sábado, 1 de abril de 2017

Mares, suelo, bosque, cuantiosas pérdidas que afectan a Jalisco



Terminó ayer la reunión del IPCC en esta ciudad; los informes de tierras y mares estarán listos en 2019, pero los datos de Jalisco ya apuntan a urgentes intervenciones, por hoy incipientes.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

Jalisco tiene casi un tercio de sus tierras emergidas sometidas a procesos de desertificación; ha perdido más de la mitad de sus bosques y selvas y esos ecosistemas retrocedían a tasas de alrededor de 32 mil hectáreas por año en los registros de la década pasada; también colapsó su litoral y sus principales pesquerías están en crisis por sobreexplotación. Pero deberá esperar al año 2019 a que los informes correspondientes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que fueron trabajados esta semana en Guadalajara, sean publicados.

El grupo señaló ayer en esta ciudad que "ha acordado los esquemas de dos nuevos informes que ayudarán a los gobiernos a comprender el impacto que el cambio climático está teniendo sobre las actividades humanas y la naturaleza en la tierra y el mar, y el modo en que la actividad humana en esas zonas está afectando al cambio climático".

En Jalisco ya se tienen datos relativamente precisos. El Instituto de Información Geográfica y Estadística señaló en un documento de 2016 ("Cambio de Uso del Suelo y Deforestación en el Estado de Jalisco", de Maximiano Bautista Andalón y Gustavo Alcaraz Rodríguez): "para los años de 1982 a 2007 los cambios de uso del suelo y deforestación en el Estado de Jalisco. Se observó que las selvas y bosques a principios de los años 80 eran aproximadamente 4.7 millones de hectáreas y para el año 2007 son poco más de 4.5 millones, esto significa que en 25 años se ha perdido alrededor del 4 por ciento de la cubierta de bosques y selvas". La degradación, es decir, bosques enfermos y de baja calidad genética, tiene tasas superiores en cuatro tantos, estiman los estudios más conservadores del tema.

En desertificación, el estudio "Línea base nacional de degradación de tierras y desertificación", publicado por la Comisión Nacional Forestal a través de su gerencia de suelos y la Universidad Autónoma de Chapingo, a través de su Departamento de Suelos, revela que en Jalisco, 61,680 personas, viven en zonas con desertificación extrema; un millón 136,829 personas, 15.47 por ciento, viven en zonas con desertificación severa; 773,958 personas, 10.53 por ciento, en zonas con desertificación moderada, y 486,213 en áreas de desertificación ligera.

Así, en Jalisco, "cerca de 33.5 por ciento de su población habita zonas con algún grado de desertificación. Datos del INEGI publicados señalan que Jalisco cuenta con 42 municipios en zonas áridas o semiáridas, es decir, uno de cada tres", agrega un informe del Fideicomiso del Programa de Desarrollo Forestal del Estado.

Respecto al mar, se han abatido en 80 por ciento las existencias de las principales pesquerías comerciales de la costa de Jalisco, debido a la sobreexplotación, el cambio climático y el pésimo manejo de las cuencas marina y terrestres, según cifras de las principales cooperativas: Barra de Navidad y La Manzanilla. Las especies fundamentales en esta crisis son los pargos, en especial, el huachinango, con 70 por ciento del valor comercial de las pesquerías (ver MILENIO JALISCO, 6 de agosto de 2013).

El mar padece el efecto de los malos manejos terrestres. 38 por ciento es el tamaño de la deforestación de las cuencas alimentadoras de siete cuerpos de agua estuarinos que sirven de refugio a la mayor cantidad de especies comerciales, como el camarón, el ostión, el langostino, según un estudio de los sitios Ramsar de la región, que hizo el investigador Francisco de Asís Silva Bátiz. Esta deforestación provoca que toneladas de azolve bajen de las montañas y rellenen los cuerpos de agua.

15 años de fenómenos extremos de temperatura se han percibido en el mar costero de Jalisco, como posible consecuencia de cambio climático. La temperatura es un factor crítico porque provoca el movimiento de los bancos de peces, lo cual da al traste con la experiencia de los pescadores del modo de pescar en las aguas marinas.

Los científicos de las Naciones Unidas cerraron la jornada ayer en una ciudad afectada por humo de incendios de zona agrícola, por la elevada contaminación de casi dos millones de automotores a velocidades promedio por debajo de 25 kilómetros por hora, por cientos de frente de obra pública que arrojan partículas suspendidas y por la pérdida de árboles. De hecho, se debió declarar "emergencia atmosférica", pues un vertedero de basura al poniente, de la municipalidad de Tala, continuaba en llamas al anochecer. Fue en este laboratorio de crisis ambiental y cambio climático, que los expertos dieron fin a su trabajo, eso sí, con un agradecimiento a la, vista de ese modo, surrealista hospitalidad tapatía.

"El IPCC aprobó los esquemas del Informe especial sobre los océanos y la criosfera en un clima cambiante, y El cambio climático y la tierra, Informe especial del IPCC sobre el cambio climático, la desertificación, la degradación de las tierras, la gestión sostenible de las tierras, la seguridad alimentaria y los flujos de gases de efecto invernadero en los ecosistemas terrestres; los dos informes finalizarán en septiembre de 2019", reportaron.

"Este resultado combina los mejores conocimientos científicos disponibles con las demandas de los responsables de las políticas con el fin de contribuir a mejorar nuestros conocimientos sobre el modo en que el cambio climático afecta a los océanos y la criosfera. El IPCC espera con interés trabajar con expertos de todo el mundo sobre este importante tema que tiene un impacto en miles de millones de personas, de las altas montañas y regiones polares a las costas", declaró Ko Barrett, vicepresidente del IPCC.

