martes, 11 de abril de 2017

Cancelar el trasvase “no es negociable”



Márquez Gutiérrez mantiene su escepticismo sobre la información de la Unops e insiste que la decisión es política, porque la evidencia técnica ya existe.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El trasvase del río Verde a León no es negociable, advierte el presidente del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua en Jalisco, Juan Guillermo Márquez Gutiérrez, quien mantiene su crítica a la contratación de la "tercería" de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos por parte del gobierno de Jalisco, porque ésta ha intentado "suplantar" las atribuciones del propio observatorio, y a su juicio, buscará legitimar "salomónicamente" la exportación de aguas.

Las evidencias de que prácticamente no hay agua disponible en la cuenca del río Verde, ante la existencia de demandas superiores a lo que las concesiones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) amparan, que da a conocer la Unops en su reporte parcial publicado el pasado 31 de marzo en la página oficial del organismo de Naciones Unidas, refuerzan el discurso del observatorio, que pide se revise la evolución de las disponibilidades que publica la Comisión Nacional del Agua (Conagua) entre 2006 y 2015: el agua disponible contabilizada es mínima. Es decir, los datos son claros, y lo que ha faltado es una decisión política.

"La cuenca del Río Verde es deficitaria; existe gran cantidad de acuíferos sobreexplotados y se tiene desconocimiento hidrogeológico total de los mismos. Simultáneamente se tienen vedas vigentes y un Decreto de Reserva de 'agua que sobra' que en realidad no sobra, porque el campo de Los Altos quedaría sin acceso a mayores volúmenes agua (afectando sus derechos humanos) para producir alimentos, a diferencia las industrias asentadas en el área conurbada de León, Guanajuato", dijo Márquez Gutiérrez ayer, ante un auditorio conformado por ganaderos, en San Juan de los Lagos, el corazón de la meseta.

"Como muestra de la sobrevaloración de la disponibilidad de agua superficial en la cuenca: existen, por lo menos tres presas ubicadas aguas arriba del sitio de la construcción de la presa El Zapotillo –Plutarco Elías Calles, El Cuarenta y Elías González Chávez- las cuales operan muy por debajo de su capacidad de diseño por falta de caudal", explicó.

Los costos a pagar por la meseta de Jalisco: "desplazamiento forzado de personas por inundación de tres poblaciones; Jalisco pierde soberanía hídrica con el trasvase; bajo escenario de sequía, Jalisco se encontraría con una alta vulnerabilidad hídrica y Guanajuato tendría asegurada el agua a través de dos cuencas; en el proyecto de trasvase Zapotillo-Los Altos-León no está considerado un escenario de calentamiento global".

¿Por qué no son convenientes los trasvases?
"El hecho de trasvasar agua es mucho más trascendental que el mero traslado de metros cúbicos de agua de una a otra cuenca. Es la perjudicial e inadmisible ruptura del equilibrio social, económico, medioambiental y ecológico. Los trasvases suelen ser iniciativas costosas, complejas y no sostenibles, que complican y no resuelven los problemas relacionados con el agua.

Esto produce "daños no reparables en la cuenca donante y en sus zonas de influencia", como se ha documentado de forma contundente en muchos casos mundiales, como el trasvase de El Tajo, en España.

La propuesta: "Cancelar el trasvase. Dejar la presa como reserva de agua para el Área Metropolitana de Guadalajara y Los Altos, a una altura que no inunde al poblado de Temacapulín. León y Guanajuato pueden eficientar el riego de sus agricultores y disponer de su agua superficial y subterránea, entre otras. Lo más importante, es que en Jalisco nos convenzamos de tomar una gestión integral del agua", puntualiza.

SRN

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