 ha. Al norte, al oriente y al sur de La Primavera, ya existían algunos fraccionamientos campestres que reclamaron ser anteriores a la tentativa de protección, por lo que se les eximió de integrarse a la reserva

El reconocimiento de derechos previos fue “con exceso”, pues se respetó toda la superficie de bosque que tenían programada para desarrollar a futuro. El caso más notable es el del fraccionamiento El Palomar, que posee casi la totalidad del cerro Pelón. Otro caso es el de Bugambilias. Santa Anita forma un tercer gran fraccionamiento residencial con esos privilegios

Al norte, destaca el caso de Pinar de La Venta, que pudo mantener su crecimiento sobre la floresta, así como Rancho Contento. En el oriente, el ejido Santa Ana Tepetitlán y López Mateos estaban sumados al polígono, pero los primeros ganaron un amparo en 2007 que les permitió sacar de zona protegida unas 580 ha que ahora son zona de invasión de asentamientos irregulares y presiones para el bosque

Una segunda explicación del problema de las presiones a La Primavera es el fracaso en integrar un área de amortiguamiento en torno al polígono protegido. Es evidente que el gran peso económico de los intereses inmobiliarios iba a impedir que eso se llevara a buen fin. Por si fuera poco, los municipios de Tlajomulco y Zapopan se aliaron a esos intereses para favorecer el crecimiento de la zona urbana a expensas del bosque.

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