El término criosfera, "proveniente del griego kryos, que significa frío o hielo, denota el conjunto de áreas de la Tierra donde el agua se encuentra en estado sólido, lo que comprende mantos de hielo, lagos y ríos helados, regiones cubiertas de nieve, glaciares y suelo congelado". Hace cientos de años que el glaciar del Nevado de Colima, al sur de Jalisco, se perdió, pero permanecen modestos mantos en el Citlaltépetl y el Iztacihuatl, en el valle de México.

"Este informe abordará algunas de las cuestiones fundamentales que afrontan los países para responder al cambio climático: cómo sostener la capacidad de los recursos de la tierra para mantener nuestras sociedades frente el cambio climático, y cómo pueden reducirse las emisiones del sector de la tierra sin comprometer otros objetivos de desarrollo" declaró Youba Sokona, también vicepresidente del IPCC; "el informe examinará en detalle la desertificación, la degradación de las tierras y la seguridad alimentaria, pero también evaluará las distintas opciones de respuestas integradas que apoyan el desarrollo sostenible y responden eficazmente al cambio climático".

En septiembre de 2018 el IPCC también finalizará el Informe especial sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 grados centígrados (ºC) con respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, en el contexto del reforzamiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, el desarrollo sostenible y los esfuerzos por erradicar la pobreza. Hay optimismo de que el esfuerzo no se pierda, pese a las amenazas del nuevo gobierno de Estados Unidos, que suscribió la tesis "negacionista".

En Jalisco es una realidad que discursivamente se reconoce, y se afronta con programas específicos e innovadores, pero presupuesto aún escaso.

Emergencia en Tala

La zona poniente del área metropolitana, ya en los espacios agrícolas e industriales de Tala y El Arenal, fue decretada en "emergencia" por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) tras la imposibilidad de frenar el proceso de carbonizaciones de cientos de toneladas de residuos sometidas al fuego desde la noche del pasado miércoles 29 de marzo. La situación generó alerta en las brigadas de combatientes de la cercana área natural protegida La Primavera, a la cual, la Dirección de Protección Civil del estado le notificó que sería hasta la tarde de hoy que se controlaría completamente.

Grave degradación de bosques y selvas

En Jalisco "se registra un incremento de 35 por ciento en la pérdida de salud y equilibrio de los bosques y selvas, al pasar de un millón 853, 971.18 hectáreas que presentaban vegetación secundaria en 1982 a dos millones 815,896 ha en el año 2007". Y si bien "es probable que no estemos avanzando con gran rapidez hacia la deforestación del estado de Jalisco, 6 por ciento acumulado en 25 años [sin considerar la alta deforestación histórica]. Lo que parece más claro es una tendencia hacia la degradación de los bosques, pues un incremento de 35 por ciento de ellos con vegetación secundaria es un claro indicador de esta tendencia".

Ecosistemas "muy relevantes para la biodiversidad como el mezquital, el manglar, la vegetación de dunas costeras, el tular, entre otros, se han visto transformados a otros tipos de vegetación forestal como bosques y selvas en poco más de 40 por ciento. Esta transformación es tan significativa que se debe estudiar con más detalle para medir sus efectos en la pérdida de la biodiversidad", advierten Maximiano Bautista Andalón y Gustavo Alcaraz Rodríguez en su análisis Cambio de uso del suelo y deforestación en el Estado de Jalisco (en http://iieg.gob.mx/contenido/GeografiaMedioAmbiente/Cambiodeusodelsueloparaestudiodebiodiversidad.pdf).

Sus conclusiones: el análisis "muestra una tendencia más clara en la deforestación de las selvas, mientras que los bosques enfrentan un proceso de degradación. La superficie de bosques degradados aumentó de 433,043 ha en 1982 a poco más de un millón de ha en 2007, identificado por la presencia de vegetación secundaria".

Uno de los principales efectos de degradación de los ecosistemas forestales "es la fragmentación de los hábitats naturales es un proceso casi universal e irreversible, y la comprensión de sus efectos ecológicos y genéticos nos permitirá, en un futuro no tan lejano, diseñar estrategias de conservación de la biodiversidad". De este modo, 77 por ciento del territorio de Jalisco con vegetación natural con algún proceso de degradación, indica una tendencia no muy alentadora en el uso y conservación del patrimonio natural de Jalisco, especialmente en el tema de bosques y selvas".

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Claves

Más datos

La pérdida de selvas y otros tipos de vegetaciones como perder una superficie similar a "municipios del tamaño de El Limón, Tizapán el Alto o Ixtlahuacán de los Membrillos. Es también significativa la pérdida de 878,406.89 ha de pastizales, significa una reducción de 36.5%"

Otro cambio importante fue la disminución de 29,684.58 hectáreas de otros tipos de vegetación como mezquital, manglar, matorral xerófilo, vegetación de dunas costeras, tular. Este dato es relevante porque indica que casi se perdió la mitad (42%)"

"El mezquital alberga una de las fuentes de leña más importantes para las comunidades rurales del país, el manglar es uno de los ecosistemas más ricos, frágiles y amenazados de las costas de Jalisco. La vegetación de dunas costeras es una de las principales barreras naturales contra las inundaciones provocadas por huracanes y ciclones. Los tulares son zonas de protección para las aves que habitan en los cuerpos de agua"

Los investigadores se preguntan si esto no significa que la biodiversidad también está en retroceso.

SRN

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