sábado, 5 de noviembre de 2016

POTmet tolera invasión a zonas de recarga de agua



Proponen área de protección hidrológica al poniente de la ciudad, amenazado con proyectos inmobiliarios no frenados por el ordenamiento territorial.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.

La expansión territorial del área metropolitana de Guadalajara ya empezó a “comerse” los valles del poniente, cuya capacidad de recarga para el acuífero metropolitano es la mayor. Es otro de los asuntos que el Plan de Ordenamiento Metropolitano (POTmet) no está regulando, y tendrá graves consecuencias para el futuro de la ciudad, advierte el investigador Fabián Leonardo Macías, egresado del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la UdeG.

“El bosque La Primavera, la barranca de Huentitán, las zonas inundables, las zonas con fallas geológicas, las zonas de infiltración y recarga hídrica, las zonas de alta producción agrícola, los pocos cauces y corredores biológicos que quedan [...] todo sigue en el limbo especulativo, legal”, comentó a propósito de los argumentos que presenta el Imeplan (Instituto Metropolitano de Planeación) en defensa del cuestionado POTmet, que deja en manos de los municipios la última palabra en cuanto a usos del territorio, aunque no sea apto para urbanización.

El científico presentó en el reciente IV Congreso Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas, hace apenas una semana, una propuesta de área estatal de protección hidrológica en esos espacios hoy sometidos a extrema presión de urbanización.

“El crecimiento urbano continúa hacia zonas agrícolas de alta producción, como el valle de Tesistán, zonas forestales como La Primavera y, El Bajío del Arenal. Dicha urbanización carece de lineamientos ambientales […] con ello se disminuye la oferta hídrica y la calidad ambiental”, sostiene en el artículo.

“La condición de conservación y/o degradación del territorio, se ve reflejado en la calidad y cantidad de agua infiltrada, misma que repercute en la salud de los servicios ecosistémicos. Todo lo que acontece en la parte superficial irremediablemente se verá reflejado en lo subterráneo. Por lo tanto, la protección de aguas subterráneas a través del enfoque de cuencas, dista de ser superfluo; el buen manejo y gestión incrementa la capacidad de infiltración y recarga, resguardando agua en cantidad y calidad, esta delimitación puede actuar como gestor de riesgos al regular inundaciones y mitigar el efecto de isla de calor”, añade.

“La gestión del riesgo mediante zonas estratégicas disminuye la vulnerabilidad de las zonas a intervenir y zonas próximas a la intervención. Integrando lo antrópico y lo natural, desarrollando infraestructura resiliente a variaciones climáticas. Esto se vuelve relevante ya que el AMG concentra el 60 por ciento de la población del estado y, de acuerdo a las proyecciones aumentará a 80 por ciento, que demandará mayor eficiencia en la procuración, suministro y saneamiento de agua”, pondera.

Así, “es imprescindible que la planeación y el desarrollo urbano del AMG se trace con una visión interdisciplinar, multi-escalar, holística, capaz de articular soluciones ambientales, urbanísticas, sociales, culturales y económicas, inherentes entre sí.

La relación agua subterránea, uso de suelo y desarrollo socioeconómico “es permanente, por lo tanto se visiona el sistema hídrico como unidad central de planeación urbana, productiva y ambiental. En este momento faltan instrumentos legales para identificar y proteger las zonas de recarga, así como para restringir el uso de suelo.

El Área Estatal de Protección Hidrológica responde a las necesidades de protección de las zonas de recarga hídrica; “con ello se atienden problemáticas de alto nivel de mediación, como calidad de vida, regulación de inundaciones y temperatura, además de potencializar la infiltración y posible recarga en agua de calidad y cantidad”, puntualiza la propuesta.

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