Lecheros de La Laguna presionan valles de Chihuahua y Baja California; en el sur de Estados Unidos, los ganaderos también devastaron cuencas. Ambientalistas de la región quieren llevar a juicio a empresa productora.
Torreón, Coahuila. Agustín del Castillo, enviado. PÚBLICO-MILENIO
La expansión del modelo ganadero que ha sido el éxito de las grandes lecheras de La Laguna, no se limita a Coahuila. Dentro del mismo desierto chihuahuense, han llegado a Jiménez y Delicias, en Chihuahua, e incluso, librando la Sierra Madre Occidental, al valle de Mexicali, en Baja California. Al otro lado de la frontera tienen un espejo: el colapso ambiental de California y Texas por obra los ganaderos. No obstante, parecen no ver el reflejo.
Torreón, Coahuila. Agustín del Castillo, enviado. PÚBLICO-MILENIO
La expansión del modelo ganadero que ha sido el éxito de las grandes lecheras de La Laguna, no se limita a Coahuila. Dentro del mismo desierto chihuahuense, han llegado a Jiménez y Delicias, en Chihuahua, e incluso, librando la Sierra Madre Occidental, al valle de Mexicali, en Baja California. Al otro lado de la frontera tienen un espejo: el colapso ambiental de California y Texas por obra los ganaderos. No obstante, parecen no ver el reflejo.
El sociólogo Gerardo Jiménez apunta sus observaciones: “en el Florido, en Jiménez, Chihuahua, se ubica un rancho de la familia Rivero [de la “aristocracia lechera” de la comarca]. En 2003, el agente de Fira [Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura, del gobierno federal] ubicado en Delicias, me comentó que 60 por ciento del forraje que se produce en ese valle se destina a La Laguna, el cual se vende al alba de todos los días en tianguis móviles de trailers que se ubican en varios sitios del periférico…”.
En 1999 “visité el Valle de Mexicali, ahí se ubica la empresa lechero-láctea La Imperial, cuyo gerente me comentó que Lala les maquilaba lácteos elaborados con leche producida en La Laguna y etiquetada con su marca; también personal de la Comisión Nacional del Agua me comentó que Mexicali exportaba forraje por tren a La Laguna; resultaba más barato que producirlo en esta región porque allá se produce con agua rodada”.
Francisco Valdés Pérezgasga, del Instituto Tecnológico de La Laguna, señala lo que pasa al otro lado de la frontera.
“En Texas hay varios acuíferos colapsados; en el sur de California es seguro, ahí la ganadería lechera es un problema increíble; nada más tocamos la parte del agua, pero está el problema de la emisión de gases de efecto invernadero, las vacas emiten metano, una parte del metano mínima va en el estiércol, la mayor parte lo libera el animal en gas […] en el sur de California salió un estudio que establece que los hatos lecheros eran principal contribuyente a la mala calidad del aire, y eso que estamos hablado de la capital mundial del automóvil [Los Ángeles]; no nada más por el metano sino por partículas suspendidas, por heces fecales, todo lo que sale de un establo lechero”.
Los ambientalistas laguneros quieren llevar a juicio a Lala y sus competidores, como responsables del desastre ambiental del norte del país. “Presentar su caso al Tribunal Latinoamericano del Agua, para avergonzarlos por lo menos. Y premiarlos como una de las peores empresas del mundo…”.
Pero el gobierno mexicano no sanciona. Regala a los ganaderos “subsidios soviéticos” y otros estímulos, y pregona el éxito de las lecheras como modelo para el país. “Un día me habló un lechero que yo no conocía, Arturo Madera, que se sentía avergonzado de estar en ese régimen fiscal, ‘es que no es posible cabrón, todavía si nos los dieran a cambio de cumplir con ciertos estándares ambientales, todos lo aceptarían’, me confesó”. Pero el sistema lo deja en buenas intenciones, subraya Valdés Pérezgasga. Y el infierno de devastación ya quema.
•••
El proyecto que dio origen a este trabajo fue el ganador de las becas AVIÑA de Investigación Periodistica. Los conceptos, opciones y otros aspectos del contenido de la investigación son responsabilidad exclusiva del autor y/o medio
***
Primera manada en Janos; es el mayor vertebrado terrestre del país
El regreso del bisonte
La cacería de estos grandes ungulados era un deporte temerario en la región lagunera durante el siglo XIX.
El artículo denominado A buffalo hunt in northern Mexico es una crónica emocionante de cómo los especialistas provenientes de acaudaladas familias de Estados Unidos acudían a la zona vía Monterrey y Saltillo, para localizar las manadas de la gran llanura, y ultimar bisontes montados a caballo, con escopeta, bajo el temor permanente de un ataque de indios.
Entre el deporte y la colonización intensiva, fueron desplazando a esta gran bestia de todo el desierto de Chihuahua. Desapareció localmente, y estuvo a punto de extinguirse de la faz de la tierra, pues sus poblaciones en el país vecino también decrecieron dramáticamente.
Hoy, el gran cuadrúpedo de hasta una tonelada de peso, tiene su segunda oportunidad en México. Más al norte, en la recién creada reserva de la biosfera de Janos, Chihuahua, donde han sido liberados 23 ejemplares hace unas semanas, informa el director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Ernesto Enkerlin Hoeflich.
Otras especies también se fueron del gran desierto. Dean A. Hendrickson, director del Centro de Investigación Científica de Cuatrociénegas, ha estudiado la región, y concluye: “aparte de las extinciones de hace miles de años […] más que extinciones modernas, hemos visto muchas extirpaciones -es decir, la extinción local, o muerte de poblaciones locales, como de una poza o río, aunque no de especies completas-; sobre todo tales extirpaciones se deben a desecación de hábitats dentro del valle de Cuatrociénegas. Si siguen estas tendencias, y la forma actual de manejo de recursos hidrológicos, habrá sin duda extinciones de especies de la fauna endémica de Cuatrociénegas en un futuro no muy lejano”.
No obstante, “sí hemos visto extinciones de peces en zonas como Parras”, añade. Los laguneros recuerdan un pez que ya no han visto, el matalote. Y no se diga de grandes mamíferos como el oso pardo de las montañas, el berrendo y el lobo.
¿El bisonte realmente se había extinguido?, se le pregunta a Enkerlin. “Depende a quién escuches; hay una pequeña manada que aún transita entre Arizona y Chihuahua, por la cual podemos decir que nunca se ha ido el bisonte, pero ya con un programa que pretenda reintroducirlo y restablecer población importante local, es la primera vez en cien años”. Hay estirpes que sí reciben una segunda oportunidad en la tierra.
Torreón, Coahuila. Agustín del Castillo, enviado
Francisco Valdés Pérezgasga, del Instituto Tecnológico de La Laguna, señala lo que pasa al otro lado de la frontera.
“En Texas hay varios acuíferos colapsados; en el sur de California es seguro, ahí la ganadería lechera es un problema increíble; nada más tocamos la parte del agua, pero está el problema de la emisión de gases de efecto invernadero, las vacas emiten metano, una parte del metano mínima va en el estiércol, la mayor parte lo libera el animal en gas […] en el sur de California salió un estudio que establece que los hatos lecheros eran principal contribuyente a la mala calidad del aire, y eso que estamos hablado de la capital mundial del automóvil [Los Ángeles]; no nada más por el metano sino por partículas suspendidas, por heces fecales, todo lo que sale de un establo lechero”.
Los ambientalistas laguneros quieren llevar a juicio a Lala y sus competidores, como responsables del desastre ambiental del norte del país. “Presentar su caso al Tribunal Latinoamericano del Agua, para avergonzarlos por lo menos. Y premiarlos como una de las peores empresas del mundo…”.
Pero el gobierno mexicano no sanciona. Regala a los ganaderos “subsidios soviéticos” y otros estímulos, y pregona el éxito de las lecheras como modelo para el país. “Un día me habló un lechero que yo no conocía, Arturo Madera, que se sentía avergonzado de estar en ese régimen fiscal, ‘es que no es posible cabrón, todavía si nos los dieran a cambio de cumplir con ciertos estándares ambientales, todos lo aceptarían’, me confesó”. Pero el sistema lo deja en buenas intenciones, subraya Valdés Pérezgasga. Y el infierno de devastación ya quema.
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El proyecto que dio origen a este trabajo fue el ganador de las becas AVIÑA de Investigación Periodistica. Los conceptos, opciones y otros aspectos del contenido de la investigación son responsabilidad exclusiva del autor y/o medio
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Primera manada en Janos; es el mayor vertebrado terrestre del país
El regreso del bisonte
La cacería de estos grandes ungulados era un deporte temerario en la región lagunera durante el siglo XIX.
El artículo denominado A buffalo hunt in northern Mexico es una crónica emocionante de cómo los especialistas provenientes de acaudaladas familias de Estados Unidos acudían a la zona vía Monterrey y Saltillo, para localizar las manadas de la gran llanura, y ultimar bisontes montados a caballo, con escopeta, bajo el temor permanente de un ataque de indios.
Entre el deporte y la colonización intensiva, fueron desplazando a esta gran bestia de todo el desierto de Chihuahua. Desapareció localmente, y estuvo a punto de extinguirse de la faz de la tierra, pues sus poblaciones en el país vecino también decrecieron dramáticamente.
Hoy, el gran cuadrúpedo de hasta una tonelada de peso, tiene su segunda oportunidad en México. Más al norte, en la recién creada reserva de la biosfera de Janos, Chihuahua, donde han sido liberados 23 ejemplares hace unas semanas, informa el director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Ernesto Enkerlin Hoeflich.
Otras especies también se fueron del gran desierto. Dean A. Hendrickson, director del Centro de Investigación Científica de Cuatrociénegas, ha estudiado la región, y concluye: “aparte de las extinciones de hace miles de años […] más que extinciones modernas, hemos visto muchas extirpaciones -es decir, la extinción local, o muerte de poblaciones locales, como de una poza o río, aunque no de especies completas-; sobre todo tales extirpaciones se deben a desecación de hábitats dentro del valle de Cuatrociénegas. Si siguen estas tendencias, y la forma actual de manejo de recursos hidrológicos, habrá sin duda extinciones de especies de la fauna endémica de Cuatrociénegas en un futuro no muy lejano”.
No obstante, “sí hemos visto extinciones de peces en zonas como Parras”, añade. Los laguneros recuerdan un pez que ya no han visto, el matalote. Y no se diga de grandes mamíferos como el oso pardo de las montañas, el berrendo y el lobo.
¿El bisonte realmente se había extinguido?, se le pregunta a Enkerlin. “Depende a quién escuches; hay una pequeña manada que aún transita entre Arizona y Chihuahua, por la cual podemos decir que nunca se ha ido el bisonte, pero ya con un programa que pretenda reintroducirlo y restablecer población importante local, es la primera vez en cien años”. Hay estirpes que sí reciben una segunda oportunidad en la tierra.
Torreón, Coahuila. Agustín del Castillo, enviado
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