sábado, 2 de abril de 2016

Guanajuato contra Jalisco: El Zapotillo, “conflicto intratable”


El agua se ha transformado en “recurso político” debido a la escasez, y el conflicto se acentúa ante la percepción de “injusticia” a favor del estado de El Bajío, señala investigador del CIDE.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El agua y sus disputas como elemento esencial de la política en regiones de escasez y gran desarrollo es una de las premisas centrales del trabajo de Raúl Pacheco Vega, especialista del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), quien aborda, en el caso El Zapotillo, un conflicto que se ha convertido en “intratable”.

“El agua, originalmente un recurso natural, ha comenzado a transformarse en años recientes en un recurso político. La distribución inequitativa del vital líquido no solamente de forma aleatoria, por la ubicación geográfica de cada urbe, sino también debido a intervenciones antropogénicas, es uno de los elementos de organización social que puede convertirse en detonadores de conflicto entre individuos al seno de comunidades y organizaciones”, destaca al abordar una de las agendas más notorias del país.

“Cuando una disputa por recursos naturales se vuelve sumamente difícil de resolver, dura un periodo sumamente largo y hay un grado alto de divergencia en las posiciones de los actores involucrados en el enfrentamiento, se dice que estamos frente a un conflicto intratable”, subraya en “El caso de la disputa por presa El Zapotillo entre Guanajuato y Jalisco” artículo publicado por la revista Waterlat-Gobacit Network, working papers (con fecha julio de 2015).

“Es característico de un conflicto intratable el que la pugna por el recurso hídrico permanezca en un estado álgido. Tal es el caso del proyecto río Verde, del que la construcción de la presa El Zapotillo forma parte […] este tipo de propuestas de trasvases interestatales e intermunicipales presentan elementos que generan discordias, tensiones y contrapuntos entre diversos actores. Hay quienes consideran que es injusto que un proyecto de esta magnitud y naturaleza beneficie a León en mayor medida que a Guadalajara. Las disparidades y asimetrías en cuanto a disponibilidad del recurso hídrico se hacen más patentes al analizar casos en los cuales se comparten cuerpos de agua, con fórmulas distribucionales inequitativas, o aquellos en los cuales se deteriora la calidad de vida”, destaca.

Entre las diversas definiciones que el autor usa, una resume bien los elementos: “los conflictos intratables se caracterizan por ser prolongados, irreconciliables, en ocasiones violentos, de naturaleza suma-cero [disputas en las cuales hay ganadores y perdedores, contrariamente a una situación de tipo ganar-ganar], centralizados, y en el que al menos una de las partes tiene un interés en continuarlo. Son también demandantes, estresantes, en ocasiones dolorosos, agotadores y costosos en términos materiales y humanos”.
Por el contrario, “los problemas más tratables son aquellos en los cuales las reglas de organización e interacción [es decir, las instituciones] son mejor diseñadas. Al igual que los conflictos en los cuales los participantes pueden llegar a un acuerdo consensuado, y donde el proceso de confrontación se reduce en escala en lugar de crecer; más aún, cuando las partes en discordia tienen roles definidos y es fácil determinar quién participa en la disputa”.

De qué modo se desarrolló el conflicto para llegar a “un estado de intratabilidad”, es parte este análisis. “La mayor parte de los conflictos intratables por agua en México son por la construcción de presas […] por los impactos ambientales negativos que pudiera tener sobre las poblaciones. En este caso, el grado de intratabilidad está directamente correlacionado con el grado de escalamiento del conflicto y la incapacidad de los actores de alcanzar un acuerdo en sus marcos de referencia”.

La evolución demuestra que entre 2005 y 2015: “La posición de los gobernadores de Jalisco ha sido fluctuante. El actuar de Guillermo Cosío Vidaurri, Carlos Rivera Aceves y Alberto Cárdenas Jiménez nos hace pensar que estaban a favor de la construcción de presas que contribuyeran al abasto de agua tanto de Guadalajara como de León […] durante el gobierno de Francisco Ramírez Acuña se proyectó construir la presa en el municipio alteño de Jalostotitlán, inundando a los pueblos de San Nicolás y San Gaspar, pero como el gobernador no tenía una buena relación con su similar de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks, decidió apoyar la movilización de los habitantes de San Gaspar y canceló el proyecto de presa”.

Es a partir de este momento “en el que se empezó a considerar la ubicación actual […] su sucesor, Emilio González Márquez se mostró a favor del proyecto, incluso pretendía que se aumentara la altura de la cortina a 105 metros para que Guadalajara recibiera más agua, aunque esto significara la inundación de Temacapulín […] El actual gobernador, Aristóteles Sandoval, aparentemente está a favor de construir la presa pero en contra de que se inunde el pueblo de Temacapulín, pues en enero de 2013 anunció en su cuenta de Twitter que este pueblo no se inundaría, lo que significa volver al proyecto original de la cortina con una altura de 80 metros”.

Al tiempo, la posición de la sociedad civil en Jalisco “pasó de ser neutral a estar mayoritariamente en contra, pues gracias a las movilizaciones de las organizaciones antes descritas se enteraron que la construcción de esta presa afectaría a su estado y beneficiaría más a Guanajuato. En cambio, da la impresión de que hay uniformidad de criterios del lado de este último estado. La gran mayoría de los actores involucrados, el gobierno estatal, el ayuntamiento de León y la sociedad civil están a favor de que se construya la presa, pues aseguraría el abasto de agua potable en León, se dejarían descansar los mantos acuíferos para lograr su recarga y más luego de los años 2011 y 2012 en los que las lluvias fueron insuficientes”.

¿Cómo se resuelven los conflictos intratables?  “…el agua es una fuente de conflicto político, que en ocasiones se torna incluso violento. Su calidad de recurso natural se ha transformado, haciéndose un recurso más bien político […] es importante buscar maneras para resolver conflictos por recursos naturales, y de modo muy específico, por el agua. Una percepción de inequidad por la desigual distribución de agua al seno de una cuenca puede ser un factor que incrementa la polarización”.

CLAVES

Escasez, el motor de conflictos

“México se encuentra dentro de los países con mayor disparidad y divergencia en volumen de agua disponible per cápita en el mundo, y algunas de las zonas en el país se consideran como de alto estrés hídrico”

“El incremento de la población en zonas urbanas y la frecuente migración en búsqueda de oportunidades hacia los centros urbanos incrementan el grado de presión sobre el recurso”

México “recibe aproximadamente 1,489 miles de millones de metros cúbicos de agua de precipitación: 73.1% se evapotranspira y regresa a la atmósfera; 21.1% escurre por los ríos y arroyos, y 4.8% restante se infiltra al subsuelo de forma natural y recarga los acuíferos

El artículo completo en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-57952014000100009

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