jueves, 8 de diciembre de 2011

El mundo protege aguas subterráneas, la ZMG no lo hace


Las zonas de recarga, como El Bajío, se prohíbe urbanizarlas en naciones del primer mundo que entienden la gran fragilidad de sus ciudades si no cuentan con reservas subterráneas, que en Guadalajara están sobreexplotadas y con sus áreas de recarga en retroceso.

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO. Edición del 26 de noviembre de 2011

Los países desarrollados ya imponen legislaciones y acciones de protección en las zonas de recarga de sus acuíferos, ante el extraordinario valor que se ha reconocido a las aguas subterráneas como fuentes actuales y futuras de abastecimiento y diversos servicios ambientales. En cambio, en la zona conurbada de Guadalajara, esas áreas siguen en proceso de urbanización.

El investigador Arturo Gleason Espíndola documentó para MILENIO JALISCO la situación de diversos países en el tema: destacan Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Francia como protectores de los sitios donde los acuíferos se recargan. Hay una directiva de la Unión Europea a sus 27 países miembros para avanzar en el tema, ante la precariedad de las fuentes superficiales de agua que se atisba como consecuencia del calentamiento global.

“Hemos observado lamentablemente cómo una zona estratégica, como es la cuenca El Bajío del Arenal, ha sido contaminada sistemática e impunemente, y no sólo eso, sino que a pesar de que ya es lamentable esta situación, se promueve su urbanización. Aunado a esto, se minimiza el daño evidente provocado a las aguas subterráneas no únicamente con las construcciones en las zonas, sino también con los vertidos de aguas negras al terreno”, destaca el consultor hidráulico.

Esto, además de demostrar que el desarrollo de la ciudad es regido por la especulación inmobiliaria y la ganancia inmediata, se agrava porque “México no ha implementado hasta el momento algún plan, a ningún nivel, que incluya la utilización de los perímetros de protección de pozos […] de este modo, cabría preguntarse, ¿las zonas de recarga y otras están protegidas contra la contaminación?; las zonas de captación circundantes a los 183 pozos de abastecimiento de agua de la ciudad, ¿están protegidos?; ¿están programadas inversiones para proteger las zonas de recarga y de captación?”.

Toda el agua dulce que se encuentra bajo tierra debe tener una fuente de recarga. “Esta fuente es generalmente la lluvia, pero puede ser también a veces la filtración de ríos, lagos o canales. Los sistemas de aguas subterráneas son dinámicos; las aguas avanzan en forma lenta y continuada de las zonas de recarga a las de descarga. El agua puede pasar decenas, centenares o incluso miles de años en esta parte subterránea del ciclo hidrológico, porque las tasas del flujo no pasan generalmente de unos pocos metros por día y pueden ser de apenas un metro por año”.

El Bajío del Arenal “es una zona de recarga y la zona de descarga son Los Colomos, por lo que es necesario proteger el funcionamiento de este flujo de agua subterránea, para garantizar la permanencia de tan importante fuente de abastecimiento para Guadalajara”, agrega.

Las modalidades
La mayoría de países que actualmente cuentan con normas para proteger las fuentes de agua subterráneas, “han adoptado el principio de protección por medio de perímetros y zonas sucesivas”. Generalmente consideran tres zonas: “uno, el perímetro de protección inmediata [zona uno o ‘zona alrededor del pozo’]; sus límites se expresan a menudo en términos de distancia con respecto a la captación —desde varias decenas a unas pocas centenas de metros— . En Bielorrusia, por ejemplo, dicho perímetro denominado ‘zona estricta de protección’ abarca de 30 a 50 metros alrededor de las instalaciones de captación”.

El perímetro de protección inmediata tiene como principal función “impedir el deterioro de las instalaciones de captación o evitar el vertido de sustancias contaminantes en la zonas inmediatas de captación [en Francia]”. Abarca los “puntos de penetración preferentes” (Suiza). Los terrenos comprendidos dentro de este perímetro deben ser adquiridos, cercados y mantenidos, por la autoridad responsable por operar este recurso hídrico. “Cualquier actividad ajena a la operación y mantenimiento de la zona será prohibida”.

La zona dos, es “el perímetro de protección cercana, zona dos o ‘zona de prevención’; en la mayoría de los países, su delimitación se basa en una evaluación de los riesgos de migración subterránea de sustancias contaminantes. A menudo, se toma en consideración el tiempo de transferencia de un agente contaminante para determinar los límites de este perímetro: 50 días en el caso de Alemania; diez días en el de Suiza”. Pero se pueden emplear otros criterios. “Las medidas de protección se imponen en forma de servidumbres. Dentro de la demarcación de este perímetro [o en esta zona], se prohibirán o limitarán algunas actividades, tales como la construcción, la agricultura, industria, depósitos de residuos, extracción de metales, vertidos de aguas residuales”.

