domingo, 11 de diciembre de 2011

En la defensa ambiental, “la sociedad está aletargada”


ENTREVISTA, JULIA CARABIAS LILLO, INVESTIGADORA DE LA UNAM Y EX SECRETARIA FEDERAL DE MEDIO AMBIENTE (1994- 2000)

Señala que los intereses colectivos y nacionales de protección de la naturaleza “sólo comparable con la de China”, fueron derrotados en La Primavera, pero salvados en Tulum

Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO JALISCO


“Aletargamiento”, es la palabra que encuentra Julia Carabias Lillo, maestra en ciencias ambientales y ex titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap), para hablar de la sociedad civil, que durante su mandato, entre 1995 y 2000, la empujó con sus críticas a generar las bases del sistema nacional de áreas naturales protegidas y ahora parece apática y desinteresada en afrontar los desafíos de la conservación.

“Desde que fui secretaria a ahora, en conjunto yo sí veo un avance en las condiciones [de la conservación], pero sobre todo no lo estoy viendo en una sociedad despierta; siempre lo he comentado, a mí me pegaba más la sociedad de lo que pega ahora, me criticaba mucho, me pusieron en todas las caricaturas del mundo con un encendedor para el país, como si yo fuera la quemara los bosques, y me pegaban muy fuerte las ONG […] esa sociedad era muy útil, a mi no me preocupaba que Greenpeace fuera muy crítica porque yo tenía así las herramientas para insistir en las agencias respectivas de economía, en su momento la Secofi, en Hacienda, y a nivel internacional, de que no podíamos quedarnos con los brazos cruzados; en cambio, siento una sociedad bastante dormida, pero en contraste, una juventud muy necesitada de opciones, y creo que ahí es donde está la apuesta, con los niños, con los jóvenes de hoy”, explica a MILENIO JALISCO.

La investigadora, que fue reconocida en la pasada Feria Internacional del Libro con el galardón Alexander Von Humboldt -otorgado por el Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara-, es fundadora del Centro Latinoamericano de Capacitación para la Conservación de la Biodiversidad en la región de la selva Lacandona de Chiapas, enclave silvestre donde concentra sus esfuerzos, sin olvidar la situación general de un país en crisis.

Bióloga de profesión por la UNAM, Carabias Lillo fue entrevistada tras la entrega del galardón. Dice que es lamentable que el interés privado se levante contra el interés público por la conservación, y pese a derrotas judiciales, como el caso La Primavera (que pierde 600 hectáreas de su polígono original por orden de un juez de Distrito y un Colegiado), confía en la madurez del poder judicial para fortalecer la legítima determinación de proteger un país cuya diversidad biológica “sólo se puede comparar con China”.

Triunfos y derrotas
“Siento que el principal logro para la protección de nuestro patrimonio natural fue el haber consolidado el sistema nacional de áreas protegidas y construido una institución que hoy es la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, con un conjunto de instrumentos que acompañan a estas áreas: de entrada con un decreto presidencial, que a su vez este decreto implica tener un conjunto de consensos y consultas con las comunidades, luego un programa de manejo que está bajando en lo concreto lo que se puede hacer dentro del área natural protegida […] el tercero tiene que ver con instrumentos de gestión, como es la existencia de equipos de trabajo, que va desde un director, un equipo técnico, que están involucrados directamente en la operación de ese plan de manejo, y en el trato permanente de la búsqueda de alternativas con las comunidades locales, legítimamente ubicadas dentro de las áreas, y por supuesto, un presupuesto para operar”, detalla la ex funcionaria.

Cuando comienza este proceso a consolidarse en los años 90 del siglo XX “la ocupación, el deterioro, el cambio de uso de suelo, los incendios y los saqueos de las áreas naturales protegidas eran un denominador común, y aparece la autoridad que quiere aplicar un plan de manejo y empieza a limitar esa tierra de nadie, entonces empiezan a aparecer los conflictos, que permanecen […] no es mi percepción que estemos perdiendo, sino que al aplicarse, están sonando en la opinión pública los casos, y por otro lado se está haciendo una escuela de un conjunto de abogados que le están encontrando la vuelta a la ley, y que aprovechan algunos resquicios de la ley ambiental”, agrega.

Entonces, “cuando hay una debilidad, hay quienes se aprovechan, porque lo que está muy claro es que hay muchos conflictos de intereses opuestos, y el interés privado a veces parece que es más sagrado que el interés público, y bajo un discurso del desarrollo, de la generación de empleos e ingresos, se han justificado muchos descalabros, que son absolutamente inaceptables, y que además son ilegales”.



Es lo que sucedió con el área de protección de flora y fauna La Primavera, a las puertas de Guadalajara, cercenada de más de 600 hectáreas por representantes del ejido Santa Ana Tepetitlán, fuertemente ligados a intereses inmobiliarios. Pero se impidió un destino similar en el parque nacional de Tulum, Quintana Roo, y en Cumbres de Monterrey. En Tulum, el municipio pretendió abrir el parque a los inversionistas privados por medio de planes de urbanización que a la postre fueron cancelados por ilegales.

