El registro de lluvias en Jalisco, una vez que ha terminado el temporal, es casi 10 por ciento inferior al promedio histórico; la red hidrométrica de la Comisión Nacional del Agua cubre deficientemente al estado.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Ha terminado el temporal en el Occidente de México, y el lago de Chapala acumula, hasta el pasado viernes, una recuperación de 1,255 millones de metros cúbicos (m3) y de 1.18 metros de altura, para pasar de la cota 94.12, registrada el 7 de junio pasado, a la 95.30. El agua recuperada equivale a más de seis años de extracción por parte del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), de acuerdo con las cifras oficiales.
El informe hidrometeorológico del organismo de cuenca Lerma Santiago Pacífico también señala que las lluvias de este año en Jalisco fueron casi 10 por ciento inferiores en volumen al promedio histórico, aunque ese porcentaje podría mejorar ligeramente con las precipitaciones de noviembre y diciembre, que históricamente son meses con lluvias mínimas.
Lo cierto es que la infraestructura de medición de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cubre de forma desigual el territorio de Jalisco, lo que obliga a matizar los datos. Por ejemplo, mientras las regiones Norte, Los Altos Norte, Ciénega y Centro Conurbada tienen entre cuatro y ocho estaciones de medición, las regiones Sur, Sureste, Costa Sur y Sierra Occidental, que territorialmente se acercan a 30 mil kilómetros cuadrados (seis veces el estado de Colima y casi 40 por ciento de la superficie de la entidad), apenas tienen una estación cada una. Por si fuera poco, no hay reportes de la estación correspondiente a la región Sureste, enclavada en Valle de Juárez, lo que deja sin datos a esa región (independientemente de que esa estación sólo es representativa de una pequeña porción regional pegada al lago de Chapala, dado que la sierra del Tigre irriga hacia el sur, como parte de la cuenca del río Tepalcatepec, tributario del Balsas.
El boletín hidrometeorológico es una publicación diaria del organismo de cuenca; allí se informa el pronóstico del tiempo de las siguientes 24 horas, pero además, arroja datos de temperatura, lluvias y evaporación acumuladas en el año.
Por ejemplo, los datos de evaporación, en milímetros al igual que los de lluvia, revelan que este fenómeno suele ser del doble del registro de la lluvia que cae, pues es un fenómeno constante todos los días del año porque en todo el territorio existe la “humedad residual”, pero evidentemente, los cuerpos de agua superficiales presentan el fenómeno de forma más acusada. Por ejemplo, el lago de Chapala evapora entre 900 y 1,400 millones de m3 anuales, de cinco a nueve tantos más de lo que se extrae para agua potable de Guadalajara. Depende de la extensión que alcance en esa anualidad el cuerpo de agua – se trata de un lago relativamente somero, con no más de diez metros de profundidad en promedio y zonas pantanosas (de allí el nombre de Ciénega) sobre todo en sus orillas del oriente. El fenómeno ha sido criticado por los sectores desarrollistas tradicionales como “un desperdicio”, pero se ha demostrado que los procesos de evaporación tienen que ver con los ciclos delos ecosistemas regionales y la calidad climática de la ribera, que preserva uno de los mejores climas del país.
Hay otros dos grupos de datos que aporta el registro del organismo de cuenca: el estado de las presas de la cuenca del río Lerma, el tributario fundamental del lago de Chapala, y el de los principales embalses de agua dulce del territorio de Jalisco.
En el primer caso, hay once represas principales que abastecen al sector agrícola de El Bajío, en su mayor parte: en promedio, su capacidad de almacenamiento al nivel máximo ordinario (o namo) es de 2,021 millones de m3. El registro al viernes pasado señalaba un almacenamiento de 1,770 millones de m3, esto es, 85 por ciento de la capacidad total. Esta es una buena noticia para el uso agrícola, el principal usuario de agua en la región (varían estimaciones, pero va de 70 a 85 por ciento del agua que se distribuye cada año), pero no necesariamente para Chapala.
