jueves, 10 de septiembre de 2015
Infraestructura y medio ambiente, lo más rezagado
El área metropolitana de Guadalajara está lejos de ser una ciudad próspera, pero tiene fortalezas.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
El informe de Guadalajara Metrópolis Próspera pone números y concentra información que revela, en esencia, una verdad sabida por todos: que este conglomerado urbano no es próspero. Sin embargo, sus autores, el capítulo México de ONU Hábitat, bajo el patrocinio del gobierno del estado, señalan que no se trata de dar simples indicadores, sino de plantear los caminos para reducir la brecha.
El documento, así, no sólo ofrece un análisis a detalle de seis grandes ejes considerados por los consultores como determinantes para calificar al área metropolitana de Guadalajara (AMG), sino que de allí se derivan seis programas de acción. La ventaja es que, sea cual sea el que decidan priorizar las autoridades locales, se trata de seis ejes interdependientes y ligados, lo que permite que haya una influencia positiva entre los mismos y permitan construir un mejor índice de prosperidad global, destacó el representante de ONU Hábitat en México, Érik Vittrup Christensen.
"El gran reto para el AMG es ser más productiva, y con esto generar ingresos adicionales a nivel municipal que permitan proporcionar más y mejores servicios para sus habitantes. La productividad urbana se refiere a la eficiencia con la que una ciudad transforma entradas en salidas, sin embargo, elevar la productividad urbana no debe ser el objetivo en sí mismo, sino el punto de partida crítico de un proceso multidimensional que proporcione a los residentes un ingreso decente para sus necesidades básicas y estándares de vida adecuados", señala el documento.
Es fundamental, añade, "implementar medidas de ordenamiento territorial y urbano que permitan hacer de la ciudad una plataforma de desarrollo económico y de actividad empresarial de vanguardia. Guadalajara, como la mayoría de las ciudades mexicanas, ha estabilizado su tasa de crecimiento poblacional, tras un periodo de varias décadas de incremento exponencial. Una mayor población trajo gradualmente mayor riqueza, sin embargo, la distribución de ésta dista de ser justa y equitativa: las zonas de mayor producción económica tendieron a distribuirse por sobre el tejido urbano sin ningún tipo de planeación que permitiera balancear la concentración territorial del bienestar. ONU-Habitat señala que sin mecanismos justos de redistribución que favorezcan la equidad, el aumento de productividad económica está limitado".
Son el medio ambiente y la infraestructura los ejes más castigados con esa expansión desordenada (ver gráfico anexo). Según Luis Herrera, presentador del informe, la clave es fortalecer los bienes públicos de la ciudad, mal repartidos también e insuficientes, como una base para establecer la nueva prosperidad.
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