“El caso de Tulum es el que nos viene a poner un freno a estas tendencias, que le pega fuertísimo, en la médula de estos intereses que estaban priorizando lo privado sobre lo publico […] la Suprema Corte de Justicia e la Nación, se mete a un análisis muy profundo de lo que es el espíritu del constituyente, desde el articulo 27, respecto a la protección de nuestro patrimonio natural, el estado actual de nuestra legislación más las reformas sobre el derecho a un medio ambiente sano, y toma una decisión importantísima: que lo que hizo el municipio fue contra el interés público, y que lo que prevalece en este caso por ser un área natural protegida, un parque nacional, es la rectoría de la federación,y por lo tanto ese ordenamiento urbano queda invalidado”.

Según la ex secretaria, esta argumentación debería plantear reformas legales para el blindaje de las áreas protegidas, pero los legisladores también parecen formar parte del aletargamiento que se acusa en la sociedad.

Interés sagrado
- ¿Este compás de espera es el que han aprovechado muchos de estos desarrolladores y sus abogados? Está el caso La Primavera, en el mismo periodo de la crisis en Tulum.

- Lamentablemente no se pueden manejar todas estas variables, pero estoy absolutamente convencida que si ese juez hubiera dictaminado después de lo que ocurrió en la SCJN, hubiera fallado de manera distinta […] estaban pasando tres cosas simultaneas, Cumbres de Monterrey, La Primavera y Tulum, en el de La Primavera fallaron y se perdió, la de Monterrey se quedó detenida y Tulum fue contundente, y si esto hubiera pasado un poco antes, lo de La Primavera no se pierde, estoy segura.

- Tenemos por otro lado el caso de Cuatrociénegas, todo el daño ocurre desde afuera del polígono protegido, avalado por la Comisión Nacional del Agua, agua que se usa para la producción de alfalfa y que va acabando con las pozas que alojan esa vida extraordinaria, primitiva…

- Sí, aquí hay una fragilidad de la concepción, y ese es un punto que debe de ser una tarea importante del Legislativo, la protección que define a un área natural protegida es de la cobertura vegetal y de la fauna que en ella se encuentra, pero tiene un límite, que es el manto de la superficie de la tierra, hasta las copas más altas de los árboles, y ese pedazo pequeño de la biosfera, que no es ni los minerales de abajo ni los acuíferos de abajo, y eso es equivocado, porque la protección de un sistema natural tiene que integrar sus componentes: agua, suelo, no sólo la biota, y eso si lo tenemos como un gran problema en casi todo el mundo […] es lo que le está pasando a Cuatrociénegas, como lo que les está pasando con los efectos de la minería en otros lados, como el santuario huichol de San Luis Potosí.

- El reglamento de áreas naturales protegidas no cancela la posibilidad de explotaciones mineras, ¿no cree que también hay recovecos?

- Sí, ahí el reglamento no logró cerrar lo suficiente, hay que tomar en cuenta cómo se elaboran los reglamentos, donde la Secretaría de Economía tiene que dar las autorizaciones de impacto regulatorio, y esa manifestación tiene siempre muchos obstáculos […] tiene que haber mucho más entendimiento en el sector gubernamental, de este cruzamiento de las políticas, no puede haber una fragmentación de políticas como las tenemos: Economía va un lado y Medio Ambiente va por otro lado; Agricultura va por uno, Energía va por otro, y en donde están los puntos de encuentro, y precisamente el punto de encuentro es el espacio territorial, entonces tenemos que planear el territorio nacional en aquellas áreas donde se puedan utilizar para la agricultura, para la ganadería, para la minería, para lo forestal, y las que se tienen que dejar conservadas.

A su juicio, hay alrededor de siete por ciento de la superficie terrestre del país con esquemas legales de protección, y debe crecerse hasta topar en alrededor de 15 por ciento; “si se decretaron como áreas protegidas es porque son de interés público y es de la nación, de los mexicanos de hoy y mañana, y por qué todo el tiempo tienen que sacrificarse por el desarrollo de unos pocos, para algunos empleos y para algunos ingresos. Ahí tenemos un problema de conflicto permanente, de un modelo económico de desarrollo que sigue prevaleciendo sobre sus otros dos factores, que son el bienestar social y la protección del medio ambiente; no hemos logrado esas políticas transversales que tienen que concurrir en el espacio territorial, para decir aquí sí, pero aquí no, y que los intereses privados queden subordinados al interés colectivo, que es el interés nacional”.

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2012, que los políticos no olviden

Julia Carabias Lillo piensa que pese a los problemas, en las administraciones panistas no se ha dejado de avanzar, “creo que esta administración, por ejemplo, dio un brinco muy importante en la parte forestal, el ProÁrbol, el programa de servicios ambientales, la Conafor en general, logró hacer una consolidación que no logramos hacer nosotros en nuestra época”.

¿Habrá que sentir zozobra ante el cambio político que viene en el 2012, un mundo en crisis económica y programas todavía muy ligados a la personalidad del presidente, como es ProÁrbol?

Lamentablemente ningún programa de gobierno en México está blindado para la continuidad, pero en la medida que estos son programas que van permeando en la sociedad y que van beneficiando a muchos miles de mexicanos, son garantía de la continuidad. Ojalá que el nuevo gobierno sea suficientemente sensible, no puede dar marcha atrás a todos los avances en materia forestal, de cambio climático, de protección a la biodiversidad, y que por el contrario, empuje con mucha más fuerza a los que se nos quedan rezagados, como es quizás el tema del agua.

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