El lago es el “termómetro” de la salud de la cuenca, pues es la parte final del viaje del agua que nace en Almoloya del Río, al pie del Nevado de Toluca. El volumen que el mayor embalse natural del país contiene, y la calidad de esas aguas, refleja el modo en que se usa el recurso. La política de distribución de la Conagua determina que si Chapala se ubica entre tres mil y seis mil millones de m3, se debe entregar agua a los usuarios por debajo de los topes de sus concesiones (“política de distribución media”, en contraposición a “abundante” o “de escasez”, que son arriba o debajo de esos volúmenes.
Sin embargo, la política óptima conjunta (POC) que se aprobó desde 2004, establece, en una descripción gruesa, que se debe dejar pasar el agua de las presas hacia cuenca abajo cuando está el embalse en su namo. Si no se ha alcanzado el llenado pleno, las compuertas permanecen cerradas. En promedio, esto no es así, aunque ya revisando a detalle el estado de las once represas, deberían tener abiertas sus compuertas para las “excedencias” los vasos de Solís y Yuriria, aunque apenas han rebasado 100 por ciento de su capacidad y el agua a pasar es mínima.
El otro dato, relativo a los embalses de Jalisco, habla de que de una capacidad total de 1,743 millones de m3 (sin considerar Chapala), ahora contienen 1,579 millones de m3, lo que permite prever un ciclo agrícola promedio (dato fundamental si se recuerda que Jalisco es el primer productor agropecuario del país.
Así llega al final el temporal. Ha caído más de 90 por ciento dela lluvia anual de esta región del país, y algunos datos generan inquietud: ¿está la entidad generando una real adaptación a los cambios drásticos que el cambio climático y la sobredemanda establecerán en el corto plazo.
2016, Lluvia desigual
Al arranque de noviembre de 2016, el panorama de agua precipitada en Jalisco es ligeramente inferior al promedio; pero por regiones, hay zonas ganadoras y perdedoras, de acuerdo al reporte de la Conagua en Jalisco.
Región Norte. 4 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 568.4 milímetros (mm); promedio histórico: 601.7 mm. Lluvia del año contra promedio: 94%
Región Los Altos Norte. 6 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 629.2 milímetros (mm); promedio histórico: 590.6 mm. Lluvia del año contra promedio: 107%
Región Los Altos Sur. 2 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 716 milímetros (mm); promedio histórico: 750.5 mm. Lluvia del año contra promedio: 95%
Región Ciénega. 7 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 752 milímetros (mm); promedio histórico: 787 mm. Lluvia del año contra promedio: 97%
Región Sureste. 1 estación hidrometeorológica. Lluvia en 2016: ND; promedio histórico: 801.9 mm. Lluvia del año contra promedio: ND
Región Sur. 1 estación hidrometeorológica. Lluvia en 2016: 646.8 milímetros (mm); promedio histórico: 653.4 mm. Lluvia del año contra promedio: 99%
Región Sierra de Amula. 2 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 549.5 milímetros (mm); promedio histórico: 770.5 mm. Lluvia del año contra promedio: 72%
Región Costa Sur. 1 estación hidrometeorológica. Lluvia en 2016: 980.6 milímetros (mm); promedio histórico: 961.2 mm. Lluvia del año contra promedio: 102%
Región Costa Norte. 2 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 1,434 milímetros (mm); promedio histórico: 1,493 mm. Lluvia del año contra promedio: 96%
Región Sierra Occidental. 1 estación hidrometeorológica. Lluvia en 2016: 991.2 milímetros (mm); promedio histórico: 1,192 mm. Lluvia del año contra promedio: 81%
Región Valles. 3 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 737.6 milímetros (mm); promedio histórico: 902 mm. Lluvia del año contra promedio: 77%
Región Centro. 3 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 648.6 milímetros (mm); promedio histórico: 839.3 mm. Lluvia del año contra promedio: 76%
Región Centro Conurbada (Área Metropolitana de Guadalajara). 8 estaciones hidrometeorológicas. Lluvia en 2016: 952 mm; promedio histórico: 970 mm. Lluvia del año contra promedio: 98%
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