jueves, 20 de abril de 2017

El caos urbano en un plan que no se concretó



Los intereses locales y regionales han impedido avanzar en el control del territorio interestatal.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.

El Programa de Ordenamiento de la zona metropolitana interestatal de Puerto Vallarta-Bahía de Banderas, era de la más alta prioridad en 2009, cuando se emitió el diagnóstico. Ocho años después, no ha avanzado.

El documento destaca los problemas urbanos. Por ejemplo: “La vialidad y el transporte se han convertido en asuntos de alto impacto en el quehacer cotidiano, además del aumento de la población flotante y de la población de apoyo al turismo, así como la que desarrolla las actividades de la industria de la construcción, ha propiciado un aumento considerable de habitantes en los dos territorios municipales de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, lo que se traduce en una expansión de las áreas urbanas, crecimiento que se da en forma fragmentada, a través de procesos muchas veces irregulares y bajo condiciones que dificultan su control; la complejidad creciente de este proceso que afecta a miles de personas, define diversas implicaciones algunas de carácter socio-económico, otras de índole funcional casi siempre poco adecuadas, como asentamientos sobre zonas no aptas susceptibles de riesgo, o sobre zonas naturales importantes, vialidades poco efectivas, creciente contaminación del suelo, de ríos, lagos, y del mar o de la imagen urbana, así como la alteración de lo natural por lo urbano, como efecto del auge turístico que impacta principalmente las playas con la construcción de edificios en estos límites, entre muchos otros efectos”, señalaba el texto.

“Una de estas implicaciones se refiere al desarrollo urbano, en donde algunas de las poblaciones de municipios de Puerto Vallarta debido a la expansión urbana, estas se han extendido tendiendo a unirse físicamente, proceso que también se está definiendo en Bahía de Banderas fenómeno que a su vez ha trascendido a ambos municipios en donde el límite estatal que es el río Ameca, se está convirtiendo en el punto central del contacto u unión de la conurbación que en este caso es de carácter interestatal.

Esta situación “expone una dinámica urbana complicada, con una serie de conflictos diversos.

De acuerdo a lo anterior la conurbación Bahía de Banderas – Puerto Vallarta desempeña un rol estratégico para la Región Pacífico Medio, ya que se presenta como una de las áreas de desarrollo económico y turístico más importantes a nivel nacional, con una ciudad conurbada actualmente con más de 350 mil habitantes, y según proyecciones al 2030, sobrepasará al millón de habitantes. Es decir que para los dos estados sería la ciudad más grande después de las ciudades capitales”. Y pese a eso, Jalisco y Nayarit; Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, no se ponen de acuerdo.

GPE

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