viernes, 14 de mayo de 2010

Sindicatos, la huella blanquiazul







De cómo Acción Nacional trocó sus ideales de libertad sindical. Quince años de una relación que nació con dificultades, pero ahora muestra una intimidad casi priista, mientras se ignora a los disidentes

Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO. Edición del 1 de mayo de 2010


"El sindicato no nos va a imponer el manejo del rastro”, profirió irritado el espigado presidente municipal panista de Zapotlán el Grande. El líder croquista, de breve estatura, le reviró con sorna: “Mira cómo tiemblo… un alcalde de pueblo no me da miedo”.

La reunión se tornó tensa: surgieron los gritos, los amagues y las palabrotas. El secretario general de Gobierno, José Luis Leal Sanabria, llamó a la paz y contuvo los ánimos. Corría el primer semestre de 1994.

Semanas después, el problema de despidos de los croquistas, que controlaban la economía en la instalación de matanza, se resolvió sin plena felicidad para las partes. Pero la historia de los actores de la anécdota, y con ellos la de Jalisco, daría un giro insospechado en pocos meses.

El alcalde zapotlense, Alberto Cárdenas Jiménez, fue en septiembre investido como candidato blanquiazul al gobierno de Jalisco y, después, elegido gobernador, lo que rompió con el largo dominio priista de casi siete décadas. Asumió el 1 de marzo de 1995. Antonio Álvarez Esparza, líder desde entonces de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), comprendió que el episodio de Palacio no iba a ser un hecho aislado y que la relación de fuerzas, ya sin mandamás tricolor, iba a cambiar.

La guerra a las corporaciones comenzó de inmediato. La Administración cardenista puso como prioridad en su programa de gobierno aspectos básicos de la doctrina panista, como la libertad de asociación, el quebrantamiento de los sindicatos políticos y un énfasis en el derecho de las personas por encima de las organizaciones. No es casualidad el alud de marchas y manifestaciones con que fue recibido el nuevo gobierno: “Nos tocó enfrentar los intereses de todas las fuerzas vivas”, señala irónico un ahora experimentado Cárdenas Jiménez, senador de la república tras una carrera política meteórica, como miembro de la nueva clase dirigente que gobierna el país desde 2000.

Álvarez Esparza, quien sigue al frente del organismo sindical, aunque debilitado por su enfrentamiento con el sempiterno Alfredo el Güero Barba, dice que 1995 fue la peor prueba que hubo de superar. “En el plan estatal de desarrollo tenían, en el tercer orden de prioridades, acabar con el corporativismo, y hubo una hostilidad total a la CROC, de la que pudimos sobrevivir esos seis años”.

Fue el sexenio que sirvió de laboratorio de una doctrina que creció lejos del poder. La llegada de Francisco Ramírez Acuña, en 2001, regresó, al menos en parte, al viejo orden. Hoy, aniversario de los mártires de Chicago, Día del Trabajo en todo el orbe, el secretario de Gobierno en funciones, Fernando Guzmán Pérez Peláez —irónicamente, miembro de esa generación del cambio—, hará milagros para hacerse presente en las conmemoraciones de las dos CROC —la del Güero y la de Toño— y luego salir a Puerto Vallarta a visitar a las huestes cetemistas de Rafael Yerena.

“Yo estuve alguna vez con el secretario general de Gobierno anterior, Héctor Pérez Plazola, y él me decía: ‘Si los priistas lo hacían, ¿por qué nosotros no? Vamos a utilizar los mismos mecanismos de control’. [...] Eso me parece es grave; yo creo que faltaron a su palabra, faltaron a esta expectativa de que tendríamos libertad sindical, porque no la hay”, señala Cuauhtémoc Peña Cortés, secretario de la Federación General de Trabajadores del Estado y Municipios, disidente frente al sindicato oficial, al que acusa de estar al servicio de los panistas en el poder. Cosas veredes, mío Cid.

El abogado y el lechero
Francisco Ramírez Acuña, diputado panista que accedió al Congreso en los años setenta, de carros completos priistas, se curtió en esa cultura corporativa. Para Álvarez Esparza, es una virtud.

“Con él crecimos la relación porque es un abogado, un conocedor del derecho, y tuvimos una relación respetuosa y productiva, con acciones conjuntas contra el desempleo y un respeto pleno a los espacios de mediación social que somos los sindicatos”.

El investigador Ignacio Medina Núñez, del ITESO, confirma el dato: “La relación del gobierno con la Federación de Trabajadores de Jalisco [filial de la CTM] y la CROC no ha sufrido mutaciones; uno pensaría que cuando murieron, a comienzos de los noventa, sus líderes históricos, sobrevendrían los cambios, pero el PAN sostuvo la estructura corporativa y sigue el sistema clientelar estado-sindicatos […] Ésa ha sido la sabiduría de la burocracia sindical tradicional: saber permanecer bajo la premisa de que eso da estabilidad para mantener el poder”.

