Monitoreo y acceso sencillo a información deben ser el eje de una política pública que permita dar soluciones al tema, advierte propuesta de ¡Tómala!
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Información cierta, confiable y pública, es la premisa básica para que la sociedad tome decisiones adecuadas y pertinentes en torno a la crisis del agua, que mantiene de forma periódica a decenas de miles de tapatíos al margen de una calidad de vida mínima aceptable. Pero ese sistema de información se debe construir, señala el informe #NuestrasMiradas sobre el agua y los bosques, 2016, de ¡Tómala!, difundido el pasado 7 de abril.
"Para conocer el estado actual de los recursos hídricos, se tienen que instalar diversos sistemas de monitoreo y evaluación de indicadores universalmente aceptados de los cuales Guadalajara carece: una red abierta de monitoreo de aguas subterráneas que nos permita conocer públicamente el volumen y calidad del agua subterránea, a fin de establecer una política de protección y administración de los acuíferos, contemplando programas de restauración y recarga; una red de estaciones meteorológicas, pues a pesar de que existen algunas en la ciudad, no existe un sistema ordenado que dé cobertura total al Área Metropolitana de Guadalajara. No tener acceso a datos meteorológicos impide realizar cálculos hidrológicos precisos, ni saber qué tan intensas serán las lluvias, ni saber qué tanta agua de lluvia se puede captar", señala el documento, disponible completo en http://tomala.mx/post.php?id=3832.
También se requiere establecer un "sistema de monitoreo de aguas superficiales, para realizar un proyecto de restauración de cauces y la correcta conducción de los escurrimientos. Lo que hasta ahora se ha hecho son mediciones al azar que no aseguran el correcto funcionamiento de las obras que se han construido a partir de ellas. Este sistema también deberá permitir, de manera urgente, tener un mayor control sobre los contaminantes aportados por las industrias y los desarrollos habitacionales, que vierten sus aguas contaminadas a los ríos y cuerpos de agua del AMG sin una regulación efectiva".
De igual manera, "las autoridades deben promover que los giros que no necesitan agua de primer uso, es decir, de calidad potable, usen agua residual tratada. Así mismo, es obligación del gobierno establecer las previsiones y medidas apropiadas para prevenir y mitigar el desabasto de agua ante fenómenos de sequía; esto significa construir resiliencia hídrica urbana".
Asimismo "se deberá de generar un programa de restauración de cuencas urbanas con fondos concurrentes para el saneamiento, la recuperación de cauces, la forestación y la recuperación de áreas verdes con equipamientos apropiados".
De forma aparejada, los espacios naturales que permiten el manejo de las aguas, capturan carbono y mitigan la contaminación, deberían ser una prioridad de primer orden. "Deben consolidarse decretos de protección de los municipios de Juanacatlán, El Salto, Tonalá, Ixtlahuacán de los Membrillos, Guadalajara, Zapotlanejo, Zapopan, Ixtlahuacán del Río y San Cristóbal de la Barranca, para integrar el Área Natural Protegida de la Barranca del Río Santiago y conformar un consejo operativo intermunicipal, para blindarla de las grandes amenazas de contaminación y afectaciones a la flora y fauna", situación que también demandan zonas como el bosque del Nixticuil, el Bosque Pedagógico del Agua y el Cerro de la Reina, en Tonalá.
"El gobierno debe entender que estos ciudadanos no son sus enemigos, sino sus aliados. Después de todo, son ellos los que están haciendo un trabajo que le corresponde hacer a las autoridades. En lugar de perseguir o sabotear el esfuerzo de estas personas preocupadas por el medio ambiente, los gobernantes deberían apoyarlas y protegerlas, después de todo esa es su obligación (...) no es posible construir una agenda pública de gestión integral del agua del AMG si no se construyen puentes de credibilidad entre las autoridades y la sociedad civil".
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