sábado, 10 de diciembre de 2016

El Bajío, una nueva disputa en ciernes



El área de El Bajío del Arenal, protegida por suspensiones judiciales desde 2011, enfrenta un futuro incierto ante el crecimiento de las presiones inmobiliarias.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

A partir del año 2011, seis juicios ante el Tribunal Administrativo y dos amparos ante tribunales federales han impedido que el mapa de la planicie de El Bajío del Arenal se modifique: más de 90 por ciento de la superficie total permanece en breña. Pero las presiones del sector empresarial crecen, y amenazan con estallar en la vía judicial o la política.

"Hay un fuerte planteamiento de que se echen abajo los amparos y se pueda meter en vigor el plan parcial que fue detenido en la época de Héctor Vielma, porque muchos negocios que allí se tenían previstos no se han podido concretar", señala un ambientalista. Lo cierto es que el plan parcial del distrito 9, "Base Aérea-El Bajío", atiborra la zona, que es el sur de ese polígono, de usos habitacionales medios a bajos, usos industriales y de servicios turísticos, infraestructura educativa y espacios verdes, pero no se han podido emitir permisos porque en particular, los amparos 2401 y 2060 del año 2013, promovidos por ciudadanos ligados a los fraccionamientos aledaños y al Parlamento de Colonias, suspendieron la aplicación de ese instrumento, después de lo cual la lucha se ha debido dar en los tribunales. Hoy, ambas suspensiones están en procesos de revisión. Se atisban tiempos difíciles.

Los otros seis juicios ante diversas salas del Tribunal Administrativo del estado (TAE), han significado frenar en específico la obra más emblemática: la Villa Panamericana, que para sus críticos es el motor de la urbanización que podría dañar en definitiva esta cuenca que es frágil en cuanto al agua y la atmósfera porque tiene ciertas características únicas: su agua recarga casi completamente al subsuelo, y alimenta el acuífero metropolitano hacia el norte y el oriente; como se ubica en un desnivel en relación con el resto del territorio, una intensa urbanización hará complejo y costoso extraer las aguas residuales, lo que contaminaría el manto subterráneo. El otro problema con el agua es que la modificación del suelo a impermeable ocasionará inundaciones recurrentes. "Si es una parte baja y no hay agua en la superficie, la explicación es muy simple: esa agua se infiltra", señala el consultor en la materia, Arturo Gleason Espíndola.

En cuanto a la cuenca atmosférica, el problema es que si de por sí el área metropolitana tiene problema de recurrentes inversiones térmicas, por ser éste un sitio más bajo y encerrado, el problema de los contaminantes sería más severo en cuanto a su persistencia temporal, lo que entraña riesgos a la salud de los moradores de la zona, sobre todo si la cantidad de automóviles se hace mayor.

Está definida como zona de transición urbana, con protección de recarga de agua y de áreas verdes, pero también de reserva urbana, de acuerdo a la zonificación general que plantea el Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet), que básicamente se adhiere al planteamiento del plan parcial suspendido.

Lo que los amparos no han podido hacer es la consolidación de las construcciones y desarrollos vigentes. El estado de Chivas tiene uso intensivo y caótico flujo vehicular cada quince días, además de una amplia zona de pavimentos que reducen a cero la infiltración. La Villa Panamericana permanece solitaria, pero los fraccionamientos que "se colaron" antes de las suspensiones están ocupados, y además, el espacio ha detonado planteles escolares al alza, no obstante la incongruencia ética de enseñar y depredar: es el caso del Colegio Franco Mexicano, del Instituto Tecnológico Superior de Zapopan, de la Universidad Cuauhtémoc, del Colegio Pedregal o del Colegio Signos, todos los cuales prometen "educación ejemplar". En cambio, no será –pese a críticas desinformadas- el caso del Instituto de Ciencias de los jesuitas, que se quiere mudar pero a predios enclavados al norte de la carretera a Nogales, lejos de El Bajío y del bosque La Primavera.

Alejandro Cárdenas, presidente del Parlamento de Colonias, dice que se preparan para enfrentar la andanada de lo intereses, que parece inminente.

Instituto de ciencias

No ha terminado el debate sobre la pertinencia o no de mover el Instituto de Ciencias, de los jesuitas, de su actual sede, en la avenida Ávila Camacho, a la zona contigua a San Juan de Ocotán, pero la decisión está tomada: se necesita más espacio para los procesos educativos del plantel, uno de los más emblemáticos de la ciudad. Sus críticos señalan presuntas inconsistencias ambientales y urbanas, sus promotores lo niegan y abren sus informes y estudios a quienes dudan. Lo cierto es que es un problema en el cual, el impacto a la zona del bosque o El Bajío no está ni siquiera geográficamente ligado (ver debate en las páginas de www.milenio.com/jalisco).

----------------------------------------------

Números

1,300 hectáreas es la superficie de El Bajío del Arenal

100 hectáreas conforman la zona ocupada por el complejo de Chivas, diversas escuelas y fraccionamientos

3 años cumplió el amparo contra el plan parcial de la zona; cinco, el freno a la Villa Panamericana










No hay comentarios: