miércoles, 6 de julio de 2016
Reservas urbanas rebasan 400% las necesidades del AMG
Vía a Colotlán y Zapotlanejo podrían albergar todo el crecimiento poblacional de 30 años... a condición de que no crezca el resto de la metrópolis. La necesidad de suelo es de 6,875 ha.
Agustín del Castillo / Guadalajara. MILENIO JALISCO.
Si Guadalajara aspira a una contención urbana y “compacidad” similar a una ciudad latinoamericana ejemplar en ese sentido, como Medellín (Colombia), con uno de los mejores niveles de vida de la región, solo necesita disponer a 30 años de alrededor de 20 por ciento de las reservas urbanas disponibles, que ascienden a 44,835 ha.
En el escenario de más alto crecimiento poblacional (un millón 756 mil pobladores más), la necesidad son 8,784 hectáreas; en el de bajo crecimiento (un millón 374 mil moradores más), la necesidad de suelo es solamente de 6,875 ha, según los datos del Programa de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTmet), página 335.
Sin embargo, este suelo “disponible”, que se ubica en todos los linderos de la actual metrópolis, significa el tamaño del negocio que pretenden los desarrolladores inmobiliarios, cuyo poder de lobby ha quedado manifiesto en la configuración del propio POTmet, como antes se había expresado en la generación de esas reservas por parte de los cabildos locales, sin consideraciones técnicas mínimas en la mayoría de los casos.
La creación de cuatro “centralidades emergentes” en medio de suelo no apto para urbanización, en Zapopan y Zapotlanejo, son los casos más extremos que demuestran ese poder. La carretera a Colotlán, de acuerdo a cifras del presidente municipal de Zapopan, Pablo Lemus Navarro, tendría “derechos de vivienda” sobre 80 mil unidades, unos 320 mil moradores nuevos; y del lado de Zapotlanejo, el Desarrollo Urbano Integral Sustentable Valle de Santiago, con casi 250 mil casas y un millón de habitantes, explica bien la “centralidad emergente” de Matatlán sobre zona que ni siquiera cuenta con pavimento. Si ambos prosperan, podrían contener toda la población nueva de las siguientes tres décadas. Sin necesidad de un solo metro cuadrado extra.
En ambos casos, la frontera de la ciudad se empuja entre cinco y diez kilómetros, lo que aumenta los vacíos urbanos y hace crecer amenazas en zonas naturales como las barrancas de los ríos Verde y Santiago, que están por decretarse área natural protegida, o el macizo boscoso Nixticuil-San Esteban, de por sí invadido actualmente por fraccionamientos más modestos.
“Las reservas urbanas en el Área Metropolitana de Guadalajara [AMG] son un factor determinante para la expansión de la ciudad y deben ser administradas por los municipios con base en las necesidades de la ciudad: para vivienda, servicios, equipamientos, espacios verdes y abiertos”, añade el documento (pág. 222).
Las reservas urbanas vigentes, se distribuyen del siguiente modo: Tlajomulco está en primer lugar con 12,019 ha; seguido de Zapo-tlanejo con 8,776 ha y Zapopan con 8,270 ha.
“El uso de las reservas urbanas es principalmente habitacional, con 65 por ciento (28,974 ha); destaca Zapotlanejo, el municipio con mayor reserva con uso habitacional, 8,753 ha. Le sigue Tlajomulco con 6,506 ha y Zapopan con 5,697 ha”. El uso mixto (habitacional, comercial y en algunos casos pequeña industria) tiene 15 por ciento, es decir, 6,781 ha, renglón que encabeza Tlajomulco 1,835 ha, seguido por Zapopan con 1,482 ha e Ixtlahuacán de los Membrillos con 1,663. Juanacatlán y Zapotlanejo no “consideran el uso mixto para sus reservas”.
Es ilustrativo que las superficies de áreas verdes sigan la tendencia histórica de escasez de los últimos 30 años en el AMG: apenas 2 por ciento (1,040 ha); comercios y servicios a la industria ascienden a 6 por ciento (2,221 ha) y otros usos como turístico, instalaciones especiales y agropecuario también rondan 2 por ciento (1,094 ha).
“En el escenario (indeseable) de proyección poblacional alta donde se mantiene el crecimiento urbano con la densidad actual (67.7 habitantes/ha), la ciudad requiere 26,166 hectáreas para consumirse hacia el año 2045”, lo que marca una sobreoferta de reservas urbanas de unas 18 mil ha.
“La determinación de las reservas urbanas debe prever escenarios de sobre demanda y prácticas especulativas de los desarrolladores inmobiliarios, por lo que su extensión debe superar las proyecciones de crecimiento actuales, sin embargo, deben estar acompañadas de estrategias de aprovechamiento y proximidad que impidan la dispersión de los nuevos desarrollos urbanísticos”, advierte en la pág. 336.
La historia cambia si se considera que, en su comunicado de ayer, el director del Instituto Metropolitano de planeación (Imeplan), Ricardo Gutiérrez Padilla: “Como criterio de actuación de las autoridades territoriales, prevalecen los instrumentos locales [municipales] por sobre los estatales, porque así lo establece la Constitución General de la República y lo ha resuelto la SCJN”. Esto implica que el control de estas reservas siempre quedará sujeto a un acuerdo político metropolitano hoy aparentemente sólido, pero siempre sujeto a voluntades. Es allí donde el lobby inmobiliario siempre actúa.
IMEPLAN: POTmet se publicará
El POTmet “es un instrumento técnicamente sólido, que ha cumplido todos los requisitos legales y procesales para su aprobación, por lo que será publicado en el Periódico Oficial El Estado de Jalisco, a la brevedad”, aseguró ayer el titular del Imeplan, Ricardo Gutiérrez Padilla.
No obstante la evidencias aportadas por MILENIO JALISCO sobre la precariedad ambiental y jurídica, y las contradicciones del documento de 525 páginas que se pretende sea el eje rector del desarrollo de Guadalajara a tres décadas, aseguró que la Semadet habría reconocido “la diferencia de interpretación [sic]… ha sido aclarada, reconocida y superada”. Por su parte, la dependencia respondió escuetamente que las mesas de “armonización” ambiental apenas están en fase de instalación.
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