Alfredo el Güero Barba, priista de toda la vida, líder de los lecheros croquistas y de los servidores públicos de Tlaquepaque, es el mejor ejemplo del corporativismo reloaded. Se ufana de haber tenido escasa instrucción, con mucho trabajo, lo que lo hizo triunfar en la política y acumular un patrimonio considerable, con decenas de fincas y autos de lujo, además de tener a su nombre buena parte de los edificios croquistas de la zona de Analco.

Se pensaría que la disputa interna con Álvarez Esparza tenía que debilitarlos a ambos, pero salió fortalecido. Hizo sentir su fuerza en Tlaquepaque al imponer al PRI su candidato en 2003, Miguel Castro Reynoso, y sacar adelante la elección. Seis años después, estaba más vivo que nunca: volvió a sacar adelante a Castro Reynoso para un segundo periodo en la Villa Alfarera, incidió en las listas de diputados y fue de los actores que ocasionaron la estrepitosa caída de Javier Guízar Macías de la presidencia del PRI. “Ni en los tiempos de Cosío Vidaurri, que lo hizo alcalde, tuvo tanto poder; es increíble lo que sigue haciendo”, señala un conocido priista. Por eso, sus fotos al lado de los gobernadores blanquiazules son comunes, y sus antaño enemigos se exhiben hoy a su lado sin indicios de pudor. Cosas veredes

El neocroquista
“Para permanecer en el poder se paga cualquier precio; es por eso que el PAN renuncia a sus ideales de libertad sindical y se va por el pragmatismo”, agrega Ignacio Medina Núñez. Lo que explica que el actual gobernador, Emilio González Márquez, asumiera con orgullo la estafeta de “croquista” cuando recibió un reconocimiento de Álvarez Esparza en la misma Casa Jalisco, el pasado 12 de enero. “Qué bueno saber que hay croquistas no priistas…”.

Para Javier Hurtado, politólogo de la UdeG que ha dedicado estos años a analizar la transición, hay “más imbricación de los panistas con los líderes obreros que en época priista; y debe llamarnos la atención, Jalisco es el estado con más emplazamientos a huelga del país: en tiempos del PRI eran ocho mil por año, ahora anda en 20 mil. Yo he recogido testimonios directos: hay inversiones extranjeras que no llegan porque antes de que se instalen las empresas ya los atosigan los sindicatos; debemos ser uno de los estados con más atraso”.

Este abierto amor por el sindicalismo oficial contrasta con los problemas que arrastran los gremios independientes, que, desde que la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió su jurisprudencia 43/1999, han surgido para disputar los controles corporativos, tema que es de poco interés en el gobierno de Acción Nacional.

“Algunos funcionarios me lo comentaron: ‘Ah, sí, Cuauhtémoc, tienes la razón, pero van a venir a pedir derechos y eso nos va a costar dinero, y al otro sindicalismo nomás le damos un pequeño incentivo y se olvida de todo, no tenemos problemas’. Ellos creen que sale más barato comprar al dirigente que reconocer los derechos”, subraya el disidente Peña Cortés.

Parece que los líderes sindicales le tomaron la medida a los gobernantes panistas, sigue Javier Hurtado: “Yo quisiera saber quién de los blanquiazules tuvo los pantalones de Flavio Romero de Velasco [gobernador priista 1977-1983]; se atrevió a decirle a Heliodoro Hernández Loza en su cara: cacique y hombre sempiterno… pero no, ahora está en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres”.

Y fue por acuerdo del PAN, con participación en la ceremonia solemne, el 28 de febrero de 2009, de políticos como Emilio González y Alfonso Petersen, descendientes de los blanquiazules a los que perseguían los inquietos muchachos de don Helio, el gran cacique que permitió “la paz social”, los negocios y el desarrollo de Guadalajara. Cosas veredes

-----------------------------------------

CLAVES


El sindicalismo oficial en la transición, Jalisco y México

1988
El PAN arrasa en las elecciones federales en la mayoría de los distritos de Guadalajara, mientras que, en el país, el Frente Cardenista se ostenta como segunda fuerza política, pese a las furias de Fidel Velázquez Sánchez, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) desde los años cuarenta, quien asegura que, habiendo llegado a balazos, “no nos sacarán por votos…”.

