sábado, 23 de enero de 2016

Bosque de arce de Talpa será protegido 16 años después



La superficie de la reserva es de apenas 0.3 por ciento la que se propuso en 2002, pero Semadet confía detonar procesos en predios vecinos.

Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO. 

El Parque Estatal Bosque de Arce será realidad casi 16 años después de que los investigadores de la UdeG, Yalma Vargas y Antonio Vázquez, lo descubrieron para la ciencia y lo caracterizaron como uno de los más grandes relictos de Acer saccharum subespecie skutchii, popularmente conocido como arce o maple, de todo México.

Se trata de un superviviente de las últimas glaciaciones que ha logrado sortear las eras y la presencia humana en el fondo de la cañada Ojo de Agua del Cuervo, en las montañas de Talpa de Allende, en medio de un valioso bosque mesófilo de montaña, que de por sí es el ecosistema forestal más amenazado por el cambio climático y el hombre, de cuantos existen en el país, además del más diverso en términos relativos junto con la selva húmeda tropical.

El proceso de reserva ecológica es también resultado de una precariedad: ideado originalmente como parte de una gran reserva de la biosfera de más de 56 mil hectáreas, la propuesta de parque estatal bajó a menos de 8 mil ha, ante la resistencia de muchos propietarios y ejidos. Pero tampoco prosperó, y ni siquiera se pudo rescatar más superficie vía expropiación o compra (se había propúesto a la UdeG comprar 300 ha para hacer una estación científica), por lo que el parque nacerá con apenas 150 ha cuyo núcleo es una compra realizada por el gobierno de Jalisco hace casi diez años para compensar los daños que causó en la misma zona la obra carretera ilegal del gobierno de Francisco Ramírez Acuña.

De este modo, de una gran área natural protegida federal pasa al régimen estatal con apenas 0.3 por ciento del territorio originalmente concebido, sin que sea suficiente para garantizar su viabilidad a largo plazo.

El responsable del tema por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Antonio Ordorica Hermosillo, asegura que las carencias innegables del predio protegido, se paliará con reservas protegidas voluntarias de los predios vecinos, con apoyo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), además del programa de servicios ambientales que ya financia la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

¿Por qué se trata de un ecosistema tan valioso que ameritaba un proyecto más ambicioso? “Este bosque de arce es un relicto del terciario, de alrededor de 30 millones de años; sobrevivieron y se refugiaron ahí muchas especies que tienen un origen desconocido, porque las teorías geográficas hoy existentes no pueden explicar cómo se reunieron todos estos elementos florísticos en esta zona; entonces es importante conservar y conocer el origen de esta flora, para poder explicar cómo se distribuyeron otras comunidades vegetales en el resto del país, y conocer qué fue de esas comunidades de flora y vegetación, en particular del occidente de México”, señaló a MILENIO JALISCO Antonio Vázquez, del Instituto de Botánica de la universidad pública de Jalisco (edición del 14 de marzo de 2012).

Ayer, la titular de la Semdet, Magdalena Ruiz Mejía, señaló que el expediente está avanzado y las consultas han terminado, dado que no se afecta a ningún propietario, y se trata solamente de una superficie pública.

Se espera que el decreto se publique en el periódico oficial El estado de Jalisco en este mismo mes de enero, o más tardar en febrero, con lo que Jalisco contará con cuatro polígonos protegidos con decreto estatal: bosque mesófilo Nevado de Colima, Sierra del Águila, Cerro Viejo-Chupinaya-Los Sabinos y el Bosque de Arce.

Tapalpa, Manantlán y Talpa

En el Estado de Jalisco “habitan dos especies de arces, Acer negundo subespecie mexicanum y Acer saccharum subespecie skutchii.  El primero “es un árbol de 8-15 metros de altura, habita en bosques de galería y en su ecotono con bosque de pino, a lo largo de arroyos. Únicamente crece en una localidad de Tapalpa, en los 2000 metros sobre el nivel del mar, en suelos arenosos. Acer saccharum skutchii habita en bosque mesófilo de montaña en solo dos localidades de Jalisco: Cañada de la Moza (Sierra de Manantlán, Autlán de Navarro) y en la cañada del Ojo de Agua del Cuervo, en Talpa”, señala el Estudio técnico justificativo de la Semadet.

Estos bosques “tienen un papel importante en los ciclos biogeoquímicos y otros servicios ecológicos, las poblaciones presentes en los límites geográficos pueden contener genes distintivos, son evidencia de cambios climáticos en una escala geológica y los bosques que los contienen son usualmente de elevada riqueza de especies. En México, dos de las cinco poblaciones de arce azucarero están incluidas en reservas de la biósfera (El Cielo, Tamaulipas y Sierra de Manantlán, Jalisco). La población de arce azucarero en los bosques mesófilos de Talpa de Allende, Jalisco, ha sido la primera en proponerse específicamente para la conservación de este tipo de vegetación”.

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