martes, 7 de julio de 2015

Si el sistema no cambia, gana cambio climático, consideró



Resulta esencial cambiar el modo de producir riqueza porque el actual mantiene costos ambientales muy altos, advierte el investigador de la Universidad de Guadalajara.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El proyecto de ley estatal de cambio climático debe ser más incisivo si se pretende influir realmente en el sistema económico que propicia las grandes emisiones de gases de efecto invernadero, señala el investigador de la UdeG, Enrique Jardel Peález.

“Para la mitigación del cambio climático lo fundamental es reducir las emisiones de gases con efecto de invernadero y esto implica reducciones significativas en los niveles de consumo de energía y materiales en todos los sectores de la economía. El ‘problemita’ es que esto implica cambios radicales en el funcionamiento del sistema económico, en los estilos de vida y en los patrones de consumo. Se dirá que pensar en estos cambios es utópico, pero lo realmente utópico es que se pueda mitigar el cambio climático sin transformar el sistema que lo produce”, dice en un análisis que realizó a solicitud de MILENIO JALISCO.

Es decir, “la mitigación del cambio climático implica cambios en la eficiencia energética y el uso de materiales en los sistemas de producción agropecuaria, forestal, pesquera, minera, industrial, así como en el comercio y los servicios. La ley me parece bastante tímida en todas estas cosas”.

En cuanto a la adaptación, apunta entre los temas fundamentales el agua y manejo de cuencas: “Mejorar los sistemas de abastecimiento y uso eficiente del agua; implementar una política de gestión del agua basada en un enfoque de cuencas, con criterios ecohidrológicos. La gestión del agua se sigue abordando como un problema de ingeniería hidráulica y esto es una simplificación muy peligrosa”.

Bosque y selvas, “cumplen una función clave en la generación de servicios ambientales, lo cual está relacionado con aspectos sensibles al cambio climático como la productividad forestal, la dinámica de los ecosistemas, las condiciones de hábitat de las que depende la biodiversidad, la ecología del fuego, la ecohidrología y la demanda de agua de los ecosistemas”.

Áreas naturales protegidas: “Requieren de protección efectiva en el terreno y deben ser preservadas de cambios, evitando usos incompatibles como la minería. Se requiere ampliar la superficie del sistema de áreas protegidas y su manejo debe abordarse con un enfoque de gestión biorregional y de paisaje, manteniendo conectividad y considerando el manejo de la matriz circundante (zonas de amortiguamiento y de transición, corredores biológicos)”.

Se debe abonar a la prevención de desastres asociados a fenómenos hidrometeorológicos extremos: “ordenamiento territorial del crecimiento urbano para evitar asentamientos en zonas de riesgo, especialmente en valles y llanuras inundables, zona costera (la más vulnerable) y zonas de montaña. Hay que desarrollar y fortalecer las capacidades para la acción en caso de desastre”.

También, “las enfermedades infecciosas emergentes: Es una consecuencia del cambio climático es su efecto en la distribución de vectores de enfermedades infecciosas y brotes epidémicos de patógenos asociados con fluctuaciones en el clima. La ley aborda el tema, pero de manera muy general”. El documento completo en www.milenio.com/jalisco

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