jueves, 8 de diciembre de 2011

Electores “castigan” a gobiernos del PAN


Tres politólogos reflexionan sobre los resultados de la encuesta de GCE para MILENIO JALISCO. El PRI genera escepticismo como partido apto para la democracia, según el analista Jaime Preciado; Javier Hurtado y Mario Ramos aseguran que los contrapesos sociales neutralizan su peor cara


Guadalajara. Agustín del Castillo. MILENIO-JALISCO, edición del 23 de noviembre de 2011

El regreso del PRI es una tendencia clara que se refleja en las encuestas que se han levantado en los últimos meses en Jalisco y en el resto del país, lo cual deriva del desgaste de los gobiernos de alternancia, panistas y perredistas, de su escasa eficacia política y de un desencanto creciente en el modelo democrático como forma de resolver los grandes rezagos de la sociedad mexicana.

En estos aspectos coinciden, con diversos matices, tres analistas políticos jaliscienses: Jaime Preciado Coronado, Mario Ramos González y Javier Hurtado González, que reflexionaron sobre los resultados de la encuesta que Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) realizó para MILENIO JALISCO —en la que 52 por ciento de los entrevistados manifestó que debe gobernar en la entidad un partido diferente al PAN y 70.9 por ciento se manifestó a favor de que sea el PRI—.

Pero, mientras Preciado Coronado ve altos riesgos para la democracia mexicana en la restauración tricolor, con su cultura del corporativismo, la componenda, la corrupción y las laxas relaciones con los poderes fácticos, los otros politólogos consideran que el retorno al autoritarismo es casi imposible.

“Por un lado se confirman tendencias nacionales, del hartazgo frente al PAN y la existencia del PRI como un partido que aparentemente regresa al poder en distintas dimensiones, lo que sucede también en estados que gobernaba el PRD [...] este cambio se apega a una figura de mercadotecnia y de cultura política que, alrededor del joven, del inteligente, que tiene capacidad de imprimir nuevo dinamismo, buenas relaciones con los poderes fácticos, con las clases medias y con grupos organizados [...], forma un continuo con el precandidato Enrique Peña Nieto a la cabeza y Aristóteles Sandoval aquí”, expuso Preciado Coronado.

La promesa priista se funda “en la capacidad, experiencia, como los portadores capaces de sacar al país de la crisis y brindarle una nueva oportunidad”, lo que subraya el fracaso de alternancia y pone en riesgo la legitimidad, la eficacia y la legalidad.

El catedrático de la UdeG señala su preocupación por esa “vieja cara” del tricolor que exhibe, por ejemplo, su convocatoria de designación de candidatos: “Demuestra que los viejos estilos de componendas entre fracciones del partido van a privar en un mensaje de impunidad, arbitrariedad y autoritarismo”, lo que además, se refleja en el gobierno de los Moreira en Coahuila y en el control de la institución electoral por Peña Nieto, que ha evitado sanciones con “influencias sobre los magistrados, control corporativo y poderes sobre organismos constitucionales”, pero que tiene otro rostro más preocupante: el factor narco, que se asomó en la elección de Michoacán.

Es que el PRI es un partido viciado de origen, “está capitalizando el voto de castigo, pero dependerá de la habilidad de construir campaña nacional por el PAN y el PRD para contrapesarlo [...]”.

A Javier Hurtado González le queda claro que la posible victoria tricolor no es un hecho, pero podría lograrse por el mismo efecto político que trajo al PAN al poder en Jalisco en 1995: los agravios, la prepotencia de la clase política, el desdén por la suerte de los más desprotegidos de la sociedad: “Han ocurrido incluso ofensas de parte de los gobernantes a los ciudadanos y como dice el dicho, todo por servir se acaba [...] Yo creo que hoy las cosas se presentan de manera similar que en 1995. Evidentemente los ciudadanos le pasaron la factura al PRI por la devaluación que acababa de ocurrir y también de años de abusos, de prepotencia de los gobiernos priistas. Y creo que hoy va a ocurrir lo mismo, pero al partido que le van a pasar la factura es otro y por supuesto que los actores serán diferentes”.

Hurtado González dijo que insinuar que sería regresivo el triunfo del PRI en Jalisco y México es en realidad un discurso altamente antidemocrático, pues la democracia establece el acceso al poder por medio de los votos. “De ningún modo es aceptable esa propaganda; equivale a usar el mismo argumento que aplicó el gobierno de Miguel de la Madrid contra el PAN, en 1985, de que su victoria en el estado de Chihuahua era inaceptable porque no se le podía dar el poder a la reacción en un estado fronterizo; allí se acuñó el famoso fraude patriótico, de acuerdo a la frase del secretario de Gobernación [Manuel Bartlett]; ahora parece que se quiere hacer el fraude democrático, porque supuestamente, el regreso del PRI es una regresión autoritaria”.

Mario Ramos opina que hay en ciernes un “rotundo voto de castigo que empiezan a reflejar las encuestas ante ineficacia, ineficiencia, corrupción, falta de transparencia, falta de rendición de cuentas, incluso los negocios al amparo del poder del PAN. Por eso hay que decir que no necesariamente el PRI representará el cambio que los ciudadanos esperan, más que nada, es un voto de castigo al partido que no ha gobernado como esperarían”.

Pero este analista no cree en la tentación autoritaria: “Creo que los ciudadanos ahora tienen más conciencia del valor de su voto [...] Durante la hegemonía priista no había instituciones fuertes, no había órganos electorales o de transparencia, no había una sociedad civil tan organizada y participativa [...] Aunque gane el PRI y tenga la tentación de incurrir en el autoritarismo, no le será posible gobernar como lo hizo antes, este es un país muy distinto, con contrapesos sociales, políticos; el poder está más disperso...”.

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A viva voz

Jaime Preciado Coronado
“El PRI se proclama portador de una ideología probada en varias décadas; en el tema de la eficacia, reconoce que hubo errores pero asegura que lo pueden hacer mejor [...] en el sentido de la legalidad, [...] limita procesos de reforma”.

Mario Ramos González
“Es real el descontento de las personas sobre la democracia, prefieren tranquilidad económica más que libertades democráticas [...] creo que es un claro mensaje y es el riesgo de que surjan líderes mesiánicos”.

Javier Hurtado González
“De acuerdo a los resultados de la última encuesta barómetro en países de América Latina, los ciudadanos están menos satisfechos por la democracia [...], esa insatisfacción [...] lo que está haciendo es este voto de castigo...”.

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