1989
Quinazo. El gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari apresa a Joaquín Hernández Galicia, la Quina, por malos manejos, y cambia la dirigencia del sindicato petrolero, que había ostentado simpatías con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Poco después golpeará al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), de Carlos Jongitud, para instalar a la chiapaneca Elba Esther Gordillo, quien no se ha ido del cargo en el sindicato con más agremiados del continente.

1991
Controversias al interior del PRI Jalisco por reducción de candidatos campesinos y obreros. El PAN obtiene quince ayuntamientos. El gobierno de Guillermo Cosío cae al año siguiente, tras los estallidos del drenaje del sector Reforma.

1995
Gana la elección en Jalisco Alberto Cárdenas, primer gobernador panista. Empieza un largo desgaste con las organizaciones gremiales.

1999
La Suprema Corte de Justicia de la Nación emite su jurisprudencia 43/1999, que quita el monopolio sindical a las organizaciones tradicionales y garantiza la libertad de asociación.

2000
Escándalo del Pemexgate: el sindicato petrolero entrega dinero de los trabajadores a las campañas priistas. Vicente Fox y el PAN ganan la Presidencia de la República.

2001
El panista Francisco Ramírez Acuña en el poder en Jalisco. Pacta con los organismos sindicales oficiales e inicia una política de distensión que permanece.

2009
Con el aval panista, los históricos caciques sindicales Heliodoro Hernández Loza y Francisco Silva Romero llegan a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, al lado de Agustín Yáñez, Severo Díaz Galindo y Clemente Orozco.

------------------------------------------------------------

El tema laboral, uno de los grandes pendientes

En 1999, una determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación abrió la posibilidad para la libertad de asociación entre trabajadores, o sencillamente para que no se afiliaran a ningún gremio, y no por eso perdieran su trabajo. Pero, en los hechos, la “toma de nota” ahora da la sartén por el mango al gobierno para reprimir disidencias e incluso para perjudicar empresas. Finalmente, un tercer concepto relevante es la transparencia: saber qué se hace con las cuotas de los sindicalizados.

Estos tres aspectos ofrecen lecturas diversas, según se observe.

Para Antonio Álvarez Esparza, líder estatal croquista, la medida de la libertad sindical que otorgó la jurisprudencia 43/1999 de la SCJN disfrazó una embestida oficial en contra del sindicalismo que él llama “histórico”, el cual, a su juicio, está reestructurándose y depurando los malos elementos que lo han desprestigiado.

“A los sindicatos independientes se les dio posibilidad para debilitarnos, y ocurrió en muchos lugares, como ayuntamientos o el SIAPA; en el saldo, perdimos: hay menos fuerza para encabezar negociaciones […] Es falso que éramos hijos del PRI, porque en 1995, con la orfandad, nos habríamos muerto; sin duda ha habido una alianza histórica, pero, en la medida en que el PRI perdió, se permitió integrar sindicatos más depurados y eso purifica las reglas, las técnicas y los métodos de trabajo”, pone en relieve.

El investigador José Rojas, de la UdeG, dice que el antiguo “sindicalismo charro”, en el que se ubica a los corporativos ligados al viejo PRI, ha sabido transformarse y permanecer en los gobiernos blanquiazules, pero estará condenado a desaparecer en cuanto los gobiernos consideren que no son útiles. A su juicio, los diez años que comenzaron en la Administración de Fox son oscuros en el tema de derechos laborales y de libertad sindical, con gobiernos que hacen esfuerzos a su juicio deliberados por borrar el sindicalismo independiente.

Javier Hurtado, de la misma casa de estudios, ve claroscuros: “El tema laboral es constitucional, de la esfera federal, y poco se puede hacer desde los estados”. Considera uno de los errores de Fox pasar del modelo de Morones (quien fue secretario del Trabajo y líder de la CROM) al de Abascal (quien de líder patronal se hizo secretario del Trabajo). “No va por allí, no se trata de mantener relaciones corporativas; debe haber libertad, multiplicidad, pluralidad, libre asociación, y no ir de un monopolio a otro”.

Opina favorablemente de la iniciativa panista de “transparentar el ejercicio de las cuotas sindicales”, porque es indispensable “saber en qué se gastan mis cuotas, y ahora no se sabe… es el eslabón perdido del proceso de modernización política del país”.

También piensa que la “toma de nota” es el instrumento de los gobiernos panistas para coartar la libertad sindical, y es otro tema que exige atención de la SCJN, que tendría que generar lo que el Congreso, dividido, no puede: cancelar ese instrumento burocrático y exigir la plena transparencia que hasta ahora se ha escudado en la “autonomía” sindical.