El tercer perímetro es el de protección alejada, zona tres o exterior. “Su definición y contenido son muy variables. En algunos casos, está pensando para protección contra contaminaciones químicas o radioactivas [Alemania]. En Francia es facultativo, determinándose su creación únicamente,si con ello se consiguen reducir los riesgos de forma significativa. En los países Bajos, éste se define sobre la base de un tiempo de transferencia [de diez a quince años]; en Bélgica, tomando como base una distancia [dos mil metros]”.



Según sea el país, “se podrán imponer en esta zona prohibiciones o sólo restricciones de actividades. Las disparidades que presentan las reglamentaciones de los diferentes países, en materia de protección de las aguas, se explican fundamentalmente por las diferencias de contexto geológico e hidrológico”, añade Gleason.

Los casos
En Alemania, “el factor más importante para la protección de los acuíferos es todo lo que compete al uso del suelo. Varias restricciones pueden prevenir que los contaminantes de la superficie entren al acuífero, lo que permite que sea conservado si las sustancias nocivas son detenidas. Sobre todo las actividades como la agricultura y la instalación de infraestructura son afectadas por estas restricciones. En Alemania miles de zonas de recarga han sido delimitadas en las últimas décadas, por ejemplo en Baden-Wüttemberg, más de 25 por ciento de su superficie es zona de protección de acuíferos. De acuerdo al tipo de contaminación de la localidad y de las condiciones hidrogeológicas de la sub-superficie del área de captación, los contaminantes desarrollan diferentes maneras de llegar a los pozos o manantiales”.

Cualquier contaminante que entre al acuífero dentro de la zona de influencia llegará finalmente al pozo, “a menos que sea destruido en el camino. Si el traslado toma tiempo suficiente, las bacterias patógenas, por ejemplo, morirán mucho antes que puedan llegar a la pozo; otros contaminantes se pueden descomponer o degradar por la acción de microorganismos antes de llegar al pozo”.

Existen los tres perímetros protectores, y vale la pena mencionar que las restricciones de las actividades humanas son altísimas, incluso para infraestructura y agricultura, no se diga para urbanizar.

En Estados Unidos, la Agencia Federal para la Protección del Medio Ambiente (EPA) establece medidas de protección de la contaminación y otras alteraciones con base en las leyes, pero “las acciones locales involucran decisiones muy específicas sobre el uso de parcelas de terreno. Los gobiernos locales frecuentemente ejercitan una variedad de controles sobre el uso del terreno de acuerdo con las leyes estatales”.

En el Reino Unido, “el agua subterránea provee la tercer parte del agua potable de Inglaterra y Gales, y mantiene el flujo de varios ríos […] se cuenta también con zonas de protección de las fuentes [Source Protection Zones] para dos mil fuentes de aguas subterráneas, que se obtienen a través de pozos, perforaciones y manantiales y son utilizados para el suministro de agua potable.”

Gleason observa: “Las políticas internacionales son muy parecidas en cuanto a la protección de la zonas de recarga y captación. Es evidente que existe un extremo cuidado para conservar la calidad del agua subterránea […] de manera que es necesario determinar con mucho cuidado estas zonas de protección En El Bajío del Arenal y las demás zonas de captación de nuestra ciudad, si queremos seguir contando con agua los próximos años”.

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Claves

El caso tapatío

• Las aguas subterráneas están en vías de deterioro y franca reducción en la zona conurbada de Guadalajara debido al desordenado avance urbano, que desde 1970 ha reducido en 60 por ciento el área de recarga natural en su principal acuífero, Atemajac; la mayor parte de ese daño se ha dado en la zona de alta infiltración, al poniente y sur citadinos.

• El acuífero Atemajac-Tesistán, asiento original de Guadalajara, registra los mayores problemas: la ciudad invadía allí en 1972 poco más de 152 kilómetros cuadrados, y dejaba disponibles 613.5 km2 para la infiltración natural, pero en 2000 el viraje había sido dramático: 389 km2 de invasión urbana y 377.2 km2 de espacio natural. Hoy, la urbanización ocupa 450 km2 y deja un área natural de infiltración de 317 km2, aproximadamente, 40 por ciento del total original.

• Del total invadido, al menos 300 km2 son espacios de alta infiltración, ubicados básicamente en Zapopan. Las aguas subterráneas de la ciudad aportan poco más de 30 por ciento de la dotación que el SIAPA entrega a los habitantes citadinos.

• El otro acuífero que registra fuerte expansión urbana, Toluquilla, tiene una alta tasa de crecimiento demográfico, que también afecta zonas de captación.

• Grandes proyectos de los últimos años, como el estadio Omnilife y la Villa Panamericana, se ubican justo sobre la zona de alta recarga, pero ese elemento no ha sido un factor decisivo para negar las autorizaciones municipales de Zapopan ni las estatales de la Semades.

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