Impuso 56 condicionantes, la 16 obliga a un requisito previo a edificación que no se ha cumplido
Guadalajara. Agustín del Castillo. PÚBLICO-MILENIO
De las 56 condiciones que puso la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades) a los constructores de la Villa Panamericana en la zona de El Bajío, hay una que impide que comiencen por ahora las obras: “Deberá realizar e implementar [previo a la etapa de construcción del proyecto] un programa de gestión integral de los recursos hídricos superficiales y subterráneos”, señala el texto, difundido ayer en la web de la dependencia estatal (www.semades.jalisco.gob.mx).
Esto, “para el eficiente manejo y preservación de la cuenca y subcuenca a que pertenece el proyecto, el cual deberá ser validado por las dependencias competentes en la materia [Comisión Nacional del Agua, Comisión Estatal del Agua y/o Ayuntamiento de Zapopan, según corresponda]. A su vez, deberá presentar a esta secretaría copia de dicho programa de manera inmediata a su realización [sic]”.
El Bajío colinda con el bosque La Primavera, principal área natural protegida de la ciudad.
Las 55 “condicionantes” restantes, establecen plazos que van de 45 días a la entrada en operación del proyecto, para ser cumplidas en su totalidad.
De las 56 “condicionantes”, en total, tres son relativas a una residencia ambiental en la obra, tres se refieren a topografía y paisaje, dos a suelo, tres a la interacción con el área natural protegida, ocho con la hidrología, dos con tratamiento de aguas, nueve con fauna, nueve con “edificación sustentable”, seis con calidad del aire, cuatro con residuos, dos con movilidad, y cinco son de carácter administrativo.
La residencia ambiental es un grupo de personas con capacidad profesional para vigilar los impactos que ocasione la obra durante su ejecución. Debe buscarse instalaciones provisionales de bajo impacto, minimizar el impacto sobre la relevante fauna local y de paso, y garantizar que las edificaciones sean sustentables, esto es, no impidan la recarga del acuífero, tanto porque alimenta los manantiales de Los Colomos, como la eventualidad de alteraciones hidrológicas que generen riesgos a la población.
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Fauna y agua preocupan a científicos
Riesgo no analizado, alertan en el CUCBA
La autorización de impacto ambiental concedida para las obras en la Villa Panamericana “no cumple con todos los criterios técnicos y legales requeridos por la normatividad vigente, para que se considere como una manifestación suficiente y apta para ser tomada como base técnica o científica”, de una autorización en la materia, opina un comité de investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara.
Los académicos entregaron ayer a la opinión pública una serie de consideraciones; la principal objeción nace del escaso tiempo que se destinó a la investigación científica que derivó en el documento estudiado.
Preocupa la alteración del funcionamiento de la cuenca que tributa a Los Colomos. Es “un posible daño al acuífero, el cual está cerca de considerarse sobre explotado”.
Hablan de la vida silvestre: “El estudio de la fauna en campo sólo comprendió cuatro días […] el área donde se pretende construir la Villa Panamericana es rica en especies animales, por lo que cualquier acción de modificación o cambio de uso del suelo van en detrimento de la riqueza biológica del área. Este impacto es altamente significativo para las poblaciones de fauna que desde el bosque se desplazan hacia la vegetación del área del proyecto protegiendo su equilibrio trófico y no está evaluado en el estudio de referencia”, señalan. En la zona hay 42 especies de aves, trece de mamíferos, seis de reptiles y una de anfibios.
“Si esto no fuera poco, el incremento de viviendas y número de personas traerán como consecuencias un aumento en el riesgo de incendios, contaminación de suelos y aguas, tala y eliminación de fauna silvestre por animales domésticos, pérdida de hábitat y desplazamiento”, añaden en su comunicado.
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