Por su parte, Cuauhtémoc Peña, líder disidente de los trabajadores del estado, ve falta de compromiso para llegar a reformas de fondo. “Desafortunadamente, percibimos que el PRI y el PAN se parecen mucho en sus actuaciones […] Yo espero que con esta sacudida que se está dando a la Ley Federal del Trabajo logremos la unidad suficiente para lograr echar abajo el control que tienen la junta local y los tribunales de conciliación y arbitraje, con la toma de nota; ahí es donde se atora el sindicalismo, porque lo condicionan, lo niegan, y van reventando a todos los grupos: ‘No te doy la toma de nota y ampárate’, y finalmente te llevan a un peregrinaje que no termina. Mientras no logremos que se respeten los mínimos que la ley establece, no vamos a avanzar”.
------------------------

CLAVES
El sindicalismo oficial, hoy

Rafael Yerena Zambrano
Mascota, 1950. Líder de la Federación de Trabajadores de Jalisco de la CTM (671 sindicatos, 600 mil afiliados). Ha controlado durante más de 30 años a los empleados de la industria turística, como secretario general de la Sección 92 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Hotelera y Gastronómica, con sede en Vallarta. Fue edil y alcalde interino. Frase: “Yo soy hechura de Fidel Velázquez y de Heliodoro Hernández Loza, nada más que moderno”.

Fleury Carrasquedo
Tuxpan, Nayarit. Secretario general de la Sección 16 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, desde el año 2008, que aglutina a 40 mil maestros. Ha sido cuestionado por los disidentes del SNTE por su presunta escasa preparación y su falta de experiencia, pues habiendo sido asignado a Huejuquilla el Alto, poco ejerció de maestro en esa zona rural, dicen en el Movimiento de Bases Magisteriales, disidentes.

Antonio Álvarez Esparza
Guadalajara, 1943. Secretario de la CROC desde 1990 y adversario de Alfredo Barba Hernández. Es considerado el dirigente tradicional con mejor preparación y discurso más articulado, en contraste con Barba Hernández. Tampoco ha estado involucrado en escándalos y hasta donde se sabe, no tiene un tren de vida despilfarrador. Es el dirigente que tiene mejores relaciones en el ámbito panista, pese a sus desencuentros con Alberto Cárdenas Jiménez.

Raúl Jiménez Pulido
Líder desde 1996, durante cinco periodos, del Sindicato Único de Trabajadores Automovilistas de Jalisco (SUTAJ), que agrupa a más de 2,300 conductores del transporte público, y que usualmente ha tenido un papel político de presión por las controversias en torno a las reformas del transporte público y las polémicas con las alzas en la tarifa que nunca se justifican, pues la calidad del servicio sigue siendo baja.

Clara Gómez Caro
Diputada federal priista y líder en Jalisco desde 2008 del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social. De extracción enfermera, ha participado en la vida interna de su gremio por muchos años. La delegación Jalisco es la más grande del país, con aproximadamente 30 mil trabajadores agremiados, y mensualmente se mueve un flujo de al menos 2.6 millones de pesos por concepto de cuotas sindicales.

José García Ortiz
Guadalajara. Líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana, agrupa 48 sindicatos con más de 25 mil trabajadores y tiene 22 años como secretario general. Ha sido diputado y regidor por el PRI, y despacha siempre en sus oficinas del barrio de Analco. Su papel político es considerado de bajo perfil, y como regidor reciente en Guadalajara hizo escasas aportaciones al trabajo de su bancada. Es amigo del gobernador Emilio González.

Guadalupe Madera Godoy
El Grullo. Desde 2008 asumió la secretaría general de la Sección 47 del SNTE, con 27 mil agremiados, pero tiene además una carrera política en el PRD, del que fue diputado, y en el Panal, donde hizo migas políticas con Elba Esther Gordillo, lo que le valió ser legislador jalisciense nuevamente en la pasada Legislatura. Su elección, a diferencia de la Sección 16, fue por abrumadora mayoría.

Juan Pelayo Ruelas
Secretario de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio de Jalisco, acusada por los disidentes que lidera Cuauhtémoc Peña de recibir prebendas del Ejecutivo para aceptar toda medida, como en el caso de la reforma a la Ley de Pensiones, que permitió inversiones de riesgo con fondos de los trabajadores. Líder sindical en el ayuntamiento tapatío cuando era alcalde el primer panista, César Coll.

Alfredo EL Güero Barba
Tepatitlán, 1944. Líder de una de las dos vertientes en que se escindió la CROC en Jalisco (se disputa 412 sindicatos), con larga carrera como legislador federal y local, y como regidor y alcalde de Tlaquepaque. Según el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, atesora una fortuna superior a 40 mdp, entre ellos autos e inmuebles de lujo. Es el líder sindical más influyente en el PRI y ante los gobiernos panistas.

No hay comentarios: